"Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía". En este pasaje de la Palabra de Dios, un pequeño grupo de hermanos encontraron la motivación para iniciar la obra que hoy por su gracia y voluntad celebramos en este aniversario, recordando que el peregrinaje de la iglesia durante estos años de formación se ha visto probada por una serie de vicisitudes pero a la vez se ha visto grandemente bendecida por la forma providencial como Dios ha puesto su mano sobre nosotros.
Aunque en los anales históricos se menciona el primer domingo de enero de 1993 como la fecha en que nos reunimos por primera vez como grupo, lo cierto es que en el año de 1990 surgió la inquietud de iniciar un proyecto de crecimiento de la iglesia Príncipe de Paz y fue así como el ministerio de misiones propuso un plan para establecer cuatro congregaciones en diferentes puntos de la ciudad, acordando el consistorio de la iglesia apoyar lo que parecía más viable. El proyecto Culhuacan, donde las autoridades del d.f. habían otorgado un terreno de más de 1000 metros cuadrados, se habían adquirido 100 sillas y nos estábamos reuniendo alrededor de 60 y 70 hermanos cada domingo en Villa Coapa, inclusive, se realizo un culto de inicio en el mismo terreno y estaban a punto de iniciarse las obras de servicios de agua, drenaje, etcétera. Todo estaba muy adelantado; sin embargo, como esta dicho en Isaías 55:8-9: "Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos". Las razones las desconocemos, pero por circunstancias adversas, este proyecto se abandono perdiéndose incluso el terreno donado.
Mientras esto acontecía, este pequeño grupo de hermanos mencionados al inicio, nos reuníamos semanalmente, cada vez en una casa de diferente familia con el único propósito de poner en las manos de dios la posibilidad de iniciar una misión en el norte de la ciudad, así, nos reuníamos Jonathan forcada y gloria, Daniel Soto y su esposa, Vicky Apasa, Rafael pineda con su familia, las hermanas Sara y pina romero, su servidor Hiram con Ruth y el grupo fue creciendo con la presencia de Javier y Pili, Rubén y Laurita y otros hermanos de los cuales no recuerdo sus nombres.
Cuando el proyecto Culhuacán es abandonado, se comparte con el Consistorio la experiencia y el propósito del grupo que venia reuniéndose durante un año o más y se asigna al pastor Jerry Cross que llego a la iglesia Príncipe de Paz en un convenio con la Iglesia Presbiteriana de Estados Unidos, para hacerse cargo del grupo y se retoma como un proyecto de la propia iglesia para formar la congregación “Príncipe de Paz, norte”
El 13 de diciembre de 1992 en el culto de aniversario de la iglesia Príncipe de Paz se realiza un solemne culto de envió donde un numeroso grupo de aproximadamente 70 hermanos tomaron la decisión de formar parte de la congregación, sin embargo, el primer domingo de enero de 1993 en el salón de fiestas “Alfil Negro” ubicado en av. De los 100 Metros esquina con Montevideo donde se realiza nuestro primer culto, sólo hacen acto de presencia aproximadamente 30 hermanos, mismos con los que se nombró la primera mesa directiva el tercer domingo de este año.
A partir de entonces, pero muy motivados por nuestro Señor, nos dispusimos junto con el pastor Jerry Cross a servirle, comenzando a visitar muchos lugares y hogares circunvecinos a nuestro centro de reunión, a donde se predicaba el Evangelio así como se instruía en la sana doctrina a los miembros asistentes, pronto nuestra congregación se vio fortalecida con nuevos miembros y una cantidad muy significativa de visitantes que domingo a domingo llegaban a adorar al Señor junto con nosotros.
Como se comenta al principio, durante el peregrinaje de los años de formación de nuestra iglesia, hemos atravesado por muchas vicisitudes, no en pocas ocasiones tuvimos que llegar a barrer y lavar todavía las huellas del desenfreno de las fiestas de la noche anterior, o el hecho de nunca haber recibido la ayuda económica de la iglesia para pagar la renta y que era demasiado elevada. Aunado a esto, la retirada del pastor Jerry Cross a escasos 7 u 8 meses de iniciado el trabajo y que por necesidades prioritarias de la iglesia dejó de apoyarnos, pero a pesar de las circunstancias, cada uno de los hermanos y hermanas servían con fidelidad al Señor lo que evidenciaba que Dios mismo iba en nuestro mismo caminar, tiempos muy memorables cuando los ancianos electos, Pablo Gil, Jonathan Forcada, Samuel Hernández, Rubén Núñez e Hiram Palomino, así como los diáconos electos, Javier Díaz, Ricardo Ruiz, José Ramos, Israel Núñez, Pablo Gil, cubrían la predicación, la visitación y la enseñanza mientras Dios preparaba a su siervo para venir a pastorearnos en este trayecto .
