domingo, 16 de junio de 2019

Letra 623, 16 de junio de 2019


LA RECONSTRUCCIÓN INTEGRAL DEL PUEBLO DE DIOS
SAMBALAT, TOBÍAS Y GUESEM, ENEMIGOS DE NEHEMÍAS
Francisco Bernal, Protestante Digital, 6 de mayo de 2013

El libro bíblico de Nehemías lo describe como un alto funcionario de la administración del rey persa Artajerjes I. Bajo los auspicios de la corte viajó a Jerusalén para reconstruir sus murallas, encontrándose la oposición de Sambalat, Tobías y Guesem, gobernadores respectivamente de Samaria, Amón y de las tierras árabes de Quedar, (Neh 2). Los hechos pertenecen a la época del retorno de los judíos a su patria, después de sufrir la deportación que llevó a cabo el rey Nabucodonosor de Babilonia.
Tras surgir posteriormente el imperio persa con una política que favorecía las costumbres y religiones locales de los pueblos conquistados (edicto que promulgó Ciro el grande, recogido en el conocido cilindro de arcilla de Ciro), los judíos regresaron en varias fases a Judá. Antes de que Nehemías llegara a Jerusalén ya se había reconstruido el templo bajo el gobierno de Zorobabel y el sumo sacerdote Josué en el año 516 a.C.
Por entonces se produjo la obstrucción de los samaritanos a las obras del templo, al ser rechazada su colaboración por el yahvismo sincretista que practicaban. La vuelta del destierro al antiguo reino de Judá, la reconstrucción del templo y la llegada a Jerusalén de Nehemías, un importante cargo de la corte persa con intención de restaurar la capital y sus fortificaciones, fueron vistas como una amenaza por los pueblos vecinos y concretamente por Samaria, de la que dependía Judá hasta entonces en su estructura de gobierno.
La petición que hizo Nehemías de una subvención real (Neh 2.8) para la reconstrucción de los muros de Jerusalén, posiblemente se vería favorecida por una nueva estrategia de la administración persa, al potenciar las defensas de la ruta por el interior de Palestina hacia Egipto que estaba bajo su dominio, por el peligro de que los griegos cortaran las comunicaciones a través de la costa.
Para el arqueólogo David Ussishking de la Universidad de Tel Aviv, la reconstrucción de las murallas llevadas a cabo por Nehemías en el año 445 a.C., se harían sobre las antiguas que levantó el rey Ezequías en el siglo VIII aC, para defender Jerusalén del rey asirio Senaquerib. El texto de Neh 7:4 va en línea con esta idea, al indicar que una vez reconstruido sus muros, la ciudad era grande, espaciosa y había poca gente en ella, por lo que se vio obligado a repoblarla con habitantes de las poblaciones vecinas según Neh 11:1-2.
Otro argumento, es el gran número de puertas que tenía Jerusalén, según la descripción de los libros de Esdras y Nehemías. En la imagen vemos parte del gran muro de 7 metros de ancho construido por el rey Ezequías, hallado por Nahman Avigad en la década de 1970. Por otro lado, sobre la llamada estructura escalonada de piedra, en el lado oriental de la antigua Jerusalén, la arqueóloga Eilat Mazar, anunció en el año 2009 el hallazgo del muro reconstruido por Nehemías en el siglo V a.C., al desmontar una torre que estaba dañada por excavaciones realizadas en la década de los años veinte del siglo pasado.
En la imagen se aprecia el muro entre las dos torres defensivas. Respecto a Sambalat, principal enemigo de Nehemías, que intentó atacar Jerusalén mientras este rehabilitaba los muros (Neh 4.6-8), tenemos referencias en los papiros hallados en la isla de Elefantina, cerca de Asuán, en la primera catarata del río Nilo. En esta isla existía una colonia militar judía, posiblemente desde el reinado de Manasés. Los papiros encontrados, escritos en arameo, informan de la existencia de un templo consagrado a Yaho que fue destruido en el año 410 a.C.
Como los judíos de Elefantina no podían reconstruir el templo, el jefe de la comunidad, Jedonías, escribió al gobernador de Yehud (nombre de Judá en el periodo persa), Bagohi, para que le ayudaran en la reconstrucción, comentándole que también había escrito a Delaía y Selemías, hijos y sucesores de Sambalat, con la misma petición. “A nuestro señor Bagohi, gobernador de Judea, tus servidores Yedonías y sus colegas, los sacerdotes de la fortaleza de Elefantina… Si le parece bien a nuestro Señor, preocúpate de que se construya este santuario, ya que a nosotros no se nos permite construirlo… Además, a propósito de todo este asunto, hemos enviado una carta en nuestro propio nombre a Dalahay y a Shelemyah, los hijos de Sanbalat, el gobernador de Samaria”. (Traducción: Jacques Briend, Israel y Judá en los textos del Próximo Oriente Antiguo.) En este documento, del mismo modo se menciona al sumo sacerdote Johanán, nieto de Eliasib, sumo sacerdote cuando llegó Nehemías a Jerusalén (Neh 12.10-11): “…cuando se nos hizo aquel mal, enviamos una carta a este propósito a nuestro Señor y también a Johanán el sumo sacerdote y sus colegas, los sacerdotes de Jerusalén…”.
Estos datos proporcionan coincidencias con el texto bíblico de Nehemías y confirman las indicaciones cronológicas de su estancia en Jerusalén. El nombre de la familia Sambalat también aparece en los llamados "Papiros de Samaria". Los papiros hallados en una cueva del Wadi ed-Daliyed al norte de Jericó, pertenecían a familias adineradas de Samaria, que se habían refugiado de las tropas de Alejandro Magno durante la revuelta samaritana en la que habían quemado a Andrómaco, prefecto de Siria-Palestina. En la cueva se encontraron más de 300 esqueletos, evidenciándose que habían sido asfixiados por el humo de un incendio provocado en la boca de la gruta.
Los papiros de Samaria escritos en paleo-hebreo, estaban en mal estado de conservación. Uno de ellos lleva un sello de arcilla adherido con la inscripción: “Yahu, hijo de Sambalat, gobernador de Samaria”. Otro fragmento también menciona a Sambalat en referencia a un documento escrito en Samaria. Tobías de Amón, igualmente enemigo de Nehemías, formaba parte de una familia yahvista de la que se tiene constancia hasta el siglo II a.C. Procedía de Araq al-Amir al norte del río Yaboc, en Transjordania. Allí se hallaron los restos de un palacio de estilo helenístico llamado Qasr al-Abd, construido por el último Tobías, aunque hay arqueólogos como Stephen Rosenberg, que lo identifica como un mausoleo. Cercano a él hay un grupo de cuevas, dos de las cuales conservan la inscripción de Tobías.
Respecto al tercer opositor de Nehemías nombrado en el texto bíblico (Neh 6:1), Guesem, era rey de Quedar y tenemos referencias del siglo V aC en un recipiente de plata hallado en Tell el-Maskhutah (la bíblica Sucot),al este del delta del río Nilo. El tazón recuperado estaba junto con otras tres vasijas consagradas a la diosa de Arabia Han-Allat y tiene una inscripción con el nombre de su oferente: “Qainu, hijo de Guesem, rey de Quedar”.
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EL PROYECTO DE LOS OPOSITORES DE NEHEMÍAS (IV)
Esteban Arias Ardila

