Apocalipsis 5
No está por demás recordar que Apocalipsis
significa revelación, que su autor es el apóstol Juan, y que lo escribió a los Cristianos perseguidos que vivían en siete ciudades de la provincia de Asia en el año 95 d.C mientras estuvo
exiliado en la isla de Patmos, es un libro profético, y su
tema central es el triunfo de Jesucristo y de la historia futura de la iglesia
hasta el fin de los tiempos. Es una obra altamente simbólica, que combina elementos de profecía del
AT con el género apocalíptico, un tipo de literatura que surgió entre los
judíos del primer siglo. Aunque sus visiones con frecuencia parecen raras para
el lector occidental, afortunadamente el libro provee una serie de pistas para
la interpretación de lo que Dios quiere solamente revelarnos. En este capítulo se describen los
cuadros que contempló en su visión el apóstol Juan, una vez que fue trasladado
hasta el cielo, para escribir todo lo que allí veía y escuchaba, como si fuera una
metáfora de la iglesia subiendo al cielo. 1 Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el
trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos.
Con las palabras del que estaba sentado sobre el trono, quiere designar
evidentemente al Padre, puesto que introduce más tarde al Hijo como "un
Cordero como inmolado." El hecho de que el libro se hallaba en la
diestra de aquel que estaba sentado en el trono puede significar primeramente un antropomorfismo: es decir
utilizar una forma de atribuirle a la deidad
forma corpórea en función de que Dios es Espíritu, en
segundo lugar que el padre tiene el conocimiento del futuro que le incumbe solamente a Él por su poder, excepto en lo que Él considere propio revelar
a otros y en tercer lugar que solo
Él con su mano derecha que es la mano del poder y del gobierno, ahora que todo ha
sido puesto como estrado a los pies de su hijo encarnado le entrega el más
grande honor de abrir el libro de la historia futura en la que tanto tiempo
confiadamente había esperado el pueblo de Dios. El libro que vio Juan contenía una
revelación de las escenas que iban a desarrollarse en la historia de la iglesia
hasta el fin de los tiempos. El pacto
antiguo con Dios, que había fracasado por la debilidad del hombre quedaba atrás
para dar paso al cumplimiento del nuevo pacto en Jesucristo.
En el momento en que el Padre sostiene en su mano derecha el
rollo sellado, aún no abierto, significa que en ese momento el plan de Dios
acerca de las "cosas que han de ser después de estas" Ap. 1: 19; 4: 1
las que no habían
sido reveladas a nadie. Si el rollo
permaneciera cerrado, el plan de Dios no iba a ser revelado ni ejecutado. Abrirlo, pues, significa no sólo revelarlo,
darlo a conocer, sino también ejecutarlo, ponerlo por obra. El siete es el número
perfecto y significa la plenitud, que todo está completo para Dios y, por
supuesto, el libro también estaba completamente sellado. Esto
quiere decir que el significado de la profecía ha permanecido oculto de la vista, no
disponible a la humanidad, ni siquiera ha sido posible leerlo
correctamente en la secuencia apropiada, mucho menos entenderlo.
Según Juan Wesley los
libros que se usaban en el tiempo en que fue dado el Apocalipsis no tenían la
forma de nuestros libros actuales. No consistían en una serie de hojas
encuadernadas, sino que se componían de tiras de pergamino u otro material que se enrollaban "Los libros comunes entre los antiguos
no eran como los nuestros, sino volúmenes o largos trozos de pergamino,
enrollados sobre un palo largo, como enrollamos en la actualidad las telas. Tal era el libro aquí representado, sellado con siete sellos. No era como si el
apóstol viese todos los sellos a la vez; porque había siete volúmenes
enrollados el uno dentro del otro, cada uno de ellos sellado; de manera que al
abrir y desenrollar el primero, aparecía el segundo sellado hasta que se lo
abría, y así sucesivamente hasta el séptimo." Y
alude que este libro no estaba escrito
en el interior y el exterior, como parecería indicarlo la puntuación de la
versión que usamos. Algunos
eruditos dicen que en cierta Biblia anotada, suprimen la coma así: “Escrito dentro, y de fuera sellado”. Pero existe otra versión en controversia
que dice: Generalmente estos rollos estaban escritos
sólo por la cara interior, pero a veces se escribían también por la exterior.
El nombre que recibían esos rollos entonces era: Opistógrafos del
griego ópisthen , que es el vocablo que aquí
figura para significar "del revés". ¿Por qué el rollo estaba completamente
escrito del todo por delante y por detrás, de modo que no hubiera ya más
espacio? Porque en ese rollo estaba escrita la voluntad de Dios; el decreto de
Dios para la humanidad y el diablo y sus demonios, de forma completa, total e
inapelable, no había espacio para que pudiera añadirse o quitarse nada Ap.
