domingo, 25 de noviembre de 2018

Fin de año CMIRP 2018, 17 hrs.



Letra 596, 25 de noviembre de 2018


EL DISCIPULADO NOS FORMA Y TRANSFORMA  PARA LA VIDA
Néstor Míguez, Conferencia sobre Misión Mundial y Evangelización

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Déjenme, para concluir, decir algo de mi propio relato. […]  Sin que me sobrara nada, sin embargo, mi infancia fue todo lo feliz que puede ser un niño de clase media, con un padre pastor y una madre maestra de Jardín de infantes, viviendo en un barrio humilde de gente trabajadora. La marginación y el riesgo de vida lo conocí después, cuando ya yo mismo pastor de la iglesia metodista, mi participación en la lucha por la justicia social y los derechos humanos me hizo un perseguido por la dictadura militar en mi país. En esos años sombríos, con tantos compañeros muertos, presos, torturados, exiliados, conocí las amenazas de muerte, la necesidad de ocultarse, el riesgo personal y de mi familia. Sin embargo, junto con otros y otras compañeros y compañeras de lucha, creyentes o no, acompañamos la lucha de las Madres de la Plaza, pudimos sostener y animar a muchas víctimas y sus familias, logramos rescatar a otros perseguidos, ocultar familias enteras, y sacar del país a muchos cuyas vidas estaban en peligro.
No es que no tuviéramos temor. Pero la misión se nos imponía, el mandato solidario era más fuerte, y la ayuda y colaboración de muchos hermanos y hermanas de otros lugares, especialmente de otras iglesias y el propio Consejo Mundial, nos daba la fortaleza y el consuelo necesario para seguir adelante. Allí fue la misión la que nos formó para la vida. Y así sigue siendo frente a otras formas cotidianas de violencia, discriminación y opresión que se siguen dando en el supuesto estado democrático que vivimos en este mundo imperializado. Ni que decir en otros espacios donde el odio y la guerra, donde la ambición insensible de los poderosos y la violencia indiscriminada de los vengativos han hecho de la vida humana un constante camino del calvario.
Los márgenes, que en realidad constituyen hoy la mayoría de nuestra humanidad, son la fuente de nuestro compromiso. Con el poder concentrado en menos del 1% de la humanidad, y con la devastación de los recursos de la creación para satisfacer el lujo de apenas un 10%, mientras casi la mitad de la humanidad aún padece en la pobreza, hay que preguntarse dónde está la vida. El Evangelio es siempre un cuestionamiento de los poderes existentes desde la potencia de la vida de los humildes. Recordemos que en nuestra historia de fe fue en la marginal Galilea, y en el mesías crucificado entre marginales, donde se manifiesta la transcendencia de los excluidos de la historia, que conforman el discipulado capaz de actuar.
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EL CAMINAR DEL DISCÍPULO
DISCIPULADO Y SEGUIMIENTO DE JESÚS
Dietrich Bonhoeffer

La justicia de Cristo

No penséis que he venido a abolir la ley y los profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una i o un ápice de la ley sin que todo se haya cumplido. Por tanto, el que quebrante uno de estos mandamientos menores y así lo enseñe a los hombres, será el menor en el reino de los cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ese será grande en el reino de los cielos. Porque os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos (Mt 5.17-20).

