Caravaggio, La crucifixión de San Pedro
11 Queridos
hermanos, ustedes son gente de paso en tierra extraña. Por eso les exhorto a que luchen contra los
apetitos desordenados que hacen guerra al espíritu.
12 Pórtense ejemplarmente entre los paganos,
para que sus buenas acciones desmientan las calumnias de quienes los consideran
malhechores, y puedan también ellos glorificar a Dios el día en que venga a
visitarlos.
13 En atención al Señor, presten acatamiento a
toda autoridad humana, ya sea al jefe del Estado en su calidad de soberano,
14
ya a los gobernantes puestos por Dios para castigar a los malhechores y premiar
a quienes observan una conducta ejemplar.
15 Porque la voluntad de Dios es que, haciendo
el bien, cierren ustedes la boca de los ignorantes e insensatos.
16 Son libres, pero utilicen la libertad para
servir a Dios y no como patente de libertinaje.
17 Traten a todos con deferencia, amen a los
hermanos, teman a Dios, respeten al jefe del Estado.
18 Que los empleados acaten con todo respeto
las órdenes de sus jefes, no sólo de los buenos y amables, sino también de los
impertinentes.
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