POR LA DEFENSA DEL ESTADO LAICO (II)
Jaime Hernández Ortiz
La Jornada Jalisco, 12 de mayo de 2008
“Al protestantismo mexicano lo nacionaliza, si el verbo tiene algún sentido en materia religiosa, el número de víctimas o, desde otra perspectiva, de mártires. La historia de las persecuciones es atroz. Y es impresionante el número de templos quemados o lapidados, así como el número de comunidades hostigadas en grados que incluyen con frecuencia el linchamiento, el número de pastores y feligreses asesinados o abandonados muy mal heridos”.
Tolerancia y persecución religiosa
“En 1816, un ciudadano inglés, anglicano, al no descubrirse al paso del santísimo fue insultado, golpeado y, finalmente, linchado por una turba que suplía a la Santa Inquisición en funciones. Muy influido por Voltaire, y su notable defensa del hugonote Jean Calas, José Joaquín Fernández de Lizardi –cuyo seudónimo es El Pensador Mexicano– valerosamente criticó lo acontecido y se pronunció por la tolerancia. Este es el primer escrito que localizó en México a propósito de un hecho fundamental, aunque advertido marginalmente (…)”.
En el Congreso Constituyente de 1857 fue fundamental el debate sobre tolerancia. Hubo movilizaciones contra la libertad de cultos, y en La Cruz, revista católica, se afirmó que la religión católica es una garantía de paz y orden para la sociedad, “puesto que siempre predicó la obediencia a las autoridades e incluso a las peores; así pues, más que nunca es necesaria en una época de disturbios”. La libertad de cultos es monstruosa e impracticable, añade El Omnibus, porque se restaurarán las fiestas de Baco y de Venus, y los indios, idólatras, quedarán facultados para restaurar el culto a Huitzilopochtli y reanudar los sacrificios humanos interrumpidos por más de 300 años”.
Si creen distinto no son mexicanos
“Porque denunciar el fanatismo y proclamar la racionalidad de la fe de quien denuncia, representa un avance importante. Es así de simple, aunque no así de esquemático. Porque el anticlericalismo es, en su momento, una defensa de los Derechos Humanos. Hoy día con todo este amasiato Estado-Iglesia católica, se quiere presentar al anticlericalismo como una fuerza negativa. Y esto no es cierto. El anticlericalismo en México cumplió durante mucho tiempo funciones muy importantes de indagación, de creación y ampliación de espacios de libertad y de contención de la política brutal de exterminio de los derechos humanos (…).
“Quiero subrayar el hecho de que el protestantismo es legítimo porque ha persistido legalmente; aunque para llegar a este punto ha pasado por una batalla muy larga. Finalmente la sociedad tendrá que convencerse de lo evidente: la diferencia es el sustento de la pluralidad en todos los ámbitos de la vida social”.
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LA NUEVA MASCULINIDAD: ENTREVISTA A JUAN CARLOS KREIMER (I)
Xavier Coll y Julia
www.concienciasinfronteras.com/PAGINAS/CONCIENCIA/
masculin.html
Ante el empuje emancipador de la mujer, el hombre con su imagen, sus prerrogativas, han quedado profundamente cuestionados. Al hombre, sin aparente salida, no le queda otra que pararse y reflexionar, cuestionar ese modelo, y encontrar otra forma de ser hombre desde una búsqueda profunda de su masculinidad. ¿Cómo integrar para él su razón y su sentimiento, su fortaleza y su fragilidad, su sexualidad y su receptividad?, ¿cómo no tener miedo a la vulnerabilidad, a perder el control, a ceder poder, a ser solidario? En definitiva ¿cómo encontrar otro modelo cuando sólo se tiene un modelo?
En tus libros planteas el surgimiento de una nueva masculinidad, cómo encontrar nuevos sentidos, como rehacerse hombre hacia una identidad más amplia de la que hasta ahora éste se había identificado. ¿Cómo has llegado a plantear esta nueva dimensión y en qué está basado tu trabajo sobre la masculinidad?
