OREMOS POR TODAS LAS ACTIVIDADES DE ESTE MES
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CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 15 de mayo, 19 hrs.
Modera:
Pbro. Alejandro Zamorano
Llamamiento: Salmo 119.65-73
Oración de ofrecimiento
Himno: “Oh, dulce, grata
oración” (510)
Círculo
de oración (elecciones) y testimonios
Lectura bíblica: Ezequiel
33.1-20
Tema: El profeta debe vigilar a su pueblo
Himno: “Grande gozo hay en mi alma hoy” (383)
Ofertorio
Bendición pastoral
EL PROFETA, CENTINELA DE SU PUEBLO
Julio Lamelas Míguez
E
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n Ez 33,1-9 el profeta se presenta
como centinela para describir su función entre los exiliados. No es el primero
en utilizar esta imagen para caracterizar su misión profética. Ya Jeremías
hablaba de estos centinelas que el Señor ha dado a su pueblo para que den la
alerta en caso de peligro (véase Jr 6.17). De profetas centinelas también
hablan Oseas (Os 5.8; 6.5), Habacuc (Hab 2.1) e Isaías (Is 21.6). Ser centinela
es una de las características de los verdaderos profetas, porque los falsos no
acuden a las brechas para ver lo que pasa y avisar inmediatamente al pueblo
(véase Ez 13,5). Los falsos profetas son adivinos, magos y embusteros; el
profeta verdadero es el centinela que vigila y está atento a la palabra de
Dios; no adivina, sino que lee los acontecimientos de la historia para
iluminarlos a través de la palabra de Dios que anuncia. Pero la imagen del
centinela evoca también la urgencia y el peligro, porque el profeta aparece en
los momentos más difíciles y más dramáticos, en los períodos de crisis del
pueblo. Por eso escruta todo aquello que haga referencia a la vida y a la
muerte.
Este es el
problema fundamental que se le plantea al pueblo: Sufrimos el castigo que
merecen nuestro delitos y pecados, y por eso nos estamos consumiendo. ¿Cómo
vamos a poder vivir? (Ez 33,10; véase Ez 18). Sin embargo, para Ezequiel, con
la señal de alarma, todavía hay tiempo para evitar lo peor. Todavía es posible
cambiar el curso de los acontecimientos. El centinela está ahí para que los
malvados a quienes se les dirige la advertencia puedan desandar sus malos
caminos. El Señor quiere la vida del hombre no su muerte (Ez 33.11). Pero es
necesaria la conversión a la que invita frecuentemente el profeta.
Ez 33.10-21
desarrolla el tema de la responsabilidad moral del individuo y la justicia del
castigo de Dios tal como se hacía en Ez 18, aunque con algunas diferencias.
Allí se hablaba de la solidaridad de los padres y los hijos en la culpa y en la
retribución. Aquí se afirma simplemente la retribución personal. Un centinela
que debe dar la alarma para salvar a un pueblo es exactamente la definición de
Isaías y Jeremías. Pero se percibe que Ezequiel no se interesa, en estos
momentos por el pueblo en sí, sino por cada uno de sus habitantes.
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
20 – Domingo
de Pentecostés / Culto de Evangelización /
Culto Unido: Iglesia Antioquía, 17 hrs. / Mesa de Diálogo sobre iglesias y elecciones, 18.30 hrs.
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