El pasaje que me han pedido compartir, a simple vista, pareciera
ofrecer referencias cortas y sin transcendencia para nosotros. Sin embargo, al
buscar entender el sentir y las motivaciones de Pablo, al preguntarnos por sus
razones, al leer sus exhortaciones y develar los problemas implícitos en ellas,
al observar los escollos culturales de aquella comunidad cristiana de Corinto,
el pasaje se abre amplio y fecundo, relevante para las iglesias de nuestro
tiempo.
Antes de resaltar las referencias personales-amicales que están
ligadas a las referencias ministeriales que el apóstol escribe al final de esta
epístola, miremos algunos signos ministeriales contemporáneos, contrarios a los
que encontraremos en nuestro pasaje.
I
Hace poco conocí a un hermano presbiteriano decepcionado de las
iglesias y escéptico a que exista una comunidad de fe alternativa, cercana a
los principios del evangelio. Me contó su historia y que la ruptura con su iglesia
se dio cuando ésta se develó ser igual a un grupo de saqueadores y gente de
rapiña. Sucedió en un tiempo de emergencia cuando la iglesia nacional y otras
organizaciones enviaron a su iglesia cargamentos de donaciones de alimentos,
ropa, medicinas y herramientas de trabajo de campo (machetes, palas y otros),
que ellos no estaban en capacidad de administrar. Entonces desbordó la avaricia
personal y familiar de los mismos ministros y hermanos/as que se agolparon al
templo para tomar lo que más pudieran, en medio de grescas y vituperios de unos
a otros. Esa situación contraria al testimonio evangélico llevó al hermano a
apartarse de su iglesia, dolido y en vergüenza con la gente no cristiana de su
comunidad.
Tiempo después, angustiado por sus problemas y ante el vacío de
ayuda espiritual, buscó otra iglesia, esperando ayuda y acompañamiento para
restaurar su comunión con Dios y su pueblo. Entonces acudió a una de las
iglesias evangélicas más grandes de Guatemala, que los medios publicitaban como
un espacio de ayuda y servicio, pero al llamar y tocar se llevó su segunda decepción.
Me contó que al llamar por teléfono le mostraron toda la disposición de
ayudarlo e interceder por él, pero al pasar a la práctica, le dijeron que
primero debería de hacer un depósito de trecientos quetzales (unos seiscientos
pesos) a la cuenta bancaria de esa iglesia que le prometía, bajo esa condición,
bendiciones y prosperidad… Esa experiencia rebasó el vaso y tomó la decisión de
no volver a pisar una iglesia.
Sin querer justificar o criticar al hermano, tomo su experiencia
que nos ayuda a ver dónde está el interés de muchos pastores e iglesias de
nuestro tiempo. Es lamentable mencionarlo, pero hoy muchos pastores dependen
más de su salario y de los dividendos de su servicio, que de Dios mismo.
Asimismo los que se agolpan a las iglesias no es porque están constreñidos por
sus pecados y su alejamiento de Dios, sino porque quieren ser bendecidos, y
bendecidos materialmente… Y lo que es más, esto no pasa solo en las iglesias
neopentecostales o carismáticas, se da a su modo también en las iglesias presbiterianas,
donde los pastores buscan las iglesias más grandes o una iglesia que les
asegure su salario, sin mostrar el mínimo interés y esfuerzo por edificar la
iglesia. Lamentable, pero está sucediendo.
II
Ahora veamos el pasaje y preguntémonos qué de lo anterior se
presentaba ya en la iglesia de Corinto o dónde está la diferencia. Es cierto la
primera epístola nos refiere problemas de sectarismo y divisiones, de
inmoralidad sexual, de litigios entre hermanos, de idolatría y falsas
espiritualidades, etc.; pero, ¿están los apóstoles y toda la iglesia inmiscuida
en esto? ¿Cuáles son las motivaciones e intereses del apóstol? … Veamos nuestro
pasaje y resaltemos algunas referencias amicales y ministeriales:
1.
