OREMOS POR LAS PRÓXIMAS
DETERMINACIONES QUE HA DE TOMAR LA CONGREGACIÓN
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CULTO
DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 30 de junio, 19 hrs.
Modera:
A.I. Lauro Adame B.
Llamamiento: Sofonías 3.12-18
Himno: “Dios, grande es tu amor” (56)
Oración de ofrecimiento
Himno:
“Dad a Dios inmortal alabanza” (245)
Momentos de oración
Lectura bíblica: Miqueas 5
Tema: El rey mesiánico
Himno:
“Hay un pastor que a los suyos amó” (247)
Ofertorio
Bendición pastoral
MIQUEAS Y SUS
CONFLICTOS
Haroldo
Reimer
Leyendo Miqueas 1-3
va quedando claro que estamos delante de palabras proféticas bien radicales. En
el trasfondo está un conflicto básico entre campo y ciudad. Se verifica también
un choque cultural. Desarrollos culturales y aculturaciones dentro del mismo y
propio pueblo entran en choque.
Miqueas anuncia que
la élite urbana, así como la misma ciudad junto con el templo, tendrán un fin
inminente (cap. 3). Habrá como que un “vacío de poder”. Y la élite campesina
latifundista será despojada de sus bienes y de la posesión de sus partes de
tierra. Estas familias serán excluidas de la “reforma agraria” propuesta (Mi 2.4-5).
Estamos aquí delante de “sueños revolucionarios”.
Es evidente que la
ruina será grande. En el campo la profecía reactiva el potencial cultural
tribal e incendia la utopía de organización sin explotación excesiva. La gente
del campo se reorganizará según su cultura tradicional (redistribución de la
tierra por sorteo, forma de vida aldeana, etcétera).
¿Y el poder urbano?
La ciudad sucumbirá. Su fin está anunciado. Sufrirá una devastación total, en
la que los campesinos tendrán el papel de protagonistas (cf 3.12 y también
2.8-10). Sobrarán ruinas encubiertas por matorrales. En el imaginario profético
de Miqueas, sin embargo, parece traslucirse también un chance de reorganización
de un poder central. Eso parece estar presente en un fragmento de Miqueas en el
capítulo 5:
Y tú, Belén de Efratá,
pequeña demás para figurar entre los miles de Judá,
de ti saldrá aquel
que habrá de gobernar en Israel.
Su origen es desde los
tiempos antiguos,
desde los días de la
eternidad. (Mi 5.1-2).
El texto tiene aires
mesiánicos. Miqueas prevé un nuevo gobernante. Éste saldrá de la aldea más
insignificante de Judá, de donde nadie sería reclutado para participar del poder
del Estado. Y donde probablemente también nadie estaría corrompido por el
bacilo del poder. Miqueas prevé el resurgimiento de un gobernante como David.19
En eso él se revela como adepto del linaje davídico, tal vez hasta monarquista
como Isaías (Is 11.1-9), sin embargo, con una perspectiva de un “davidismo
campesino”. Después de la ruina, la reorganización tendrá nueva calidad en las
relaciones de poder.
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
Julio: La fe, certeza de lo
que se espera
5 - Santa Cena / Reunión de Consistorio
12 - Reunión congregacional
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