sábado, 28 de mayo de 2016

Letra 470, 29 de mayo de 2016

EL NOMBRE EN DONDE NACEN LOS MUNDOS
Rubem Alves
El Padrenuestro. Meditaciones. Bogotá, San Pablo, 2007, pp. 53-54.

 

D
ios mío:  nombre, grabado en nuestro pecho,
¡Qué hermosos e infinitos son tus nombres!
A ti se te invoca siempre por el nombre de nuestro más intenso deseo…
Si las plantas pudiesen orar, te invocarían con las imágenes de sus más bellas flores y dirían que tienes el más delicado de los perfumes…
Para las mariposas, tú serías una mariposa, la más preciosa de todas, con los colores más brillantes y tu universo sería un jardín…
Los que están con frío te llaman sol…
Los que habitan en los desiertos dicen que tu nombre es fuente-de-aguas-frescas…
Los huérfanos dicen que posees el rostro de una madre, y los pobres te invocan como pan y esperanza…
Dios, nombre de nuestros deseos…
Sueño.
Poema.
Tu nombre es único para cada persona, porque dentro de cada uno vive un secreto. Un misterio. Son tantos tus nombres cuantas son las esperanzas y los deseos…
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PENTECOSTÉS DE AYER Y DE HOY
Aníbal Sicardi
https://ecupres.wordpress.com/2016/05/23/el-pentecostes-de-ayer-y-de-hoy/

Mediante una espectacular escena televisiva el libro de Los Hechos narra lo acontecido en el Día de Pentecostés a 50 días de la Resurrección de Cristo. El lugar geográfico, Jerusalén. La ocasión, la agrícola fiesta de las siete semanas (Ex 34.22). El itinerario de Pentecostés no recibe menciones en el siglo I. A fines del siglo II y principios del III lo citan Ireneo, Tertuliano y Orígenes para adoctrinar sobre el Espíritu Santo. Recién en el siglo IV se encuentran referencias en iglesias de Constantinopla, Roma y Milán Todas se centran en el rol del Espíritu Santo y su relación con el Hijo y el Padre y otras derivaciones. Pentecostés avanza y gana la medalla de ser una fecha litúrgica. Triunfa sobre la Ascensión, que en un tiempo se festejaban juntas.
En ese proceso institucionalizado, Pentecostés huyó del relato de Lucas como esas cosas que van despareciendo sin despedirse y un buen día percibimos que ya no están. Quedó el aroma… con demasiado olor a incienso. El imperativo litúrgico Veni, Sancte Spiritus inhuma el apasionante testimonio de Pedro. Predicaciones explicativas del discurso petrino sepultan la pasión y entusiasmo del orador de barricada transformándolo en una prédica estilizada, ordenada, racional pero ausente del calor de vida y del poder movilizador en los escuchas.
Es que Pedro habla de hechos conocidos, de lo que había pasado pocos días antes en esa misma ciudad. Desafía releer el pasado. No se queda con la teología oficial. Hurga en esos queridos antiguos textos para descubrir el movimiento de Dios preparando un nuevo tiempo. Fisga, pesca en su propia historia. Demuestra que parlamentaban de ese kairós que se cumple en aquel que mataron en una cruz.
Al hablar con claridad —al pan, pan, y al vino, vino— el venido orador aclara que no están borrachos, que no dicen pavadas. Desde allí taladra la profundidad de los oyentes produciendo el interrogante sobre lo que hicieron y hacen y como se puede corregir el hábito de tirar la flecha errando el blanco de sus vidas.
Surge la cuestión clave. “¿Y ahora qué hacemos?” Pregunta dirigida a la nueva comunidad, la de Jesús, descartando a los eclesiásticos oficiales de aquel tiempo. Los oídos escuchan lo que hay que escuchar y la mirada cambia de centro. Se dirige hacia aquellos y aquellas que hablan de tal manera que ellos entienden porque articulan palabras que son verdades y resucitan las esperanzas depositadas en sus corazones.
El silencio de las iglesias sobre lo que ocurre actualmente anticipa que sus declaraciones serán compuestas por palabras acordes a la liturgia del Pentecostés eclesiástico, lejos del texto de Hechos. Repetirán documentos inocuos como el del Consejo Mundial de Iglesias que se preocupa por colocar tres veces la expresión “Dios trino” y siembra de generalizaciones abstractas a la problemática actual. No hinca los dientes en la realidad.
Desde una ciudad europea —Ginebra— elude reseñar la deshumanización de Europa tanto en lo acaecido con los refugiados y refugiadas como en la instalación de un régimen creador de pobreza y desigualdades. ¿Surgirá alguna Iglesia Latinoamericana que describa el avance ideológico que avasalla soberanías y elimina gobiernos legítimos que apuestan a mejorar a los menos favorecidos?
A estas alturas es improbable que Pentecostés impulse a alguna iglesia argentina a referirse al impúdico atropello de despidos y avasallamiento de la población que acontece en nuestro país. Atrampadas en su autocensura no registrarán que el gobierno actual es una continuación de la Dictadura Cívico Militar del 76. Justificarán su silencio con excusas que serán el umbral de la morada donde reside la infidelidad y la falta de valentía.
Tampoco tomarán posición sobe el pasado. Soterrarán la Década Infame del 30, la Revolución Libertadora del 55 con sus fusilamentos y masacre del bombardeo de Plaza de Mayo. Ignorarán la caída de Arturo Illía. La persecución a la universidad de Juan Carlos Onganía. La tragedia de la Triple A. Los desaparecidos y desaparecidas. El golpe a Raúl Alfonsín. Eventos que se encuentran en el seno ideológico del actual gobierno.
Si en este Pentecostés las iglesias no quieren seguir como estampitas de museo deberán tomar registro del relato de Lucas, del Pedro que habla con claridad del presente y del pasado y ser parte activa en la construcción de un país donde, como aquella primera comunidad pentecostaliana, “a cada uno le daban lo que necesitaba” (Hechos 2:44-47). Si eso no ocurre Dios levantará de las piedras a quienes hablen su palabra.
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ESTADO LAICO Y HOMOFOBIA ECLESIAL
José Antonio Crespo
El Universal, 23 de mayo de 2016

