SOLEDAD
Karl Barth, Instantes
Santander, Sal Terrae, 2005, p. 67.
“¿Dónde está tu hermano Abel?”
(Génesis 4.9)
¿Cómo podrá el ser humano buscar y
encontrar en su prójimo a su hermano, si pretende impedirle a Dios que sea su
padre? La consecuencia necesaria de su retraimiento en la dimensión vertical es
su retraimiento, su soledad, en la dimensión horizontal. Cuando falta el
reconocimiento de Dios, no hay entre un ser humano y otro ninguna coexistencia
razonable, ninguna auténtica colaboración, ninguna auténtica compasión, ninguna
auténtica alegría compartida, ninguna auténtica sociedad. Y un trabajo que no
es colaboración es ociosidad diligente. Una alegría que no es alegría
compartida es diversión vacía. Un padecimiento que no es compasión es dolor
sordo. El ser humano que no es prójimo del otro es inhumano. Si está sin él,
está de hecho contra él. Pero también se debe considerar la inversión que se
produce: si, frente a los demás seres humanos, me elijo a mí mismo en mi
soledad, entro en la esfera de una soledad más terrible todavía, en la que Dios
ya no puede ser Dios para mí.
Si soy capaz de menospreciar
al ser humano, incluso mi alabanza a Dios, por más que la haga de buena gana y
con alegría, se me atragantará en la garganta. Si me limito a beneficiarme de
mi prójimo, seguramente también creeré que puedo únicamente aprovecharme de
Dios y experimentaré dolorosamente que él no lo soporta. He odiado a Dios, lo
he injuriado y ofendido, he hecho la guerra a Dios siempre que le he infligido
todo eso a mi hermano. Si soy inhumano, precisamente por eso soy también ateo.
Dios sin los demás seres humanos es justamente una ilusión, un ídolo.
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LAS REGLAS DE LA ORACIÓN
Juan Calvino
Institución de la Religión Cristiana, Libro III, capítulo XX
a. Los pensamientos requeridos para hablar con Dios. Sea, pues, ésta la
primera ley para orar conveniente y debidamente: que vayamos preparados con tal
disposición y voluntad, cual deben tenerla los que han de hablar con Dios.
Por lo que respecta a nuestra alma tendría efecto, si libre de los
pensamientos y cuidados de la carne, con los cuales puede apartarse o
estorbarse para ver bien a Dios, no solamente toda ella se entrega a orar, sino
además, en cuanto fuese posible, se levanta y sube sobre sí misma.
Por lo demás, tampoco exijo yo un
ánimo tan desprendido, que no tenga cosa alguna que le acongoje ni le apene; ya
que, por el contrario, es preciso que nuestro fervor para orar se inflame y
encienda en nosotros con las angustias y pesares. Como lo vemos en los santos
siervos de Dios, quienes aseguran que se encontraban entre grandísimos
tormentos —¡cuánto más entre inquietudes!—, cuando dicen que desde lo profundo
del abismo claman al Señor (Sal. 130.1). Mas sí creo que es necesario arrojar
de nosotros todas las preocupaciones ajenas, que pueden desviar nuestra
atención hacia otro lado y hacer que descienda del cielo para arrastrarse por
la tierra. Asimismo sostengo que es preciso que el alma se levante por encima
de sí misma; quiero decir, que no debe llevar ante la presencia divina ninguna
de las cosas que nuestra loca y ciega razón suele forjarse; y que no debe
encerrarse dentro de su vanidad, sino que ha de elevarse a una pureza digna de
Dios y tal como Él la exige.
Seria
aplicación y concentración del espíritu ante la majestad de Dios
Hay que advertir muy bien dos cosas. En primer lugar, que todo el que
se prepara a orar ha de aplicar u este propósito todos sus sentidos y
entendimiento, y que no se distraiga —como suele acontecer— con fantasías y
pensamientos ligeros Porque no hay cosa más contraria a la reverencia que
debemos a Dios, que la ligereza que procede de la libertad que nos tomamos para
andar divagando, según suele decirse, “como moro sin señor”, cual si no nos
importara gran cosa Dios. Y tanto más hemos de aplicar todas nuestras fuerzas a
esto, cuan Lo más difícil vemos que es por experiencia. Porque no hay nadie tan
concentrado en la oración, que no sienta cómo penetran furtivamente en su
espíritu numerosas fantasías, que interrumpen el hilo de la oración, o la
detienen con una especie de rodeos.
Así pues, hemos de recordar cuán vil
e indigna cosa es cuando nos llama Dios y nos admite a hablar familiarmente con
Él, abusar de tanta bondad y gentileza, mezclando el cielo con la tierra, lo
sagrado con lo profano; de manera, que no se pueda retener nuestra atención en
El; y como si estuviéramos tratando con un hombre cualquiera interrumpamos la
conversación cuando oramos distrayéndonos con cuanto se nos ocurre.
Comprendamos, pues, que solamente se
prepara y dispone a orar como es menester aquel a quien la majestad de Dios
toca, para que, desentendiéndose de todo cuidado y afecto terreno, se llegue a
Él. Es lo que significa la ceremonia de alzar las manos, que usamos al orar; a
fin de que los hombres recuerden que están muy lejos de Dios si no alzan sus
sentidos al cielo. Como se dice en el salmo: “A ti, oh Jehová, levantaré mi
alma” (Sal. 25.1). Y con mucha frecuencia usa la Escritura expresiones como
elevar oración (Is. 37.4), a fin de que los que desean que Dios los oiga no se
entretengan en su miseria.