El gran amor de Dios y su providencia siempre se ha manifestado sobre nuestra iglesia, nos envió a un gran hombre de Dios para ejercer el ministerio pastoral en la persona del pastor Salatiel Palomino, el cual dedicó largas horas al estudio, la enseñanza y la preparación de los oficiales electos, como olvidar aquellas jornadas de estudios bíblicos de tanta inspiración que terminaban hasta las dos o tres de la mañana, el tiempo que dedicaba a la planeación y organización de nuestra congregación en iglesia, lo cual se celebro el dia 23 de abril de 1995 cuando fuimos constituidos como iglesia por el Presbiterio “Berea”. En preparación para dicho evento se lanzó una convocatoria a la congregación para proponer el nombre que adoptaríamos como iglesia, fue así como se selecciono de entre varias propuestas la de la hermana Miriam Gil, hija de nuestros hermanos Pablo Gil y Angelita , el cual fue Ammi-Shadday, combinación de términos hebreos que pueden traducirse como Pueblo del Dios Todopoderoso. El nombre Amisadai, transliteración simplificada de esta expresión, aparece en las Escrituras como el nombre de un judío, padre del líder de la tribu de Dan durante la peregrinación en el desierto (Nm. 1:12; 7:66, 71) en este nombre encontramos una combinación de dos términos: Ami, que literalmente significa “mi pueblo” y Sadai, título dado a una deidad. El nombre así, significaría, “Mi ancestro, o protector es (el Dios) Shadday”. Por otra parte, el término “Shadday”, constituye el nombre que identifica a Dios como “El Dios de la Montaña”. Este nombre, entonces, estaba relacionado con el poderío asombroso e impactante con el que Dios se reveló a los patriarcas (Gn. 31:42, “Temor de Isaac”), de modo que vino a representar poder y seguridad para ellos (Gn. 49:24; “el fuerte de Jacob” cuyo Arco se mantuvo poderoso”). Después de la época patriarcal, el nombre Shadday fue asociado con el de Yahweh, y es traducido como “omnipotente” o “Todopoderoso” (Rt. 1:20,21; Ez. I:24). En la versión Griega del Antiguo Testamento, Shadday se tradujo como Kúrios o Pantokratoor, que en español se traduce como “Señor” y “Todopoderoso”
Así pues, aunque una traducción literal de Ammi-Shadday pudiera ser “Mi estirpe o pueblo” es el Dios Todopoderoso”, o Mis raíces están en el Dios Todopoderoso, la idea puede extenderse a todos los creyentes y ser adecuadamente traducida como Pueblo del Dios Todopoderoso. Ahora bien, dado que la revelación suprema de Dios se nos ha otorgado en la persona de su Hijo Jesucristo, el poderío atribuido a Dios no consiste en el de la fuerza bruta de un monarca arbitrario, sino que tiene finalmente la forma del amor, de la cruz y de la gracia. El Todopoderoso según el evangelio, es también el Dios que humildemente muere en la cruz aparentemente débil e impotente. Sin embargo, es en esta entrega y por medio de ella, donde se revela el poderío del amor redentor de Dios que así nos hace parte de su pueblo.
Elemento esencial dentro de la visión del pastor Salatiel, es el carácter teológico del ministerio de la mujer que sin duda es un parte aguas en la iglesia presbiteriana, despertando el interés general de la necesidad de cambios históricos. Junto con el pastor Salatiel, su esposa, también pastora, Laurita Taylor de Palomino, reafirmaron en nosotros la convicción de que solo el estudio de la Palabra de Dios constituye el instrumento básico para entender como tal el ministerio de la mujer, momento histórico que les toco vivir a nuestras hermanas que fueron electas por la iglesia, y ahora Ancianas de Iglesia, Martita Aguilar Arellano, hermana Carmelita Castro de Núñez, y nuestras hermanas Diaconisas Laurita Cabrera de Núñez, Leticia Forcada de Palacios, Amalia Villar, y Sandra Salgado de Ruiz. Otro de los legados no solo espirituales que nos dejo Laurita es el estandarte que nos identifica como iglesia, el cual trata de representar gráfica y simbólicamente el sentido de nuestra vida comunitaria expresado en el nombre Ammi-Shadday.
Sobre un fondo de terciopelo morado aparece un triangulo equilátero estilizado de fieltro verde, cerca de cuya base muestra, recortada, la figura de una mano extendida con la palma hacia arriba. Sobre la mano aparece la forma de una barca confeccionada con tela de colores, típica de un zarape mexicano, sobre olas azules. El mástil de la barca lo constituye una cruz céltica, también recortada en el fieltro. En la parte superior aparece el nombre de Ammi-Shadday en letras estilizadas semejantes a la caligrafía hebrea hecha también de fieltro amarillo intenso.
