LA IGLESIA LUTERANA MEXICANA CELEBRA
A SUS LIDERESAS
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Rev. Karina García Carmona, pastora de la Iglesia Santísima Trinidad en
la Ciudad de México. © ILM
Cuando la reverenda Karina García Carmona fue instalada como pastora de
la Iglesia La Santísima Trinidad en la Ciudad de México, en 2011, su
congregación planteó una pregunta sencilla: ¿quiere que le digamos “pastora”?
“No sé si hice lo correcto, pero les pedí que me dijeran simplemente Karina,
pues me parece que el respecto y la autoridad se ganan”, dijo recientemente
García Carmona.
Ella es una de las tres mujeres ordenadas al ministerio por la Iglesia
Luterana Mexicana (ILM), iglesia miembro de la Federación Luterana Mundial
(FLM) en una decisión revolucionaria en abril de 2009. “El diálogo y el proceso
de aprendizaje [con la congregación] ha sido largo y sincere, una situación que
hizo posible establecer una relación de cariño y respeto que aprecio mucho”,
reflexiona Karina. “He experimentado el apoyo y la buena recepción de la
congregación que nunca ha considerado que ser una mujer joven sea un
obstáculo”.
La reverenda Ángela del Consuelo
Trejo Haager, pastora de la Iglesia Luterana Cristo, también en el D.F., ha
experimentado las alturas y las simas en su ministerio. “Mi experiencia ha sido
un amplio espectro de emociones que van de la tristeza al dolor, la frustración
y el triunfo, la desesperación y la fe en que es posible seguir creyendo en una
iglesia donde hombres y mujeres caminen juntos codo con codo”, afirma Trejo.
“Mi más ponderosa experiencia ha sido con las mujeres de la congregación,
pues con ellas aprendí a comprender la vida a través de su mirada y sus
vivencias. Su presencia y entusiasmo me motivan a seguir adelante”.
“Ellas han compartido el dolor de la muerte y la enfermedad, la ‘crisis’
de ser mujeres —abuelas, madres, solteras, divorciadas, viudas— y cada una
ilustrando lo que significa vivir el Evangelio desde una perspectiva femenina.
Tengo la esperanza de que la iglesia sea un espacio donde los hombres y las
mujeres puedan reunirse como una comunidad y un lugar propicio para la sanación, la alegría y el dolor, un
espacio que fomente la participación mutual de hermanos y hermanas, en el
camino de la vida, compartiendo la presencia de Dios”, dice Trejo.
Abriendo nuevos
caminos
Para la reverenda Sofía Deyanira Tenorio May, pastora de la Iglesia
Luterana Gracia, en el D.F., ser una mujer ordenada al ministerio eclesiástico
ha sido una experiencia maravillosa que le ha permitido reafirmar la inequívoca
presencia de Dios en su vida. Sin embargo, no todo ha sido fácil. La cultura y
las tradiciones fueron superadas y se enfrentó a la difícil tarea de formar una iglesia y hacerla crecer.
No obstante, Tenorio está comprometida “para continuar la difícil labor
de abrir nuevos caminos para la siguiente generación de mujeres y ser testigo
del hecho de que, con la ayuda de Dios, todo es posible cuando se trata de
construir el Reino de Dios en la tierra”. Dado que nunca había conocido a una
pastora en la iglesia, el líder laico Eliel Huerta dijo que escuchaba con más
atención los sermones de Ángela, observaba su oración por los enfermos y los
proyectos con diferentes grupos. “Estoy convencido de que el ministerio no es
una prerrogativa exclusiva para los hombres”, agregó.
El reverendo Moisés Pérez Espino advierte que el ministerio de las
mujeres, aunque no está exento de momentos difíciles, tiene ya un gran impacto
en sus congregaciones. “Las pastoras se han Ganado gradualmente el respeto y el
espacio gracias a su perseverancia y a la manera en que han resistido las ideas
y costumbres patriarcales. Pero ahora su presencia es apreciada y muy bien
recibida”, agregó Pérez.
Una reforma en
marcha
El presidente de la ILM, Daniel Trejo Coria, señala que sólo hay un
ministerio en la iglesia. “La iglesia se enriquece por el ministerio de los
creyentes, hombres y mujeres, llamado a servir en la comunidad, y para hacerlo
con fidelidad a las Escrituras y para honrar y glorificar a Dios”.