En resumen; cuanto más liberalmente
se conduce Dios con nosotros, invitándonos graciosamente a descargar todos
nuestros cuidados en su seno, tanta menor excusa tenemos, si no hacemos mucho
más caso de un beneficio tan excelente e incomparable para atraernos a sí, que
de ninguna otra cosa, y no ponemos todo nuestro afán y sentidos en orar; lo
cual de ningún modo podrá llegar a efecto, si nuestro entendimiento no resiste
fuerte y firmemente a todos los impedimentos y estorbos que le salen al paso,
hasta someterlos y ponerlos a sus pies.
Sobriedad: no pedir nada que Dios no
permita. El segundo punto es
que no pidamos a Dios más de lo que Él nos permite. Porque aunque su Majestad
nos manda que le abramos nuestros corazones (Sal. 62.9; 145.8), no por ello
permite que indiferentemente demos rienda suelta a nuestros afectos
inconsiderados y hasta perversos. Y cuando promete realizar los deseos de los
fieles, no extiende su indulgencia y benignidad hasta someterse a sus
caprichos.
En esto ciertamente se falta corrientemente; porque muchos no solamente
se atreven a importunar a Dios con sus desvaríos sin reverencia ni pudor
alguno, y a exponer sin reparo delante de su tribunal cuantos sueños pasan por
su mente; sino que esta necedad y estupidez los tiene tan preocupados, que no
sienten escrúpulo alguno en pedir a Dios que cumpla sus deseos, aunque sean tan
torpes, que se sentirían grandemente abochornados, si llegaran a conocimiento
de los hombres. Entre los paganos hubo algunos que se mofaron de este
atrevimiento y hasta abominaron de él; no obstante, siempre ha reinado este
vicio. De ahí que los ambiciosos tomaron a Júpiter por patrono; los avarientos,
a Mercurio; los ansiosos de ciencia y sabiduría, a Apolo y Minerva; los
belicosos, a Marte; los lujuriosos, a Venus. También actualmente, según hace
poco indiqué, los hombres se toman mayor libertad en sus ilícitos apetitos
cuando oran, que si estuviesen entre iguales y compañeros, hablando de
pasatiempos y vanidades. Pero Dios no consiente que nadie se burle de su bondad
y clemencia; sino que reteniendo su derecho de preeminencia, somete nuestros
deseos a su voluntad y los reprime como
con un freno. Por eso debemos observar esta regla de san Juan: “Esta es la
confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad,
nos oye” (1 Jn. 5,14).
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18 AYUNTAMIENTOS DE GUERRERO CIERRAN ANTE
PROTESTAS POR EL CASO AYOTZINAPA
Laura Reyes, CNN México,
16 de octubre
El gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, informó que los
alcaldes de 16 de los 81 municipios de la entidad decidieron suspender
actividades en sus ayuntamientos para “evitar cualquier tipo de
confrontación”, de cara a las protestas que habrá este viernes para exigir la
“urgente localización” de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos el 26
de septiembre en Iguala.
Estos municipios se suman a
Chilpancingo y Huamuxtitlán, que están tomados por normalistas y maestros,
y forman parte de una estrategia de protestas de familiares de las
víctimas, normalistas, maestros y organizaciones sociales de los 43
desaparecidos, con las cuales pretenden “paralizar” a Guerrero a través de la “toma”
de todas las carreteras y de las 81 presidencias municipales del
estado.
Además, los inconformes planean una
marcha masiva para el viernes en el puerto turístico de Acapulco, en la cual
exigirán la destitución y la realización de un juicio político contra el
mandatario estatal.
El gobierno de Guerrero alertó desde
el martes pasado a los municipios por la posible actitud “agresiva” y “violenta”
de las manifestaciones sociales y normalistas de varios estados del país.
En un comunicado, el secretario de
general de Gobierno, Jesús Martínez Garnelo, sugirió a los presidentes
municipales utilizar los “protocolos de seguridad” para no alterar el
funcionamiento del Cabildo y “salvaguardar” a los trabajadores y ciudadanos.
Por su parte, el gobernador
guerrerense Ángel Aguirre Rivero pidió a los normalistas y maestros de la
Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (CETEG) que actúen
con “civilidad” en dicha marcha.
El gobernador precisó que 26 unidades
de normalistas, maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la
Educación (CNTE) y “anarquistas” provenientes del estado de Oaxaca se trasladan
a Guerrero para participar en estas actividades.
“Se prevé la participación de un
grupo de anarquistas, según la información que hemos recibido (...) hago un
respetuoso llamado a la civilidad a quienes, con todo derecho, habrán de
participar el día de mañana (viernes) en este tipo de expresiones, de
manifestaciones, pero en donde les solicitamos, reitero, no afectar a terceros
y no afectar las instalaciones del puerto de Acapulco porque nosotros vivimos
de la actividad turística”, agregó.
Los efectivos policiacos de la
Secretaría de Seguridad Pública estatal —agregó— permanecerán “desarmados”, y
se mantendrán “protegiendo” las “instalaciones estratégicas” de edificios
públicos.
“Los cuerpos de seguridad estarán
desarmados y se pidió la presencia de personal de las Comisiones Nacional y
Estatal de los Derechos Humanos”, precisó el gobernador Aguirre Rivero.
El Ayuntamiento de Acapulco prevé que
participen en esta movilización más de 35 000 personas, quienes saldrán de tres
puntos de la ciudad hacia la franja turística. Ante la situación, el gobierno
municipal determinó suspender labores este viernes, así como resguardar la
documentación importante; 7 000 personas trabajan en oficinas del Ayuntamiento.
[…]
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