22: 18, 19 y si nos referimos a la
Palabra de Dios en Ez. 2: 8-10 y Zac.
5:3 encontramos que efectivamente si se escribía por los dos lados por eso
siempre es mejor ir a la Palabra y corroborar en ella misma a quedar confundido
entre dos opiniones sin relevancia que nos alejan del objetivo.
Así mismo, se han dado varias interpretaciones
al contenido del libro si
relacionamos este versículo con Ez.
2:9-10 2: 9 “Y mire, y he aquí una
mano extendida hacia mí, y en ella había un rollo de libro” 2:10 “Y lo extendió delante de mí. Y
estaba escrito por delante y por detrás; y había escrito en el endechas y
lamentaciones y ayes” Si lo relacionamos
con Is. 29:9-11 dice “Deteneos y
maravillaos; ofuscaos y cegaos; embriagaos, y no de vino; tambalead, y no de
sidra” “Porque Jehová derramo sobre vosotros espíritu de sueño, y cerró los
ojos de vuestros profetas, y puso velo sobre las cabezas de vuestros videntes”
“Y os será toda visión como palabras de libro sellado, el cual si dieren al que
sabe leer, y le dijeren: Lee ahora esto; él dirá: no puedo, porque esta
sellado” “Y si se diere el libro al que no sabe leer, diciéndole : Lee ahora
esto: él dirá No sé leer” “Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a
mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y
su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido
enseñado” Recordemos también lo que le fue dicho a Dan. 12:4 “Y dijo: “Pero tú, Daniel,
guarda estas cosas en secreto y sella el libro hasta el tiempo del fin. Mucha
gente andará de acá para allá, buscando aumentar sus conocimientos”
2 Y vi a un ángel
fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar
sus sellos?
Surge un vocero celestial, un ángel poderoso con
una potente y sonora voz; algunos ven
una conexión etimológica con el nombre de Gabriel, que significa "el
hombre fuerte de Dios” que de parte del Padre preguntaba: ¿Si había alguien
DIGNO de tomar la voluntad del Padre para develar el fin del fin, escrito en un
libro sellado, y ponerlo por obra. Y
esto nos habla del poder que solo tenía Jesús, para hacer efectivo ese nuevo
pacto seguramente
el ángel hizo una pausa para esperar a que alguien respondiera.
3 Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía
abrir el libro, ni aun mirarlo.
Ese libro que contenía la voluntad de Dios en cuanto a su justicia y
juicio, en esa pausa de un silencio
lleno de incertidumbre que debe habérsele
hecho eterno a Juan, tal parecía que no había
nadie digno y justo para hacerlo. Y en medio de ese silencio hermanos, ni en el
cielo ni en la tierra, ni debajo de la tierra, ni en todo el universo ninguno
podía responder ¡yo soy digno! y
además reconocían su incapacidad de entender y entrar en los consejos de su
Creador. Ningún hombre del linaje de
Adán tiene el derecho de abrir el libro y tomar el poder sobre la Tierra. Adán perdió el dominio a través del pecado. Moisés, el que dio la ley, también la
quebrantó. David y su linaje fracasaron. Esto no
solamente significa, que ningún hombre, sino que ningún ser que hubiese en el
cielo era digno. ¿No es esto una prueba
de que las facultades de los ángeles también son limitadas, como las del hombre
cuando se trata de penetrar el futuro y revelar lo que ha de suceder? Esto demuestra la inutilidad total de los
ángeles o de los seres humanos para cumplir la voluntad de Dios la rebelión nos
ha afectado a todos; la creación no puede ayudarse a sí misma es indigna y
requiere ser redimida por Jesucristo. Aquí se representa el incalculable valor de la
redención del Salvador que sin pecado se humillo dejando su cetro celestial
para dar su sangre por nosotros. Sólo
Jesús podía efectuar la tarea redentora; sólo él podía cumplir la obra de la consumación
sólo Jesús es digno del más alto honor.
¿Quién tiene el derecho y el título de
propiedad sobre este mundo? ¿Quién puede gobernarlo? ¿Quién puede establecer
justicia y equidad? ¿Podemos acaso pensar que los partidos políticos? ¿Que el
sistema financiero mundial? ¿Que la Banca, o entidades como las Naciones Unidas?