Resultado de imagen para bonhoefferNo es extraño que los discípulos, al oír las promesas hechas por su Señor, en las que se quitaba valor a todo lo que el pueblo estimaba y se alababa todo lo que para él carecía de importancia, viesen llegado el fin de la ley. Se les hablaba y consideraba como a hombres que lo habían conseguido todo por pura gracia de Dios, como a quienes ahora todo lo poseen, como a herederos seguros del reino de los cielos. Tenían la comunidad plena y personal con Cristo, que todo lo había renovado.
Eran la sal, la luz, la ciudad sobre el monte. Por eso, todo lo antiguo ha pasado, se ha disuelto. Parece faltar muy poco para que Jesús establezca una separación definitiva entre su persona y lo antiguo, para que declare abolida la ley del Antiguo Testamento y reniegue de ella con su libertad de Hijo de Dios, liberando también a su comunidad. Por todo lo que había sucedido, los discípulos podían pensar como Marción que, reprochando a los judíos haber falseado el texto, lo cambió del siguiente modo: “¿Pensáis que he venido a cumplir la ley o los profetas? He venido a abolir, y no a dar cumplimiento”. Son innumerables los que desde Marción han leído e interpretado el texto de esta forma. Pero Jesús dice: “No penséis que he venido a abolir la ley y los profetas...”.
Cristo revalora la ley del Antiguo Testamento. ¿Cómo hay que entender esto? Sabemos que se habla a los que le siguen, a los que están ligados solamente a Jesucristo. Ninguna ley podría haber impedido la comunidad de Jesús con sus discípulos, como vimos al interpretar Lc 9.57s. El seguimiento es unión inmediata a solo Cristo. Sin embargo, de forma totalmente inesperada, aparece aquí la vinculación de los discípulos a la ley del Antiguo Testamento. Con esto Jesús indica dos cosas a sus apóstoles: que la unión a la ley no constituye aún el seguimiento, y que la vinculación sin ley a la persona de Jesucristo no puede ser llamada verdadero seguimiento. Pone en contacto con la ley a los que ha concedido todas sus promesas y su plena comunidad.
La ley tiene valor para los discípulos porque así lo dispone aquel a quien ellos siguen. Y ahora surge la pregunta: ¿qué es lo verdaderamente válido: Cristo o la ley? ¿A quién estoy yo ligado? ¿A él sólo, o también a la ley? Cristo había dicho que ninguna ley podía interponerse entre él y sus discípulos. Ahora dice que la abolición de la ley significaría separarse de él. ¿Qué sentido tiene esto?
La ley es la ley del Antiguo Testamento; no se trata de una ley nueva, sino de la antigua, de la que se habló al joven rico y al escriba como revelación de la voluntad de Dios. Si se convierte en un precepto nuevo es sólo porque Jesús vincula a los que le siguen con esta ley. No se trata, pues, de una «ley mejor» que la de los fariseos; es la misma, la ley que debe permanecer con todas sus letras hasta el fin del mundo, que se ha de cumplir hasta en lo más pequeño. Pero sí se trata de una mejor». Quien no posea esta justicia mejor, no entrará en el reino de los cielos, porque se habría separado del seguimiento de Cristo, que le pone en contacto con la ley. Pero los únicos que pueden tener esta justicia mejor son aquellos a quienes Cristo habla, los que él ha llamado. La condición de esta justicia mejor es el llamamiento de Cristo, es Cristo mismo.
Resulta por lo tanto comprensible que Jesús, en este momento del sermón del monte, hable por primera vez de sí mismo. Entre la justicia mejor y los discípulos, a los que se la exige, se encuentra él. Ha venido para cumplir la ley de la antigua alianza. Este es el presupuesto de todo lo demás. Jesús da a conocer su unión plena con la voluntad de Dios en el Antiguo Testamento, en la ley y los profetas. De hecho, no tiene nada que añadir a los preceptos de Dios; los guarda, y esto es lo único que añade. Dice de sí mismo que cumple la ley. Y es verdad. La cumple hasta lo más mínimo. Y al cumplirla, se “consuma todo” lo que ha de suceder para el cumplimiento de la ley. Jesús hará lo que exige la ley, por eso sufrirá la muerte; porque sólo él entiende la ley como ley de Dios. Es decir: ni la ley es Dios, ni Dios es la ley, como si esta hubiese ocupado el puesto de Dios.
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FE, LECTURA Y LIBRE INTERPRETACIÓN: LA FUNCIÓN CULTURAL DE LAS TRADUCCIONES BÍBLICAS (II)

La importancia de la Biblia traducida por Lutero es dimensionada, desde Francia, como sigue, al situarla en el marco de la formación de esa cultura bíblica que sería propia de las iglesias y comunidades protestantes: “Lutero tradujo a partir de los originales hebreos y griegos, y tradujo hacia una lengua de destino comprensible por todos y que se presenta como el equivalente vernáculo de la fuente. Eso significó elevar la lengua vernácula a la categoría de nueva lengua bíblica, lo que no se hacía oficialmente en Occidente desde la Vulgata”. (O. Millet y P. de Robert, Cultura bíblica).
Semejante logro únicamente podría ser apreciado con el paso del tiempo, dado el enorme rechazo que causó en los medios católicos la insólita aparición de una traducción como ésta. Se estableció un hasta entonces inimaginable paradigma cultural, lingüístico y literario que afectaría al resto de las sociedades europeas: cada vez que se tradujesen las Escrituras a un idioma vernáculo se estaría inaugurando una nueva literatura, capaz de ir más allá del dominio del latín como lengua oficial de la iglesia católica, lo que significó el abandono inmediato del mismo, incluso en los ambientes protestantes.
Así, en Suiza se fomentó la traducción al neerlandés en 1526, al alemán en 1530, italiano en 1532 y francés e inglés en 1535. La Biblia de Lutero se reeditó unas 400 veces antes de su muerte. Se dice que Calvino también fundó con varias de sus obras el idioma literario francés.
Por otro lado, el énfasis estrictamente religioso y teológico de la difusión de la Biblia obligó a diferenciarse de las propuestas católicas:

Al hacer de la Biblia la única fuente y autoridad en materia de fe (el principio de la sola Scriptura), al afirmar la claridad de las Escrituras y comprometerse de manera más o menos sistemática a la difusión masiva de su traducción en lengua vernácula, la Reforma protestante inauguró una forma por completo nueva, en la tradición cristiana, de cultura bíblica. Como al comienzo el catolicismo rechazó esos principios, prefiriendo atenerse en esos diferentes campos a principios tradicionales, sin preocuparse por renovar y reformar las formas de aplicación, en este terreno es mejor mencionar, de forma contrastada, los efectos de una y otra reforma religiosa del siglo xvi, empezando por el protestantismo. (O. Millet y P. de Robert)