Una cuarta evidencia develadora del verdadero carácter del proyecto de Nehemías se manifiesta en la denuncia del capítulo 5, que se convierte en gran clamor del pueblo y de las mujeres contra sus hermanos judíos: habían tenido que pedir prestado grano para comer y vivir; se habían visto obligados a empeñar sus tierras, sus viñas y sus casas para poder comprar grano y así alimentarse; incluso habían tenido que pedir prestado dinero hipotecando sus parcelas, para pagar el tributo del rey; pero la denuncia no para ahí, sino que además manifiestan que sus hijos y sus hijas habían sido empeñados(as) y ahora no tenían cómo pagar el rescate, debido a que las tierras que les habían prometido ya no eran de ellos(as) sino de los detentores del poder imperial (véase también Neh 9.36-37), a través de Nehemías que se presentaba como el gran benefactor, implementando reformas que a la postre no repercutieron en beneficio para la población (Neh 5.6-14).

¿Hay un vínculo entre los opositores a Nehemías y el proyecto de Ruth?
Hemos dicho que la llegada de Nehemías a Jerusalén se sitúa por el 445 a.C. Esta es la misma época en que se escribiría el libro de Ruth, que registra una respuesta concreta a Esdras y Nehemías, los cuales expulsaron a las mujeres extranjeras basados en el seguimiento al naciente judaísmo (Esd 9.11-12; Neh 8.18; 9.2).
Todos(as) sabemos que Ruth se presenta como una mujer de ascendencia moabita y mujeres como ella estarían siendo el foco de los ataques y las expulsiones deliberadas de estos dos personajes que, siendo de origen judaíta, representaban los intereses del imperio de los persas.
De manera por demás incoherente con esta política, basada en el imperio de la ley, Nehemías estaba garantizando la seguridad de los únicos extranjeros (los persas), que tenían licencia para ejercer control sobre una de las regiones más estratégicas de dicho imperio. Esta situación de persecución, de señalamiento y acusaciones contra las mujeres extranjeras, una de las cuales sería el personaje de la historia de Ruth, es muy semejante a la manera como es tildado Tobías y sus amigos, incluidos la profetisa Noadías, los demás profetas, las mujeres del capítulo 5 y el sacerdote Eliasib (Neh 13.4). Esta identidad entre Tobías y Ruth está claramente probada por el origen amonita de Tobías. Ruth la moabita y Tobías el amonita remontan su origen, según la propia Biblia, al grupo abrahámico al cual pertenecía Moab y Amón, hijos de Lot en sus propias hijas (Gn 19.30-38).
La identidad de propuestas coincide en la importancia de incentivar un modelo que no privilegia ni el templo, ni la corte del rey, ni el sacerdocio oficial con sus rituales que justifican y desconocen deliberadamente la esclavitud y la injusticia.

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