Gracias a mí reinan los reyes
y los soberanos administran la justicia.
(8.15)
Si los justos prosperan, se alegra la ciudad;
si los malvados
fracasan, se llena de júbilo. (11.10)
Cuando hay desgobierno, el pueblo se hunde;
muchos consejeros traen
la salvación. (11.14)
No quedará impune el
malvado,
la estirpe de los
justos se salvará. (11.21)
Pueblo numeroso, gloria
del rey;
escasez de gente, ruina
del príncipe. (14.28)
La justicia engrandece a una
nación,
el pecado cubre a los pueblos de vergüenza. (14.34)
El rey favorece al siervo eficiente
y descarga su cólera sobre el inepto.
(14.35)
Es detestable que los reyes hagan el mal,
pues la justicia sustenta su trono. (16.12)
Rey sentado en tribunal
descubre con sus ojos
todo mal. (20.8)
La mente del rey es una
acequia
que el Señor dirige a
donde quiere. (21.1)
A quien declara inocente al culpable,
lo maldicen los
pueblos, lo desprecia la gente; (24.24)
…separa al malvado del
rey
y la justicia
presidirá su reinado. (25.5)
Con paciencia se
convence al gobernante,
palabra amable quiebra
la resistencia. (25.15)
León rugiente y oso
hambriento,
el malvado que explota
a un pueblo desvalido. (28.15)
Gobernante insensato
aumenta la opresión,
el que odia la rapiña
alargará su vida. (28.16)
Cuando gobiernan los
justos, el pueblo disfruta;
cuando manda el
malvado, el pueblo sufre. (29.2)
Un rey justo sostiene
a un país,
el partidario de
sobornos lo arruina. (29.4)
Al gobernante que hace
caso de calumnias,
todos sus servidores
le parecen malvados. (29.12)
Rey que juzga con
justicia a los pobres
afirma su trono para
siempre. (29.14)
Cuando no hay
profecía, el pueblo se desmanda;
dichoso el que cumple
la ley. (29.18)
Muchos buscan el favor
del gobernante,
pero sólo el Señor
imparte justicia. (29.26)
…el gallo orgulloso,
el macho cabrío,
y el rey al frente de
su pueblo. (30.31)
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