La reverenda doctora Elaine Neuenfeldt, secretaria del área de Mujeres en
la Iglesia y la Sociedad de la FLM, dice que celebrar el testimonio de las
mujeres ordenadas es un signo de una reforma en marcha en camino a la
celebración de los 500 años de la Reforma Protestante en 2017. “El ministerio
dinámico de estas mujeres nos ofrece al mismo tiempo una base sólida, además de
una esperanza realista de progreso en el camino hacia la justicia de género en
la iglesia”, concluyó. (Versión: LCO)
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APRUEBAN
COMISIONES LEGISLATIVAS REFORMAS EN MATERIA RELIGIOSA
ALC
Noticias, 15 de marzo de 2012
Las comisiones unidas que trabajan las propuestas de cambios a la
Constitución en materia religiosa (artículos 24 y 40), han aprobado la reforma
del texto de ambos artículos para que ahora se afirme explícitamente la
libertad religiosa, en el primer caso, y que México es un Estado laico, en el
segundo. Según la nota de El Economista,
firmada por Jorge Monroy, 7 senadores integrantes de la comisiones de Puntos
Constitucionales y Estudios Legislativos votaron a favor de la modificación del
artículo 40 y hubo 4 abstenciones.
En medio de protestas a las afueras del recinto legislativo en la
céntrica avenida Reforma, los legisladores discutieron después la reforma al
artículo 24, relativo a la libertad religiosa, la cual ha generado más polémica
dada la presión del Episcopado y la creciente percepción de que se aprobaría
esta segunda reforma como “regalo” por la cercana visita de Benedicto XVI al
país, tal como lo afirma La Jornada en la portada de su edición del jueves 15,
atribuyendo la decisión a los partidos Acción Nacional (PAN; en el gobierno) y
Revolucionario Institucional (PRI). Algunos grupos opositores señalaron que con
esta medida “se está desmantelando el Estado laico”.(Andrea Becerril y
Víctor Ballinas, “Avalan PRI y PAN en comisiones del Senado reformas
religiosas”, en La Jornada, 15 de
marzo de 2012, p. 5, www.jornada.unam.mx/2012/03/15/politica/005n1pol.)
Diversos senadores, entre los que destaca María de los Ángeles Moreno, de
filiación religiosa protestante, y ex presidenta del PRI, se han pronunciado en
contra de esta modificación constitucional “por considerar que en esa instancia
legislativa se vició el proceso de aprobación, ya que en comisiones se aprobó
un documento y en el pleno otro”, como consigna la nota.
Monroy agrega que “incluso senadores como Alejandro González Alcocer [del
gobernante Acción Nacional], y Pablo Gómez [del centroizquierdista PRD] se han
pronunciado en contra de la minuta de reforma al artículo 24 constitucional,
donde se plantea que ‘toda persona tiene derecho a la libertad de convicciones
éticas, de conciencia y de religión, y a tener o adoptar, en su caso, la de su
agrado’”.
El debate sobre la libertad religiosa ha causado gran controversia porque
se considera que es el primer paso para abrir los medios de comunicación a las
iglesias. La nota concluye: “Esta libertad incluye al derecho del participar
individual o colectivamente, tanto en público como en privado, en las
ceremonias, devociones o actos de culto respectivo, siempre que no constituyan
un delito o falta penados por la ley. Nadie podrá utilizar los actos públicos
de expresión de esta libertad con fines políticos, de proselitismo o de
propaganda política”.
La nota de La Jornada añade:
“‘¡Vendepatrias, es el regalito que le van a dar al Papa!’, les gritaron los
inconformes, luego de que por ocho votos a favor y cuatro en contra se aprobó
la minuta que reforma el artículo 24 de la Constitución, sobre libertad
religiosa. Ante el escándalo, el coordinador de los senadores del PRI, Manlio
Fabio Beltrones —quien siguió la discusión desde su oficina—, ofreció una
conferencia de prensa para aclarar que los dictámenes ayer aprobados no se
turnarán de inmediato al pleno, ya que ello amerita un acuerdo político entre
todos los grupos parlamentarios para saber cuándo es posible votarlos sin
prisas y con mucha serenidad”.
A su vez, Elena Michel, en El Universal, consignó la aprobación de la
minuta que también se presentará al pleno de la Cámara de Senadores en los
próximos días. Miembros de los partidos opositores criticaron el proyecto de
reforma “por estar mal redactado y responder a los intereses de la Iglesia
católica”.
