domingo, 13 de junio de 2010

Letra 173, 6 de junio de 2010


"MI PADRE Y PADRE DE USTEDES, MI DIOS Y DIOS DE USTEDES": LA IMAGEN DE DIOS PADRE EN LOS EVANGELIOS (I)
Francisco Reyes Archila
Revista de Interpretación Bíblica Latinoamericana, núm. 56


¿Es posible y legítimo hacer una lectura de la expresión "Padre" desde una perspectiva de género masculino que sea realmente liberadora tanto para varones como para mujeres? ¿Podemos seguir nombrando a Dios como padre a partir de nuestra experiencia de padre y desde un horizonte que busque humanizar mucho más nuestras relaciones sociales? Dos de las preocupaciones que nos sirven como punto de partida y como hilo conductor de nuestra reflexión son, primero, la imagen común del padre, prototipo del varón adulto, presente en nuestros imaginarios sociales y estructurante de la sociedad patriarcal. Y segundo, la revisión de la función que la imagen de Dios como padre ha jugado en la conformación de ese imaginario, intentando por una parte liberarla de su carga enajenante; y por otra, cargarla de nuevo con un sentido más holístico y humanizante.
En un primer momento colocaremos algunos de los elementos hermenéuticos que nos van a servir como criterio y, a la vez, como justificación para reflexionar sobre la imagen de Dios padre en la perspectiva de género - masculino. Luego, en un segundo momento, entraremos a profundizar en la imagen de Dios padre que nos presentan los evangelios, teniendo como horizonte el contexto social de tipo patriarcal propio de la época. […]
El sistema patriarcal pretende plantear un modelo homogéneo del padre, como parte esencial de la construcción hegemónica de la dominación del varón sobre la mujer. Imagen que incluye roles, competencias, hábitos, valores, formas de pensar e incluso formas institucionales como leyes o normas. Construcción que hace en oposición a las imágenes femeninas ―maternas. Una oposición que va a servir de base para la dominación patriarcal y para el resto de enajenaciones que brotan de ella, al considerar las imágenes paternas como las más importantes. Pero esta pretensión es sólo una ilusión. El resultado práctico es la multiplicidad de imágenes del padre, que van desde las más tradicionales hasta aquellas que se colocan en el polo contrario. No queremos caer en este juego esencialista y, por tanto, queremos darnos la oportunidad de construir imágenes totalmente diferentes de que lo significa ser padre y, de esta manera, romper con estos paradigmas esencialistas y homogéneos.
La paternidad es parte esencial, aunque no la única, que define la masculinidad. Así como la maternidad no es la única dimensión que define la feminidad. Sin embargo, el padre (el varón adulto) es la figura que determina en gran medida el modelo de una masculinidad tradicional y dominante. Además, la imagen del padre es relacional, pues no sólo está en correspondencia con la imagen de la madre (como lo masculino lo está en relación con lo femenino), sino que está también en correlación con los hijos. La identidad paterna se define tanto en relación con la madre, como con los hijos, con lo femenino como con lo infantil. Por eso, cuando hablamos de un paradigma masculino dominante, nos estamos refiriendo a una masculinidad adulta.
El patriarcado se define como una relación de poder , comprendido como dominación y superioridad, que ejerce el varón adulto sobre la mujer y los niños. La primera dimensión de está dominación ha sido bastante más trabajada que la segunda, es decir, que las relaciones que el varón adulto establece con los niños y niñas. Hablar del padre nos introduce en una realidad más compleja: la masculinidad adulta. Es por esta razón, que queremos colocarle una atención especial a la figura del padre. Pero con la intencionalidad de inventar otras posibilidades de lo real masculino paterno, abrir nuevos caminos en una sociedad patriarcal y plantear finalmente nuevas prácticas que nos ayuden a recuperar nuevas imágenes paternas más humanas y liberadoras.
Una de las tragedias más subestimadas de la modernidad es paradójicamente la "ausencia" física, psicológica y afectiva del padre. Mientras el paradigma patriarcal exige el sacrificio de aquello que se considera como femenino (la naturaleza, lo subjetivo, los sentimientos, etc.) en función de afirmar lo dominantemente masculino (el poder, lo público y la ley), termina exigiendo en la práctica el sacrificio de la figura del Padre, negándole dimensiones profundamente humanas.
Esta imagen del padre ausente y autoritario, se desbobla dialéctica y analógicamente para caracterizar otras realidades como la divinidad (dios padre), el Estado, la autoridad en las iglesias. La imagen del padre ausente y autoritario (plegado a la triada poder, público y ley) es funcional a la imagen de un Dios distante, disciplinado, serio, legalista, despreocupado con los problemas y las necesidades materiales de sus hijos, y castigador que ha caracterizado la teología tradicional , pero también es funcional a un Estado neoliberal cada vez más ausente y menos preocupado por el bienestar de la población.
Es necesario, por tanto, un trabajo tanto práctico como teórico que nos ayude a recuperar y a recrear una imagen diferente de un padre bueno y cercano desde el punto de vista físico, psíquico como afectivo.
La importancia y la necesidad de una reflexión sobre la metáfora de Dios padre
A este proceso de homogenización de la figura del padre, ha estado asociada en nuestros imaginarios religiosos la imagen de Dios. A la vez, la sociedad occidental cristiana, ha utilizado paradójicamente la imagen de Dios Padre para fundamentar y justificar teológicamente su carácter patriarcal. En el imaginario religioso, a la vez cultural, de occidente ha prevalecido aquella imagen tradicionalmente patriarcal de Dios, como un ser distante, ausente, controlador, blanco y "masculino", autoritario, con fuerza y poder, protector, juez, señor y rey . Reafirmando, por un lado, la suposición de que lo tradicional y dominantemente "masculino" es lo normativo para la humanidad, incluidos nosotros los varones. Por otro, justificando, la reducción de lo femenino a un elemento más funcional, decorativo y de segundo plano, o a lo que Pierre Bourdieu llama de "dialéctica de la presunción y la distinción". Es paradójica la imagen de Dios padre, en una sociedad que se considera así misma como cristiana y, al mismo tiempo se hace cada vez más violenta y excluyente.
Nuestro trabajo tiene que ver con la recreación, recuperación y reconstrucción de los significados que culturalmente se han asociado a lo "masculino adulto". Creemos que la reflexión sobre la imagen de Dios padre nos puede ayudar en esta tarea. Este desafío, no nos quita la responsabilidad de nombrar a Dios, siempre trascendente, a partir de nuestra propia experiencia como varones, y como padres, que queremos reconstruir nuestra identidad desde una perspectiva más humana, y por tanto, solidaria y justa con relación a nosotros mismos, a las mujeres y a los niños. No nos quita la responsabilidad y nuestro derecho a decir a Dios, de dirigirnos y de encontrarnos con él, a partir de nuevas imágenes masculinas y en concreto paternas que estamos tratando de reconstruir desde nuestra práctica. Menos aún, nos quita la responsabilidad de dialogar con otras experiencias e imaginarios, femeninos, infantiles, negros, indígenas, sobre Dios.
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LECTURAS BÍBLICAS 2010 (16)
JUAN 7.29-40