Enrique Peña Nieto decidió hacer valer el Estado laico frente a la homofobia, de origen cristiano, que prevalece en amplísimos sectores de la sociedad (¿virreinal?) mexicana. Y es fortalecer el Estado laico, pues éste debe legislar al margen de credos y dogmas religiosos. Propuso dos iniciativas que protegen y equiparan los derechos de la comunidad lésbico-gay en todo el país, con los del resto de mexicanos. Eso, contrariamente a lo que hizo Felipe Calderón, quien impugnó la legislación que en ese sentido se aprobó en la Ciudad de México. En efecto, con los gobiernos del PAN se hizo más borroso el Estado laico. Baste recordar el gran crucifijo tras la toma de posesión de Vicente Fox como presidente.
Es cierto que en los últimos años el PRI también desdibujó su origen liberal y laico, y se sumó al PAN en numerosos estados para dar marcha atrás u obstruir varias reformas relativas a libertades de conciencia. Pero Peña, por las razones que sean, decidió recuperar ese valor del priísmo histórico (uno de los pocos rescatables del viejo nacionalismo revolucionario). Veremos qué posiciones toman los distintos partidos en el Congreso. El PRD ha sido el principal impulsor de los derechos de la comunidad lésbico-gay (con Marcelo Ebrard). Pero he aquí que Morena (que más parece una secta religiosa que un partido) se equipara en tales temas nada menos que al PAN; podría decirse que ambos partidos son lo mismo, sólo que unos son “mochos” y otros “mojigatos”. Ha dicho AMLO que los derechos de la comunidad gay “no son tan importantes”. Tiene razón; no lo son en términos electorales, porque esa comunidad es pequeña frente a la gran cantidad de electores homófobos que persisten en México. Actuar en favor de esa comunidad, o siquiera pronunciarse por ella, le daría pocos votos, pudiendo perder, en cambio, muchos de los que se oponen. El saldo sería negativo para lo que sí es realmente importante; los votos, no los derechos de nadie.

