OREMOS POR LA
CAPACITACIÓN DE LOS NUEVOS OFICIALES ELECTOS
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CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 9 de septiembre, 19 hrs.
Modera: Hna. Ruth Gleason
Llamamiento: Amós
9.5-15
Oración de ofrecimiento
Himnos:
“El mundo es de mi Dios” (67)
“¡Cuán grande es Él!” (74)
Momentos de oración
Lectura bíblica: Oseas 14
Tema: La esperanza de los profetas (II): justicia y paz
Himno: “Dios cuidará de ti”
(366)
Ofertorio
Bendición pastoral
LA ESPERANZA DE LOS PROFETAS (II)
Louis Monloubou
Observemos
en primer lugar el sentido tan material de esas palabras de paz y de justicia.
Si indican una plenitud, un equilibrio, es en primer lugar el equilibrio
político-militar, sin el cual ni los clanes, ni las tribus, ni las familias, ni
los individuos pueden subsistir. El término de justicia señala el
equilibrio político que permite la felicidad (Dt 33, 21), o bien las
intervenciones militares gracias a las cuales es posible asentar la justicia y
la paz (jue 5, 11). Pero la plenitud y el equilibrio que se busca son también
los de la agricultura, ya que sin ellos son imposibles la plenitud humana y el
equilibrio vital. Por no citar más que un texto, el Sal 85 añade los temas de
justicia y de paz a los de los frutos de la tierra y finalmente de la felicidad
(vv. 11-14).
Este
salmo añade además el tema de la “salvación”
(v. 10); en la medida en que los hombres se sienten desvalidos,
incapaces de producir por sus propias fuerzas el objeto de su deseo (una
situación política favorable, una cosecha abundante), aguardan una intervención
de Dios que restablezca el equilibrio comprometido, la plenitud impedida (Jue
6.24), la relación destruida; eso será la “salvación”.
En
los tiempos lejanos de la opresión filistea que conocieron Sansón, Samuel,
Saúl, etc., cuando más tarde amenazó el peligro arameo que nos atestigua
Eliseo, la esperanza recayó ante todo en la liberación militar. La anécdota de
Débora (Jue 4.6-10) demuestra que, desde los primeros tiempos de la historia,
esa liberación se esperó de Dios, que habría de suscitar los hombres necesarios
y les daría la victoria.
Esta
esperanza recae igualmente sobre la prosperidad agrícola que se espera de la
liberalidad divina. Esto resulta evidente hasta los tiempos de Oseas de manera
especial. La rivalidad que opone a Yavé y a Baal lleva a los profetas a decir
con mayor claridad lo que aguardan y de quién lo aguardan. […]
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Los profetas del Antiguo Testamento, p. 50.
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
15 – Noche mexicana
21
– Análisis de la problemática juvenil
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