sábado, 14 de noviembre de 2015

Letra 443, 8 de noviembre de 2015

ANSIA
Karl Barth
Instantes. Santander, Sal Terrae, 2005, p. 137.

Sí, ven, Señor Jesús.
Apocalipsis 22.20







He Qi, El hijo pródigo

M
uéstrate siempre en todas partes, Señor, como el Señor de los piadosos y de los impíos, de los sensatos y de los necios, de los sanos y de los enfermos; y también como el Señor de nuestra pobre Iglesia y de todas las demás; como el Señor de los buenos y de los malos gobiernos, de los pueblos alimentados y desnutridos; y también como el Señor de quienes se creen en la obligación de decir y escribir tantas cosas buenas y menos buenas; como Señor nuestro, que de todo nos protege y a quien podemos encomendarnos; pero también como nuestro Señor juez de todos, ante el que hemos de rendir cuentas el día del juicio final y ya hoy.
Dios grande, santo y misericordioso, nosotros ansiamos tu revelación última, que dejará claro a los ojos de todos que todo el mundo creado y su historia, todos los seres humanos y sus historias personales, estuvieron, están y estarán siempre en tu mano bondadosa y severa. Te damos gracias porque ya desde ahora podemos alegrarnos por esa revelación.
Todo esto te lo pedimos en el nombre de Jesucristo, en quien nos has amado, elegido y llamado a nosotros, los seres humanos, desde toda la eternidad. Amén.
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LA PASTORA LIDIA RODRÍGUEZ, DOCTORA EN TEOLOGÍA
Protestante Digital, 4 de noviembre de 2015

El Seminario Unido de Teología (SEUT, www.facultadseut.org) de España ha comunicado la obtención del doctorado en Teología de la pastora evangélica Lidia Rodríguez Fernández. Ella es licenciada en Literatura Española por la Universidad de Valencia y pastora de la Comunidad Cristiana Evangélica del barrio de Santutxu en Bilbao (Unión Evangélica Bautista de España).
Está casada con Juan Francisco Muela. Desempeña también la labor de profesora de Antiguo Testamento y Religión, Sociedad y Cultura en la Facultad de Teología de la Universidad de Deusto (Bilbao). Su tesis trata de “La tradición del Horeb en el ciclo de Elías”, y se basa en un análisis intertextual de I Reyes 19:1-21. El director de la misma fue Victor Morla Asencio.

Comunicado del SEUT
“Nos complace comunicar que la profesora, Lidia Rodríguez Fernández, de la Facultad de Teología de la Universidad de Deusto, ha defendido con gran éxito su tesis doctoral este pasado día 30 de octubre” dice el texto difundido. En el tribunal de defensa de la tesis doctoral participó también Pedro Zamora, decano del SEUT. Posteriormente, en el Salón de Grados de la propia Universidad de Deusto (Bilbao) se ha producido el estreno oficial de su labor como doctora.

Algunos textos publicados
“Protestantismoa euskadin” (2010), “Prostitutas ¿cúlticas? En tiempos de los profetas” (2007), “La memoria, fundamento de la acogida al emigrante” (2005); “Movimiento bíblico”, “Sociedades bíblicas”, “Traducciones de la biblia”, “Obras bíblicas”, en Diccionario de la Biblia (2012), “Otras comunidades de inspiración cristiana” (2010), “Las minorías religiosas actuales en el País Vasco” (2010); “Espacio público y pluralismo religioso desde una perspectiva cristiana protestante” (2010); “Profetas anteriores y posteriores”, en Diccionario del profetismo bíblico (2008). Video: Biblia y cultura, www.youtube.com/watch?v=Z63rVvY482w. Otros textos: www.lupaprotestante.com/blog/author/lidia-rodriguez. Entrevista: www.lupaprotestante.com/blog/lidia-rodriguez-%E2%80%9Cnecesitamos-ejercer-nuestra-labor-con-tenacidad-y-excelencia%E2%80%9D/
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JONÁS, UN REBELDE CON CAUSA (I)
Lidia Rodríguez Fernández
Lupa Protestante, 7 de octubre de 2011

Jonás, el profeta cuyo nombre significa “paloma”, había sido llamado a predicar entre gavilanes… ¿Por qué huyó de Dios?