En cuanto a la Iglesia no sorprende su reacción, pues tras 150 años de Estado laico no acaba de entender (y menos aceptar) lo que eso significa. Nadie le exige ofrecer el santo matrimonio a parejas del mismo sexo, pero eso no implica que el Estado no pueda y deba hacerlo, precisamente por estar encima de toda religión (que mantiene pautas de discriminación inaceptables para un Estado democrático). De hecho, la restricción y visión pecaminosa de la Iglesia no ha sido sólo sobre el homosexualismo, sino en prácticamente toda sexualidad. Dijo Jesús (que era más liberal que Jehová en todos los temas menos en éste): “Oísteis que fue dicho a los antiguos: ‘no adulterarás’. Mas yo os digo que cualquiera que mire a una mujer con concupiscencia, ya adulteró con ella en su corazón”. Admirar la belleza de una mujer y desearla equivale a adulterar con ella. Mejor ni verlas. Peor aún, san Jerónimo (siglo IV y V) decretaba: “Nada es tan sucio como tener sexo con tu esposa, de la misma manera que lo sería con cualquier otra mujer”. Y por masturbarse [sic], Onán fue aniquilado directamente por Jehová. No hay escapatoria (las hormonas son diabólicas).
Para su fortuna, pocos cristianos toman en serio tales gazmoñerías, pero en cambio no han evolucionado gran cosa respecto de otras formas de sexualidad (incluida la homosexualidad). ¿Por qué en la práctica se han desechado algunas restricciones sexuales (como la virginidad) y no otras? La intensidad con la que las iglesias judías, cristianas y musulmanas difundieron la homofobia penetró en las sociedades donde se instauraron, al grado de secularizarse (es decir, se mantiene incluso entre no practicantes, no creyentes y ateos). Hasta hace poco la homosexualidad era considerada una enfermedad; Peña enfatizó que la verdadera patología (social) es la homofobia, causante de agresiones y crímenes de odio, en lo cual México ocupa el segundo lugar (como si nos faltaran). Una patología de la cual el cuerpo social en México está todavía gangrenado. Estos y otros derechos y avances se han dado en las sociedades occidentales, no gracias al clero, sino a pesar y en contra de él.
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RECHAZAN EVANGÉLICOS MATRIMONIO IGUALITARIO
El Heraldo de Chiapas, 26 de mayo

Esdras Alonso González, apoderado legal de la Congregación "Alas de Águila-Ejército de Dios" coincidió con la postura de la Iglesia católica de no aprobarse las bodas del sexo igualitario, ya que aunque el Congreso de la Unión “dé luz verde” a la iniciativa del presidente de la República, moralmente no será aceptada.
 “Apoyo las posturas de los obispos católicos que han opinado en contra de esto y no dudo que muchos protestantes lo hagan en no estar de acuerdo... reconocerles sus derechos sí, pero que al rato que tenga implicaciones de sanciones en contra de, ahí viene el problema”, mencionó.
Como religioso, dijo, se une a la postura del obispo de la Diócesis de San Cristóbal, Felipe Arizmendi Esquivel y de todos los religiosos que darán su punto de vista, ya que -señaló- una sociedad como la nuestra, será difícil que lo acepte; "en cuanto a México es un país más conservador católico y las otras confesiones son minoría; los protestantes tampoco son minoría, ya hay como 25 millones que también opinan".
“Al tener un panorama de la situación en la República, que se aprueban cosas aun sin tener el agrado de la mayoría, aun cuando realicen consultas acomodadas”, abundó, será lamentable a futuro, pues tendrá repercusiones, "ya que las confesiones religiosas que son casi nueve mil asociaciones religiosas (AR) deben dar su opinión, porque el catolicismo con todos sus enlaces son como 14 AR de movimientos católicos, entonces la gran mayoría son de confesiones no católicas, deben dar su opinión, aun cuando el presidente diga que tenga esa facultad, la opinión es en contra".
Como evangélico de los Altos y también en esta región étnica, insistió, no lo aceptarán "y si se pasa, de por sí han pasado cosas que han alborotado, entonces lejos de sumar a la estabilidad del país, de encontrar convergencia en los grupos, pues este escenario es complejo", añadió.
Cuestionó al gobierno federal: "¿Desde cuándo se ha preocupado de respetar derechos?", cuando en esta región, lamentó, "se han pisoteado y violentado los mismos". "Es una situación compleja, la opinión es en contra en el sentido de no estar de acuerdo, y aunque legalmente sea correcto, en lo moral o desde la perspectiva religiosa no es aceptable; entonces esa es nuestra postura", reiteró.
Alonso González preguntó: "¿Se trata de una política internacional apoyada por grupos de fuera y (al presidente) no le queda de otra porque se ve vulnerable ante los intereses de corporativos internacionales, y no esté escuchando la opinión de su gremio, de su gente?".
"(Parejas del mismo sexo) están adoptando niños y al rato estas políticas influyen en la educación, en muchos sectores de la educación, y lejos de traer un remedio crearán muchos males", acotó.
Aseveró que sobre todo en esta región, la situación empeoraría porque se rigen por usos y costumbres, "y si las mujeres no son tomadas en cuenta, menos crear leyes que vengan a alborotar".

Actividades

OREMOS POR LAS ACTIVIDADES DEL MES DE JUNIO Y POR LA REUNIÓN CONGREGACIONAL

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CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 31 de mayo, 19 hrs.
Modera: A.I. Lauro Adame B.