Un senador del PAN argumentó: “Ya reconocimos el Estado laico en la
Constitución, por lo que debemos de reconocer de manera expresa la libertad
religiosa, de lo contrario ello nos traerá problemas e inconformidades”. (E.
Michel, “Aprueban en comisiones reforma religiosa”, en El Universal, 14 de marzo de 2012.)
La nota agrega que en el dictamen no se contempla ninguna modificación a
los artículos 1, 3, 27 y 130, o abrir el camino a futuras reformas. Un senador
priísta afirmó que la reforma “define más las cosas que suceden en la realidad
y deja claro que los actos de culto se harán en las iglesias, y que las
excepciones se harán conforme a lo que marca la ley”. Los perredistas Pablo
Gómez y Yeidckol Polevnsky señalaron que la reforma “es una petición de la Iglesia”
y demandaron no aprobarla para no echarse encima otro problema en el país.
La Comunidad Teológica de México llevó a cabo una mesa redonda sobre el
tema el miércoles 14 por la tarde, con la participación de los especialistas
Roberto Blancarte y Carlos Martínez García, en la que se comentó que el debate
a seguir deberá exponer las ventajas y desventajas de una aprobación
definitiva, pues nuevamente la Iglesia Católica ha hecho valer su peso
específico e influencia para una decisión de esta envergadura. Por otra parte,
Martínez García ofrecerá una conferencia sobre el Padre Manuel Aguas, precursor
del protestantismo mexicano, el miércoles 21, en la misma institución. (LCO)
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HABLANDO
DE LA CRUZ
Samuel Gallegos González
Una cosa es
evidente: nosotros hemos sacralizado la cruz. La cruz la hemos convertido en un
objeto sagrado, que merece todo nuestro respeto y nuestra mayor veneración. La
hemos convertido en un concepto teológico que nos libra de cargar la nuestra,
porque ya “Cristo ocupó nuestro lugar en ella”. Sin embargo, originalmente la
cruz no fue algo sagrado o religioso ni Jesús le dio el significado de
salvaguarda para nuestra falta de compromiso con la sociedad. La cruz era, en
tiempos de Jesús, el tormento, la humillación y la vergüenza que sufrían los
esclavos, los delincuentes más peligrosos, los revolucionarios y subversivos
que se rebelaban contra el Estado. Cicerón dijo: "Todo lo que tenga que
ver con la cruz debe mantenerse lejos de los ciudadanos romanos, no sólo de sus
cuerpos, sino hasta de sus pensamientos, ojos y oídos". Y de hecho en Roma
iba contra las buenas costumbres el hablar en presencia de gente decente de una
muerte de esclavos tan repugnante. Y es que, en realidad, la cruz era "la
más vergonzosa de las penas". Pero hay más. Para los judíos no sólo se
trataba de un tormento espantoso, sino que además era una maldición divina:
"Maldito el que cuelga del madero" (Gál 3:13; Dt 21:23). Apartado de
entre los vivos y de la comunión con Dios, el que moría en la cruz sólo podía
ser un blasfemo indeseable, que merecía semejante reprobación y desprecio.
Esto era la cruz en tiempos de Jesús. A estas implicaciones aludía Jesús
cuando advertía que si alguno quería seguirle, tenía que cargar con su cruz
(Mateo 10:24 y 38). Y sin embargo, nosotros hemos convertido la cruz en una
reliquia santa y sagrada, en una teología “salvaguardista”. La hemos metido en
los templos, la hemos colocado sobre los altares, le hemos dado una explicación
“teológica” y seguimos dejando que Jesús cargue solo con la cruz, que para eso
vino, decimos. De esa manera le hemos quitado toda su fuerza subversiva y
revolucionaria. De esta manera la cruz ha venido a perder su significado
original. De un instrumento de tortura y reprobación que Jesús usaba para
explicar cómo había que seguirle y las consecuencias de ello, hemos hecho un
distintivo de honor, grandeza y poder, la hemos hecho una justificación de
nuestra mediocridad, de nuestra falta de compromiso con el prójimo, de nuestra
defensa de nuestra zona de confort, porque todos nos negamos a cargar con ella.
Este es el indicio más patente de la perversión radical que ha sufrido el
cristianismo en la conciencia de muchas personas.
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