El símbolo es el siguiente: El color morado del fondo representa la realeza divina asociada con la soberanía de Cristo y, por lo tanto, representa al Todopoderoso. Este color se usa en la Iglesia para las grandes fiestas del año litúrgico: el adviento, la cuaresma y la semana santa.
El tono verde del triangulo también insiste en la realeza de Cristo, ya que es el color litúrgico usado para la temporada denominada del Reino (que se extiende desde el segundo domingo después del Pentecostés hasta el domingo más próximo al 30 de noviembre).
Un tercer acento que recalca el carácter regio de nuestro Dios se logra con el color de las letras del nombre, puesto que el amarillo representa el color oro que es otro símbolo de realeza.
Así pues, los colores dominantes representa y enfatizan vivamente el Señorío de nuestro Dios, la soberanía que ejerce como el Rey Todopoderoso, que nos abarca y rodea como la fuente de nuestro ser.
El poderío de nuestro Dios es siempre una fuerza benévola y protectora. Esto se simboliza por la gran mano recortada cerca de la base del triángulo verde y que crea la impresión de que la presencia divina, que todo lo abarca, penetra por debajo de la barquilla azotada por las olas para protegerla y resguardarla. En las escrituras, con frecuencia el poder de Dios se representa por su mano (Sal. 89:13; 91:12; 104:28; 136:12; Jn. 10:28,29; 1 P. 5:6; Ap. 1:16,17).
El triángulo equilátero se ha usado tradicionalmente para representar a la Trinidad que identifica el Dios de los cristianos revelado como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, un solo Dios pero manifiesto en tres personas. De la manera como hay un solo triángulo pero éste tiene tres lados iguales. Así nosotros adoramos a un solo Dios que subsiste en tres personas iguales en poder yen gloria.
Pero este triángulo se halla estilizado; de sus dos lados surgen tres picos o prominencias que nuevamente recalcan las tres personas de la Trinidad, pero que, además, pretenden dar al triángulo la apariencia de una montaña. Otra vez esta montaña identifica y representa el nombre Shadday.
Hacia el centro del triángulo aparece una barca en medio de las aguas. Esta es una representación tradicional de la Iglesia. Aquí la Iglesia identifica precisamente cuál es el pueblo de Dios. La barca se halla en medio de las olas que representa al mundo. La barca se ve amenazada por las olas, pero la presencia de la mano protectora del Todopoderoso hará que la nave alcance su destino con seguridad. Esta imagen procede de los evangelios que muestran a los discípulos (la Iglesia) en medio del mal enfrentando la tempestad hasta que Jesucristo domina la tempestad para poner la paz y llevar el bote al puerto seguro (Mt. 8:23-33). Al confeccionar la barca con tela de zarape típico mexicano se logra el efecto de su identidad particular a nuestra comunidad como parte de una cultura y de una nación específica que es también convocada a la salvación Finalmente, en el costado de la barquilla aparece dos caracteres hebreos, las letras ayin y shin, que identifican la barca. Estas dos son las letras con que comienzan en hebreo las palabras Ammi y Shadday respectivamente. La letra Shin aquí ha sido también estilizada para representar el ancla del barquito.
La cruz céltica que se alza a manera de mástil sobre la barca es, desde luego, una identificación de la Iglesia y de la confesión de su fe en el crucificado. Pero en esta cruz, el circulo que se halla en la intersección de los dos elementos que constituyen la cruz, quiere representar el resplandor de la resurrección, y constituye, así, la doble confesión de la muerte y resurrección del Señor que es el centro del Evangelio. Por otro lado, la cruz célica ha sido escogida por las iglesias presbiterianas que trazan su origen hasta Escocia e Irlanda, donde fue usado ese tipo de cruz por los celtas, primeros cristianos de las Islas Británicas y que están relacionados con nuestras raíces ibéricas, ya que pertenecen a las antiguas tribus que también poblaron España.
Hay que agregar, para concluir, que la cruz pretende también dar el efecto de identificar a la montaña (el Shadday) no con el Sinaí, sino con el Gólgota. Así, los motivos hebreos propios del uso del nombre, son debidamente interpretados e identificados con Jesucristo, en quien el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de Moisés y de los profetas, se ha revelado en plenitud.
El es el Dios y Padre de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo, el Dios a quien servimos y de quien somos.
