OREMOS POR LAS ACTIVIDADES DEL MES
DE JUNIO Y POR LA PRÓXIMA REUNIÓN CONGREGACIONAL
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CULTO
DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 21 de junio, 19 hrs.
Modera:
D.I. Laura Cabrera B.
Llamamiento: Salmo
13
Oración de ofrecimiento
Himnos:
“Oh, cuán dulce es fiar en Cristo” (323)
“Vivir por Cristo” (341)
Momentos de oración
Lectura bíblica: Isaías 65
Tema: Última condena de la idolatría
Himno: “Grande es tu fidelidad” (50)
Ofertorio
Bendición pastoral
DIOS DENUNCIA AL PUEBLO
Horacio
Simian Yofre
Is 65.1-7 es, a diferencia del texto
precedente, donde un grupo invocaba al Señor, una palabra de éste en primera
persona. En su posición actual dentro del Tercer Isaías este discurso del Señor
puede ser considerado como una respuesta a la pregunta angustiada con la cual
se cerraba el capítulo 64. El Señor justifica su actitud. Él siempre se
"había hecho encontrar" aún por aquellos que no lo buscaban, y había
tenido los brazos abiertos frente a un pueblo rebelde.
Los pecados del
pueblo que se mencionan aquí son la idolatría y el falso culto: sacrificios y
ofrendas ilegítimas, extrañas relaciones con los muertos (la alusión a vivir en
grutas y sepulcros), no observancia de las leyes de pureza en las comidas. Este
comportamiento del pueblo ha llevado al Señor a la exasperación, y lo ha hecho
decidir su condena. En el conjunto del libro de Isaías, y también en la tercera
parte, no son los pecados contra el culto los más frecuentemente o fuertemente
condenados. Pero es verdad que estos pecados implican también haber falseado
completamente la imagen del Señor.
Is 65,8-25
constituye una unidad. Si el texto precedente condenaba un pueblo rebelde ...
que me provocaba sin cesar (Is 65.2-3), y de este modo parecía condenar a todos
sin excepción, ahora se establece una clara diferencia entre justos y
pecadores. La imagen de la vid, apenas sugerida (véase Is 5.1-7), sirve como
punto de partida: también en una vid moribunda se puede encontrar un racimo
jugoso (véase Os 9.10). También en Israel se encuentran buenas uvas.
Precisamente los destinatarios de las bendiciones que hablan de la descendencia
(Is 65,9) y de bienes abundantes (Is 65,10), son ellos, los que buscan al
Señor, los fieles, mis siervos (el término se repite siete veces en el
capítulo, otras tres veces se habla de mis elegidos, y dos de mi pueblo).
Pero los que
"abandonaron" al Señor para dar culto a la Fortuna y al Destino son
condenados a la espada. La culpa de los infieles se resume en la frase “llamé y
no respondisteis, hablé y no escuchasteis” (Is 65.12), que pone en relación la
primera parte del texto con la segunda (Is 65.24) y aún con Is 66.1-4 (Is 65.4).
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
26 – Clase unida: Evaluación del tema semestral /
Taller bíblico
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