Otra visión, esta vez desde Italia, manifiesta la vertiente revolucionaria que hizo posible el acceso de miles de personas medianamente letradas, al contenido de la Biblia:

Una revolución es un proceso que implica grupos sociales hasta ahora sometidos, excluidos del poder y del conocimiento. En los años alrededor de 1520, la lectura de los textos sagrados y de todos los libros, folletos y carteles en los que se expresaban las ideas de los reformadores, no tuvo lugar en privado. Ciertamente, la lectura y la meditación individual eran abundantes. Pero la Reforma se convirtió rápidamente en un hecho público: las ideas se debatieron y discutieron en los conventos e iglesias, en los hogares, en los consejos municipales, en los talleres, en las plazas, en las tabernas. Y para ello la relectura de la Sagrada Escritura se transformó en algo radicalmente diferente de las religiones del pasado. (Mario Miegge, Martín Lutero, la Reforma Protestante y el surgimiento de las sociedades modernas). (LC-O)

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ESTEMOS TODOS/AS PRESENTES EN LA ACTIVIDAD DE LA CMIRP, HOY A LAS 17 HRS.

CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 27 de noviembre, 19 hrs.
Modera: A.I. Lauro B. Adame

Llamamiento: Salmo 136.1-9
Oración de ofrecimiento
Himno: “EL cielo canta alegría” (387)
Círculo de oración y testimonios
Lectura bíblica: Daniel 9.1-19
Tema: Oración de Daniel
Himno: “Dulce comunión” (511)
Ofertorio
Bendición pastoral 

ORACIÓN DE DANIEL
José Héctor Lüdy

L
o primero que llama la atención es el interés de Daniel por señalar el tiempo en que comienza a indagar en los escritos del profeta Jeremías que hacen referencia al plazo de 70 años que debían transcurrir antes que Dios liberase a Jerusalén del yugo de la opresión del poder imperialista babilonio. La caída del reino babilonio bajo la dominación medo-persa tuvo lugar en el año 539 a.C; en ese año, para los judíos desterrados se abrió la posibilidad del retorno a la tierra, iniciándose así, al menos en parte, el cumplimiento de la profecía de Jeremías (véase 2 Cr 36.21-22). La fecha indicada por Daniel se vuelve significativa y la pregunta que se hace por la duración de la ruina de Jerusalén adquiere un sentido claro: se ha cumplido la destrucción del reino babilonio pero la promesa de la restauración de Jerusalén todavía debe esperar cumplimiento.

En la perspectiva del redactor final del libro de Daniel, que vive bajo la opresión del poder seléucida y asiste a la destrucción de los muros que rodeaban la ciudad de Jerusalén y a una nueva profanación del templo por orden de Antíoco IV Epífanes, la vuelta del destierro, la reconstrucción de Jerusalén y la reorganización del culto del templo después del exilio no podían constituir el cumplimiento de la profecía de Jeremías. La comunidad judía tiene que pasar todavía un largo periodo de pruebas y sufrimientos antes de que llegue el fin de la desolación. […]

Esta plegaria penitencial, con paralelos en otras súplicas del AT que reflejan una línea de la espiritualidad judía postexílica se articula en dos momentos: a) reconocimiento del pecado (Dn 9.4b-14) y b) súplica de liberación (Dn 9.15-19).

En el primer momento Daniel hace una oración personal en la que confiesa el pecado que, según la teología deuteronomista, ha sido la causa de las calamidades que han sobrevenido al pueblo: la transgresión de la ley de Moisés y no haber prestado atención a lo que Dios hablaba a través de los profetas.

La súplica del perdón presenta el lenguaje dialogal e intenso que se encuentra en algunos salmos (véase Sal 51; 70; 79). Se retoman brevemente los argumentos que se desarrollaron con anterioridad: la bondad y la fidelidad de Dios, en vez de constituir agravantes del pecado cometido, son los motivos de la esperanza del perdón. Se vuelve a reconocer la desgracia como castigo y a invocar la fama de Dios y su alianza, es decir la revelación que Dios ha hecho, como los fundamentos de esta esperanza.
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES

2 – Santa Cena / Reunión de Consistorio

La plenitud de vida anunciada por Jesucristo, L. Cervantes-O.


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25 de noviembre, 2018

Cristo le da a la iglesia todo lo que necesita, y une a todos sus miembros de acuerdo con el plan de Dios.
Colosenses 2.19b, Traducción en Lenguaje Actual

El lenguaje de la carta a los Colosenses da testimonio de una profunda preocupación por el contacto de la comunidad con las ideologías sincréticas que se habían introducido en ella. El apóstol Pablo, a la distancia, enfrentó ese asunto muy a su manera: exhortando a los creyentes a discernirlas crítica y adecuadamente para mantenerse firmes en la fe que habían recibido. La descripción que hace en 2.16-18 es elocuente al máximo en su propósito de redondear sus observaciones para describir sus fallas concretas y la manera en que podían poner en riesgo su fe: primeramente, aparece el recuerdo de los judaizantes que los critican por determinadas comidas o bebidas que hacían (16a) o por no celebrar determinadas fiestas (luna nueva o sábado, 16b). la primera parte del v. 17 es contundente al calificar el sentido de las mismas: “sombra engañosa de lo que estaba por venir”, de manera muy similar a algunas expresiones de la Epístola a los Hebreos. La segunda parte del versículo es directa también: “Lo real y verdadero es Cristo”.