Además, nuestra congregación escogió como lema el hermoso texto que recoge la razón de las luchas y trabajos del escritor del Apocalipsis, quien desterrado en la isla de Patmos, explica que todo esto lo sufre “Por la Palabra de Dios y el Testimonio de Jesucristo” (Ap. 1:9 versión 1909), este lema, digno es de recordarlo, fue propuesto por el hermano Adrián Martínez Leal, como respuesta al concurso convocado por el Consistorio de la iglesia, y del cual fue ganador.
"Y tú Salomón hijo mío, reconoce al Dios de tu padre y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. Si tu le buscares, lo hallaras; más si lo dejares el te desechara para siempre. Mira, pues, ahora que Jehová te ha elegido para que edifiques casa para el santuario; esfuérzate y hazla", I Crónicas 28:9-10.
Luego de una serie de confrontaciones como iglesia, nos convocamos para resolver la cuestión, el tiempo de emigrar del lugar al que Dios nos había llevado en un inicio había llegado, el Señor ahora ponía ante nosotros un gran reto de fe, El Señor nos demandaba que edificáramos casa para su santuario, hubo incertidumbre e incluso desánimo en algunos hermanos, sin embargo, ahí estuvo siempre el consejo pastoral del hermano Salatiel, pero sobre todo, la convicción de que por la fe lo podríamos lograr. Este pasaje bíblico fue el detonador para emprender un gran paso de fe y que fue el que nos consolido como iglesia.
Después de distintas búsquedas e intentos por adquirir alguna propiedad para tan grande propósito, el Señor puso a nuestro alcance todos los medios para que se pudiera hacer la compra de este predio, que en un principio solo era la mitad de lo que ahora tenemos, fue así que con gran entusiasmo y con el trabajo y el esfuerzo de todos los hermanos y hermanas fueron demolidos con nuestras propias manos los muros y paredes de lo que era la construcción , y así, empezamos a construir lo que ahora es el santuario donde alabamos a nuestro Dios, con el paso del tiempo se adquirió el otro predio donde hemos vivido hermosas experiencias compartiendo en amor grandes momentos de fraternidad cristiana.
Durante el trayecto formativo de nuestra iglesia, la vida de la misma a girado en torno a la presencia de Cristo expresada eficazmente mediante la predicación de la Palabra y la administración de los Sacramentos por todos y cada uno de los Siervos que el Señor en su bondad ha enviado para nuestro cuidado, así, recordamos a quienes han ejercido el ministerio pastoral, en algunos casos por llamamiento de la iglesia; como colaboradores pastorales, pastores fraternales o como pastores oficiantes, hombres consagrados como el Pbro. Francisco Ruiz, Pbro. Alberto Arenas, Pbro. Hugo Gallardo, Pbro. Saúl Rodríguez, Pbro. Mariano Ávila, Nuestros hermanos peruanos pastor Eliseo Vilchez y su esposa también nuestra pastora Deniz, Pbro. Armando Pacheco, Pbro. Carlos Aurelio Sánchez, Pbro. Rubén Arjona, Pbro. Caleb Díaz López, y actualmente nuestros queridos hermanos Pbro. Leopoldo Cervantes Ortiz y nuestro seminarista candidato al santo ministerio Iván Jiménez
Hoy nuestra iglesia después de transitar todo este tiempo, ve florecer el fruto del esfuerzo pero sobre todo, ve florecer el fruto de la fidelidad del Señor que prospera a su iglesia, Durante este tiempo han pasado gran cantidad de vidas, hermanas y hermanos que seguramente han encontrado consuelo y paz , ya sea por la predicación de la palabra o por el testimonio y acciones de alguien de nosotros, quizá otras vidas han conocido y recibido a Cristo como su Salvador, o quizá talvez, alguien se ha retirado de la iglesia, dolido o afectado por nuestro testimonio, o lo que puede ser más grave aún, cuantas hermanas y hermanos han estado junto a nosotros y no los hemos visto.
Hoy que iniciamos el mañana de la iglesia, debemos plantearnos como lo hicieron quienes iniciaron la obra en esta iglesia, nuevos retos, retos de fe que nos permitan ver un gran crecimiento. cuanto tiempo hace que no predicamos o evangelizamos a nuestros vecinos, podríamos iniciar un proyecto para ampliar y mejorar las instalaciones del templo, no nos conformemos con lo logrado. Nuestra iglesia ha sido muy bendecida con dones y talentos, hagamos prosperar aún mas la obra en este lugar donde nos ha puesto el Señor y que al celebrar otro aniversario más podamos decir: VA DIOS MISMO EN NUESTRO MISMO CAMINAR.
El ministerio de la iglesia, como dice el pastor Salatiel Palomino en su reciente libro, consiste en establecer el sentido y dirección del cambio histórico de la comunidad, buscando identidad, liberación, transformación y proyecto de vida.