LA MITAD DE LA VIDA
Karl Barth, Instantes
Santander, Sal Terrae, 2005, p. 58.
“Al hacerme hombre, deje lo inmaduro”
(l Corintios 13.11)
Los años centrales de la vida pueden
ofrecerle al ser humano una oportunidad muy especial para ser maduro. La mirada
de la persona que ha dejado de ser joven y todavía no es anciana puede estar
muy especialmente libre de las nieblas que pueden ocultarle aún al joven la
urgencia de la decisión, y de las sombras que pueden ya ocultársela al anciano.
Puede que incluso le resulte obligado reconocer que ha llegado el momento
decisivo. La siembra queda atrás, y ahora se puede y se debe recoger. Se ha
tomado carrerilla, y ahora se puede y se debe saltar. Se han hecho los
preparativos, y en este momento ya sólo puede tener lugar, en realidad, el riesgo
de la obra como tal. Ya ha vivido, y todavía puede vivir.
Al fin y al cabo, a estas
alturas tiene un pasado considerable y, por tanto, posee experiencia. Pero
todavía no se habrá cansado ni anquilosado. También ve ya a cierta distancia el
final, la “noche en la que nadie puede obrar”. Pero la ve todavía a tal
distancia que la idea del final no le inducirá ni a la resignación ni al pánico
de quien ve cómo se le escapan sus últimas oportunidades, sino que le
impulsará, sencillamente, a una prisa mesurada. Podría, pues, estar muy
especialmente libre, tanto con respecto a lo de atrás como a lo de delante,
para el ahora y para el mandamiento de Dios que le reclama en su ahora. Su
posición en el centro de sus etapas vitales tiene a la vez carácter de ampliación
y de recogimiento. ¿Sabrá ver y aprovechar su oportunidad?
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LANZA ENCUENTRO SOCIAL PRIMER ANUNCIO
TELEVISIVO (II)
Y también
citó las palabras de Flores, recogidas en la tesis doctoral de Mariano Ávila, Entre Dios y el césar: líderes
evangélicos y política en México (1992 -2002): “Queremos el poder para crear un modelo de gobierno de justicia y de
misericordia para que este pueblo voltee a ver a Dios. Eso será posible con
gobernantes íntegros cristianos. Ahí afirma no creer en los partidos y, con un toque
de mesianismo conservador, proclama: El gobierno civil es bíblico. El
federalismo surge de la Biblia. En ello pensaban los que crearon la
constitución estadunidense. Hallaron inspiración en Moisés y su formación de
líderes laicos”. Ya antes, para explicar el surgimiento del PES, Gabriela
Rodríguez se había referido a un texto muy importante de Jean-Pierre Bastian
sobre los partidos confesionales no católicos: “Los nuevos partidos políticos
confesionales evangélicos y su relación con el Estado en América Latina”
publicado por El Colegio de México en 1999.
Las conclusiones de Barranco son inquietantes acerca del avance de la
ultraderecha en México, a la cual ya no le importa el bando religioso para
posicionarse: “…la ultraderecha ha dejado de ser sólo católica, tiene una
competencia evangélica que puede bajo ciertas circunstancias convertirse en
aliada. Ambas, la derecha católica y neopentecostal, cuentan con recursos
humanos y económicos, con fuertes vínculos internacionales, especialmente con
poderosos grupos afines en Estados Unidos. En el fondo la presencia del PES
plantea la resignificación de las derechas religiosas del país. Los grupos
conservadores quieren salir de sus catacumbas. No cabe duda de que la
secularización de la cultura y la globalización han tocado las puertas de los
nuevos grupos conservadores, los cuales han logrado mutar, adaptarse e insertar
su agenda en la plaza pública”.
Ante el alud de cuestionamientos en diversos medios periodísticos,
Flores ha tenido que presentarse en radio y televisión, y ha aceptado
entrevistas como la de El Universal, él que muchas veces se negó. En dicha
entrevista, afirmó: “Esperamos ser una sorpresa electoral el año que entra y lo
vamos a hacer con una estrategia electoral muy sencilla: vamos a tratar de ser
nosotros, somos gentes comunes y corrientes, esa es nuestra propuesta, vamos a
llamar a gente como nosotros. Ni esperen ver ahí a las grandes personalidades,
porque no. […]Tengo fe y también tengo esperanza de que nuestro país pueda
cambiar y también que hay valores como la unidad, la lealtad, el vivir en
reconciliación. Hay muchos lugares del país con necesidad de reconciliación y
reconstrucción del tejido social. Claro que tengo fe —pero aclara— no soy
dirigente religioso. Si soy cristiano y como siempre lo he dicho, con mucho
orgullo”.
Finalmente, durante varios días previos al lanzamiento del anuncio
televisado, se fue sabiendo el tipo de cuadros dirigentes que se han venido
incorporando al PES. Y, al contrario de lo que expresó su dirigente, los nombramientos
han recaído en antiguos militantes de otros partidos. Una vez más, la
militancia de base que, en efecto, tiene sólidos nexos con algunas iglesias
evangélicas, mirará cómo los profesionales de la política se sirven de su
titánica labor de propaganda y organización. La sospecha, el reto y el desafío
acompañarán al PES, al menos hasta las próximas elecciones federales de julio
de 2015, en la que podría perder el registro si no obtiene por lo menos 3% de
los votos totales, aunque con base en las posibles alianzas anunciadas, como ya
lo ha hecho antes, lo puede mantener.(LC-O)
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EL ESTADO SECULAR Y LOS LÍDERES EVANGÉLICOS
Aquellos
que ven con recelo la creciente influencia política de evangélicos militantes
en América Latina esgrimen desde hace semanas un ejemplo contundente: el de
Marina Silva, candidata del Partido Socialista Brasileño (PSB) a la presidencia
del gigante sudamericano. Silva puede vencer a la actual jefa del Gobierno,
Dilma Roussef, en los comicios del 5 de octubre con el respaldo de las 22
millones de personas que, como ella, se han unido a las “iglesias libres”. Eso
inquieta a quienes la perciben como una religiosa fundamentalista.
