7 Den a cada uno lo que le corresponda,
lo mismo si se trata de impuestos que de contribuciones, de respeto que de honores.
8 Si con alguno tienen ustedes deudas, que
sean de amor, pues quien ama al prójimo ha cumplido la ley. 9 Porque
el no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no codiciarás y cualquier
otro posible mandamiento se resume en estas palabras: Amarás a tu prójimo como
a ti mismo. 10 El que ama no hace daño al prójimo; o sea, que el
amor constituye la plenitud de la ley.
11 Conocen ustedes, además, el momento
especial en que vivimos: que ya es hora de despertar del sueño, pues nuestra
salvación está ahora más cerca de nosotros que cuando empezamos a creer. 12 La noche está avanzada, el
día a punto de llegar. Así que renunciemos a las obras de las tinieblas y
equipémonos con las armas de la luz. 13 Comportémonos con el decoro
de quien vive en pleno día: nada de orgías ni borracheras, nada de lujuria ni
desenfreno, nada de contiendas ni envidias. 14 Al contrario,
revístanse de Jesucristo, el Señor, y no fomenten las
desordenadas apetencias de la humana naturaleza.
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