LA RECONSTRUCCIÓN INTEGRAL DEL PUEBLO DE DIOS
SAMBALAT, TOBÍAS Y GUESEM, ENEMIGOS DE NEHEMÍAS
Francisco Bernal, Protestante Digital, 6 de mayo de 2013
El libro bíblico de Nehemías lo describe como un alto funcionario de la administración del rey
persa Artajerjes I. Bajo los auspicios de la corte viajó a Jerusalén para
reconstruir sus murallas, encontrándose la oposición de Sambalat, Tobías y
Guesem, gobernadores respectivamente de Samaria, Amón y de las tierras árabes
de Quedar, (Neh 2). Los hechos pertenecen a la época del retorno de los judíos
a su patria, después de sufrir la deportación que llevó a cabo el rey
Nabucodonosor de Babilonia.
Tras surgir posteriormente el
imperio persa con una política que favorecía las costumbres y religiones
locales de los pueblos conquistados (edicto que promulgó Ciro el grande,
recogido en el conocido cilindro de arcilla de Ciro), los judíos regresaron en
varias fases a Judá. Antes de que Nehemías llegara a Jerusalén ya se había
reconstruido el templo bajo el gobierno de Zorobabel y el sumo sacerdote Josué
en el año 516 a.C.
Por entonces se produjo la
obstrucción de los samaritanos a las obras del templo, al ser rechazada su
colaboración por el yahvismo sincretista que practicaban. La vuelta del
destierro al antiguo reino de Judá, la reconstrucción del templo y la llegada a
Jerusalén de Nehemías, un importante cargo de la corte persa con intención de
restaurar la capital y sus fortificaciones, fueron vistas como una amenaza por
los pueblos vecinos y concretamente por Samaria, de la que dependía Judá hasta
entonces en su estructura de gobierno.
La petición que hizo Nehemías de
una subvención real (Neh 2.8) para la reconstrucción de los muros de Jerusalén,
posiblemente se vería favorecida por una nueva estrategia de la administración
persa, al potenciar las defensas de la ruta por el interior de Palestina hacia
Egipto que estaba bajo su dominio, por el peligro de que los griegos cortaran
las comunicaciones a través de la costa.
Para el arqueólogo David
Ussishking de la Universidad de Tel Aviv, la reconstrucción de las murallas
llevadas a cabo por Nehemías en el año 445 a.C., se harían sobre las antiguas
que levantó el rey Ezequías en el siglo VIII aC, para defender Jerusalén del
rey asirio Senaquerib. El texto de Neh 7:4 va en línea con esta idea, al
indicar que una vez reconstruido sus muros, la ciudad era grande, espaciosa y
había poca gente en ella, por lo que se vio obligado a repoblarla con
habitantes de las poblaciones vecinas según Neh 11:1-2.
Otro argumento, es el gran número
de puertas que tenía Jerusalén, según la descripción de los libros de Esdras y
Nehemías. En la imagen vemos parte del gran muro de 7 metros de ancho
construido por el rey Ezequías, hallado por Nahman Avigad en la década de 1970.
Por otro lado, sobre la llamada estructura escalonada de piedra, en el lado
oriental de la antigua Jerusalén, la arqueóloga Eilat Mazar, anunció en el año
2009 el hallazgo del muro reconstruido por Nehemías en el siglo V a.C., al
desmontar una torre que estaba dañada por excavaciones realizadas en la década
de los años veinte del siglo pasado.
En la imagen se aprecia el muro
entre las dos torres defensivas. Respecto a Sambalat, principal enemigo de
Nehemías, que intentó atacar Jerusalén mientras este rehabilitaba los muros
(Neh 4.6-8), tenemos referencias en los papiros hallados en la isla de
Elefantina, cerca de Asuán, en la primera catarata del río Nilo. En esta isla
existía una colonia militar judía, posiblemente desde el reinado de Manasés.
Los papiros encontrados, escritos en arameo, informan de la existencia de un
templo consagrado a Yaho que fue destruido en el año 410 a.C.
Como los judíos de Elefantina no
podían reconstruir el templo, el jefe de la comunidad, Jedonías, escribió al
gobernador de Yehud (nombre de Judá en el periodo persa), Bagohi, para que le
ayudaran en la reconstrucción, comentándole que también había escrito a Delaía
y Selemías, hijos y sucesores de Sambalat, con la misma petición. “A nuestro
señor Bagohi, gobernador de Judea, tus servidores Yedonías y sus colegas, los
sacerdotes de la fortaleza de Elefantina… Si le parece bien a nuestro Señor,
preocúpate de que se construya este santuario, ya que a nosotros no se nos
permite construirlo… Además, a propósito de todo este asunto, hemos enviado una
carta en nuestro propio nombre a Dalahay y a Shelemyah, los hijos de Sanbalat,
el gobernador de Samaria”. (Traducción: Jacques Briend, Israel y Judá en los textos del Próximo Oriente Antiguo.) En este
documento, del mismo modo se menciona al sumo sacerdote Johanán, nieto de
Eliasib, sumo sacerdote cuando llegó Nehemías a Jerusalén (Neh 12.10-11):
“…cuando se nos hizo aquel mal, enviamos una carta a este propósito a nuestro
Señor y también a Johanán el sumo sacerdote y sus colegas, los sacerdotes de
Jerusalén…”.