Llamamiento: Salmo 9.1-10
Oración de ofrecimiento
Himnos: “Cantad alegres al Señor” (81)
                “Vine a alabar a Dios”
Momentos de oración
Lectura bíblica: Isaías 62
Tema: La nueva Jerusalén (II)
Himno: “Dios cuidará de ti” (366)
Ofertorio
Bendición pastoral

UNA NUEVA CIUDAD VISLUMBRADA
Horacio Simian Yofre

I
saías 62, a diferencia de Is 54.1-10, no es un cántico que celebra las bodas del Señor con su ciudad, sino en primer lugar el cántico de esperanza del profeta por su ciudad, esperanza que se manifiesta en una incansable intercesión ante el Señor. En el punto culminante de la composición (Is 62,7b), el profeta retoma el hasta que del comienzo, y expresa su esperanza de que el Señor haga de s u ciudad la admiración de toda la tierra. La idea de "admiración" referida a una persona u objeto es también la que se atribuye a los que participan en la gloria del Señor, y se alegran de ella (véase Is 60.18; 61.11; Jr 13.11; 33.9).
El juramento del Señor de Is 62.8-9 crea un anticlímax que destruye la tensión presente en Is 62.1-7. El centro de interés de la composición se mueve de la esperanza de lo que no se posee a la seguridad que exige.
Se introducen también sentimientos de confrontación con los enemigos. El pensamiento de los atrios del santuario comporta una preocupación cultual que estaba ausente en Is 62.1-7.
Is 62.11-12 parece una cita de Is 40.3, 10 y 54.12 que no se integra fácilmente en la composición. Mientras que Is 62.1-7 proclama la esperanza de superar la presente situación de abandono, desolación y tristeza, Is 62.11-12 supone que ese cambio de situación ya se ha producido y d a rienda suelta a sentimientos de alegría y optimismo. La población puede ser exhortada a salir de los límites de su propia seguridad, para dirigirse a todos los otros pueblos y constituirse en mensajero de buenas noticias y punto de encuentro con el Señor que viene.
También Is 62.12 transmite una preocupación cultual ausente de Is 62.1-7, y que se manifiesta aquí en el verbo "buscar, buscada", término técnico para indicar la visita al santuario (Dt 12.5), aunque no exclusivo (véase Jr 30.17). Is 62.1-5 es uno de los textos que pertenecen a la liturgia de Adviento desde los tiempos más antiguos. Su uso está testimoniado ya en el siglo VII.
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES

JUNIO: “MANTÉNGANSE ALERTAS… Y SEAN MODELO DE FORTALEZA” (I Corintios 16.13): IDENTIDAD Y MISIÓN DE LA IGLESIA, PRESENTE Y FUTURO


5 – Santa Cena / Reunión de Consistorio

Conflictos entre familias, L. Cervantes-O.

29 de mayo, 2016

Si les parece que en el territorio que les ha tocado no pueden adorar a Dios, vengan al lugar que Dios ha elegido para adorarlo. Busquen un lugar en nuestro territorio donde puedan establecerse, pero no se rebelen contra Dios. Si se apartan de él, también nosotros resultaremos culpables.
Josué 22.19a, TLA

Las familias antiguas y modernas han enfrentado siempre la necesidad de conformarse como comunidades básicas en medio de conflictos internos y externos. Cada nueva familia marcada por el signo de la fe se ve obligada a aplicar criterios de convivencia (valores y acuerdos) que satisfagan los postulados de dicha fe así como las necesidades que van surgiendo en su vida cotidiana. Esta tensión comienza desde el momento mismo en que las nuevas familias surgen del seno de las precedentes, pues éstas son quienes determinan, en buena medida, las normas de comportamiento y consolidación de las más recientes. La transición de una familia a otra lleva a los nuevos integrantes a establecer pautas de vida por imitación y aplicación de lo vivido y aprendido en la familia de cada uno, de modo que sobre la marcha se pueda apreciar cuáles funcionan en la nueva situación y cuáles no, con lo que los nuevos núcleos caminan, progresivamente, a crear “tradiciones” propias que tienen que ver con los aspectos más básicos hasta los más complejos: casa, comidas, horarios, hábitos, diversión, educación, diálogos y un largo etcétera.
El interesante testimonio que brinda el libro de Josué acerca de la transición experimentada por el enorme conjunto de las familias que ocuparían la tierra de Canaán, luego de su conquista en nombre de Yahvé, también estuvo marcado por numerosas negociaciones y ajustes en el camino de consolidar la presencia de estas familias en esa tierra. El hecho de que cada tribu formase parte de un “ejército de ocupación” le dio a este esfuerzo el carácter de una tarea primeramente militar, en la que la guerra fue el recurso último (y único) para someter a los habitantes, saquearlos, desalojarlos y arrebatarles su territorio con base en las promesas que Yahvé les había hecho. Las generaciones más jóvenes aprendieron que debían hacerse de esta propiedad mediante el uso de la fuerza y ése fue el criterio dominante para todas las relaciones que entablaran de ahí en adelante, aunque tendrían que hacerlo con base en la ley que Moisés les había transmitido. Mientras tanto, la vida continuó y, seguramente, fueron surgiendo nuevas familias en el transcurso de la ocupación.
Josué 22 es una muestra de cómo la reinstalación de la paz en Canaán no sería un proceso sencillo y que las diversas familias, clanes y tribus que formaban la totalidad del pueblo tendrían que encontrar una forma de gobierno que normara la convivencia cotidiana. Ese capítulo forma parte del cierre del libro que abarca tres episodios: el regreso de las tribus de Rubén, Gad y la media de Manasés a Transjordania (22); el discurso de adiós de Josué (23); y la gran asamblea de Siquem (24). Esas tribus habían cumplido el compromiso de colaborar con las demás en la conquista de la tierra (Nm 32), y Josué les permite regresar a su territorio. Allí mismo les expone un discurso-sermón que resulta muy relevante al momento de comenzar a volver a la “normalidad” (22.2-9), y que contiene elementos fundamentales para el nuevo rumbo de la nación, enmarcado como está en el exacto análisis histórico de lo acontecido en los últimos tiempos en:

