PASTOR SUDAFRICANO PRESIDIRÁ LA COMUNIÓN MUNDIAL DE IGLESIAS REFORMADAS (CMIR)
Dafne Sabanes
Grand Rapids, 25 de junio de 2010 (ALC). Jerry Pillay, un pastor de la Iglesia Presbiteriana Unida de Africa del Sur, fue electo como el primer presidente de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR). Pillay, quien tiene un doctorado en Misiología y fue moderador de su iglesia, tendrá a su cargo liderar a esta nueva organización ecuménica que reúne a 230 iglesias en 108 países, con alrededor de 80 millones de fieles.
Pillay es un líder eclesial reconocido por su trabajo a favor del diálogo y la reconciliación. Ha integrado comisiones de mediación en el conflicto entre la Iglesia Reformada Holandesa y la Iglesia Reformada Unida de Sudáfrica y ha trabajado también en comisiones de mediación en conflictos por cuestiones eclesiales e interreligiosas en Zimbabwe y Madagascar.
"Creo que estamos llamados a potenciar la voz y la labor de las iglesias en este nuevo capítulo de la vida de nuestro trabajo conjunto", dijo Pillay en conferencia de prensa. "Mis prioridades están concentradas en reforzar la fraternidad entre las iglesias y sus fieles, mantener la unidad y sostener una misión comprometida, siendo proféticos y solidarios y trabajando por el cambio en nuestro mundo de hoy".
Junto a Pillay fueron elegidos cuatro vicepresidentes y un tesorero general. Estas seis personas integran el Comité Ejecutivo junto a otros 16 miembros que representan a las iglesias en las ocho regiones de la CMIR. Esta elección exige una cuidadosa labor del Comité de Nominaciones para mantener en el Comité Ejecutivo el balance regional, de género, edad y entre laicos y pastores.
Helis Barraza Díaz, de la Iglesia Presbiteriana de Colombia, fue elegido vicepresidente por América Latina. Hay otros dos latinoamericanos en el Comité Ejecutivo: Clayton Leal da Silva, de la Iglesia Presbiteriana Independiente de Brasil, y Carola Tron, de la Iglesia Evangélica Valdense del Río de la Plata.
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"MI DIOS Y PADRE DE USTEDES, MI DIOS Y DIOS DE USTEDES": LA IMAGEN DE DIOS PADRE EN LOS EVANGELIOS (IV)
Francisco Reyes Archila
Revista de Interpretación BíblicaLatinoamericana, núm.56
La expresión "mi padre" en boca de Jesús como un Dios bondadoso
Las expresiones "mi padre" y "nuestro padre" tienen probablemente el mismo significado de ’abba, y resumen muy bien la vivencia de un buen padre. "En Jesús la vivencia del padre -la vivencia del ’abba- constituye el núcleo más íntimo y original de su personalidad. De ella, como un centro vital, mana una confianza sin límites, que aún hoy hace inconfundible su figura" .
La expresión "mi padre" (Mt 11,27; 12,50: 26,39.42; Jn 2,16; 5,17; 14,20; 20,17) resume la vivencia de un padre bondadoso y justo, como aquel "que está en los cielos, que hace salir el sol sobre malos y buenos y hace llover sobre justos e injustos" (Mt 5,45). Además de la expresión "mi padre", con toda la carga de sentido que tiene, se complementa con la expresión "el padre de ustedes" (Mt 5,45.48: 6,8; 7,11; 10,20.29; 23,9; Mc 11,25; Lc 6,36). Esta imagen de Dios como padre misericordioso está simbolizado en algunos de los personajes, todos ellos masculinos, centrales de las parábolas que nos hablan del reino de Dios (Mt 18,23-35; 20,1-16; Lc 15,11-32), en el rey misericordioso, el padre de familia (oikodéspotes) justo y el padre misericordioso. "El símbolo dinámico de la basileia de Dios evoca en imágenes siempre renovadas la bondad misericordiosa del Dios de Israel y la igualdad y la solidaridad del pueblo de Dios."
Para Juan la Palabra del Padre es verdad (Jn 17,17), él mismo es la verdad. Es un padre justo (Jn 17,25) y consolador (Jn 14,16.25-26). Un Dios padre que da vida y da la vida (Jn 5,21; 6,40). Un Dios Padre que es vida (Jn 12,50), que ama al hijo (5,20) que no juzga a nadie (Jn 5,22). Esto nos lleva a concluir, que esta imagen de Dios como un padre bueno y justo estaba muy enraizada en el imaginario teológico común de comunidad de Juan. Lo que define la esencia de ese Dios es el amor incondicional a sus hijos e hijas (1Jn 4,8). Un Dios padre que cuida a sus hijos (Jn 17,11.15)
Dios padre se revela, como parte de su bondad, como un Dios que perdona. "Y cuando estén orando, perdonen, si tienen algo contra alguien, para que también el Padre de ustedes que está en los cielos les perdone a ustedes sus pecados" (Mc 11,25, ver Mt 18,35). Pecado se entiende aquí como la culpa que resulta de una trasgresión. Si para el judaísmo legalista, el pecado era el resultado de una trasgresión de la ley, para el cristianismo es el resultado de la trasgresión a la ley fundamental: el amor a Dios y al prójimo. Perdonar es el restablecimiento de la relación amorosa con el prójimo y con Dios (reconciliación). Así, Dios se muestra como un padre que busca a cualquier costo la reconciliación entre "sus hijos e hijas" y de ellos/ ellas con él. El perdón es el primer paso para la reconstrucción de los tejidos amorosos que lo une con su pueblo. La capacidad de perdonar viene de la bondad y la misericordia fundamental de Dios. Poco a poco van apareciendo rasgos significativos que van ayudando a perfilar una contra imagen con relación a aquellas que culturalmente eran predominantes y que servían como fundamento simbólico de una sociedad patriarcal y esclavista.
