Nueva
Biblia Latinoamericana de Hoy
“Escucha, oh Israel,
el Señor es nuestro
Dios, el Señor uno es. Amarás
al Señor tu Dios con
todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza. Estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón. Las
enseñarás diligentemente a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en
tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.
Las atarás como una señal a tu mano, y serán por insignias entre tus ojos. Las
escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas.
Y
sucederá que cuando el Señor tu Dios te traiga a
la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob, que te daría, una tierra con grandes y espléndidas
ciudades que tú no edificaste, y casas llenas de toda buena cosa que tú no
llenaste, y cisternas cavadas que tú no cavaste, viñas y olivos que tú no
plantaste, y comas y te sacies; entonces ten cuidado, no sea que te olvides del
Señor que te sacó
de la tierra de Egipto, de la casa de esclavos. Reverenciarás sólo al Señor
tu Dios; y a Él adorarás y jurarás por su
nombre”.
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