Han cumplido todo lo que habían prometido (Jos 1.12- 18). El Señor también ha cumplido, dando a cada tribu el descanso en su propia tierra. Al volver a la heredad que Moisés (al que insistentemente se titula “siervo del Señor”) les había dado, sólo han de tener una preocupación: guardar la ley que les dio Moisés, que se resume en amar al Señor, seguir sus caminos, guardar sus mandamientos, mantenerse unidos a él y servirle con todo el corazón y con toda el alma. Si ellos se ocupan de ser fieles al Señor, el Señor se ocupará de todo lo demás (Jos 1.7-8).[1]

El desafío del momento consistió, por un lado, en aceptar la repartición de la tierra tal como se había establecido por los dirigentes del pueblo y, después, en consonancia con los avances de la conquista guiada por Yahvé, establecerse pacíficamente en el territorio para retomar su vida cotidiana con base en el antiguo pacto con el pueblo de Israel. Podría decirse que los niveles de acuerdo eran el material (tierra y botín) y el espiritual, puesto que la garantía de la posesión, como bien recordó Josué, sería la fidelidad a Yahvé y a su pacto. Pero justo allí, en Siló (22.7) surgió un conflicto entre las tribus de dimensiones mayores, que amenazó con el inicio de una guerra fratricida: la instalación de un altar que, aparentemente, podría competir con el de Siló, santuario nacional de gran tradición: “Las demás tribus entendieron que aquel altar era rival del altar del Señor. Se presupone la ley de unicidad de santuario, que no estaba en vigor todavía. Dada la solidaridad de todo el pueblo, para bien y para mal, ese delito acarrearía un duro castigo para Israel. Se recuerda lo de Fegor, donde el celo de Finees libró a Israel de una catástrofe mayor (Nm 25.1-13), y lo de Acán (Jos 7)”.[2]
Ante el riesgo de guerra, en donde la figura de Josué cede espacio a la del sacerdote Finees (en un ejercicio de atribuciones propias de su labor), vino una negociación entre tribus digna de destacarse: se privilegió el diálogo y los argumentos ofrecidos a los que se oponían a él (22.15-18) por quienes hicieron el altar satisfizo (22.22-23):

Transjordania era una tierra impropiamente israelita, menos pura que la de Cisjordania, donde el Señor había establecido su morada. Cabía pensar que más allá del Jordán no se podía dar culto al Señor, sino a los dioses del país. Pero las mismas tribus transjordánicas explicaron su intención:
1. Por supuesto, no se pueden ofrecer sacrificios al Señor sino en el único altar levantado al Señor delante de su Morada (Dt 12.10-11).
2. El altar que han construido es sólo un testimonio para las generaciones futuras de que ellos también pertenecen a Israel y al Señor.
3. Los sacrificios al Señor los ofrecen en el lugar donde tiene su morada.
4. La cuestión de la idolatría ni se plantea siquiera. Así esta narración sirve de apoyo a la doctrina deuteronomista de la unicidad de santuario.[3]

Varias cosas sobresalen en el episodio: una discusión ejemplar en la que la mediación sacerdotal y tribal cumplió una función determinante (22.13-14), el temor a recibir el castigo por culpa de aquellas tribus (22.), la enorme disposición de las tribus a recibir en el culto a sus hermanos (22.19). Todo ello forma un conjunto en el que prevaleció la razón y la necesidad de armonizar la existencia cultual y cotidiana del pueblo de Dios en ese momento. Los conflictos religiosos y morales entre familias son cosa de todos los días, pero pueden y deben superarse mediante al diálogo y la disposición de todas las partes implicadas. Una gran lección histórica para todos los tiempos.



