EL CRISTIANISMO, RELIGIÓN DE LIBERTAD (IV)
Jürgen Moltmann
Comparado con la tesis antirrevolucionaria de ciertos poderes concretos
el movimiento cristiano por la libertad tiende a una transformación más radical
y más total porque en su pasión escatológica hay un inagotable e incansable
anarquismo de la fraternidad. En todas las revoluciones parciales por una mayor
libertad alienta el espíritu de la Última Revolución, de la Revolución final y
plenaria de Dios. Por esto en las revoluciones hay una centella del Espíritu de
la Revolución: en lo Novum vive lo Ultimum (E. Bloch).
1. ¿En qué relación se
encuentran ausencia y presencia de Futuro en el presente humano?
Lo grandioso de las declaraciones de Garaudy está en que en ellas la
('ausencia'' de Infinito no encuentra satisfacción compensatoria alguna, sino
que se mantiene abierta como tal ausencia de Infinito en la exigencia de este
Infinito. Con todo, la alternativa planteada por Garaudy sólo es válida dentro
de la dualidad teísmo-ateísmo pero no dentro de la comprensión
escatológico-dialéctica de la libertad. En ésta, ''presencia” y “ausencia” del
Infinito Futuro, que se expresan en promesa y exigencia, son dos aspectos
conexos de la operación del Futuro sobre el presente. Esto se ve claramente en
la dialéctica paulina, conocida hoy en día en todas partes, del carácter
in-stante y ex-stante del Futuro: la libertad escatológica actúa “ya ahora”
pero “aún no” está presente. Por esto está prometida en la promesa y exigida en
la parénesis. Se recibe en la fe y se espera en la esperanza. Por esto se habla
de ella en imperativo y en indicativo. En la teología dialéctica de la Reforma
esta dualidad toma la figura de “Ley y Evangelio”: es decir, exigencia infinita
que pesa sobre un presente finito, y presencia real finita de un Futuro
Infinito. Es por esto por lo que dentro de la comprensión escatológico-cristiana
de la dialéctica de la libertad esta alternativa entre libertad atea y libertad
cristiana queda socavada de raíz. Ha habido dos intentos de suprimir la
dialéctica histórica del futuro del marxismo originario: la deformación de esta
doctrina debida al concepto engelsiano de evolución-el progreso hacia metas
siempre nuevas” -:y el viraje del último marxismo hacia el idealismo kantiano,
un viraje según el cual el Futuro Infinito está presente, a modo de postulado
abstracto del quehacer histórico, en la exigencia indefinida de este futuro.
Podría ser que, mejor aún que estos dos intentos, lo que realmente suprimiera
la dialéctica marxista fuera precisamente la dialéctica escatológica de la
libertad. […]
En cambio, la libertad escatológica
que, según la concepción cristiana, está presente en la promesa, lejos de
sustituir por “la gracia y la paz” el postulado de la acción y la aspiración al
Reino de Dios y su justicia, penetrando en los estratos de la impotencia y del
dolor humanos, lo que hace es liberar al hombre para que pueda seguir aquella
exigencia. Por esto, debido a su vinculación dialéctica con la promesa de un
nuevo Futuro dirigida al “hombre viejo”, a los pobres y miserables, a los
pecadores y moribundos, esta promesa impide que la exigencia se convierta en
pretexto de fariseísmo moral (o revolucionario) de “los hombres de buena
voluntad”; y recíprocamente: la exigencia preserva a la promesa del peligro de
convertirse en pretexto para la paz prematura del quietismo del pecado o de las
ideologías de poder. […]
Una trascendencia no
alienante debe ser pensada como una trascendencia que suprima todas las
alienaciones. Pero esto, a mi entender, es un Dios que sólo se aquieta en su
propio Reino, un Reino de creación nueva y libre de alienación; es decir, una
realidad terrena en la que de esta futura presencia de Dios cobra el hombre
eterna fuerza contra las acometidas de la nada y todas sus alienaciones y
miserias. […]
Lo que en el mundo libre r
en las circunstancias concretas de la historia supera el infierno de la autoalienación
-“no sé propiamente quién soy”- no es el cielo de la autorrealización; tal infierno
se supera en el movimiento histórico de la enajenación que acepta el dolor de
lo negativo, toma sobre sus espaldas la cruz de la realidad y se mantiene en ella.
