MÉTODO SENCILLO DE ORACIÓN PARA UN BUEN AMIGO
(1535)
Martín Lutero
Primero.
Esto me enseña a reconocer a Dios, mi creador. Milagrosamente me ha hecho con
cuerpo y alma, por mis padres me ha trasmitido la vida y les ha infundido en su
corazón la entrega a mi servicio con todas sus fuerzas y como fruto de sus
entrañas; me han traído al mundo, me han criado, me han cuidado, han velado por
mí y me han educado con grandísima diligencia, con enorme dedicación, riesgo,
molestia, trabajo. Y hasta este mismo momento ha protegido él a su criatura
contra innumerables peligros de alma y cuerpo, y me sigue protegiendo, como si
a cada instante me estuviese recreando. Porque el demonio está siempre celoso
de nuestra existencia.
Segundo.
Agradezco, en nombre propio y de todo el mundo, al creador rico y bueno, que en
este mandamiento haya constituido y salvaguardado el crecimiento y conservación
del género humano, es decir, la vida familiar y el orden público, la economía
doméstica y el estado. Sin estos dos órdenes y organizaciones el mundo no
duraría ni un año. Porque sin el gobierno civil no es posible la paz; donde no
hay paz no puede haber vida familiar; donde ésta falta es imposible criar y
educar a los hijos y se tendría que erradicar la condición paternal y maternal.
Para esto es para lo que está impuesto este mandamiento. Sostiene y defiende a
ambos estados: el familiar y el civil; exige obediencia a los hijos y a los
súbditos, y Dios, además, vela por su cumplimiento. Y de no cumplirse, no lo
dejará impune. De otra forma, los hijos por la desobediencia, los súbditos por
la revuelta, destruirían y reducirían a la nada el orden familiar y el orden
público, puesto que son mucho más numerosos aquéllos que los padres y
gobernantes. Y he ahí por qué también este beneficio es inefable.
Tercero.
Confieso y reconozco mi lastimosa desobediencia y pecado contra este
mandamiento divino, al no haber honrado y obedecido a mis padres. Les he hecho
enfadar, les he irritado con excesiva frecuencia; he acogido sus paternales
castigos con malhumor, he murmurado contra ellos, he despreciado sus
advertencias buenas. En su lugar, me he enrolado con los frívolos y con los
muchachos traviesos, a pesar de que Dios maldiga a los hijos desobedientes y
les niegue larga vida14 y de que, de hecho, muchos de ellos perezcan y
desaparezcan ignominiosamente sin alcanzar la edad adulta. Porque, quien no
obedezca al padre y a la madre, tendrá que someterse al verdugo, o, de no
hacerlo así, la cólera de Dios se encargará de quitarle la vida de mala manera,
etcétera. De todo me arrepiento y pido gracia y perdón.
¿QUÉ TIPO DE MINISTERIOS QUEREMOS TENER? (III)
Lecturas
La gran
comisión no es una opción para ser considerada, sino un mandamiento para ser
obedecido. – James Hudson Taylor.
Todas las
iglesias tienen diferentes tipos de grupos. La pregunta clave es si los grupos
son comunidades cristianas básicas de nutrición. Ciertamente los cristianos
pueden y deben deben estar involucrados en estas oportunidades ministeriales.
Pero se debe ejercitar el cuidado pastoral de manera que los programas de la
iglesia no compiten con las pocas horas que las personas tienen durante la
semana, robándoles la riqueza de ser parte de la comunidad cristiana (…)
Demasiadas personas se sienten muy ocupadas haciendo muchas cosas en la iglesia
mientras se están marchitando en la iglesia, y mientras las mismas iglesias se
están marchitando. ¿Están viviendo los miembros de las iglesias un cristianismo
activo? ¿Están: (1) relacionándose con Dios diariamente, (2) adorando con el pueblo
de Dios semanalmente, (3) participando en una comunidad básica cristiana para
nutrirse, (4) sirviendo en el ministerio, (5) ofreciendo sus recursos
pertinentes al Reino de Dios como buenos mayordomos y (6) trayendo e incluyendo
personas a la iglesia? ¿O están sentados discutiendo en reuniones de
comisiones? (…) En vez de disolver grupos dentro de la iglesia, para que puedan
convertirse en comunidades básicas cristianas deben añadir elementos
adicionales. Se puede añadir al grupo componentes para la nutrición de sus
participantes, incluyendo adoración, oración, compañerismo y estudio bíblico. – Tim Keller.
Algunos
prefieren vivir muy cerca del sonar de la campana de la iglesia, yo preferiría
vivir trabajando en una ‘Carpa de Rescate de Almas’ a un metro del infierno. – C. T.
Studd.
Si leemos
cómo Jesús enseñó a sus discípulos, vemos que no lo hizo en una sala de clase.