¿Acaso don Carlos Slim tal vez puede
hacerlo con todo el poder de su dinero mundano? Si consideramos la historia de este mundo,
sabemos con certeza que ningún ser humano es capaz de resolver siquiera sus propios problemas. La
Palabra de Dios afirma contundentemente que el hombre, por sí mismo, es incapaz
de encontrar soluciones duraderas a los tan complejos problemas de este mundo.
4 Y lloraba yo mucho, porque no se había
hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo.
Ante la incertidumbre Juan en ese instante rompe a llorar,
porque aparentemente no había manera de que la voluntad de Dios se hiciera, por no haber nadie que pudiera tomar el libro
y a veces parece que nada ocurre a nuestro alrededor, parece que Dios está
quieto, callado, escéptico a lo que acontece en su creación; este era uno de esos momentos. Juan rompe a
llorar porque sabe que si el rollo no se abre, no se llevará a cabo el juicio
de Dios contra la desobediencia y rebeldía de la humanidad. Y que está en riesgo que la gloria de Jesús no
alcance su plenitud, para que tome
posesión del tan esperado Reino de Dios. Él apóstol Juan, sentía una verdadera
pasión y devoción santa por su Señor, y
en ese momento estaba muy afligido, lleno de incertidumbre por todo lo que
estaba ocurriendo. Él estaba dispuesto a mirar y oír todo lo que Jesucristo
quería que viera y escribiera y se
preguntaba ¿Continuaría la raza humana hundida en el pecado, la precariedad y
la inmundicia? ¿Ya no tenemos ninguna esperanza en el futuro? ¿No hay ninguna oportunidad más para la Tierra
y sus habitantes? El Apóstol Pablo en su epístola a los Rom. 8:23 dice: “Y no sólo ella, sino que también nosotros mismos,
que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de
nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo. ¿No hay
alguien competente, capaz de gobernar la Tierra? El Apóstol Pablo, dice nuevamente en esa misma
epístola a los Rom. 8:22: “Porque
sabemos que toda la creación gime a una. Y a una está con dolores de parto
hasta ahora”.
"La teoría de la evolución" es la filosofía y la teoría más
pesimista que una persona puede creer. Si fueron necesarios tantos millones de
años para llegar al punto en el que nos encontramos en el presente y todo se ha
ido desarrollando por sí mismo, esto deja sin lugar a Dios como Soberano y Creador
de todo el Universo, y más aún es imposible creer que el universo pueda
sustentarse así mismo durante tanto tiempo sin la mano amorosa y providencial
de su Dios y creador. Y permítanme
decirles hermanos que si Dios no existiera, desde hace mucho, pero mucho tiempo
ya nos hubiéramos destrozado unos a otros mediante guerras llevadas por la
avaricia y ansia de poder; los hijos de
Dios sabemos y sentimos su presencia en nuestras vidas y reconocemos que solo
por su gracia bendita Él no lo ha
permitido, ni lo permitirá porque tiene bajo su mano el control absoluto y
pleno de su creación. Este lloro del apóstol brotaba de
la grandeza de su espíritu, del corazón tierno que siempre había tenido y se
manifestaba más claramente ahora que no era dueño de sí mismo, ya que se encontraba participando en medio de este drama
en el que por una parte sentía la emoción, el gozo de contemplar a Dios en todo
su esplendor, a los ángeles, y escuchar el sonido de la música y las voces que
rendían tributo y honor al Hijo de Dios.
Pero también hermanos él como Apóstol, como pastor integro que ama
verdaderamente a sus ovejas. Por otro
lado sentía la angustia, el dolor por las almas que se perderían si no hubiera
alguien digno de abrir el libro. Y esto amados hermanos nos debe llevar a
reflexionar un poquito en cuanto a nuestro interés en participar de ese
sentimiento que sentía Juan y preguntarnos ¿que sentimos al mirar a todas esas
almas que viven sin conocer a Jesucristo? ¿Que tanto valoramos nuestra alma y
la de esas personas? Y en verdad es un reto el que podamos meternos comprometidamente
en el personaje de Juan en esta escena
para valorar con la misma seriedad el riesgo que corrían esas almas y sentir lo
mismo por las que Dios pone a nuestro alcance para compartirles el evangelio.
5 Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He
aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir
el libro y desatar sus siete sellos.
Un anciano como
representante de la Iglesia glorificada, arrebatada y triunfante, de los que rodeaban
el trono consoló a Juan; Los ancianos poseen una iluminación espiritual de lo
alto que les da la experiencia y la comunión constante con Dios, lo que los
identifica como la representación de la Iglesia. El Señor Jesucristo todavía en la Tierra, pronuncia
en el evangelio según Jn. 15:15 “Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no
sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas
que oí de mi Padre, os las he dado a conocer”. Jesús soberano y dueño del mundo
no solamente alcanza la redención para nosotros, sino que redime también a toda
la tierra y lo que en ella hay.