[1] Andrés Ibáñez Arena, “Josué”, en Comentario al Antiguo Testamento. I. Salamanca, PPC-Sígueme-Verbo Divino-La Casa de la Biblia, 1997, p. 329, www.ebam.org/libros/Comentario-Al-Antiguo-Testamento-I-pentateuco-y-libros-historicos.pdf.
[2] Ídem.
[3] Ídem.

Josué 22.10-19

10 Cuando las tribus de Rubén, Gad y Manasés Oriental llegaron a la región del Jordán, antes de cruzar el río levantaron un gran altar. 11 Los demás israelitas se enteraron de que esas tribus habían levantado un altar en territorio israelita, en la frontera de Canaán sobre la ribera oeste del río Jordán. 12 En cuanto lo supieron, todos los soldados en Siló se reunieron para ir a pelear contra las otras dos tribus y media. 13 Pero antes enviaron a Finees, hijo del sacerdote Eleazar, para hablar con las tribus de Rubén, Gad y Manasés Oriental, que estaban en Galaad. 14 Con él iban también diez jefes de grupos familiares, uno por cada tribu israelita.
15 Al llegar a la tierra de Galaad, en donde estaban las dos tribus y media, 16 hablaron con ellos de parte de todo el pueblo de Dios, y les dijeron: —¿Por qué han traicionado al Dios de Israel? ¿Por qué han levantado este altar en rebeldía contra Dios? 17 ¿Se acuerdan del pecado que cometimos en Peor, y de la terrible enfermedad con que Dios nos castigó? Todavía estamos sufriendo las consecuencias, 18 ¿y ahora van a dejar de obedecerle? ¿No se dan cuenta de que, si hoy se ponen ustedes rebeldes, mañana Dios castigará a todos los israelitas?
19 Si les parece que en el territorio que les ha tocado no pueden adorar a Dios, vengan al lugar que Dios ha elegido para adorarlo. Busquen un lugar en nuestro territorio donde puedan establecerse, pero no se rebelen contra Dios. Si se apartan de él, también nosotros resultaremos culpables. Así que no levanten otro altar aparte del altar de nuestro Dios.

domingo, 22 de mayo de 2016

Letra 469, 22 de mayo de 2016

Rubem Alves
El Padrenuestro. Meditaciones. Bogotá, San Pablo, 2007.

 

T
u nombre, grabado en nuestro pecho,
nos hace hablar a los campos y a las hierbas…
Supongo que ahora entiendo.
Tu nombre, oh Dios, es un inmenso misterio,
un vacío infinito, como los cielos…
Y cuando mi cuerpo lo pronuncia,
se transforma en un altar:
tu nombre,
lugar de mis deseos.
Por más que no logre saber lo que tengo que decir,
no importa,
tu nombre todo lo encierra.
Y de él brotan los objetos de mi nostalgia,
que perdí,
y los horizontes de mi esperanza,
expectativas de “reencuentros”.
Por eso, aunque me sienta solo,
no estoy solo.
Tu nombre es una canción que torna más bella la vida.

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Xabier Pikaza, La familia en la Biblia. Una historia pendiente.
Estella, Verbo Divino,  2014.

Quiero estudiar las diversas formas y el despliegue unitario de la familia en la Biblia, poniendo de relieve la variedad y riqueza de sus perspectivas, que culminan y se abren de forma sorprendente en el mensaje y en la vida de Jesús, según el Nuevo Testamento. En esa línea me atrevo a destacar con el subtítulo que nos encontramos ante una historia pendiente. El conjunto de los cristianos no hemos comprendido y asumido todavía el mensaje y el proyecto de familia de la Biblia. […]
Entendida así y leída en clave de familia, la Biblia aparece ante nosotros como un gran camino y proyecto (promesa) de humanidad, que deleita y aprovecha, haciendo que podamos avanzar con personajes sorprendentes, hombres y mujeres que nos enriquecen e impulsan a vivir de formas nuevas y más hondas, superando el riesgo de muerte que evocaban los dos textos citados (Dt 30.15-20 y Gn 2.17).

