SOBRE LA ORACIÓN
Juan Calvino (Francia, 1509-1564)
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pesar de que ya se ha dicho más antes que siempre deberíamos elevar nuestras
mentes hacia arriba, hacia Dios, y orar sin cesar, sin embargo, tal es nuestra
debilidad que requiere ser apoyada, y tal es nuestro sopor que requiere ser
estimulado; es necesario que fijemos horarios especiales para este ejercicio,
horas que no deben pasar sin la oración, y durante las cuales todos los afectos
de nuestras mentes van a estar completamente ocupados en la oración, es decir,
cuando nos levantamos por la mañana, antes de comenzar nuestro trabajo diario,
cuando nos sentamos para comer, cuando por la bendición de Dios ya hemos tomado
nuestros alimentos, y cuando nos retiramos a descansar. Esto, sin embargo, no
debe ser un respeto supersticioso de la hora, por el cual, por así decirlo, la
realización de una tarea para Dios nos hiciera creer que estamos dispensados de
orar en otras horas, sino que más bien debe ser considerada como una disciplina
con la cual se ejercita nuestra debilidad, y de vez en cuando es estimulada.
En particular, debe ser nuestro cuidado
ansioso, siempre que se nos presiona, o al ver a otros presionados por algún
problema, al instante recurrir a Dios, no sólo con prontitud sino con la mente
despierta; y otra vez, no debemos permitir que ninguna prosperidad nuestra o de
otros nos haga dejar de dar testimonio de nuestro reconocimiento de la mano de
Dios, mediante la alabanza y la acción de gracias. Por último, tenemos que
evitar cuidadosamente en todas nuestras oraciones que confinemos a Dios sólo a
ciertas circunstancias, o prescribamos para él sólo ciertos tiempos, lugares o
modos de acción.
De igual manera, nos
enseña esta oración a no fijar ninguna ley o imponer ninguna condición sobre
Él, sino que dejemos enteramente a Dios la soberanía de adoptar cualquier curso
de procedimiento que le parezca mejor, en relación con los métodos, tiempos y
lugares. Porque antes de hacer cualquiera de nuestras peticiones, le pedimos
que se haga su voluntad, y al hacerlo, nuestra voluntad debe subordinarse a la
suya, como si le hubiéramos puesto un freno a nuestra voluntad, para que, en
lugar de pretender dictarle leyes a Dios, lo consideremos como el gobernante
que es, y el que dispone la realización de todos sus deseos.
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CLASE UNIDA
ELEMENTOS DE LA LITURGIA
Introito
Propósito: Preparación del
ánimo para el inicio del culto.
Consiste en: Un texto de
apertura que inicie el momento litúrgico.
Preludio al piano Propósito: Crear un ambiente de
concentración espiritual.
Adorar y celebrar el nombre de Dios
Llamamiento a
la adoración
¿Quién(es) lo lleva(n) a cabo?
El director/a o el coro.
Propósito: Invitar a la
congregación a sumarse a la adoración.
Oración de ofrecimiento o dedicación del culto.
No es de confesión, ni de intercesión.
Momento epiclético del culto. Epíclesis: La intervención directa del
Espíritu Santo en
lo que se hace durante la liturgia. Aplicado sobre todo a la Santa Cena,
se refiere al
resto del culto.
Himnos
Propósito: Exaltar el ánimo y
encarnar la adoración en un tema.
Número más adecuado: Variable,
según las circunstancias.
Afirmar la primacía de la gracia
Oración de confesión. No es de ofrecimiento, ni de intercesión.
Busca unificar la
experiencia de la comunidad en el sentido de la restauración
individual y colectiva en el camino de la
santificación.
Unidos/as en el Espíritu
Importancia
del saludo en el culto: Afirmar la fraternidad y la unidad de la iglesia
en el
culto y en todo lo que hace
Plegaria comunitaria
Oración
de INTERCESIÓN. No es de ofrecimiento
ni de confesión.
¿Quién debe hacerla? Cualquier miembro de la iglesia con base en la
doctrina
del
sacerdocio universal de cada creyente.
¿Por
qué se canta un himno antes de hacerla? Como preparación y complemento.
Atendemos la voz del Señor
¿Por
qué se leen una porción del Antiguo Testamento y otra del Nuevo? A fin de
destacar
la unidad de las dos partes de las
Escrituras y la centralidad de su mensaje.
Reflexión
¿Cuál es la importancia
de la predicación como parte del culto? Edificar en la fe, profundizar
en el conocimiento de las
Escrituras, aplicarlas para el presente en relación con la historia de
la salvación proclamar
las buenas nuevas de salvación, exhortar para el crecimiento integral.
Sus
promesas son eternas
¿Por qué cantamos
inmediatamente después de la reflexión bíblica? Como manifestación
de la respuesta que en la fe se
da a la Palabra proclamada y afirmación de la disposición
para ponerla por obra en la
vida y misión de la iglesia y de cada creyente.