Ya que más adelante se describe a Jesús como el cordero inmolado
en un aparente símbolo contradictorio, aquí se le describe como el León de la tribu de Judá, la raíz de
David en Gn. 49:9-10 El anciano Jacob, cuando estaba muriendo,
llamó a su alrededor a sus doce hijos, y compartió a su hijo Judá esta profecía
“Cachorro
de león, Judá; de la presa subiste hijo mío. Se encorvó, se echó como león, así
como león viejo: ¿quién lo despertará?” “No será quitado el cetro de Judá, ni el
legislador de entre sus pies, hasta que venga Siloh (Él pacificador, Él que trae el descanso, Él que trae la paz)
y a él se congregarán los pueblos”. También
encontramos en 2 de Sam. 7:12-14 El pacto de Dios con David diciéndole que en
el fin de sus días levantara uno de su linaje y afirmare su reino. Él edificara
casa a mi nombre y yo afirmare para siempre el trono de su reino. Cristo Jesús, como León de la tribu de Judá es
el que arrebata la presa al diablo; el que se había apoderado de este mundo a
causa de la rebelión del hombre. Esto escribe Vander Lugt: "Por causa de la rebelión humana,
los hijos de Adán no han podido cumplir el mandato de Dios de sojuzgar la
tierra Gn. 1: 28 Satanás, el adversario de Dios, se ha convertido en el
"dios de este siglo" 2 Co. 4: 4, y en el " príncipe de este mundo " Jn.12: 31; 14: 30; 16: 11
Pero Jesucristo, el León de la tribu de
Judá, se convirtió en el Cordero de Dios para derrotar al diablo y redimirnos He. 2: 14, 15. En Él y a través de Él, cumpliremos con
nuestro llamamiento de sojuzgar la tierra cuando Él vuelva, no antes. La
profecía de Gén. 3:15 “La simiente
de la mujer” te herirá en la cabeza,
refiriéndose a satanás. Esta es una santa ironía hermanos: Un
Cordero es el único digno de romper los sellos que refrenan la ira de Dios
contra las fuerzas del mal, a un Cordero que representa la debilidad, Dios le
ha permitido desatar el poder del juicio de Dios contra los opresores de la
tierra. La realidad es que la debilidad
del Cordero de Dios es increíblemente más fuerte que el poder combinado de sus
enemigos leemos en 1 Cor 1: 25; "Porque lo
insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte
que los hombres"
6 Y miré, y vi que en medio del trono y
de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un
Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son
los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.
Si ponemos atención a la descripción del Cordero, o Corderito,
como se traduce en forma literal del griego. Sólo en el libro de Apocalipsis,
la palabra es "Corderito" ( Arníon) , y se repite 29 veces;
mientras que en el Evangelio lo designa con el nombre más común de (Amnós) , es decir, Cordero el cual
simboliza en la Biblia cuatro cosas: Mansedumbre, humildad, inocencia y pureza.
Estas cuatro cosas son más que suficientes para derrotar al enemigo, pero, es que además de Cordero, Cristo es
León, “Pues como León venció al diablo y llevó cautiva la cautividad” Ef. 4: 8-9; “Yendo al matadero, a la cruz, sumiso y manso como
Cordero, venció al diablo” Col. 2: 15; “Resucitando, como León, libró de las garras
del diablo y sus demonios a todos los que creen en Él y le reciben” Jn. 1: 12
"... estaba
en pie un Cordero como inmolado..."
En el centro de la escena estaba
el trono del Padre, y de pie en el espacio abierto que lo rodeaba estaba el
Hijo, descrito bajo el símbolo de un cordero inmolado, en derredor de ellos
estaban aquellos santos que habían sido redimidos: primero, los representados
por los cuatro seres vivientes; luego los ancianos forman el segundo círculo, y
los ángeles forman el tercero. La dignidad de Cristo mientras se destaca allí
bajo la figura de un cordero inmolado, es el objeto de la admiración de toda la
santa multitud; es tan importante esto porque
representa la ofrenda y el sacrificio de Cristo a la vista de Dios, que se le
sigue representando como en el mismo acto de derramar su sangre para limpiar
las ofensas del hombre.