1. Antiguo Testamento: Israel, una familia
El Antiguo Testamento es un documento y un recuerdo de las generaciones de Israel, desde el principio (hacia el siglo XIII-XI a.C.) hasta su constitución como Pueblo del Libro (hacia el siglo II a.C.); un texto fuerte, que no quiere mentir ni ocultar las contradicciones de la vida, sino expresarlas con toda honradez, para mostrar mejor lo que somos y aquello que podemos ser, abriendo así un camino de futuro para la vida humana.
No es un texto edificante en sentido moralista, pero nos ayuda a descubrir la hondura moral y la tarea creadora de la familia, para edificarla sobre el fundamento de la dignidad personal y social, fundada en el pacto de Dios con los hombres y en la esperanza mesiánica, que es una promesa de familia; no es moralista, pero crea e impulsa una intensa moral de humanidad (familia), de manera que podamos ser lo que Dios en nosotros quiere que seamos.
No es un libro de ley (aunque contiene muchas), sino testimonio de generaciones de hombres y mujeres que han mirado y asumido con realismo su experiencia, no para ocultar o engañar lo que son, sino para reconocer la riqueza y complejidad de su destino, sin soluciones rápidas, ni evasiones espiritualistas o condenas morales, de manera que la misma vida muestre y desvele su más honda dimensión de presencia de Dios como familia y comunión humana.
En esa línea quiero hablar de la “gran marcha” de los hijos de Dios desde los relatos patriarcales hasta la restauración sacral del judaísmo, tras el exilio, con las soluciones que propone y las vías que abre, a través de un proceso apasionante en el que he destacado siete etapas o momentos, pidiendo al lector menos especializado que empiece por el capítulo segundo, y deje la “creación” (capítulo 1) para el final de la primera parte, el Antiguo Testamento.

1. Creación. En el principio era la familia (Gn 1-11). La Biblia empieza con la creación del hombre y la mujer, signo y principio de todas las familias posteriores. En el principio de la humanidad se sitúa, según eso, la familia, en un tiempo en que no había Iglesia, Estado, ejército, dinero ni mercado.
2. Patriarcado. Las grandes matriarcas (Gn 12-50). La Biblia ha proyectado hacia el comienzo de Israel algunas “sagas” o relatos patriarcales que reflejan una densa trama de relaciones familiares: al comienzo de la historia bíblica emerge un panorama de familias ejemplarmente complejas.
3. La familia en la historia, una trama compleja. El desarrollo de la familia en la Biblia se inscribe en un despliegue, que va desde el principio de Israel (Éxodo: siglos XII-XI a.C.) a la restauración del judaísmo (siglos IV-III d.C.). Más que un proceso directo encontramos una serie figuras y marchas familiares.
4. Ley de vida, ley de familia. El Pentateuco. El esquema de la familia bíblica es complejo, pero en su fondo ha ido surgiendo un modelo central de relaciones afectivas y sociales que definieron y, en parte, definen la visión del judaísmo y el cristianismo hasta el día de hoy.
5. Profetas, monoteísmo y monogamia. Ellos han ofrecido la mayor aportación de la Biblia a la familia. No han legislado en forma abstracta sobre ella, sino que han hecho algo más hondo, vinculando en la familia a Dios y al hombre, el monoteísmo (Dios es Uno) y la monogamia (amor personal duradero).
6. Sapienciales. Divina mujer, mujeres sometidas. En conjunto, estos libros de carácter poético, orante y moralista han profundizado en la familia, con sus limitaciones y valores, destacando el carácter “ideal” de la mujer, aunque después han defendido de hecho un tipo de patriarcalismo intenso.
7. Libro abierto, historias ejemplares. El Antiguo Testamento vincula historias y “leyendas”, leyes e ideales, relatos ejemplares y contradicciones. No ha dejado resueltos todos los problemas, pero algunos de sus libros abren caminos y ofrecen ejemplos muy significativos de familia, que retomaremos en el Nuevo Testamento.

2. Nuevo Testamento: Familia cristiana
8. Jesús histórico, eunuco por el Reino. Un proyecto de Reino, una familia mesiánica. Dios, un Padre no patriarcalista. Una ruptura familiar: “No he venido a traer la paz…” (Mt 10.34). Perseguidos por su familia. Familia no patriarcalista.
9. Familia que empieza. Un hogar para los niños. Niños, primera autoridad comunitaria.
10. Siembra de familia, ciento por uno. “Estos son mi hermano, mi hermana y mi madre (Mr 3.20-35). Una familia mesiánica.
11. Alianza para siempre, matrimonio por el Reino. Palabra central (Mr 10.2-9), una carne. Con la misma fidelidad de Dios. Concreciones. Marcos, Pablo y Mateo: la esposa igual que el esposo, reinterpretación de Marcos (Mr 10.10-12); reinterpretación de Pablo, esquema general; “a no ser en caso de porneia” (Mt 19.1-9; 5.31-32).
12. Sagrada familia, un hogar para el Mesías. Madre y hermanos. Una familia discutida (Mr 6.1-5). Concepción virginal, nacimiento del Espíritu. Familia y educación. Jesús y Santiago: dos hermanos significativos.