Antaño Hegel llamó al Reino el contenido positivo de la Cruz. Podemos dar la
vuelta a esta frase. La Cruz es la forma negativa del Reino. Es la presencia
salvadora dcl Reino en las circunstancias de exilio y expatriación. La
inalienada identidad no puede ser representada de otra forma que como
aceptación de lo inaceptable. […]
Por la Cruz de Jesucristo la
liberación será: 1.0 una liberación del pecado por la fe que justifica, 2.O una
liberación de la muerte por la Resurrección y 3.O una liberación del diablo por
el Reino eterno. […]
La miseria que los
cristianos llaman mal se muestra sin duda en la culpa personal ligada a la
condición humana y en la falta de libertad del hombre, pero se muestra también
en el plano social y político. Por esto la esclavitud humana puede ser
entendida 1º como esclavitud social e inhumanidad del hombre; es decir, como
explotación y denigración; 2º como esclavitud política e inhumanidad; es decir,
como dependencia y sujeción; 3º como esclavitud corpóreo-natural debida a la enfermedad
y a la muerte; 4º y, a la base de todas estas esclavitudes, como una
desfiguración social, política, corporal y personal del ser mismo de la
humanidad. En consecuencia, la eficacia de la liberación del pecado, que desde
el punto de vista cristiano es tanto culpa como destino, debe llegar al plano
personal, corporal, social y político; de lo contrario no se llegaría a
percibir la universalidad y totalidad de esta miseria.
Si, en el sentido de la
primitiva Iglesia, juntamos la miseria de la inhumanidad con la corrupción de
la naturaleza salimos de la comprensión moral del pecado como culpa personal.
Si juntamos la miseria del mal moral con el mal metafísico salimos de la mera
superación de los síntomas de la miseria y llegamos a la raíz misma de ésta.
Si, según el modelo de ambas, juntamos la miseria con la muerte estamos ante “el
convidado de piedra” que pasa por toda vida y por toda sociedad.
En el fondo en todas estas
formas de esclavitud se encuentran siempre hombres. Por esto una lucha por la
libertad librada en un frente determinado no puede llevarnos nunca al olvido de
los otros. Desde el punto de vista histórico existen sin .duda prioridades,
pero no exclusividades. La lucha por la libertad y por un mundo libre o se gana
en todos los frentes de la miseria del hombre y de la criatura o no se gana. […]
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PUBLICA LA UNAM OBRA COLECTIVA SOBRE EL ESTADO LAICO Y LOS
DERECHOS HUMANOS
ALC Noticias, 20 de septiembre, 2012
Coordinado por las profesoras Margarita Moreno-Bonett y Rosa María
Álvarez de Lara, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) publicó El Estado laico y los derechos humanos en
México: 1810-2010, en dos tomos, cuya versión impresa se dio a conocer el
pasado 13 de septiembre. Moreno-Bonett es docente de la Facultad de Filosofía y
Letras, y Álvarez de Lara en el Instituto de Investigaciones Jurídicas, ambas
de la misma universidad. La obra es el fruto del Seminario Permanente que se
realizó como parte de las celebraciones del bicentenario de la Independencia de
México y reúne más de 30 colaboraciones.