Desde esa plataforma cristológica, el autor se va a referir al culto a los ángeles (18a), una práctica que retomaba elementos de ciertos desarrollos judíos. Todo ello entraba en un contexto que requería explicaciones y análisis más minuciosos:

El papel de los ángeles, guardianes de la Ley, procede de ciertas concepciones judías [en relación con las “Potencias”, “principados y potestades”, RVR], pero aquí resulta extraña la importancia que se da a su papel en el cosmos: ¿no aparecen aquí como los rectores de los cuatro elementos: tierra, agua, aire, fuego (cf. Filón, De Spec. Legibus 11, 255), a partir de los cuales la filosofía de aquella época explicaba la formación del mundo? Al afirmar con energía que Cristo es el único Artífice de la creación (1.15s), Pablo se opone a las especulaciones sobre los intermediarios entre el Dios supremo y el mundo. Observemos que la epístola no utiliza más que una vez el término eón (1,26), característico de los sistemas gnósticos del siglo 11, e incluso lo hace en un sentido banal: desde las “generaciones” (1.26).[1]

Mucha gente creía que las “Potencias” cósmicas (arjás, exousías, kosmokrátoras, Ef 6.12; Col 2.15) dirigían el destino humano, por lo que debían ser honradas mediante un culto que el apóstol denunció como supersticioso y atentatorio contra la única mediación de Cristo. Pero: “Al evocar las Potencias, Pablo pensaba en las energías que se manifiestan en el mundo, energías cósmicas y destino, autoridades políticas necesarias, pero a menudo tiránicas, fuerzas instintivas y oscuras que dirigen el comportamiento de los hombres”.[2] Hoy hablamos de ideologías que producen “estructuras de pecado”, o de corrupción, como en nuestro medio presente (el caso de Perú, con cinco ex presidentes en la cárcel o sujetos a juicio, es enormemente aleccionador). “El mensaje del Nuevo Testamento no recae sobre el análisis de las leyes que dirigen el cosmos y el devenir de las sociedades: es un mensaje de liberación en Cristo. Contra todos los fatalismos que provocan el pesimismo y el desánimo, Pablo no cesa de decirnos que Cristo nos ha liberado de toda servidumbre, de la servidumbre del destino y de la servidumbre de la Ley, y que nos ha abierto el camino real de la agapé”.[3] Ese camino es el de la vida anunciada, compartida y otorgada por el Señor a su pueblo.

Quienes adoraban a los ángeles participaban en los llamados “cultos de misterios”: el verbo embateuein (2.18, “entrando en cosas”), traducido a veces por “preferir” o por “sumergirse en”, significa en sentido propio “pisar el umbral” de un santuario y se usaba en ese tipo de religiones. Asimismo, haría alusión a la visión que se concedía a los neófitos en los ritos de iniciación. Por otro lado, estaban las personas que decían tener visiones, pero que, en realidad, mentían y, además, los hacía ser soberbios o sentirse superiores (18b). Esa actitud los distanciaba automáticamente de Jesucristo, jefe y cabeza de la iglesia (Ef 4.15s) y su razón de ser (19a). La afirmación siguiente resume completamente la fuente de poder y de vida de la iglesia. “Cristo le da a la iglesia todo lo que necesita, y une a todos sus miembros de acuerdo con el plan de Dios” (19b, “nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios”, RVR1960). Esas personas no están unidas a Cristo, quien gobierna su iglesia, la fortalece permanentemente y le proporciona cohesión y sustento (19).

Finalmente, la experiencia de contacto directo con Cristo (“unidos a él por su muerte en la cruz”, 20a) ha liberado a los creyentes de cualquier forma de esclavitud “a los espíritus que gobiernan este mundo” (20b, “rudimentos”, RVR1960; “principios”, RVC; “elementos”, BJ).

Por el bautismo hemos muerto con Cristo no solamente al pecado, sino a todos esos reglamentos que no tienen más que una apariencia de devoción. Después de tres ejemplos: “No tomes; no gustes; no toques”, Pablo alude a una palabra de Isaías (29.13), que representa un gran papel en la controversia a propósito de la pureza ritual: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí; es inútil que me rindan culto, pues las doctrinas que enseñan no son más que preceptos humanos” (cf. Mr 7.6s y Mt 15.9). La alusión a Isaías cobra más interés aún si se piensa que Col no contiene ninguna cita directa de la Escritura más que ésta. […]
Es verdad que hemos resucitado con Cristo, pero tenemos que hacernos (de hecho) lo que somos (de derecho). Aunque la antítesis vida/muerte sea una constante en Pablo (por ejemplo, Rom 6.4; 1 Cor 15.21; 2 Cor 2.16; 4.11s; etcétera), presenta aquí una forma especial, ya que el mismo Cristo es considerado como la vida.[4]

Comportarse como si aún se siguiese bajo el dominio de esas fuerzas es algo inaceptable, sobre todo porque ahora la comunidad es portadora de la nueva vida obtenida en Cristo. Su validez es relativa o secundaria, pero lo primordial ahora es la obediencia al Señor, o mejor aún, experimentar continuamente las bendiciones de vida que Él ha obtenido para su pueblo. Se trata de caminar en ellas para alcanzar la plenitud de vida prometida.