Está basado fundamentalmente en una necesidad personal y de un grupo de hombres que empezamos a reconocer que no teníamos un espacio propio donde compartir lo que nos pasaba sin ser interpretados, estereotipados o criticados. Empezó con unos matrimonios amigos cuando nos reuníamos. Nos dábamos cuenta que cuando las mujeres se iban hablábamos de forma diferente, podíamos utilizar códigos de varones sin ser malinterpretados, códigos propios de varones. A partir de ahí empecé a enterarme de que los grupos de hombres ya existían en Canadá, Brasil, Costa Oeste Norteamericana, en España y Chile. Había grupos de hombres que estaban investigando esta problemática, investigando a partir de vivencias. En aquel momento empecé a buscar trabajos de reflexión sobre la condición masculina y solamente encontraba algunos hechos por mujeres, en verdad había muy pocos hace seis o siete años. Salvo «Hombres de Hierro» escrito por hombres, en Estados Unidos. Esta realidad me hizo dar cuenta de que eso era lo mejor que nos podía pasar porque nos permitiría empezar de cero, empezar a investigar y ver qué nos pasaba, a reflexionar sobre nuestra condición con menos condicionamientos.
Me imagino que esa época coincidió con un fuerte aumento del feminismo, ¿en qué medida, esos grupos, tienen algo que ver con una reacción ante la voz que tomaba la mujer?
Me interesa hacer una especificación, porque los grupos de hombres empezaron a salir a la superficie junto con el feminismo, que no con las feministas, porque el movimiento de las mujeres tuvo un primer periodo, allá en los años 60-70, de mucha confrontación, de mucho rechazo, donde todo vínculo con hombres era malo, dañino, tóxico. Poco a poco el movimiento se fue desnudando y las mujeres se dieron cuenta de que no podían hacer un cambio social sin los hombres. Vieron que era mucho más rico para ellas empezar a descubrir la Mujer, lo Femenino, y ahí aparecieron todos los grupos de identidad femenina, los grupos junguianos, empezaron a hablar de los arquetipos femeninos, de ser mujer, de la diosa que había en toda mujer, y en términos mucho mas cotidianos, las mujeres empezaron a descubrir su aspecto femenino. Entonces surgen los grupos de hombres. No aparecen como grupos para trabajar el aspecto femenino del hombre, son grupos de hombres machistas; no van a trabajar su aspecto mas sensible, sino que son hombres que acompañaron los fenómenos sociales que hubo en las últimas décadas; hombres que comprendieron los reclamos del feminismo hacia lo masculino por todo lo que la masculinidad acarreaba de ideas patriarcales, de ideas de predominancia de ser un modelo que respondía a un sistema capitalista destructor y empezaron a replantearse su parte masculina.
Yo creo que la mujer, o el movimiento feminista a posteriori, ha reflexionado y ha visto que en la historia no solamente ha sido víctima dentro del sistema patriarcal, también ha sido de alguna manera cómplice. ¿En qué medida el hombre está también atrapado por el modelo patriarcal?, ¿cómo es este modelo para el hombre y cómo se debate?
Muchos hombres que tenemos entre 30, 40 y 50 años hemos sido criados bajo un modelo de educación, en nuestra casa, escuela y sociedad, que respondía a un modelo patriarcal, y se ha impreso en nuestro psiquismo. No podemos decir «de esto me olvido»; nuestra mente está formada con un sistema patriarcal. Por otro lado, los hombres hemos ido evolucionando y vivimos a caballo entre dos paradigmas, el viejo y el nuevo, y hemos sido capaces de ir a caballo de los dos. Pero sigue el modelo patriarcal, nos cuesta aflojarnos y decir «no sé qué hacer». Es necesario revisar y explorar para poder llegar a una síntesis clara para que, por lo menos, nuestros hijos reciban en la educación un nuevo modelo de su padre. Aquí también aparece el modelo patriarcal a la superficie: a medida que crecen nuestros hijos nos vamos dando cuenta de como todo lo que criticábamos de nuestros padres, de las autoridades escolares o de la sociedad como representantes de un orden que pone límites de alguna manera lo adherimos y lo continuamos con nuestros hijos.
