1 de abril, 2018
Entonces entró también el otro
discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Y
es que hasta entonces no habían entendido la Escritura, según la cual Jesús
tenía que resucitar triunfante de la muerte.
Juan 20.8-9, TLA
“Hundidos en el miedo, enviados con esperanza”. Así
resumió Chris Ferguson, el secretario general de la Comunión Mundial de
Iglesias Reformadas (CMIR) el mensaje de estos días de recuerdo y conmemoración
litúrgica de la entrega, asesinato y vuelta a la vida de Jesús de Nazaret. Y
afirmó: “Las mujeres que se dirigieron a la tumba para estar junto a los huesos
del Jesús quebrado también preguntaron y a ellas también se les dio una tarea:
“Vayan y cuenten”. Recuerden, recuerden Galilea, donde todavía hay una lucha
por la vida y por la tierra, donde el cuerpo de Jesús se une con otros cuerpos
para dar vida a la lucha por la vida”.[1]
Desde la Federación Luterana Mundial, su presidente
el doctor Panti Filibus Musa llama la atención a lo que está aconteciendo
alrededor de estos días: “Al contemplar la resurrección de Cristo, que las
piedras de la aflicción humana y la enfermedad como las enfermedades, la
pobreza, el hambre, la falta de vivienda, la falta de hogar estable y las
crisis de refugiados y desplazados internos que nos impiden experimentar la
plenitud de la vida, se eliminen. Que seamos empoderados para lidiar con fuerzas
y principados como el extremismo religioso violento, la corrupción, las drogas
ilícitas y la trata de personas, la crisis ecológica, la violencia doméstica y
de género, el abuso infantil, la discriminación racial, los actos brutales
inhumanos contra la humanidad y muchos otros que se mantienen en el camino de
la verdadera libertad, la justicia, la paz, la igualdad de oportunidades y la
dignidad humana para todos”.[2]
Por su parte, y en medio de estos días de
recogimiento, el secretario general del Consejo Mundial de Iglesias ha
subrayado lo sucedido en Palestina ante las protestas por el Día de la Tierra,
en el que han muerto al menos 17 personas y han sido heridas unas 1400 por
parte del ejército israelí. “Esto se ha convertido en una situación crítica para
la vida de las personas y la dignidad de las personas en Gaza”, dijo y agregó:
“Los eventos de los últimos días muestran que es urgente responder a las
extremadamente difíciles condiciones de vida en Gaza con soluciones
constructivas y justas”, y destacó: “Pedimos al gobierno israelí que garantice
los derechos humanos, la libertad de expresión y la necesidad de una paz justa
y condiciones de vida dignas para todas las personas”.[3]
Ante este panorama, brilla con luz propia el
mensaje de la resurrección, mediante el cual queda clara la forma en que Jesús
enseña a vivir desde su pasión y resurrección con un amor y una entrega
irrestrictos a la voluntad de su Padre, del Dios que anunció con tanta
intensidad y que le cumplió la promesa, según lo afirma el Cuarto Evangelio, de
glorificarlo y devolverle la vida. Yendo más allá de la desolación y la
tristeza que ocasionó su muerte, Dios lo restauró y lo levantó como estandarte
de gloria para la consumación de su obra de redención. Luego, le entregó un
lugar de preeminencia que contrasta con los lugares de abandono y soledad que
conoció, según atestigua el Nuevo Testamento. fue reivindicado y, en su persona
transformada, la vida de Dios afirmó su supremacía como principio de todas las
cosas.
Por todo ello, hoy podemos decirle, junto a Karl
Rahner:
[1] C.
Ferguson, “Semana Santa 2018: hundidos en el miedo, enviados con esperanza”, en
http://wcrc.ch/es/noticias/semana-santa-2018-hundidos-en-el-miedo-enviados-con-esperanza,
27 de marzo de 2018.
[2] P.F. Musa,
“…Él ha resucitado…”, en www.lutheranworld.org/news/he-has-risen,
31 de marzo de 2018.
[3] “WCC decries violence on
Israel-Palestinian border”, en www.oikoumene.org/en/press-centre/news/wcc-decries-violence-on-israel-palestinian-border,
31 de marzo de 2018.
[4] K.
Rahner, “Hora santa”, en La hora santa y
las siete palabras. 11ª reimp. Bogotá,
San Pablo, 2007, pp. 3-5, 6.
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