[1] Edouard Cothenet, Las cartas a los colosenses y a los efesios. Estella, Verbo Divino, 1994 (Cuadernos bíblicos, 82), pp 7-8, http://mercaba.org/SANLUIS/CUADERNOS_BIBLICOS/082%20Las%20cartas%20a%20los%20Colosenses%20y%20a%20los%20Efesios%20(EDOUARD%20COTHENET).pdf
[2] Ibíd., p. 27.
[3] Ídem.
[4] Ibíd., pp. 30-31. Énfasis original.

Deuteronomio 5.22-33 / Colosenses 2.16-23, TLA

22 Éstos fueron los mandamientos que Dios les comunicó en voz alta cuando ustedes estaban al pie del monte. Su voz salía desde las llamas de fuego y desde una nube muy espesa. Dios escribió los mandamientos en dos tablas de piedra, y me los entregó, sin añadir nada más.
23 Cuando ustedes oyeron la voz de Dios, que salía de la oscuridad, y vieron que del monte salían llamas de fuego, tuvieron miedo. Entonces los jefes de las tribus y las autoridades del pueblo vinieron a hablar conmigo, 24 y me dijeron: “No hay duda de que nuestro Dios nos ha dejado ver su poder y su grandeza. Hemos oído su voz, que salía de las llamas de fuego. Hoy hemos visto que Dios nos habló, y no morimos.25 Sin embargo, ¿para qué correr el riesgo de morir quemados por este fuego tan terrible? ¡Si volvemos a oír la voz de nuestro Dios, sin duda moriremos! 26 Todo el mundo sabe que no es posible escuchar la voz de Dios, como la hemos oído nosotros, y seguir con vida. 27 Es mejor que tú vayas y escuches todo lo que nuestro Dios tenga que decirnos, y luego nos lo comuniques. Nosotros, por nuestra parte, obedeceremos todo lo que él nos mande”.
28 Dios escuchó lo que ustedes me pidieron, y entonces me dijo: “Está muy bien lo que piensan. 29 Espero que nunca cambien de opinión, y que siempre me adoren y obedezcan mis mandamientos. Así, tanto a ellos como a sus descendientes les irá bien. 30 Ve ahora a decirles que regresen a sus casas, 31 pero vuelve luego y quédate conmigo. Voy a entregarte los mandamientos que deberás enseñarles, para que todos ellos los obedezcan en la tierra que voy a darles”.
32 Por eso, israelitas, no dejen de obedecer ni uno solo de los mandamientos de su Dios. 33 Sigan cada uno de sus consejos, y les irá bien y vivirán muchos años en la tierra que él va a darles.
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16 No dejen que nadie los critique por lo que comen o beben, o porque no celebran ciertas fiestas ni respetan los días de luna nueva o de descanso. 17 Todo eso no era más que la sombra engañosa de lo que estaba por venir. Lo real y verdadero es Cristo. 18 Así que no dejen que nadie los condene, y menos esa gente que adora a los ángeles y que aparenta ser humilde. Dicen que ven visiones, pero mienten. Sus pensamientos los llenan de orgullo, pero sólo piensan cosas malas.19 Esa gente no está unida a Cristo, que es quien gobierna a la iglesia y quien le da más y más fuerzas. Cristo le da a la iglesia todo lo que necesita, y une a todos sus miembros de acuerdo con el plan de Dios.
20 Ustedes están unidos a Cristo por medio de su muerte en la cruz, y ya no están sometidos a los espíritus que gobiernan este mundo. Entonces, ¿por qué se comportan como si todavía estuvieran bajo su dominio? ¿Por qué obedecen a quienes les dicen 21 "No toquen esto", "no coman eso", "no prueben aquello"? 22 Esas reglas no son más que enseñanzas humanas, que con el tiempo van perdiendo su valor. 23 No se puede negar que son útiles, porque enseñan acerca de la conducta religiosa, la humildad y el dominio del cuerpo. Pero lo cierto es que no ayudan a combatir los malos deseos de nuestra naturaleza humana.

