sábado, 13 de junio de 2020

Providencia y preocupaciones humanas, Pbra. Eva Domínguez Sosa


14 de junio de 2020

Buenos días estimada Iglesia Ammi-Shadday es una alegría compartir la Palabra con ustedes por este medio, a la distancia. Algo positivo de este complicado tiempo de confinamiento. Por acá ya estamos saliendo, eso esperamos. Justo hoy retornamos el culto presencial en nuestra iglesia. Agradezco la invitación.

El pasaje de Mateo 6:25-34, que nos ocupa en la reflexión de hoy, forma parte como sabéis del gran discurso de Jesús llamado El Sermón de la Montaña caps. 5-7 de este Evangelio; y compendiado por Lucas (solo 30 versículos) en el llamado “Sermón de la llanura” (cap. 6.20-49). San Agustín fue el primer autor en redactar un comentario del mismo, veía en él un “compendio de todo el evangelio” lo cual me parece muy acertado.

También se ha dicho que el contenido es “terreno de encuentroentre judíos y cristianos, por tener mucho en común. Tiene también mucha de cercanía e incluso similitud con las tradiciones religiosas de la India. Es sabida la influencia que este texto ejerció sobre Gandhi.
Con el Sermón de la montaña uno se siente atraído y a la vez asustado por el carácter radical y absoluto de su contenido. Este discurso es un compendio de la ética cristiana. Es de lo más desafiante que existe, es una noble utopía que pocos cristianos consiguen vivir. Estamos ante un contenido parenético realmente importante. Nuestro objetivo hoy es conseguir que el texto nos hable tanto a la razón, a la inteligencia como al corazón.

Sin más preámbulos, pasemos a analizar el texto que nos ocupa hoy. Marcel Dumais, en su libro:El Sermón de la Montaña, llama a esta sección (6.25-34): No inquietarse.[1]

1. Por qué no, y por qué si hay que preocuparse
El lector contemporáneo no puede dejar de hacerse preguntas por esta enseñanza. La actitud que se exige parece irrealista e impracticable. ¿Se puede vivir en nuestro mundo sin trabajar por asegurarse el sustento y sin prever el futuro? El v. 34 parece dar la idea de vivir cada día como si no hubiese un mañana cuando dice: Por lo tanto, no os angustiéis por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas. También dice el v. 26: Miren los pajaritos… Ellos no siembran ni cosechan, ni guardan semillas en graneros. Sin embargo, Dios,., el Padre (Providente) les da todo lo que necesitan”. Pero, cuando vemos pájaros hambrientos en los paisajes urbanos, o cuando vemos a nuestro alrededor y por los medios de comunicación social, el hambre de los pueblos, de las personas; esta argumentación de Jesús parece derrumbarse.

El mandamiento “No andéis preocupados” (NVI). Expresión clave del texto. Figura al comienzo, en medio y al final del discurso (vv. 25, 27.28.31.34). La versión (TLA) Traducción en lenguaje actual que ustedes usan dice el v. 25: No vivan pensando en qué van a comer. Me gusta esta expresión, pues el mandato de no vivir pensando, indica no permanencia en el asunto. Según el Diccionario de la RAE, preocuparse significa: estar con temor o inquietud por tratarse de un verbo de “afección psíquica, dependiendo de distintos factores… También como intransitivo pronominal significa ‘sentir temor o inquietud por alguien o algo’ y ‘dedicar atención a alguien o algo’.

Según el contenido bíblico, aquí se trata de una preocupación ansiosa, inquieta, excesiva que resulta de una falta de opción fundamental por Dios, esto es falta de fe como dice claramente el v.30: Si Dios hace tan hermosas a las flores, que viven tan poco tiempo, ¿acaso no hará más por ustedes? ¡Veo que todavía no han aprendido a confiar en Dios! El discurso continúa planteando cuestiones inquietantes v. 31 y 32. »Ya no se preocupen por lo que van a comer, o lo que van a beber, o por la ropa que se van a poner. La ansiedad desaparecerá en la medida en que haya una verdadera búsqueda del Reino de Dios y de su justicia, como dicen varias versiones, que más o menos equivale a lo que dice la TLA en el v. 33: …que reconozcan a Dios como único rey, y que hagan lo que él les pide. Así pues, el pasaje no es una llamada a la falta de previsión, ni mucho menos una invitación al no-trabajo. sino como expresan los vv. 26-30, sino es llamada a la confianza en el Padre celestial, él no puede abandonar a la persona humana, al cristiano o cristiana que vale a sus ojos mucho más que las aves del cielo. Es preciso no dudar del poder benevolente del Señor (cf. 8.26; 14.31).

El v. 32 presenta a los “paganos” como anti-modelos: ellos buscan todo eso con ansiedad. El lector se acordará de que los paganos no se dirigen a Dios con confianza, porque no lo ven como un Dios providente que conoce sus necesidades. El discípulo o discípula de Cristo debe “buscar ante todo su Reino y su justicia que es lo más importante, dice la versión TLA. La expresión: lo más importante no excluye, sino que más bien incluye, un “después”, es decir, si puede haber ocupación legítima (no ansiosa) por las necesidades fundamentales de la existencia.

2. De lo individual a lo colectivo (Opción por el Reino de Dios y su justicia)
Lo que sí debe ser una preocupación constante o lo más importante como hemos dicho, será: buscar el Reino de Dios y su justicia. Y aquí sí que convergen y se encuentran la lucha por la subsistencia y dignidad humana y el Reino y la Justicia. Por ello el Reino es opción de lucha a favor del más vulnerable y necesitado, del que está privado de sus necesidades básicas incluido el alimento. Así que es válido preocuparse, luchar por el pan, por el vestido de los vulnerables, pero solos no se puede hacer, si se puede hacer desde lo colectivo y comunitario, como iglesia del Señor, como Comunidad Cristiana. Aquí cabe la lucha por el Inmigrante creyente y no creyente que tiene que salir de su contexto, de su país para buscar el pan y mejores condiciones de vida. También los ismos como el racismo (lo estamos presenciando en las últimas semanas en Estados Unidos y otras partes del mundo), el machismo, el clasismo, el esclavismo, el fundamentalismo, incluso el virus Covid-19 propician o hacen más severa la injusticia y la falta de pan.

Concluyo y repito, en este pasaje Jesús no invitó a excluir la ocupación por el sustento, pero sí que lo relativizó. Por tanto, implica que hemos de pasar del individualismo, del solo vivir para tener el sustento como meta de vida, a la lucha colectiva. Los cristianos hemos de pasar siempre del yo, de lo mío, al nosotros, al pan compartido, por la causa de Cristo. Que Dios les permita seguir caminando como Iglesia en ese sentido, y que Él les continúe fortaleciendo, dando paciencia y sobre todo guardando su salud y sus vidas en este complicado tiempo de prueba. Dios sea su fuerza. Amén.



[1] M. Dumais, El Sermón de la Montaña. Estella, Verbo Divino, 1998, pp. 51-52.




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