Estos datos proporcionan
coincidencias con el texto bíblico de Nehemías y confirman las indicaciones
cronológicas de su estancia en Jerusalén. El nombre de la familia Sambalat
también aparece en los llamados "Papiros de Samaria". Los papiros hallados
en una cueva del Wadi ed-Daliyed al norte de Jericó, pertenecían a familias
adineradas de Samaria, que se habían refugiado de las tropas de Alejandro Magno
durante la revuelta samaritana en la que habían quemado a Andrómaco, prefecto
de Siria-Palestina. En la cueva se encontraron más de 300 esqueletos,
evidenciándose que habían sido asfixiados por el humo de un incendio provocado
en la boca de la gruta.
Los papiros de Samaria escritos
en paleo-hebreo, estaban en mal estado de conservación. Uno de ellos lleva un
sello de arcilla adherido con la inscripción: “Yahu, hijo de Sambalat,
gobernador de Samaria”. Otro fragmento también menciona a Sambalat en
referencia a un documento escrito en Samaria. Tobías de Amón, igualmente
enemigo de Nehemías, formaba parte de una familia yahvista de la que se tiene
constancia hasta el siglo II a.C. Procedía de Araq al-Amir al norte del río
Yaboc, en Transjordania. Allí se hallaron los restos de un palacio de estilo
helenístico llamado Qasr al-Abd, construido por el último Tobías, aunque hay
arqueólogos como Stephen Rosenberg, que lo identifica como un mausoleo. Cercano
a él hay un grupo de cuevas, dos de las cuales conservan la inscripción de
Tobías.
Respecto al tercer opositor de
Nehemías nombrado en el texto bíblico (Neh 6:1), Guesem, era rey de Quedar y
tenemos referencias del siglo V aC en un recipiente de plata hallado en Tell
el-Maskhutah (la bíblica Sucot),al este del delta del río Nilo. El tazón recuperado
estaba junto con otras tres vasijas consagradas a la diosa de Arabia Han-Allat
y tiene una inscripción con el nombre de su oferente: “Qainu, hijo de Guesem,
rey de Quedar”.
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EL PROYECTO DE LOS OPOSITORES DE NEHEMÍAS (IV)
Esteban Arias Ardila
Una cuarta evidencia develadora del verdadero carácter del proyecto de Nehemías se manifiesta en la
denuncia del capítulo 5, que se convierte en gran clamor del pueblo y de las
mujeres contra sus hermanos judíos: habían tenido que pedir prestado grano para
comer y vivir; se habían visto obligados a empeñar sus tierras, sus viñas y sus
casas para poder comprar grano y así alimentarse; incluso habían tenido que
pedir prestado dinero hipotecando sus parcelas, para pagar el tributo del rey;
pero la denuncia no para ahí, sino que además manifiestan que sus hijos y sus
hijas habían sido empeñados(as) y ahora no tenían cómo pagar el rescate, debido
a que las tierras que les habían prometido ya no eran de ellos(as) sino de los
detentores del poder imperial (véase también Neh 9.36-37), a través de Nehemías
que se presentaba como el gran benefactor, implementando reformas que a la
postre no repercutieron en beneficio para la población (Neh 5.6-14).
¿Hay
un vínculo entre los opositores a Nehemías y el proyecto de Ruth?
Hemos dicho que la llegada de Nehemías a Jerusalén se sitúa por
el 445 a.C. Esta es la misma época en que se escribiría el libro de Ruth, que
registra una respuesta concreta a Esdras y Nehemías, los cuales expulsaron a
las mujeres extranjeras basados en el seguimiento al naciente judaísmo (Esd 9.11-12;
Neh 8.18; 9.2).
Todos(as) sabemos que Ruth se
presenta como una mujer de ascendencia moabita y mujeres como ella estarían siendo
el foco de los ataques y las expulsiones deliberadas de estos dos personajes que,
siendo de origen judaíta, representaban los intereses del imperio de los
persas.
De manera por demás incoherente
con esta política, basada en el imperio de la ley, Nehemías estaba garantizando
la seguridad de los únicos extranjeros (los persas), que tenían licencia para
ejercer control sobre una de las regiones más estratégicas de dicho imperio.
Esta situación de persecución, de señalamiento y acusaciones contra las mujeres
extranjeras, una de las cuales sería el personaje de la historia de Ruth, es
muy semejante a la manera como es tildado Tobías y sus amigos, incluidos la
profetisa Noadías, los demás profetas, las mujeres del capítulo 5 y el
sacerdote Eliasib (Neh 13.4). Esta identidad entre Tobías y Ruth está claramente
probada por el origen amonita de Tobías. Ruth la moabita y Tobías el amonita remontan
su origen, según la propia Biblia, al grupo abrahámico al cual pertenecía Moab
y Amón, hijos de Lot en sus propias hijas (Gn 19.30-38).
La identidad de propuestas
coincide en la importancia de incentivar un modelo que no privilegia ni el
templo, ni la corte del rey, ni el sacerdocio oficial con sus rituales que
justifican y desconocen deliberadamente la esclavitud y la injusticia.
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