Así lo ve Juan lo ve inmolado, es decir, sacrificado, pero en
pie, no muerto y echado en el suelo, sino vivo, resucitado, lo ve sacrificado,
porque el sacrificio del Cordero tiene repercusiones para todos los tiempos
posteriores, imaginen hermanos
este bello y asombroso cuadro que Juan
nos narra ve a Jesús resucitado de los muertos, su rostro todavía tenía las marcas provocadas
por una despiadada tortura y una horrible muerte, su parecer era, como dice Is. 52:14 “más desfigurado
que el de los hijos de los hombres”
y es por ese sacrificio lleno de gracia que llegaremos a la presencia de Jesucristo, será una de las cosas más
bellas para ti y para mí; estaremos llenos
de asombro como dice el profeta Zac.
12:10 “Y mirarán a mí, a quien
traspasaron” 13:6 Le preguntarán: “¿Cómo obtuviste esos agujeros en tus manos?”.
“Y él responderá: con ellos fui herido
en casa de mis amigos” y todos los que le veamos podremos confirmar
esto que habrá de suceder en el tiempo que Dios tiene preparado y en el que
esperamos confiadamente. Juan ve
que, Él ahora está en pie, ya no está sentado a la diestra de Dios Él se ha
puesto en movimiento, se está dirigiendo a tomar posesión de su trono de poder,
y preparándose para actuar como un Juez
justo, se acerca a este mundo el tiempo del
juicio, los vientos ya están soplando la Tribulación está por azotar a la
Tierra.
"... que
tenía siete cuernos..." En la
Biblia el cuerno representa poder perfecto, la omnipotencia; y siete es el
número de la plenitud en la Biblia. Dn 7:8; Dt: 33:17; Zac. 1:21
"... y siete ojos, los
cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra" De la misma manera, esos siete ojos representan
plenitud de visión, omnisciencia y omnipresencia, atributos que son sólo de
Dios. Además, esos siete espíritus constituyen la persona del Espíritu Santo Ap. 1: 4; 4: 5; Is.11: 1-2.
7 Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba
sentado en el trono"
Recordemos que aquel ángel fuerte había
pregonando a gran voz quién era digno de
abrir el libro y de desatar los siete sellos, por lo tanto, el Corderito,
tierno, manso, humilde a medida que se acerca para alcanzar el libro se
transformaba simbólicamente en un poderoso rey soberano León, el de la tribu de
Judá, El león simboliza su Majestad llega al
Trono del Padre, y toma el libro. Démonos
cuenta de la disposición que ocupan cada uno de los personajes mencionados: El
Cordero, está de pie en medio del trono
o como traduce otra versión, " en el centro del trono". Al Cordero, le siguen los
cuatro seres vivientes, y a continuación, los veinticuatro ancianos. Jesucristo se
acerca al Trono, a través del tiempo de la Tribulación Él "juzga" al
mundo antes de "reinar" en justicia,
Él ya no es más "el
intercesor" de la Iglesia, porque la Iglesia ahora está con Él, ahora
comienza a actuar como Juez.
8 Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro
seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero;
todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de
los santos.
Observemos que dice: Y cuando hubo tomado el libro y esta es una acción
en tiempo pasado; Este es un gran movimiento
que implica y abarca a toda la creación representada por los veinticuatro
ancianos que junto con los cuatro seres vivientes se postran ante su majestad
el Salvador, y la escena que se
desarrolla ahora es la adoración del Cordero, las arpas significan la alabanza, ocupación de
los que estaremos allí. Ahora, los 24
Ancianos aquí actúan como sacerdotes sólo la Iglesia ejercita el sacerdocio de
los creyentes no solamente en la Tierra, sino también en el Cielo. Jn. 17:22-24 Juan describe las copas de oro, llenas de
incienso, que son las oraciones de los santos, allí está presente la Iglesia,
el Cuerpo de Cristo, por medio de los ancianos, ejerciendo el sacerdocio. El concepto del
incienso quemado como representación de las oraciones de los santos, fue dado
por Dios en el Antiguo Pacto, y lo podemos encontrar en Éx. 30: 1-10.
Estas son nuestras oraciones son tus oraciones y
por si alguna vez has pensado que Dios nunca las oye, aquí puedes descubrir a
donde llegan y lo gratas e importantes que son para Él date cuenta de que son reconocidas y puestas
en copas de oro para la honra y gloria de su nombre. Son importantes, porque aunque salen de tu
mente y de tu boca provienen de lo
profundo de tu corazón, y son
perfeccionadas por el Espíritu de Dios que Clama con gemidos indecibles ¡Aba
Padre! de alguna forma suben allá arriba y son recogidas, no sabemos cómo, pero son puestas delante del trono de Dios
para glorificarle, entonces imagínate a todos en el cielo en medio de toda esta
belleza, que están tocando música y cantando alabanzas. Y
luego en su mano tienen una copa de oro que alzan hacia el trono y Dios sentado
nos mira y escucha la adoración de toda su creación en un mismo espíritu.