La mayordomía
del corazón I Crónicas 29.14,
DHH
Oración de entrega de la ofrenda. No es de confesión ni de intercesión.
La
compañía continua del Salvador
¿Quién bendice a quién? El Señor mediante su Palabra reafirma sus
promesas.
¿Cuál debe ser nuestra actitud durante el
postludio? De recogimiento, gratitud y apertura.
¿Este es el momento adecuado para informar a
la iglesia? Sí para no distraer a la comunidad
en su actividad litúrgica. ¿Cuánto
tiempo deben durar los avisos? El menos posible
para resumir en breves palabras la actividad
de la iglesia.
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LITURGIA Y CONTEXTO: FUNDAMENTOS
TEOLÓGICOS
Glaucia Vasconcelos
1. La
adoración cristiana tiene su propio conjunto de características culturales.
Tiene un lenguaje propio, un lenguaje que proporciona un sentido de identidad
personal y comunal. Gordon Latrop habló de este núcleo que da identidad:
"La adoración cristiana tiene sus propias estructuras que dan identidad e
interpretación mundial, y aún los significados e identidad que resultan
pertenecientes a cristianos que viven dentro de muchas otras culturas” […]
2. A
causa de la centralidad de la adoración en la vida de la iglesia, la continua
reforma de la adoración es de primaria importancia en el mantenimiento de la
integridad del pueblo de Dios. En una era dominada por el individualismo y el
secularismo, es particularmente importante abrazar formas de adoración
firmemente arraigadas en la fe y promover un fuerte sentido comunal de estar
unidos con Dios, con la comunidad de fe en todo tiempo y lugar y con un mundo
roto, necesitado del toque sanativo de Dios. En otras palabras, el interés por
la reforma de la adoración es, por encima de todo, un interés por la renovación
de la iglesia... Durante los últimos treinta años las iglesias cristianas
alrededor del mundo han visto una reforma en la adoración sin igual en
cualquier otro siglo. […]
3. La
adoración común es adoración que enmarca y expresa la identidad distintiva y el
estilo de vida de un pueblo común, una comunidad cuyos límites no terminan en
las escalas de un particular lugar de reunión, sino que es tan amplia como el
mundo y fuera de los límites del tiempo. Cuando usamos el Credo de los
Apóstoles para declarar que "creemos en la santa iglesia católica y
apostólica", esa iglesia incluye a Ana (Lucas 2), la que primero proclamó
las buenas nuevas, a Pablo y Dorcas en la comunidad neo-testamentaria, a
Justino Mártir, Teresa de Ávila, y otros de los primeros siglos de la iglesia,
Lutero y Calvino en la era de la Reforma, Nelson Kirst, Amílcar y otros, en las
comunidades cristianas de todas partes del globo. […]
4. La
adoración cristiana es trinitaria y Cristo-céntrica. Es bíblica y es profética.
Es tan contextual como ecuménica, si hemos de ser fieles a la proclama que
acerca de Dios hacemos. Estas realidades están todas situadas y expresadas
dentro de un marco de riqueza histórica y universalmente reconocido, por medio
de un patrón reconocible y repetible de tiempo contable, y a través del cual
los elementos centrales, que audible y visiblemente ponen de manifiesto la
naturaleza de Dios, y que son efectivamente, acciones habladas suyas, el
Bautismo y la Comunión. […]
5. La
liturgia de la iglesia tiene la potencia adventicia de ser un hecho en proceso.
La liturgia fiel descubre y manifiesta la venida de la gracia de Dios y el
acercamiento de la Justicia del Señor. Es solamente por medio de un fiel
acercamiento encarnacional a la liturgia que la adoración fiel puede tener
lugar. Dios busca a los fieles de todo lugar y los une en la adoración.
Entonces el hecho impresionante acontece. Es Dios revelando la misma santidad
de Dios aquí y ahora en la santa reunión, en medio de este particular pueblo
santo, en este santo Día del Señor, en este santo tiempo. Pero es Dios en
Cristo a quien la liturgia cristiana ponen en descubierto. […]
6. ”El
fin principal del hombre es glorificar a Dios y gozar de Él para siempre".
Es lo que dice el Catecismo Menor de Westminster, elaborado en 1646. Pero
también proclamamos que la adoración es el centro de la vida de la iglesia.
Para las comunidades cristianas, la adoración es el espacio-tiempo sin par
donde glorificamos a Dios cuando una y otra vez la comunidad tiene memoria de
que vive para un propósito, y que ese propósito es la glorificación de Dios. La
adoración es el sitio de reunión de la gracia de Dios con nuestra agradecida
respuesta, y el evento que James White llama "el auto-darse de Dios".
www.webselah.com/liturgia-y-contexto-fundamentos-teologicos
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