13. Escuela de Pablo, Iglesia y familia cristiana. Varón y mujer, no hay diferencia. Gran familia, la Iglesia. Códigos domésticos, deberes familiares. Efesios 5, un texto complejo y polémico. Cartas pastorales. Obispo patriarca, ministros casados. La iglesia, familia para las viudas.
   14. Final abierto. Mateo y Lucas, Pablo y Juan, el Apocalipsis. Familia es fraternidad (Mateo). Lucas, una casa de hermanas (Lc 10.38-42). Solución, todos hermanos. Tradición de Pablo, canto al amor (1 Cor 13). Juan, la familia es palabra. Dios: palabra de amistad, familia humana. Apocalipsis, un final de bodas: primera Mujer, Madre celeste y perseguida (Ap 12.1-6); segunda mujer, gran prostituta (Ap 13-18); última Mujer, Ciudad-Novia: Bodas del Cordero (Ap 21-22).
   15. Conclusión. Familia bíblica, una historia pendiente. Aportaciones bíblicas. Elementos básicos. Tareas abiertas, un momento clave.
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EVANGÉLICOS VAN CONTRA INICIATIVA
El Universal, 20 de mayo de 2016

La Confraternidad de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice) anunció que reunirá 110 mil firmas para presentar una iniciativa ciudadana al Congreso de la Unión a fin de que legisle sobre el derecho de los menores a tener un padre y una madre.
En conferencia, el presidente de la agrupación, Arturo Farela, dijo que de esa manera se contrarrestará la posibilidad de que matrimonios del mismo sexo puedan adoptar a un menor de edad, de progresar la iniciativa del gobierno federal.
Informó que también solicitarán a la Cámara de Diputados que realice un debate público en torno al matrimonio igualitario, como se hizo en el tema de la mariguana.
Indicó que no descarta la posibilidad de hacer un frente común con la Iglesia católica en torno al tema, pues si bien existen diferencias teológicas entre ambas, también coinciden en que son cristianas y defienden la postura fundada en la biblia, de que los matrimonios deben estar integrados por un hombre y una mujer.
El pastor evangélico dijo que el Congreso de la Unión debe considerar a todos los sectores de la sociedad en el tema.
Recordó que “los cristianos evangélicos suman más de 25 millones de mexicanos en el país y las uniones homosexuales van en contra de sus creencias, por lo que de prosperar la iniciativa tendrá un costo político en las elecciones”.
El líder evangélico señaló que, si bien hay muchas reformas legales que en materia religiosa deben ser adaptadas al derecho y garantías individuales universales, la objeción de conciencia de ministros de culto no debe ser una de ellas.
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LOS MATRIMONIOS SON SÓLO ENTRE HOMBRE Y MUJER, SEÑALA EL EPISCOPADO MEXICANO
La Jornada, 19 de mayo de 2016

Ante la propuesta de reforma constitucional que abre la posibilidad de legalizar los matrimonios de personas del mismo sexo, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) aseveró que las uniones son sólo entre hombre y mujer, y advirtió que ‘‘ninguna unión precaria o cerrada a la comunicación de la vida nos asegura el futuro de la sociedad’’.
La CEM llamó a ‘‘estudiar a fondo todas las consecuencias que conllevan’’ esos cambios legislativos y resaltó que ‘‘no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia’’. […
Apuntaron que en ‘‘una sociedad en la que ya no se advierte con claridad que sólo la unión exclusiva e indisoluble entre un varón y una mujer cumple una función social plena, por ser un compromiso estable y por hacer posible la fecundidad, reconocemos la gran variedad de situaciones familiares que pueden brindar cierta estabilidad, pero las uniones de hecho o entre personas del mismo sexo, por ejemplo, no pueden equipararse sin más al matrimonio’’.
De parte de la CEM existe ‘‘voluntad de servir en la construcción una sociedad mejor, en la que nadie se sienta discriminado y solo’’.
Por su parte, Arturo Farela, presidente de la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice), consideró que este anuncio de la administración federal se enmarca en el proceso comicial.
‘‘Esto que está haciendo el Presidente de la República es algo que tiene que ver con las campañas electorales que se están dando en este momento y la caída vertiginosa de simpatía que tenía, para mostrarse como un jefe de Estado progresista’’.Añadió que ‘‘la posición de la Confraternice no ha cambiado; nosotros creemos lo que dice la Biblia: Dios hizo al hombre y a la mujer’’.

Apocalipsis 1.9, L. Cervantes-O.

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