Letra 595, 18 de noviembre de 2018


LA CARAVANA DE MIGRANTES LLEGA A TIJUANA, DESDE DONDE PEDIRÁN ASILO A ESTADOS UNIDOS.  “AQUÍ NO NOS QUIEREN. NOS LANZARON PIEDRAS”
BBC Mundo, 17 de noviembre de 2018

migrantes
“No expongan sus vidas ni las de sus hijos. No salten las vallas. No intenten cruzar por el desierto. Esperen a hacer los trámites para pedir asilo”, son las recomendaciones que les hace un equipo de la Secretaría de Derechos Humanos de Honduras a los migrantes de ese país que ya llegaron a Tijuana, en el norte de México, en la frontera con Estados Unidos.
Son ya miles y se quedarán por "un tiempo indefinido, tal vez de algunos meses". Ese es el escenario más probable, según los distintos entrevistados por BBC Mundo. Alden Rivera Montes, embajador de Honduras en México, dice que Tijuana será "un lugar de destino temporal" para los migrantes por entre 6 y 16 meses.
La caravana que salió de San Pedro Sula en Honduras, el 12 de octubre, está llegando en distintos grupos. […] Los migrantes se han concentrado en el centro deportivo Benito Juárez, a unos pasos de la frontera internacional. Ahí se repiten las escenas de refugio que se han visto en su paso por México.
Algunos, la minoría, en especial familias con niños pequeños, duermen en colchonetas en un gimnasio techado. Otros, a ras del piso en unas enormes carpas blancas o en casas de campaña que les han regalado. Hay muchos que duermen bajo plástico o directamente a la intemperie. "En la noche temblamos de frío, en el día nos pega todo el sol", dice Norland, un joven migrante. "Los ciudadanos de Honduras podrían estar aquí por un largo tiempo", reconoce a BBC Mundo el embajador de ese país en México, Alden Rivera Montes. "Todo dependerá de la velocidad con la que Estados Unidos reciba y analice las solicitudes de asilo", dice.
Los miles de migrantes de la caravana se sumarán a una fila de 2 800 de personas de distintos orígenes que están en Tijuana esperando que Estados Unidos los deje pasar. El país centroamericano ha habilitado un “consulado móvil” con el fin de proteger los derechos humanos de sus connacionales, asegurarse de que se sigue el proceso correcto en la solicitud de asilo y proporcionar a los migrantes los documentos que requieren para los trámites, asegura el embajador.
Rivera dice que Estados Unidos tiene la soberanía de decidir a cuántos migrantes de la caravana dará asilo.
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EL CAMINAR DEL DISCÍPULO
DISCIPULADO Y SEGUIMIENTO DE JESÚS
Dietrich Bonhoeffer