9 Y
cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir
sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para
Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;
Estos versículos indican que todos los Seres Vivientes y los Ancianos
cantaban este cántico. Las huestes angelicales se sumaron a la Iglesia en la
alabanza, en cánticos dirigida al Cordero con el libro. Jesucristo es alabado
como el Redentor de los hombres de todo linaje, razas y edades, un día los que
creemos en Jesucristo y le hemos abierto nuestro corazón, un día vamos a formar
parte de ese coro, aunque aquí en la Tierra no sepamos cantar muy bien, allí
cantaremos alabanzas a Aquel que nos amó, hasta la muerte, porque no hay mayor amor que este.
Ahora, este "cántico nuevo" que se menciona es de redención, el
cántico antiguo de antaño era un cántico de creación, en el libro de Job, los
hijos de Dios cantaban, y ellos estaban cantando a Dios, porque era el Creador.
Ellos, en aquel entonces, no conocían
en realidad nada acerca del profundo, incondicional y eterno amor de Dios, pero, hoy nosotros sí podemos cantar a este
amor, tenemos un Salvador que nos ama, el cual se entregó a sí mismo por
nosotros devolviéndonos la libertad del pecado. En Jesús, la justicia y el amor de Dios se
unen reconciliándonos con Él, en un total perdón, la aceptación y el acceso a
su presencia nos es otorgado. La palabra "digno" revela que Él
ahora llena todo el universo de alabanza y de adoración. Este es el significado de esta adoración
devolverle la dignidad a quien la merece, la plenitud de todo lo que es puesto
como estrado de sus pies le pertenece a Él, y Él es el único digno de recibir
alabanza; y todos cantan en el cielo proclamando el sacrificio de su sangre
derramada por amor a nosotros. En el
Antiguo Testamento hay muchas alusiones al cántico nuevo Sal. 33:13; 40:3; 98:1; 144:9; 149:1; Isaías 42:10. Ante todos los eventos importantes para el
pueblo de Dios, éste era motivado a cantar un nuevo canto de alabanza a la
acción divina, es el canto supremo de Dios revelándose en el Mesías y en su
obra redentora a favor de todos los creyentes.
10 y nos has hecho para
nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.
Veamos en
esta escena en qué sentido son sacerdotes, pues asisten a Cristo en su obra
sacerdotal, en el mismo sentido son también reyes, sin duda, porque Cristo se
ha sentado con su Padre en su trono, e indudablemente éstos como ministros
suyos tienen que desempeñar un papel en relación con el gobierno del cielo en
lo que se refiere a este mundo y los veinticuatro ancianos tienen copas o cálices
de oro, llenos de incienso, que son las oraciones de los santos, este ministerio incumbe a los sacerdotes, pero en lo que se
refiere a la tierra hoy nos ha dado el alto honor y confianza de gobernar con
la guía de su Espíritu Santo a su iglesia y entonces caemos en el dilema ¿Jesús ya ha instaurado su reino en la
Tierra? Y la respuesta es por supuesto que sí, y aunque su reino no ha llegado
a su plenitud ya nos ha conferido esa responsabilidad de gobernar en justicia y
santidad, por tal razón debemos de tomar muy en serio nuestro compromiso de
servirle en Espíritu y en Verdad, para
gloria de su nombre aquí y ahora donde aún no todo es gloria inefable, con
nuestro sufrimiento, con nuestras aflicciones y angustias. Nuestro cántico en la Iglesia habla de un
estado muy elevado por nuestra fe y pureza con que el Espíritu de Dios lo
perfecciona todo en tanto que la obra redentora alcanza su plenitud y feliz
término, y todos los justificados por la fe juntamente con toda la familia de
Dios, reinarán sobre la tierra, la herencia prometida y eterna residencia de
los santos. Rom. 4:13 “Pues Dios prometió
a Abraham y a sus descendientes que recibirían el mundo como herencia…”; 2 Ped. 3:13 “Pero nosotros esperamos,
según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la
justicia” Lo referente a
que nos ha hecho sacerdotes de Dios es una alusión a Ef.1:14 “que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de
la posesión adquirida, para alabanza de su gloria” Is.61:6 “Y vosotros seréis llamados sacerdotes de Jehová, ministros
de nuestro Dios seréis llamados; comeréis las riquezas de las naciones, y con
su gloria seréis sublimes”; Rom.