29 Yo lo conozco porque procedo de él, y él me ha enviado.
30 Entonces quisieron arrestarlo, pero ninguno le echó mano porque todavía no había llegado su hora. 31 Muchos creyeron en él, y decían: ―Cuando venga el Mesías, ¿acaso hará más señales milagrosas que este hombre?
32 Los fariseos oyeron lo que la gente decía de Jesús; y ellos y los jefes de los sacerdotes mandaron a unos guardianes del templo a que lo arrestaran. 33 Entonces Jesús dijo: ―Voy a estar con ustedes solamente un poco de tiempo, y después regresaré al que me ha enviado. 34 Ustedes me buscarán, pero no me encontrarán, porque no podrán ir a donde yo voy a estar.
35 Los judíos comenzaron entonces a preguntarse unos a otros: ―¿A dónde se va a ir este, que no podremos encontrarlo? ¿Acaso va a ir a los judíos que viven dispersos en el extranjero, y a enseñar a los paganos? 36 ¿Qué quiere decir eso de que 'Me buscarán, pero no me encontrarán, porque no podrán ir a donde yo voy a estar'?
37-38 El último día de la fiesta era el más importante. Aquél día Jesús, puesto de pie, dijo con voz fuerte: ―Si alguien tiene sed, venga a mí, y el que cree en mí, que beba. Como dice la Escritura, del interior de aquél correrán ríos de agua viva.
39 Con esto, Jesús quería decir que los que creyeran en él recibirían el Espíritu; y es que el Espíritu todavía no estaba, porque Jesús aún no había sido glorificado.
40 Había algunos entre la gente que cuando oyeron estas palabras dijeron: ―-Seguro que este hombre es el profeta.
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EL PROGRESO DEL PEREGRINO, DE JOHN BUNYAN
SAB. — ¿Tienes mujer e hijos?
CRIST. — Sí, los tengo; pero esta carga me preocupa y me abruma tanto, que no siento ya en ellos el placer que antes tenía, y apenas tengo conciencia de tenerlos.
SAB. — Vamos, escúchame, que creo poder darte muy buenos consejos sobre la materia.
CRIST. — Con mucho gusto, pues estoy muy necesitado de ellos.
SAB. — Mi primer consejo es que cuanto antes te deshagas de esa carga; mientras así no lo hagas, tu espíritu carecerá de tranquilidad, y no te será posible gozar, como corresponde, de las bendiciones que te ha concedido el Señor.
CRIST. — Eso es precisamente lo que voy buscando, pues ni yo puedo hacerlo por mí mismo, ni se encuentra en nuestro país quien pueda; he aquí lo que me ha movido emprender este camino en busca de tanta ventura.
SAB. — ¿Quién te lo ha aconsejado?
CRIST. — Una persona al parecer muy respetable y digna de consideración. Recuerdo que se llamaba Evangelista.
SAB. — Maldición sobre él por tal consejo. Precisamente este camino es el más molesto y peligroso del mundo. ¿No has empezado ya a experimentarlo? Te veo ya lleno del lodo del Pantano del Desaliento, y cuenta que eso no es más que el primer eslabón de la cadena de males que por tal camino te esperan. Soy más viejo que tú, y he oído a muchos dar testimonio en sus personas de que en él encuentran cansancio, penalidades, hambre, peligros, cuchillo, desnudez, leones, dragones, tinieblas, en una palabra: muerte con todos sus horrores. Créeme: ¿por qué se ha e perder un hombre por dar oídos a un extraño?

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