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La otra posibilidad consiste en que la sal se vuelva insípida, deje de ser sal. Deja de actuar. Entonces sólo sirve para ser arrojada. El honor de la sal consiste en que debe salar todas las cosas. Pero la sal que se vuelve insípida no puede adquirir de nuevo su antiguo poder. Todo, incluso el alimento más estropeado, puede ser salvado con la sal; sólo la sal que se ha vuelto insípida se pierde sin esperanza. Es el otro aspecto. El juicio que amenaza a la comunidad de los discípulos. La tierra debe ser salvada por la comunidad; sólo la comunidad que deja de ser lo que es se pierde sin salvación. La llamada de Jesucristo le obliga a ser salo quedar aniquilada, a seguirle o ser destruida por el mismo llamamiento. No existe una nueva posibilidad de salvación. No puede existir.
No sólo la actividad invisible de sal, sino el resplandor visible de la luz se ha prometido a la comunidad de los discípulos por el llamamiento de Jesús. «Vosotros sois la luz». No dice: Debéis serlo. La vocación los ha convertido en luz. Ahora están obligados a ser una luz visible; de lo contrario, la llamada no estaría con ellos. ¡Qué imposible, qué fin tan absurdo sería para los discípulos de Jesús, para estos discípulos, querer convertirse en luz del mundo! Esto ya lo ha hecho la llamada al seguimiento. Insistamos en que no es: Vosotros tenéis la luz, sino: Vosotros sois. La luz no es algo que se os ha dado, por ejemplo vuestra predicación, sino vosotros mismos. El mismo que dice de sí: Yo soy la luz, dice a sus discípulos: Vosotros sois la luz en toda vuestra vida, con tal de que permanezcáis fieles a la llamada. Siendo esto así, no podéis permanecer ocultos, aunque queráis.
La luz brilla, y la ciudad sobre el monte no puede estar oculta. Imposible. Resulta visible desde lejos, bien como una ciudad firme o un castillo fortificado, bien como unas ruinas destrozadas. Esta ciudad sobre el monte -¿qué israelita no pensaría en Jerusalén, la ciudad edificada en lo alto?- es la comunidad de los discípulos. A los que siguen a Cristo no se les propone una nueva decisión; la única decisión posible para ellos se ha producido ya. Ahora deben ser lo que son, o dejar de ser seguidores de Jesús. Los seguidores forman la comunidad visible, su seguimiento es una acción visible por la que se apartan del mundo, o no es un auténtico seguimiento. En realidad, el seguimiento es tan visible como la luz en la noche, como un monte en la llanura.
Huir a la invisibilidad es negar el llamamiento. La comunidad de Jesús que quiere ser invisible deja de seguirle. “No se enciende una lámpara para colocarla bajo el celemín, sino sobre el candelero”. Existe también la posibilidad de que se oculte la luz caprichosamente, de que brille bajo el celemín, de que se niegue el llamamiento. El celemín bajo el que la comunidad visible oculta su luz puede ser el miedo a los hombres o una configuración consciente al mundo para conseguir ciertos fines, que pueden ser de tipo misionero o brotar de un falso amor a los hombres. Y también puede tratarse, lo que es mucho más peligroso, de una teología reformadora que se atreve a denominarse theologia crucis [teología de la cruz], y cuyo distintivo consiste en preferir la "humilde" invisibilidad, la configuración plena al mundo, a la visibilidad «farisaica». Lo que caracteriza aquí a la comunidad no es la visibilidad extraordinaria, sino la adaptación a la justitia civilis [justicia civil].
El criterio de lo cristiano es precisamente que la luz no brille. Jesús, sin embargo, dice: Haced brillar vuestra luz ante los paganos. En cualquier caso, es la luz del llamamiento de Cristo la que resplandece. Pero ¿qué luz es la que deben irradiar estos seguidores de Jesús, estos discípulos de las bienaventuranzas? ¿Qué luz debe brotar de ese lugar en el que sólo los discípulos tienen un derecho? ¿Qué tiene en común la invisibilidad y ocultamiento de la cruz, bajo la que se encuentran los discípulos, con la luz que debe brillar? ¿No debe deducirse de ese ocultamiento que también los apóstoles han de hallarse en la oscuridad y no en la luz?
Es un pésimo sofisma deducir de la cruz de Cristo el que la Iglesia deba configurarse al mundo. ¿No reconoce claramente cualquier persona sencilla que, precisamente en la cruz, se ha hecho visible algo extraordinario? ¿O es todo esto justitia civilis, es la cruz configuración al mundo? ¿No es la cruz algo que se ha hecho inauditamente visible en medio de toda oscuridad para terror de los enemigos? ¿No es suficientemente visible que Cristo fue rechazado y debió padecer, que su vida terminó en un patíbulo frente a las puertas de la ciudad? ¿Es esto invisibilidad?
Las buenas obras de los discípulos deben brillar con esta luz. Lo que los hombres han de ver no son vuestras personas, sino vuestras buenas obras, dice Jesús. ¿Cuáles son las buenas obras que pueden ser vistas a esta luz? Únicamente las que Jesús produjo en ellos cuando los llamó, cuando los convirtió bajo su cruz en luz del mundo: pobreza, separación del mundo, mansedumbre, edificación de la paz y, por último, la gracia de ser perseguidos y rechazados, sintetizándose todo en esta sola cosa: llevar la cruz de Cristo. La cruz es la luz extraña que resplandece, la única en que pueden ser vistas todas estas buenas obras de los discípulos.
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FE, LECTURA Y LIBRE INTERPRETACIÓN: LA FUNCIÓN CULTURAL DE LAS TRADUCCIONES BÍBLICAS (I)

Todo protestante fue Papa con una Biblia en la mano.
Nicolás Boileau

Reformas religiosas y lectura
La consolidación de las reformas religiosas del siglo XVI significó también el surgimiento de una nueva cultura relacionada con la lectura y la interpretación de la Biblia, lo que ya se había anunciado con el inicio de la imprenta a partir de Gutenberg y sus antecedentes. Sin afán de idealizar la asociación entre el movimiento encabezado por Lutero y ese gran avance tecnológico que revolucionó para siempre el ambiente cultural, además de los procesos formativos dentro y fuera de las iglesias, puede afirmarse que la lectura ya no volvería a ser lo que fue y pasó a experimentarse como un auténtico laboratorio masivo en donde las ideologías podrían recorrer desde la intimidad de las habitaciones hasta los foros más visibles.
Un apretadísimo resumen de Javier Aranda Luna, redactado a propósito de la aparición de la película más reciente sobre la vida de Martín Lutero (Alemania-Estados Unidos, director: Eric Till, 2003), ofrece algunas pautas para apreciar globalmente algunos aspectos del movimiento iniciado por ese monje agustino alemán y que repercutirían en todos los ámbitos de la sociedad de su tiempo y, progresivamente, en los demás países y culturas occidentales.
Su énfasis recae en la cultura escrita: “Si hacemos a un lado a Sumer y sus tablas de arcilla hendidas por punzones, me parece que el mayor acto cultural de Occidente tuvo lugar en el castillo de Wartburgo en 1521. Allí un monje, perseguido por el papa León X y el emperador Carlos V, tradujo la Biblia al alto alemán. Con su traducción no sólo logró convertirse en el principal promotor de la lectura de todos los tiempos sino, también, en el iniciador de la literatura alemana”.
Bien vale la pena tomar cada sección de la cita para deconstruirla y advertir las dimensiones del cambio cultural que emergió en aquellas circunstancias:

