sábado, 26 de julio de 2014

Orar en el espíritu de Jesús, Dr. Salatiel Palomino L.

27 de julio de 2014

Resumen


Hoy lo que domina es la razón tecnocrática. ¿Son ustedes gentes de oración? Le agregamos nuestro secularismo y la incredulidad sistematizada y globalizada.
El ritmo de la oración en cada personas
Tenemos el problema de no practicar la oración.
Puede parecer la situación mas mágica, criticable, irracional. Nos aferramos a la presencia de Dios en medio de una noche oscura de incredulidad.
La oración es un atrevimiento, un desafío. El Señor nos mandó orar y eso es lo que nos sostiene.
La oración es el todo para los cristianos.
Sabemos que, cuando se va Dios, llegan los ídolos. Nuestro mundo está desmitologizado, aunque la sociedad actual sigue siendo supersticiosa
Es imposible erradicar la espiritualidad, lo que permite superar el vasallaje y el sometimiento.



1. Al orar como Jesus reproducimos su espíritu de oración y nos volvemos como niños.
Confiada intimidad. Se excluye a la mujer. Padre y madre. Jesús enseñó a orar así.
Tenemos que transformar nuestra mente para refugiarnos en el seno amoroso de nuestro padre. Dios como padre y creador
Como padre totémico de Israel, un dios nacional. Él enseñó otro espíritu: hablar como niño: papi, papá. El espíritu de la simplicidad infantil

2. Un Dios que experimentamos en común: Padre "nuestro"
Abrirnos a los demás. Es aprender a orar en plural. Superar el espíritu egoísta.
Aprender a romper la naturaleza egoísta. Aprender a romper con el individualismo.
Por el conjunto de la creación, Dios hace un gran esfuerzo cada día.
Otro caso: "Al ver la fe de ellos": la fe la vivimos como pueblo.
El efecto comunitario de la oración.

3. "...Que estás en el cielo"
La visión de lo trascendente nos cambia todo. Hay una realidad trascendente detrás de todo esto.
El mundo celestial nos ofrece las posibilidades de liberarnos.
Y esa oración la hizo el creador del Universo.
Orando en la conciencia absoluta de su vulnerabilidad e impotencia.

4. La oración se debe hacer en el espíritu de sumisión (doxológica)
Dos niveles: ir más allá de las preocupaciones de Dios, la venida del Reino de Dios.
La máxima petición: nos preocupamos por la gloria de Dios.
En ese riesgo oramos: nos preocupa más que lo nuestro, que nuestra propia vida.
Si es posible, que pase... Jesús obedeció hasta la muerte.
Someternos en alabanza a los proyectos de Dios.
La finalidad de la existencia humana: glorificar a Dios.

5. El pan nuestro: la dependencia
Todo viene por añadidura. 
Petición colectiva: "el petróleo, como el pan, es nuestro".
No es de unos cuantos, de unos pocos.
Cómo fue alimentado el pueblo de Dios en la "escuela del desierto": tomar lo justo y necesario para saciar necesidades. Las trampas de los listos en el desierto: Dios proveerá siempre.
La oración tiene que ser la atmósfera que respiramos.

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