En la presentación escriben
Gloria Villegas y Héctor Fix: “Esta obra […] reúne estudios de alto nivel
académico, elaborados por especialistas reconocidos que contribuyen de manera
destacada al debate histórico-jurídico de categorías necesarias para la
comprensión de lo que hoy se entiende por derechos humanos: Estado
secularización, laicismo, garantía individual, derecho social, entre otras. De
igual manera, los textos que aquí se ocupan de la construcción del Estado laico
mexicano, configuran un generoso conjunto que da cuenta del espíritu
interdisciplinario con el que fue concebida esta obra y que se plasma en las
sugerentes reflexiones contenidas en ellas acerca de los conceptos de
legitimidad política, impartición de justicia e igualdad de los individuos ante
la ley, como aspiraciones básica del Estado mexicano moderno”.
Las secciones en que se
divide el contenido son: Estado laico, tolerancia, laicidad y secularización;
La construcción histórica y conceptual de los derechos humanos; La iglesia en
la independencia y en la formación del estado liberal; La definición de libertad
religiosa y Estado laico: 1856-1930; El reconocimiento y respeto de los
derechos humanos en un Estado laico; La masonería y el Estado laico; De las
reformas secularizadoras a la tolerancia religiosa; La construcción histórica y
conceptual de los derechos humanos, el estado laico y el laicismo; La
construcción del estado liberal republicano y su relación con la iglesia; La
relación Iglesia-Estado durante el Porfiriato y la Revolución Mexicana:
connivencia o cisma; Las otras ideologías y los derechos humanos en un Estado
laico; Estado laico, religión, movimientos sociales y los derechos de los
grupos vulnerables; Estado liberal y educación laica: siglos XIX-XXI; La
historia de la relación Iglesia-Estado a través de la literatura; Iglesia,
argumentos religiosos, movilización y sociedad; Apreciaciones sobre el estado
laico y los derechos humanos entre las iglesias; Una mirada a la articulación
de aspectos religiosos y laicos en el ámbito social; Reflexiones jurídicas en
torno al Estado laico en el siglo XXI; y Las reformas de Carlos Salinas y su
repercusión en la actualidad.
Dentro del gran número de
textos, valiosos todos, destacan los siguientes: “La construcción del Estado
laico mexicano” (Patricia Galeana), “Estado laico y
libertad religiosa“ (Jorge Adame Goddard),
“Teología de la
modernidad: el discurso mundial de los derechos humanos ante una era
postmoderna. Paradojas y contradicciones“ (Gabriel Paris León
García, Gabriel), “Reacción social
a las Leyes de reforma (1855-1860) (Marta Eugenia García Ugarte), “Apreciaciones
sobre el estado laico y los derechos humanos: coincidencias y divergencias
entre los católicos en el México contemporáneo“ (Alejandro Castillo
Morga), “Estado laico,
fundamentalismos religiosos y derechos de las mujeres en México” (José
Guadalupe Sánchez Suárez), “La reforma del
artículo 40 constitucional” (Ruperto Patiño Manffer), “Antecedentes
históricos del proceso de reforma de Salinas en materia religiosa“
(Juan Carlos Guzmán Rodríguez) y “Laicidad en
México. Las reformas en materia religiosa“ (Alan Arias Marín).
La temática protestante o
afín está representada por: “Establecimiento
de la Iglesia anglicana en México” (José Manuel Villalpando) y “Tolerancia de
cultos en Michoacán y la difusión de un protestantismo liberal en el oriente
del estado, 1851-1911“ (Eduardo N. Mijangos Díaz y Leticia Mendoza
García), y las participaciones de autores/as protestantes son: “Rupturas y
continuidades en las políticas religiosas del liberalismo triunfante” (Rubén
Ruiz Guerra), “Laicidad y
libertad de conciencia. El vínculo histórico de las Iglesias protestantes en
México“ (Ariel Corpus), “Teología y
derechos humanos. Una agenda reformada urgente en México” (L.
Cervantes-Ortiz) y “Sobre el Estado
laico y la laicidad en los evangélicos mexicanos” (Deyssy Jael de la
Luz García).
(LCO)