Nueva
Biblia Latinoamericana de Hoy
“Cuídate
de no olvidar al Señor tu Dios dejando de guardar Sus mandamientos, Sus
ordenanzas y Sus estatutos que yo te ordeno hoy; no sea que cuando hayas comido
y te hayas saciado, y hayas construido buenas casas y habitado en ellas, y
cuando tus vacas y tus ovejas se multipliquen, y tu plata y oro se
multipliquen, y todo lo que tengas se multiplique, entonces tu corazón se
enorgullezca, y te olvides del Señor tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto
de la casa de esclavos. Él te condujo a través del inmenso y terrible desierto,
con sus serpientes abrasadoras y escorpiones, tierra sedienta donde no había
agua; El sacó para ti agua de la roca de pedernal. En el desierto te alimentó
con el maná que tus padres no habían conocido, para humillarte y probarte, y
para finalmente hacerte bien. No sea que digas en tu corazón: ‘Mi poder y la
fuerza de mi mano me han producido esta riqueza.’ Pero acuérdate del Señor tu
Dios, porque Él es el que te da poder para hacer riquezas, a fin de confirmar
Su pacto, el cual juró a tus padres como en este día.
Pero
sucederá que si alguna vez te olvidas del Señor tu Dios, y vas en pos de otros
dioses, y los sirves y los adoras, yo testifico contra ustedes hoy, que
ciertamente perecerán. Como las naciones que el Señor destruye delante de
ustedes, así perecerán ustedes, porque no oyeron la voz del Señor su Dios”.
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