sábado, 18 de febrero de 2012

Hebreos 12.1-6


¡Todas esas personas están a nuestro alrededor como testigos! Por eso debemos dejar de lado el pecado que es un estorbo, pues la vida es una carrera que exige resistencia.

Pongamos toda nuestra atención en Jesús, pues de él viene nuestra confianza, y es él quien hace que confiemos cada vez más y mejor. Jesús soportó la vergüenza de morir clavado en una cruz porque sabía que, después de tanto sufrimiento, sería muy feliz. Y ahora se ha sentado a la derecha del trono de Dios. Piensen en el ejemplo de Jesús. Mucha gente pecadora lo odió y lo hizo sufrir, pero él siguió adelante. Por eso, ustedes no deben rendirse ni desanimarse, pues en su lucha contra el pecado todavía no han tenido que morir como él.

Pero ustedes parecen haberse olvidado ya del consejo que Dios les da a sus hijos en la Biblia: “Querido jovencito, no tomes las instrucciones de Dios como algo sin importancia. Ni te pongas triste cuando él te reprenda. Porque Dios corrige y castiga a todo aquel que ama y que considera su hijo”.

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