El Dios "padre de ustedes" se manifiesta también como un Dios que conoce las necesidades de sus hijos e hijas. "El Padre de ustedes conoce la necesidad que tienen antes que ustedes le pidan" (Mt 6,8). En Mt 6,32, las necesidades hacen referencia a la comida y el vestido, es decir, a las necesidades corporales básicas. Pero no se conforma con conocer sus necesidades, sino que se preocupa por satisfacerlas. "Pues si ustedes, a pesar de ser malos, saben dar buenas cosas a sus hijos, ¿cuánto más el Padre de ustedes que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?" (Mt 7,11). La plenitud de esta donación de Dios padre es el reino de Dios a los pequeños (Lc 12,32).
Pero es también un Dios Padre que es exigente con sus hijos. Llegar a ser hijos de Dios padre implica imitarlo (mimesis): "sean, pues, misericordiosos, como también el Padre de ustedes es misericordioso" (Lc 6,36). "Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, bendigan a los que los maldicen, hagan el bien a los que los odian y oren por los que los maltratan y los persiguen,, para que sean hijos del Padre de ustedes que está en los cielos." (Mt 5,44-45) Debe haber entonces una correspondencia al amor y misericordia de Dios, que se debe expresar como una "imitación" del amor misericordioso de Dios. Los hijos e hijas deben ser como el padre. De la teología paterna surge entonces una ética concreta de amor a los demás, incluidos los enemigos.
La experiencia que Jesús tiene de este Dios, es como la experiencia que tiene un niño con un buen padre, marcada por la ternura, la confianza y la alegría. Y llama la atención esta experiencia de Jesús, cuando su "padre humano", según los evangelios, prácticamente esta ausente de su vida. Con seguridad, que la experiencia con María su madre, presente a lo largo de todo el evangelio va a ser el fundamento vivencial que le posibilita recrear la imagen de padre. Prácticamente lo materno y lo paterno se confunde en una sola experiencia mucho más indivisible y íntegra de la paternidad/ maternidad.
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LECTURAS BÍBLICAS 2010 (18)
JUAN 8.17-26, Biblia en lenguaje Actual
17 La ley de ustedes dice que se necesitan dos testigos para probar que algo es verdad.18 Pues bien, yo hablo bien de mí mismo; y mi Padre, quien me envió, también habla bien de mí.
19 Entonces le preguntaron:
―¿Dónde está tu padre?
Jesús les respondió:
―Si me conocieran, conocerían a mi Padre. Pero como no me conocen, tampoco a él lo conocen.
20 Jesús dijo todo esto mientras enseñaba en el templo, en el lugar donde se ponen las ofrendas. Pero nadie se lo llevó preso, porque no había llegado el momento de que todos supieran quién era él realmente.
21 Jesús habló de nuevo:
--Yo me voy, y ustedes me buscarán. Pero no pueden ir a donde yo voy, porque morirán sin que Dios les perdone sus pecados.
22 Los jefes judíos dijeron:
--¿Estará pensando en matarse, y por eso dice que no podemos ir a donde él va?
23 Jesús les aclaró:
―Ustedes son pecadores, como todos los que viven en este mundo. Pero yo no soy de este mundo, porque vengo del cielo.24 Por eso les dije que si no creen en mí, ni en quién soy yo, morirán sin que Dios les perdone sus pecados.
25 Le preguntaron:
―¿Y quién eres tú?
Jesús les contestó:
―¿Por qué tengo que responderles?
26 Más bien, yo tengo mucho que decir de todo lo malo que ustedes hacen. El que me envió dice la verdad, y yo sólo digo lo que le escuché decir.
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EL PROGRESO DEL PEREGRINO, DE JOHN BUNYAN
EVANG. — ¿Qué haces aquí, Cristiano?
Cristiano no supo contestar; la vergüenza le tenía atada lengua.
EVANG. — ¿No eres tú el hombre que encontré llorando fuera de los muros de la ciudad de Destrucción?
CRIST. — Sí, señor; yo soy.
EVANG. — ¿Cómo, pues, tan pronto te has extraviado del camino que yo te señalé?
CRIST. — Así que hube pasado el Pantano del Desaliento me encontré con uno, que me persuadió de que en la aldea de enfrente hallaría un hombre que me quitaría mi carga. Parecía muy caballero, y tantas cosas me dijo, que me hizo ceder, y me vine acá; mas cuando llegué al pie de la montaña y la vi tan elevada y tan pendiente sobre el camino, de repente me detuve, temiendo que se desploma sobre mi Ese caballero me preguntó adonde iba, y se lo dije; también quiso saber si tenía yo familia, y le respondí afirmativamente; pero añadiéndole que esta tan pesada carga me impedía tener en ella el gozo que antes disfrutaba. A toda prisa, pues —me dijo—, es preciso que te deshagas de esa carga; y en lugar de ir en dirección de esa portezuela, donde esperas obtener instrucciones para ello, yo te indicaré un camino mejor y más derecho, y sin las dificultades con que tropezarías en el otro. Este camino añadió —te llevará a la casa de un hombre hábil en eso de quitar cargas. —Yo le creí, dejé el camino que usted me había marcado, y tomé éste; mas habiendo llegado aquí, tuve miedo al ver estas cosas, y no sé qué hacer.
EVANG. — Detente un poco y oye las palabras del Señor. (Cristiano, en pie y temblando, escuchaba.)