MÉTODO SENCILLO DE ORACIÓN
PARA UN BUEN AMIGO (1535)
Martín Lutero
Lo primero
que aquí se enseña es el deseo divino de que yo tengo que amar al prójimo. Por
tanto, no debo perjudicarle corporalmente, ni con palabras ni de obra; no puedo
lastimarle ni vengarme de él por cólera, impaciencia, envidia, odio o por
cualquiera de otras maldades, sino darme cuenta de mi obligación de prestarle
ayuda y consejo en todas sus necesidades corporales. Porque, en virtud de este
mandamiento, Dios me ha encomendado la salvaguarda del cuerpo de mi prójimo y,
viceversa, a mi prójimo le ha ordenado cuide del mío. Como dice Ben Sirach, a
cada uno de nosotros se nos ha encomendado el cuidado del prójimo.
Segundo.
Doy gracias a Dios por el inefable amor, providencia, fidelidad conmigo, como
es el que haya fortificado mi cuerpo con una vigilancia tan consistente y con
la verdadera muralla del deber que tienen todos los humanos de dejarme intacto,
de protegerme, y al contrario, del mismo deber que yo tengo hacia ellos. Dios
vela por el cumplimiento de todo esto, y para castigar al infractor ha
establecido la espada. Por otra parte, si este precepto y esta recomendación
no existiesen, el demonio se erigiría en un asesino de los hombres de tal
manera que ni una hora de nuestra vida podríamos estar seguros. Esto es lo que
sucede cuando Dios se irrita y castiga al mundo desobediente e ingrato.
Tercero.
Confieso y lamento mi malicia y la del mundo. Porque no es que seamos sólo
horriblemente ingratos hacia este amor y cuidado paternales, es que -lo más
vergonzoso ignoramos este mandamiento y esta enseñanza e, incluso, no tenemos
interés alguno en aprenderlos, los despreciamos como si no fuesen con nosotros
y nos importasen un comino. Seguimos tan tranquilos nuestro camino sin advertir
que, al quebrantar este mandamiento, estamos despreciando al prójimo, le
dejamos en la estacada, le perseguimos, le ofendemos, le matamos en nuestro
corazón cuando seguimos los impulsos de nuestra cólera, de nuestro furor, de
toda clase de maldades, creyendo que con ello estamos obrando a la perfección.
Este es, en realidad, el momento de lamentarnos y de recriminarnos a nosotros
mismos, tunantes malignos, personas ciegas, malévolas, salvajes, que, cual
fieras enfurecidas, nos pisoteamos, corneamos, arañamos, desgarramos, mordemos,
devoramos los unos a los otros, sin reparar en la gravedad de este precepto de
Dios, etcétera.
Cuarto. Pido al
Padre se digne enseñarnos este mandamiento y ayudarnos a cumplirlo y a vivir
conforme a sus exigencias. Que nos defienda del demonio, maestro de asesinos y
de todo mal; que nos conceda la gracia de que todo el mundo (y nosotros con los
demás) se muestre amable, agradable, bien dispuesto entre sí; que las personas
se perdonen de corazón unas a otras; que cada uno soporte cristiana y
fraternalmente las faltas e imperfecciones de los demás, para que vivan en paz
y unidad verdaderas, tal como nos lo enseña y exige este mandamiento.
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SE TRATA DEL ADVIENTO QUE PRECEDE A
NAVIDAD (Lc 1.5-25)
Karl Barth
Adviento. Madrid, Studium, 1970
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LASTIMAR A UNA MUJER ES
HERIR EL MISMÍSIMO CUERPO DE CRISTO, DICEN MUJERES DEL CLAI
alc-noticias.net, 25 de noviembre de 2016
La profesora Dra. Agustina Luvis
Núñez, de la Pastoral de Mujeres y Justicia de Género del Consejo
Latinoamericano de Iglesias-CLAI- de Puerto Rico, escribe y comparte la
siguiente Declaración al respecto de la conmemoración del Día contra la
violencia hacia la Mujer.
La Pastoral de Mujeres y Justicia de
Género del Consejo Latinoamericano de Iglesias de Puerto Rico agrupa a mujeres
de diferentes confesiones de fe que trabajan y luchan por un mundo de paz y
vida plena para todas las mujeres y niñas.
Nos unimos a la denuncia de la
violencia que sufrimos a consecuencia de una sociedad patriarcal, sexista y
clasista, este 25 de noviembre, Día de la Lucha Contra de la Violencia hacia la
Mujer. Entendemos, desde la fe, que lastimar a una mujer es herir el mismísimo
cuerpo de Cristo. Reclamamos a las comunidades de fe, de todas las confesiones
cristianas, a que asumamos nuestra responsabilidad ante este dolor y acojamos
esta lucha como parte de nuestro testimonio.
Afirmamos que la violencia
contra las mujeres es un asunto que compete a la iglesia, porque es allí donde
afirmamos la imagen de Dios en cada ser humano, es allí que nos percatamos de
la práctica de Jesús como una de dignificación de toda la raza humana, y es
allí donde el Espíritu de Dios se derramó sobre hombres, mujeres, niños y niñas
como símbolo de equidad. Es desde la fe que compartimos la esperanza de un
mundo sin violencia.
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MARTIN JUNGE: “ES POSITIVO
EL IMPACTO DE LA CELEBRACIÓN CONJUNTA DE LOS 500 AÑOS DE LA REFORMA
PROTESTANTE” (I)
alc-noticias.net, 24 de noviembre de 2016
El doctor
Martin Junge es secretario general de la Federación Luterana Mundial (FLM)
desde noviembre de 2010. Junto con el presidente de la FLM, obispo Munib A.
Younan, y el papa Francisco, fue uno de los protagonistas centrales en la
celebración del aniversario de la Reforma Protestante el 31 de octubre pasado,
en Lund y Malmö, Suecia.
La
celebración de los 499 años de la Reforma Protestante en Suecia, con la
presencia del Papa Francisco tuvo un gran impacto mediático. ¿Cómo evalúa usted
lo acontecido allí?
Las
evaluaciones y la afirmación que continuamos recibiendo de las iglesias
miembros de la Federación Luterana Mundial (FLM), pero también de nuestras
relaciones ecuménicas son muy positivas. El impacto mediático al cual usted
alude efectivamente fue grande. Ha sido interesante observar cómo la
conmemoración conjunta “habló” a medios de comunicación que, sin tener mayor
conocimiento de los asuntos teológicos que mediaron en esta conmemoración,
hicieron una clara lectura de su significado en los contextos actuales en los
cuales nos encontramos: en medio de la imperante fragmentación política y
social, de discursos corrosivos y de conflictos, violencia y hasta guerras que
continúan aumentando, el paso dado por luteranos y católicos de dejar el
conflicto tras sí, y de volverse hacia un futuro común al cual Dios continúa
llamando a la iglesia fue muy bien recibido. La presencia del Papa Francisco,
por el lado católico, como co-anfitrión de esta conmemoración conjunta
indudablemente realzó el perfil comunicacional de esta conmemoración. (LC-O)
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