Jaime Hernández Ortiz
La Jornada Jalisco, 12 de mayo de 2008
“Al protestantismo mexicano lo nacionaliza, si el verbo tiene algún sentido en materia religiosa, el número de víctimas o, desde otra perspectiva, de mártires. La historia de las persecuciones es atroz. Y es impresionante el número de templos quemados o lapidados, así como el número de comunidades hostigadas en grados que incluyen con frecuencia el linchamiento, el número de pastores y feligreses asesinados o abandonados muy mal heridos”.
Tolerancia y persecución religiosa
“En 1816, un ciudadano inglés, anglicano, al no descubrirse al paso del santísimo fue insultado, golpeado y, finalmente, linchado por una turba que suplía a la Santa Inquisición en funciones. Muy influido por Voltaire, y su notable defensa del hugonote Jean Calas, José Joaquín Fernández de Lizardi –cuyo seudónimo es El Pensador Mexicano– valerosamente criticó lo acontecido y se pronunció por la tolerancia. Este es el primer escrito que localizó en México a propósito de un hecho fundamental, aunque advertido marginalmente (…)”.
En el Congreso Constituyente de 1857 fue fundamental el debate sobre tolerancia. Hubo movilizaciones contra la libertad de cultos, y en La Cruz, revista católica, se afirmó que la religión católica es una garantía de paz y orden para la sociedad, “puesto que siempre predicó la obediencia a las autoridades e incluso a las peores; así pues, más que nunca es necesaria en una época de disturbios”. La libertad de cultos es monstruosa e impracticable, añade El Omnibus, porque se restaurarán las fiestas de Baco y de Venus, y los indios, idólatras, quedarán facultados para restaurar el culto a Huitzilopochtli y reanudar los sacrificios humanos interrumpidos por más de 300 años”.
Si creen distinto no son mexicanos
“Porque denunciar el fanatismo y proclamar la racionalidad de la fe de quien denuncia, representa un avance importante. Es así de simple, aunque no así de esquemático. Porque el anticlericalismo es, en su momento, una defensa de los Derechos Humanos. Hoy día con todo este amasiato Estado-Iglesia católica, se quiere presentar al anticlericalismo como una fuerza negativa. Y esto no es cierto. El anticlericalismo en México cumplió durante mucho tiempo funciones muy importantes de indagación, de creación y ampliación de espacios de libertad y de contención de la política brutal de exterminio de los derechos humanos (…).
“Quiero subrayar el hecho de que el protestantismo es legítimo porque ha persistido legalmente; aunque para llegar a este punto ha pasado por una batalla muy larga. Finalmente la sociedad tendrá que convencerse de lo evidente: la diferencia es el sustento de la pluralidad en todos los ámbitos de la vida social”.
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LA NUEVA MASCULINIDAD: ENTREVISTA A JUAN CARLOS KREIMER (I)
Xavier Coll y Julia
www.concienciasinfronteras.com/PAGINAS/CONCIENCIA/
masculin.html
Ante el empuje emancipador de la mujer, el hombre con su imagen, sus prerrogativas, han quedado profundamente cuestionados. Al hombre, sin aparente salida, no le queda otra que pararse y reflexionar, cuestionar ese modelo, y encontrar otra forma de ser hombre desde una búsqueda profunda de su masculinidad. ¿Cómo integrar para él su razón y su sentimiento, su fortaleza y su fragilidad, su sexualidad y su receptividad?, ¿cómo no tener miedo a la vulnerabilidad, a perder el control, a ceder poder, a ser solidario? En definitiva ¿cómo encontrar otro modelo cuando sólo se tiene un modelo?
En tus libros planteas el surgimiento de una nueva masculinidad, cómo encontrar nuevos sentidos, como rehacerse hombre hacia una identidad más amplia de la que hasta ahora éste se había identificado. ¿Cómo has llegado a plantear esta nueva dimensión y en qué está basado tu trabajo sobre la masculinidad?
