Nueva Biblia
Latinoamericana de Hoy
Jesús les respondió:
“¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con ustedes y
he de soportarlos? Trae acá a tu hijo”. Cuando éste se acercaba, el demonio lo
derribó y lo hizo caer con convulsiones. Pero Jesús reprendió al espíritu
inmundo, y sanó al muchacho y se lo devolvió a su padre. Y todos estaban
admirados de la grandeza de Dios.
Mientras todos se maravillaban de todas las
cosas que hacía, Jesús dijo a Sus discípulos: “Hagan que estas palabras
penetren en sus oídos, porque el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de
los hombres”. Pero ellos no entendían estas palabras, y les estaban veladas para que no las
comprendieran; y temían preguntar a Jesús acerca de ellas.
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