Una sala de clase es un lugar donde el maestro y el alumno entran en contacto
el uno con el otro solamente en un plano intelectual. No viven ni comen juntos,
ni entran en contacto social, emocional y espiritualmente tampoco. Jesús no
estableció una relación de sala de clase con sus discípulos ni tampoco lo
hicieron ellos entre sí. Antes bien, crearon comunidades de aprendizaje, donde
se pasaba suficiente tiempo para descubrir la verdad en discusiones, diálogo y
en aplicación. Por lo tanto, la manera crucial (aunque no la única) para el discipulado
es en comunidades, no en clases. Es decir, grupos de compañerismo y amistad, no
ambientes académicos solamente. – Tim
Keller.
Denme 100
hombres que no teman más que al pecado y no deseen más que a Dios, y cambiaré
el mundo. – Juan Wesley.
Antes de la
creación, Dios estaba ocupado realizando la elección. Él ha estado ocupado en
la eternidad pasada y tiene trabajo salvífico que hacer en el presente. Y Él
hace el trabajo cuando su pueblo proclama las buenas nuevas. – C. J. Mahaney.
Cuando
llegamos a conocer que Dios es nuestro Padre, ¿no hemos de desear que sea
conocido como tal por todos? Y si en nosotros no hay esta pasión porque todas
las criaturas le rindan tributo, ¿no es esto una señal de que Su gloria significa
poco para nosotros? – Juan Calvino.
Diálogo
·
¿Por qué decisiones de fe (en apariencia genuinas) no continúan
naturalmente hacia un compromiso con Cristo, con la
·
iglesia y hacia un crecimiento continuo?
·
¿Cuál es la razón de que tantos métodos usados sean contraproducentes
en cuanto al éxito de la evangelización?
·
¿Qué características tenía el modelo discipulador de Jesús?
·
¿Qué debería tener en cuenta una estrategia de discipulado para remover
los obstáculos que existen en la sola
·
evangelización?
·
¿Cuáles deben ser los pasos a seguir en la actitud hacia una persona
que nos visita en una reunión semanal?
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Obras del pastor luterano Philippe François
Exposición en el Instituto Protestante de
Teología, París, Francia
____________________________________________
TRUMP Y LA ÉTICA PROTESTANTE
Juan Morales Ordóñez
El Universo, 17 de noviembre de 2016
La definición del título de esta columna
significó, así como su texto íntegro, un proceso de selección de ideas con el
fin de producir un documento coherente que permita transmitir una parte del
cúmulo de impresiones y reacciones que las elecciones presidenciales en Estados
Unidos de América provocaron en quien suscribe este artículo. Cuando analicé el
dato de The New York Times de que el 58% de la población “blanca y envejecida”
de ese país votó por Donald Trump, inmediatamente asimilé a ese segmento
poblacional con aquel que fue analizado en el célebre libro del sociólogo
alemán Max Weber, La ética protestante y espíritu del capitalismo, para
explicar su importancia mundial como sistema dominante.
El
autor sostiene que la práctica de las virtudes destacadas por el protestantismo
norteamericano, como el trabajo duro y la frugalidad, es considerada como una
muestra de la predestinación de esos individuos y colectividades como elegidos
a obtener la realización económica y la felicidad. Esta aproximación al éxito
capitalista es atractiva para muchos. Si analizamos la trayectoria personal del
señor Trump, así como sus criterios expuestos en la campaña electoral y sus
probables futuras acciones a la luz de estas virtudes básicas, no las
encontramos. Por el contrario, sus actitudes le ubican en las antípodas de la
frugalidad y el recato en el manejo económico. Basta escucharle para saber que
está dominado por la soberbia y la prepotencia por razones que también las ha
manifestado y que tienen que ver con fuertes rasgos de xenofobia y otras formas
de exclusión a quienes él considera inferiores por una serie de razones
absolutamente contrarias a la amplia dogmática religiosa profesada por los
protestantes que votaron por él.
Si
es así, ¿cómo explicar que esos ciudadanos hayan elegido a una persona que
contradice flagrantemente sus virtudes fundacionales? Tal vez, porque esos
referentes espirituales en ellos como en los otros, nosotros, funcionan como
anclajes necesarios para salir adelante, pero cuando el éxito llega y el poder
nos envuelve, esas virtudes dejan de ser útiles. El voto protestante por el
señor Trump nos lleva a cuestionarnos sobre el significado de la virtud en la
precariedad y en el éxito. Los logros materiales de Trump en su vida
profesional han sido, en la práctica, mucho más seductores que el discurso
moral esgrimido por quienes lo utilizan hasta tanto puedan desprenderse de
ellos, claro, obnubilados por la riqueza y el poder.
Virtudes
católicas como humildad, paciencia, templanza, temperancia y caridad, que se
encuentran en nuestro propio discurso moral, ¿hasta qué punto son realmente
practicadas por nosotros? Tal vez, el candidato vencedor ganó porque representa
una de las poderosas esencias negativas de la condición humana que exacerba la
individualidad y el menosprecio de los otros que, obviamente, también nos
define a nosotros. Si esto no es así, expliquemos la prepotencia ecuatoriana en
temas políticos, regionales, raciales, económicos, intelectuales y otros. En
nuestra psique se encuentran esencias de una humanidad autodestructiva,
dramáticamente representada por el presidente estadounidense recientemente
electo. Es un grave error moral ver esas conductas solamente en él y en los
otros, cuando en realidad también nos definen a nosotros.
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