El pasado 2 de septiembre, Silva perdió a un asesor de su campaña tras
eliminar una frase de su programa de gobierno que expresaba apoyo al matrimonio
entre personas del mismo sexo. Sus adversarios la acusan de ceder ante los
reproches de líderes pentecostales y ella los critica de vuelta por presentarla
como una fanática. Al admitir que consultaba la Biblia en búsqueda de
“inspiración”, antes de tomar decisiones importantes, la candidata brasileña
aclaró enfáticamente que ella llegaba a sus determinaciones “racionalmente”.
Pero Brasil no es el único país latinoamericano donde los defensores
del laicismo advierten la acumulación de poder político en manos de dirigentes
evangélicos o su fortalecimiento como grupos de presión en lo que respecta a la
naturaleza confesional del Estado, la regulación de las libertades
individuales, la flexibilización de la moral sexual y los roles de género
tradicionales, la salud reproductiva (aborto, fecundación in vitro), los
derechos de la mujer y de la población LGBTI (lesbianas, gays, personas
bisexuales, transgénero e intersex).
Carismática oración
Alentado
por una alianza de organizaciones evangélicas estadounidenses, un diputado
impidió la legalización de las uniones civiles homosexuales en Perú. En
Caracas, una versión carismática del padrenuestro –“Chávez nuestro que estás en
el cielo”– fue rezada durante un evento del Partido Socialista Unido de
Venezuela. En Centroamérica, un proyecto de ley busca hacer de Costa Rica un
Estado multiconfesional. Y en Guatemala se denunció un intento de interferencia
de instituciones religiosas cristianas en la elección del fiscal general.
¿Hasta qué punto es la multiplicación de los cargos gubernamentales
ocupados por líderes evangélicos o su influencia indirecta sobre la esfera
pública un riesgo para el Estado secular en Latinoamérica? “Aunque la fuerza de
estos dirigentes varía de un país a otro, yo diría que las iglesias libres
siguen siendo minoría en buena parte del continente y están concentradas en
disputarle privilegios a la Iglesia católica”, comenta Gerhard Kruip, profesor
de Antropología Cristiana y Ética Social en la Universidad de Maguncia, en
entrevista con DW.
“En este momento, no creo que su prioridad sea que el Estado se
inmiscuya más de lo que puede estarlo haciendo en los asuntos valóricos o
espirituales”, acota Kruip, secundado por otro catedrático: “La influencia
indirecta de las iglesias evangélicas es innegable; pero, a corto plazo,
seguirán representando una fuerza política menor. Todo depende de la
resistencia que ofrezca el pensamiento secular. No veo razón para atizar el
pesimismo”, señala Antonio Sáez-Arance, profesor de Historia de España y
América Latina en la Universidad de Colonia. Kruip sostiene que muchos pastores
evangélicos latinoamericanos heredaron la superficialidad de la reflexión
teológica prevalente en las iglesias libres de EE.UU.
Diversidad protestante
Ambos
especialistas ubican el origen de las iglesias libres latinoamericanas en las
congregaciones evangélicas estadounidenses, entes muy distantes del
protestantismo histórico noreuropeo. Su expansión en los ochenta, sobre todo en
Sudamérica, es atribuida a que muchos grupos pentecostales y carismáticos se
ocuparon de las tareas sociales que la Iglesia católica abandonó. “Roma
prefirió fomentar las organizaciones de élite –al Opus Dei y a los Legionarios
de Cristo, por ejemplo– y hacerle la guerra a los teólogos de la liberación en
sus filas”, cuenta Sáez-Arance.
Kruip concede que muchos pastores heredaron la superficialidad de la
reflexión teológica prevalente al norte del Río Bravo, pero confía en que los
jóvenes latinoamericanos son lo suficientemente asertivos como para no dejarse
reprimir por una moral retrógrada. Kruip no niega que las iglesias libres se
estén expandiendo rápidamente por América Latina ni que ese factor demográfico
propicie la intensificación de la influencia política de evangélicos
militantes, pero asegura que también estas iglesias muestran una evolución
positiva.
“Desde hace algún tiempo se viene predicando una ‘teología de la
prosperidad’ que se contrapone a la apología de la pobreza. Con el paso de los
años, las iglesias libres han creado un paisaje religioso en América Latina
independiente del que se ve en Estados Unidos. La formación teológica de sus
pastores está mejorando y eso contribuye a que sus discursos dejen de contener los
mensajes ultraconservadores que conocemos”, dice Kruip. A sus ojos, educación y
bienestar son claves para un acercamiento racional a las religiones.
www.dw.de/el-estado-secular-y-los-l%C3%ADderes-evang%C3%A9licos/a-17901209
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