EL PRÓXIMO DOMINGO REFLEXIONAREMOS SOBRE LA IMPORTANCIA DE LA EVANGELIZACIÓN
CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 7 de febrero, 19 hrs.
Un profeta amonesta a Jeroboam (I Reyes 12.25-33)
Modera: Hna. Lidia Martínez Murillo
EL DÍA DEL CAMBIO (II)
Carlos A. Dreher
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ero los jóvenes piensan de forma diferente. El poder está fuertemente sustentado en las manos del rey. Por lo tanto, no hay que hacer concesiones. Hasta es mejor apretar todavía más. “¡Si mi padre os castigó con azotes, yo os castigaré con escorpiones!” (12.11).
Roboam despreció las bases contractuales, en las cuales la monarquía se había apoyado en su inicio, probablemente porque, ya desde el final del gobierno de David y durante todo el reinado de Salomón, tales bases habían sido pisoteadas. La fuerza de las tropas regulares, aumentada ahora con los carros de guerra, era suficiente para mantener a Israel bajo control.
¡Se engañó rotundamente! A partir de su respuesta, la posición de los representantes tribales del norte pasó de Absalón a Seba. No más reformas, toda vez que ellas no eran negociables. Ruptura del contrato, en los mismos términos de Seba: “¿Qué parte tenemos nosotros con David? No tenemos herencia en el hijo de Jesé! ¡A tus tiendas, Israel!”.
El contrato estaba arruinado. Y eso no era ahora, con Roboam. Fue así con Salomón. Fue también así con David. Desde el comienzo los davídidas no habían respetado el contrato con Israel. Por eso, ¡afuera, davídidas! ¡Afuera, zarzas inútiles y sofocantes! ¡Abajo la monarquía! ¡De nuevo al sistema tribal, sin rey, sin Estado, pero con libertad y con hartura!
Sí, la asamblea de Siquem termina con la total negación del Estado. Como en tiempos de Seba, Israel prefiere la anarquía. Y termina también con un rechazo total a los davídidas: “¡Cuida, ahora, de tu casa, David!”. Es lo mismo que decir: “¡Vete a trabajar , vagabundo! Si quieres comer, planta, recoge, trabaja la tierra. ¡Se acabó el tiempo de comer a costa de otros! ¡Deja de ser zarza, y trata de hacerte productivo!”.
Es interesante el hecho de que la prepotencia de Roboam es tan grande, que ni siquiera parece tomar conocimiento de la gravedad del momento. Envía simplemente al ministro de los trabajos forzados al norte, probablemente con la mera intención de continuar las obras interrumpidas durante la sucesión. Continúa viendo a los campesinos del norte como sus esclavos. El linchamiento de Adoram lo llama de vuelta a la realidad. ¡Se acabó! Definitivamente, ¡se acabó el dominio davídida sobre el norte!
Revista de Interpretación Bíblica Latinoamericana, 32
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