OREMOS POR TODAS LAS ACTIVIDADES
DE MARZO, INCLUYENDO LAS DE LA SEMANA SANTA
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CULTO
DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 8 de marzo, 19 hrs.
Modera:
Estelita Sánchez R.
Llamamiento: Salmo
115.1-9
Oración de ofrecimiento
Himnos: “Divino amor” (163)
“Para
andar con Jesús” (358)
Momentos de oración
Lectura bíblica: Isaías
50
Tema: Yahvé responde a quienes confían en Él
Himno:
“Trabajad, trabajad” (500)
Ofertorio
Bendición pastoral
TERCER “CÁNTICO DEL SIERVO”
Julio Alonso Ampuero
D
|
elante del
Señor, el hombre sólo puede apelar a su bondad gratuita y a su misericordia. No
puede reclamar ningún derecho, pues los ha perdido todos por el pecado. Sólo le
cabe confesar su culpa, reconociendo que el castigo es justo y merecido, y
abrirse en la confianza a recibir la salvación inmerecida.
En este tercer canto el siervo aparece como portador de “una palabra de
aliento” para el abatido. Notar que esta misión de consolador no se contradice
con la de ser “espada afilada” que aparecía en el segundo cántico. Dios hiere y
venda la herida, lo mismo que el médico hace daño para curar. El profeta es
portador de consuelo de Dios para aquel que antes se ha dejado juzgar por la
palabra cortante del mismo Dios.
El Siervo aparece además como el que está a la escucha del Señor, atento
para secundar su iniciativa: “Cada mañana me espabila el oído para que escuche”.
No actúa por cuenta propia. Se limita a prestar atención para transmitir todo y
sólo lo que recibe del Señor como “discípulo”. Pero la actitud que destaca es
la docilidad y entrega del siervo al Señor y a su voluntad: “Yo no me resistí
ni me eché atrás”. No opone resistencia alguna. Y ello es tanto más admirable
cuanto que lo que el Señor le hace entender (“el Señor me abrió el oído”) es
que lo que le esperan son sufrimientos y humillaciones. A todo ello se ofrece y
se muestra disponible con una entereza impresionante.
¿La explicación? Su confianza plena en el Señor. Sabe que el Señor le
ayuda y que es su defensor que está junto a él; por eso está seguro que no
fracasará y que no quedará defraudado; por eso puede encarar a sus enemigos con
firmeza y en tono desafiante. Finalmente, apoyado en la propia experiencia, el
siervo invita a los demás a confiar en el Señor a pesar de las dificultades (v.
10), a la vez que pone en guardia contra la vana confianza en sí mismo (v. 11).
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
13 – Clase unida sobre
liturgia
20-27 – Semana Santa: Amor sufriente en acción: la pasión en la
primera carta de Juan
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