Está basado fundamentalmente en una necesidad personal y de un grupo de hombres que empezamos a reconocer que no teníamos un espacio propio donde compartir lo que nos pasaba sin ser interpretados, estereotipados o criticados. Empezó con unos matrimonios amigos cuando nos reuníamos. Nos dábamos cuenta que cuando las mujeres se iban hablábamos de forma diferente, podíamos utilizar códigos de varones sin ser malinterpretados, códigos propios de varones. A partir de ahí empecé a enterarme de que los grupos de hombres ya existían en Canadá, Brasil, Costa Oeste Norteamericana, en España y Chile. Había grupos de hombres que estaban investigando esta problemática, investigando a partir de vivencias. En aquel momento empecé a buscar trabajos de reflexión sobre la condición masculina y solamente encontraba algunos hechos por mujeres, en verdad había muy pocos hace seis o siete años. Salvo «Hombres de Hierro» escrito por hombres, en Estados Unidos. Esta realidad me hizo dar cuenta de que eso era lo mejor que nos podía pasar porque nos permitiría empezar de cero, empezar a investigar y ver qué nos pasaba, a reflexionar sobre nuestra condición con menos condicionamientos.
Me imagino que esa época coincidió con un fuerte aumento del feminismo, ¿en qué medida, esos grupos, tienen algo que ver con una reacción ante la voz que tomaba la mujer?
Me interesa hacer una especificación, porque los grupos de hombres empezaron a salir a la superficie junto con el feminismo, que no con las feministas, porque el movimiento de las mujeres tuvo un primer periodo, allá en los años 60-70, de mucha confrontación, de mucho rechazo, donde todo vínculo con hombres era malo, dañino, tóxico. Poco a poco el movimiento se fue desnudando y las mujeres se dieron cuenta de que no podían hacer un cambio social sin los hombres. Vieron que era mucho más rico para ellas empezar a descubrir la Mujer, lo Femenino, y ahí aparecieron todos los grupos de identidad femenina, los grupos junguianos, empezaron a hablar de los arquetipos femeninos, de ser mujer, de la diosa que había en toda mujer, y en términos mucho mas cotidianos, las mujeres empezaron a descubrir su aspecto femenino. Entonces surgen los grupos de hombres. No aparecen como grupos para trabajar el aspecto femenino del hombre, son grupos de hombres machistas; no van a trabajar su aspecto mas sensible, sino que son hombres que acompañaron los fenómenos sociales que hubo en las últimas décadas; hombres que comprendieron los reclamos del feminismo hacia lo masculino por todo lo que la masculinidad acarreaba de ideas patriarcales, de ideas de predominancia de ser un modelo que respondía a un sistema capitalista destructor y empezaron a replantearse su parte masculina.
Yo creo que la mujer, o el movimiento feminista a posteriori, ha reflexionado y ha visto que en la historia no solamente ha sido víctima dentro del sistema patriarcal, también ha sido de alguna manera cómplice. ¿En qué medida el hombre está también atrapado por el modelo patriarcal?, ¿cómo es este modelo para el hombre y cómo se debate?
Muchos hombres que tenemos entre 30, 40 y 50 años hemos sido criados bajo un modelo de educación, en nuestra casa, escuela y sociedad, que respondía a un modelo patriarcal, y se ha impreso en nuestro psiquismo. No podemos decir «de esto me olvido»; nuestra mente está formada con un sistema patriarcal. Por otro lado, los hombres hemos ido evolucionando y vivimos a caballo entre dos paradigmas, el viejo y el nuevo, y hemos sido capaces de ir a caballo de los dos. Pero sigue el modelo patriarcal, nos cuesta aflojarnos y decir «no sé qué hacer». Es necesario revisar y explorar para poder llegar a una síntesis clara para que, por lo menos, nuestros hijos reciban en la educación un nuevo modelo de su padre. Aquí también aparece el modelo patriarcal a la superficie: a medida que crecen nuestros hijos nos vamos dando cuenta de como todo lo que criticábamos de nuestros padres, de las autoridades escolares o de la sociedad como representantes de un orden que pone límites de alguna manera lo adherimos y lo continuamos con nuestros hijos.
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