a) se subraya el acto cultural (“el mayor de Occidente”) de la traducción de la Biblia en el castillo de Wartburgo entre 1521 y 1522 (aunque publicada completa 12 años después), es decir, mediante una labor de tradición monacal, muy medieval, para popularizar el acceso a las Sagradas Escrituras, tan restringido en aquella época;
b) al escapar de la represión violenta y obtener el apoyo de un potentado, el reformador-traductor se concentró en hacer accesible el texto de las Sagradas Escrituras al pueblo común, para el que resultaba inaccesible su texto hasta ese momento; y
c) se promueve la lectura y, al mismo tiempo, se da inicio a una tradición literaria nueva y de grandes alcances. Cada aspecto es relevante por separado y, en conjunto, apunta hacia una de las mayores realidades que se incubaron y desarrollaron durante los años previos y posteriores a esa fecha.

A su vez, el luterólogo católico español Teófanes Egido, profesor de la Universidad de Valladolid, explica las dimensiones de la obra emprendida por el reformador:

Simplificando en demasía, la Biblia de Lutero superaba los lenguajes más o menos dialectales de versiones anteriores. Optó por la lengua cancilleresca, más universal, modernizada, pero adecuándola, en difícil pero conseguida conjunción, al idioma literario y al hablar de la gente. Por ello, se ha visto como creadora en buena parte del alemán moderno. Se decía que los luteranos de entonces tenían la sensación de que la palabra de Dios había sido pronunciada en alemán. Y su lectura, en tantas variedades, influyó en el idioma, que sigue usando tantos giros, tantas voces y expresiones que tienen su origen en la Biblia de Lutero.
(LC-O)

sábado, 24 de noviembre de 2018

Avisos y actividades


OREMOS POR TODOS LOS HERMANOS/AS ENFERMOS Y CON NECESIDAD DE LA IGLESIA
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CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 20 de noviembre, 19 hrs.
Modera: D.I. Laura Cabrera B.

Llamamiento: Salmo 135.1-7
Oración de ofrecimiento
Himno: “Bellas palabras de vida” (13)
Círculo de oración y testimonios
Lectura bíblica: Daniel 8.13-27
Tema: El carnero y el macho cabrío (II)
Himno: “En momentos así” (411)
Ofertorio
Bendición pastoral

EL CARNERO Y EL MACHO CABRÍO (II)
José Héctor Lüdy

E
n la segunda parte de la visión (Dn 8,9- 14) el autor del libro de Daniel pasa de una referencia a las campañas militares de Antíoco IV a una descripción apocalíptica del enfrentamiento entre el emperador seléucida y la comunidad judía. Este paso se nota particularmente en las expresiones que usa para referirse a la tierra de Palestina y a la comunidad judía.

Las campañas de conquista realizadas por Antíoco IV se dirigieron hacia Egipto (el sur), hacia el reino de los partos (el este) y hacia Palestina. Los versículos 10-12 son de difícil lectura e interpretación. Probablemente se refieren al nuevo culto imperial impuesto en el templo de Jerusalén. Cabe pensar en una alusión a la deposición del sumo sacerdote Onías III, un personaje muy querido por la comunidad judía; igualmente las estrellas que son pisoteadas serían los mártires de la comunidad judía que resiste en medio de la persecución (véase Dn 12,3 donde "las estrellas" designan a los sabios judíos que se mantienen fieles a la ley mosaica). Pero también esta sección puede entenderse en un sentido escatológico y trascendente, pues al atacar la religión judía, Antíoco IV desafiaba al mismo Dios que velaba sobre su pueblo; con esta interpretación parecerían estar más de acuerdo los capítulos siguientes. Siguiendo esta interpretación y teniendo presente, además, que en Daniel el uso del título de "jefe" o "príncipe" designa siempre un personaje del ámbito divino (véase Dn 10,13.20-21; 12,1), es posible referir el título jefe del ejército al personaje celeste Miguel que aparecerá más adelante. La profanación del santuario, la supresión del sacrificio perpetuo y el establecimiento de la iniquidad constituyen claras referencias al comportamiento de Antíoco IV con respecto al culto judío (véase 1 Mac 1,21-24.41-53; 2 Mac 6,1-7).

El sentido de arrastró por los suelos la verdad (o la fidelidad) se puede entender tanto de la persecución de Antíoco contra la verdadera religión como del abandono de las costumbres patrias por parte de todos aquellos judíos que se pasaron al helenismo siguiendo la política religiosa del gobierno seléucida.

En el diálogo entre los dos santos con que se concluye el relato de la visión (probablemente el santo -en el sentido de jieí- que pregunta es el propio Daniel), se menciona la iniquidad devastadora. Es muy probable que con esta expresión se aluda a la entronización de la estatua del dios Baal Shamem en el templo de Jerusalén por obra del poder seléucida.
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES

25 – Reunión de la CMIRP, 17 hrs.

Apocalipsis 1.9, L. Cervantes-O.

29 de agosto, 2021   Yo, Juan, soy su hermano en Cristo, pues ustedes y yo confiamos en él. Y por confiar en él, pertenezco al reino de Di...