5:17 “Pues si la muerte reino como resultado del delito de un solo hombre,
con mayor razón a aquellos a quienes Dios, en su gran bondad y gratuitamente
hace justos, reinarán en la nueva vida mediante un solo hombre, Jesucristo”; Ef.
2:6 “Y juntamente con Él nos resucito, y así mismo nos hizo sentar en los
lugares celestiales con Cristo Jesús”; Luc.
22:28-30 “Pero vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis
pruebas” “Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asigno a mi” “Para
que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a
las doce tribus de Israel”; 1 Ped. 2:9 “Mas vosotros sois linaje
escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios…; ”Heb.10:16-20 “Este es el pacto que
hare con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus
corazones, Y en sus mentes las escribiré” “Y añade: Y nunca más me acordare de
sus pecados y transgresiones” “Pues
donde hay remisión de estos, no hay más ofrenda por el pecado” “Así que,
hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de
Jesucristo” “Por el camino nuevo y vivo que Él nos abrió a través del velo,
esto es, de su carne”
Esto nos
enseña que podemos ser contemporáneos en lo que pasa justo ahora, inspirados
por el Espíritu de Dios consideremos
hermanos este alto honor que nos comparte Jesucristo y no sigamos pensando que
es cuestión de esperar por tratarse de un reino escatológico, sino vivámoslo
ahora gobernando a su Iglesia veamos esto muy positivo porque se trata de
revelaciones bíblicas ya cumplidas y aunque algunas están por cumplirse con la
libertad que el Señor ya nos dio, cumplamos en obediencia ahora, ya que seremos un reino de sacerdotes que por
la eternidad lo amaremos.
11 Y miré, y oí la
voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los
ancianos; y su número era millones de millones,
Juan fue
introducido a ese templo al principio del capítulo 4 por la puerta que fue
abierta en el cielo. sigue mirando al interior de ese mismo lugar en este
capítulo. Ahora contempla a las huestes
celestiales en derredor del trono están los que son representados por los cuatro
seres vivientes, luego vienen los 24 ancianos Juan ve a una multitud de ángeles
celestiales que rodean el conjunto. ¿Cuántos son? ¿Cuántos, nos parece, podrían
congregarse en el interior del templo celestial? "Millones de millones"
exclama el vidente, parecería que no hay
expresión numérica capaz de abarcar la multitud innumerable, Dan. 7:10 describe "…millares de millares le servían, y
millones y millones asistían delante de Él…” El perfecto y santo mérito de la
sangre de Cristo, que puede limpiarnos de todas nuestras iniquidades y
permitirnos pisar la santa montaña de Sión que solo Moisés pudo pisar, la
excelsa gracia de Dios, que puede prepararnos para resistir la gloria,
brindándonos la osadía para entrar en su presencia sintiendo un gozo indecible
por la seguridad de que hemos sido perdonados.
12 que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el
poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la
alabanza.
Tal es la compañía que Juan vio congregada en el lugar que es el centro
del culto tributado por el universo, y donde se está dando cumplimiento al maravilloso
plan de la redención humana la figura central de esta multitud era la santidad de la vida del Cordero de Dios, y su ofrenda sacrificial,
que arrancaba de la muchedumbre expresiones de adoración, era el derramamiento
de su sangre para la salvación del hombre caído. Todas las voces de aquellas huestes
celestiales se unían para atribuirle la honra que merece: "El Cordero que
fue inmolado es digno de tomar el poder y riquezas y sabiduría, y fortaleza y
honra y gloria y alabanza." Es el clímax de un culto perfecto en adoración
y digno del Cordero. Es un
canto de adoración digno de ser elevado a aquel que por el derramamiento de su
sangre vino en rescate de muchos que andaban perdidos en el pecado, y que, como
nuestro gran Sumo Sacerdote en el santuario celestial, sigue presentando los
méritos de su sacrificio en nuestro favor. Allí, pues, ante tan celestial congregación
universal, ha de ser examinada pronto nuestra vida. Y cabe preguntarnos ¿Qué parte de nuestra historia podría ser
digna para resistir esta prueba escrutadora? ¿Cual de nuestros actos, oraciones
o alabanzas nos habilitará para ser levantados y subsistir al fin con la
mansedumbre sin pecado en el cielo? Y
la respuesta es ninguno, solo Dios, Solo la fortaleza de su Santo Espíritu
es capaz de traer a nosotros la fe que salva y nos hace justos delante del
Padre de las luces.
13 Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de
la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que
está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y
el poder, por los siglos de los siglos.