La motivación e interés del
apóstol es visitar la Iglesia de Corinto no con el fin de servirse de ella sino
de servir a ella. Los versículos 5 al 7 revela este sentir: “no quiero veros
[solo] de paso” (RVA) (en la TLA dice: “No quiero visitarlos poco tiempo”). La
razón de ello está en toda la epístola. Pablo no ha dejado de estar en contacto
e informado de la marcha de la iglesia, y la epístola es el ejemplo claro de su
acompañamiento pastoral –indirecto por las condiciones de la carta– frente a los
severos problemas que afrontaba la iglesia. De ahí, entendiendo que una carta
es insuficiente, él desea visitarlos por un tiempo no corto para corregir,
curar y edificar la iglesia.
Es cierto, en estos versículos también Pablo menciona que
requerirá del apoyo de la iglesia para continuar su viaje (v. 6), pero esto es
una referencia menor, en la confianza que le tiene a la iglesia.
En nuestro tiempo esta motivación del apóstol es menos evidente. En
mi caminar reciente por México he visto pastores buscando un empleo y un
salario, sin la mínima pasión por servir y edificar la iglesia. Ahora en mi
paso por Guatemala he escuchado, a modo de exageración jocosa, que un pastor
solicitó una nueva iglesia a su presbiterio, argumentando que la que le
encargaron, ya la había acabado (destruido).
2.
Pablo les informa que se quedará
en Efeso porque se le “ha abierto una puerta grande y eficaz” (v. 9). ¿A qué
puerta se refiere Pablo? ¿Será una puerta al éxito egoísta o una puerta
económicamente favorable? El pasaje no nos da detalle y los comentaristas pasan
por alto el versículo. Sin embargo el indicio de los “adversarios” (“y hay
muchos adversarios”) nos orienta a una puerta de servicio y lucha en favor del
evangelio.
Este es otro
detalle que contrasta al éxito de muchos pastores de este tiempo.
3.
La exhortación de que reciban
y consideren al joven Timoteo (vv. 10-11) es una exhortación a que rompan con sus
prejuicios culturales. Al igual que hoy, muchas sociedades y culturas han
relegado al joven, a la mujer y a los niños, y la iglesia de Corinto mantiene
ese escollo cultural. La exhortación es clara, “Timoteo [también] trabaja en la
obra del Señor, al igual que yo”; en otras palabras, “Timoteo también es
ministro, denle el espacio y reconózcanlo como predicador y pastor”.
Estos prejuicios no son ajenos a nosotros, están presentes en
nuestras iglesias en nuestras formas de pensar y hacer las cosas. Refiriéndome
a ustedes, yo que les conozco en parte, podría decirles que no han roto con el
modelo de la iglesia donde proceden. Un ejemplo es que ahora que están en
proceso de búsqueda o llamamiento pastoral, ustedes que han caminado
valientemente a favor de la ordenación de la mujer, ahora tienen una terna de
pastores varones. Fiel a un esquema de terna –porque podrían ser menos o más– y
a las formas patriarcales, persisten en un modelo que ustedes mismos
cuestionaron. Espero que llegue el día en que ustedes tengan mujeres en estos
procesos de llamamiento. Extendiendo la exhortación de Pablo, y les digo:
“ellas también son pastoras”.
4.
Termino resaltando el tipo de
relación fraterna y entrañable que los apóstoles se tenían entre ellos mismos
(Pablo, Timoteo, Apolos) y con los hermanos de la iglesia de Corinto
(Estéfanas, Fortunato, Acaico). Relación de consiervos, unidos y comprometidos
con el avance de la predicación evangélica.
De la relación entrañable y fraterna que Dios ha propiciado entre
nosotros: Salatiel, Laura, Rubén, Ma. Deníz y su servidor, que en años pasados
los pastoreamos, y el pastor Leopoldo, que hoy está al frente de esta tarea de
servicio, ustedes pueden testificar. Espero que esa relación se extienda con
las iglesias donde actualmente estamos, en los EEUU y Guatemala, y nuestra
unión ministerial vaya más allá de Ammi Shadday. Que Ammi Shadday se constituya
en Antioquia.
Amén.
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