Un libro cargado de humor
Si tuviéramos que pensar en un libro humorístico de la Biblia, probablemente nos costaría elegir uno; es más, diríamos que no hay ningún libro cómico en ella. Sabemos que en las Escrituras hay libros que recogen la tristeza y la pena de unos exiliados obligados a vivir a mil kilómetros de su tierra natal, como el libro de las Lamentaciones; otros nos cuentan las grandes gestas de los héroes del pasado de Israel, como los libros de Josué y Jueces; un extenso libro recoge las oraciones y los himnos que formaban parte de la experiencia espiritual del pueblo, los Salmos; incluso encontramos un libro de fuerte carga erótica sobre el amor entre un hombre y una mujer jóvenes, como es el Cantar de los Cantares. Pero humorístico… No, no nos parece serio que la Biblia contenga un libro humorístico. Y sin embargo, en la vida hay pocas cosas tan serias como el sentido del humor.
En la ya vieja película de 1988 que mezclaba por primera vez imágenes reales y dibujos animados titulada ¿Quién engañó a Robert Rabbit?, un homenaje al cine negro, uno de los personajes dice: “La risa es muy importante y a veces en la vida es la única arma con que contamos”. Si entendemos por sentido del humor “la disposición con la que afrontamos las situaciones más o menos adversas que nos vamos encontrando en la vida”, es desde luego una cualidad fundamental para todo ser humano: el sentido del humor nos permite expresar sentimientos que de otra manera nos provocarían gran tensión y ansiedad; nos ayuda a deshacernos de emociones negativas, eso que los psicólogos llaman “catarsis”; cuando somos capaces de reírnos de nosotros mismos, o de lo que ocurre a nuestro alrededor, gozamos de mejor salud mental; disfrutamos más de la vida y nos sentimos más felices, porque eliminamos el stress; mejora nuestras relaciones sociales y nos ayuda a cuestionar las rigideces mentales en las que nos movemos tantas veces; y por si todo esto no fuera suficiente, ¡la risa desintoxica el cerebro, mejora el cutis  y ayuda a quemar calorías!
Pero, volviendo a la Biblia, ¿hay algún libro que podríamos calificar de humorístico? Desde luego que sí, solo que nuestra reverencia por la Palabra nos impide reírnos a carcajada limpia, cosa que sí hicieron sus primeros lectores. En el Antiguo Testamento encontramos un breve libro de apenas cuatro capítulos; es una historia muy entretenida, llena de aventuras fantásticas y sorpresas… y desde luego de lo más divertida, un libro que se ha utilizado en las Escuelas Dominicales de todo el mundo, aparentemente fácil de entender para los niños de cualquier edad. Pero no nos engañemos: detrás de ese estilo casi juguetón del libro se esconde
uno de los temas más controvertidos para Israel, como es la respuesta a las preguntas: ¿Por qué fue elegido Israel? ¿Cuál es su misión entre los demás pueblos? A lo largo de sus muchos siglos de historia, el pueblo de Dios cultivó a menudo un fuerte sentimiento nacionalista que pedía a Yahvé que aniquilase a sus enemigos, y un orgullo religioso que le hacía sentirse un privilegiado entre el resto de naciones.
Aquí es donde se sitúa ese aparentemente sencillo libro del profeta Jonás, cargado de ironía; pero su humor no pretende ofender a aquellos hombres y mujeres excesivamente orgullosos de su pasado y de sí mismos, sino ayudarles a pensar de otra manera. Y lo hace con una sonrisa en la boca, porque sin el humor que caracteriza el libro de Jonás…
• ¿Qué judío habría estado dispuesto a creer que su Dios no es exclusivamente suyo, sino que quiere la salvación de los “otros”, y que para lograrlo es capaz de poner el mundo patas arriba?
• ¿Qué judío habría estado dispuesto a admitir que lo que él considera un trato de privilegio no significa nada, porque de lo que se trata es de ponerse al servicio de Dios y de los demás?
• ¿Qué judío habría estado dispuesto a considerar a los paganos mejores que él mismo, más sensibles y más cerca de Dios?

Jonás huye de Dios (Jonás 1:1-3)
El Señor dirigió su palabra a Jonás hijo de Amitai y le dijo: “Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y clama contra ella, porque su maldad ha subido hasta mí”. Pero Jonás se levantó para huir de la presencia del Señor a Tarsis, y descendió a Jope, donde encontró una nave que partía para Tarsis; pagó su pasaje, y se embarcó para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia del Señor.
¿Quién es este Jonás, hijo de Amitai? Encontramos su nombre en 2 Reyes 14:25; es un profeta que ejerció su ministerio durante el reinado de Jeroboam II y le anunció la restauración de las antiguas fronteras de Israel y la recuperación del territorio. Así que, como profeta, Jonás animó el espíritu nacional de su pueblo cuando tuvo que defenderse del temible imperio asirio que amenazaba sus fronteras, heredero del celo de otros profetas anteriores a él, como Elías o Eliseo.
Precisamente Jonás es llamado por Dios para que lleve un terrible mensaje a Nínive, la capital del imperio asirio. Nínive representaba para los judíos el pecado extremo, la ciudad malvada por excelencia; de hecho, la crueldad de los asirios fue proverbial en el mundo antiguo, tal y como leemos en los profetas Sofonías y Nahum: “¡Ay de ti, ciudad sanguinaria, toda llena de mentira y de pillaje! ¡Tu rapiña no tiene fin! Chasquido de látigo, estrépito de ruedas, caballos al galope, carros que saltan, cargas de caballería, resplandor de espada y resplandor de lanza. ¡Multitud de heridos, multitud de cadáveres! ¡Cadáveres sin fin! La gente tropieza con ellos”. (Nah 3:1-3)
Pero no sólo tenemos el testimonio de los textos bíblicos; la arqueología también ha venido a confirmar su barbarie con testimonios gráficos espeluznantes: en los frisos de los templos y palacios asirios que nos han llegado aparecen los largos cortejos de prisioneros desnudos que desfilan vencidos; guerreros asirios que decapitan a los prisioneros en presencia del rey; soldados que dejan ciegos a los vencidos con lanzas; enemigos obligados a moler los huesos de los soldados muertos y comérselos…

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