Toda
criatura viviente se une en este acto de Dios de adoración Universal en el
Cielo y en la Tierra, todos juntos en un mismo Espíritu adorando con esta
profunda intensidad y sonora alabanza. Y
agregando su "amén". En
tanto que la iglesia representada por los 24 ancianos, que aquí se postran para rendir como Iglesia
Universal toda la honra y el honor en una sobrecogedora y reverente adoración. En este versículo encontramos una
declaración extraída de su orden cronológico con el propósito de seguir hasta
su finalización la declaración o alusión anterior. Esto se presenta frecuentemente en la Escritura, en este caso se antepone al
momento en que estará terminada la obra de la redención. En el versículo 10, los cuatro seres vivientes
y los 24 ancianos habían declarado: "Reinaremos sobre la tierra."
Ahora el espíritu del profeta es llevado por anticipado al acontecimiento. Mira hacia adelante al tiempo en que estará
completo el número de los redimidos, el universo liberado del pecado y de los
pecadores, y se elevará un nuevo himno universal de adoración a Dios y al
Cordero.
Es inútil siquiera intentar pensar que un acto tan
puro, santo, diáfano como este, pudiera aplicarse a la iglesia en su condición
actual, o a la de cualquier tiempo pasado desde que el pecado entró en el
mundo, o peor aún desde que Satanás cayó de su exaltada posición de ángel de
luz y amor en el cielo. Porque en el momento del cual habla Juan, toda criatura
del cielo y de la tierra sin excepción alguna eleva su antífona de bendiciones
a Dios. Pero en lo concerniente a este
mundo desde la caída, solo maldiciones, rebeliones, ofensas, injurias y
maledicencias en la voz de quienes han apostatado de la fe son lo que escucha
Dios, en lugar de bendiciones, alabanzas y oraciones y así continuará siendo mientras reine el
pecado.
No se puede hallar cabida, para escenas como esta
que Juan describe, a menos que nos sigamos anticipando al tiempo en que se haya
de cumplir el plan de redención, y mientras tanto los creyentes continuemos
adorando al Dios Altísimo movidos por nuestra fe, y a través de nuestras
constantes muestras de misericordia y justicia para con nuestro prójimo, de
nuestras fervientes oraciones, de nuestras gozosas alabanzas y bendiciones al
nombre de Jesús por su sacrificio que nos justifica y llena de gracia ante el
Padre y nos promete un reinado junto con Él en la Tierra porque “ Por
medio de él reconcilio a todo el
universo ordenándolo hacia Él, tanto lo que está en la tierra como lo que está
en el cielo, haciendo la paz mediante la sangre que Cristo derramo en la
cruz”
No
tenemos que esperar hasta aquel día, adoremos
y alabemos hoy al Padre que está sentado en el trono y al Cordero que se
encuentra sentado a su diestra y tributemos por igual nuestra adoración y
alabanza al Espíritu Santo que hoy nos acompaña en este mundo y nos consuela y
fortalece en nuestras tribulaciones y se goza con nosotros en nuestras alegrías
en tanto vuelve Jesucristo en toda su gloria
“Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre
que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los
que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios
Padre".
14 Los cuatro
seres vivientes decían: Amén; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre
sus rostros y adoraron al que vive por los siglo de los siglos"
Concluyamos hermanos
considerando que las visiones de los capítulos 3 al 5 del libro de las
revelaciones, son una secuencia grafica de todo el propósito de Dios con el
pueblo de Israel y el mundo entero del cual faltan aún muchas cosas por
cumplirse y que hemos podido escudriñar para tener paciencia y sosiego en tanto
que Llega el día en que las promesas de Dios se cumplirán y cuando el Rey venga
y establezca su Reino para siempre, tal y como lo expresa en Dan. 7:13-14 "Miraba
yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como
un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días
y le hicieron
acercarse delante de él”
“ Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que
todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio
eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido”
Bibliografía:
“La
santa Biblia” Casiodoro de Reina 1569. Revisión 1960. Sociedades Bíblicas
Unidas.
“La
Biblia de Estudio Dios habla hoy” Tercera Edición 1994. Sociedades Bíblicas
Unidas
“Diccionario
Expositivo Vine” W. E. VINE. Editorial
Grupo Nelson. Edición 2007.
“Nuevo
Diccionario de la Biblia” A. LOCKWARD.
Editorial UNILIT. Primera Edición 1999.
“Concordancia
Completa de la Santa Biblia” William H.
Sloan. Editorial Libros CLIE. Edición
1987
"Explanatory
Notes Upon the New Testament." Juan
Wesley. comentarios sobre Apocalipsis
5.
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