KATHARINA VON BORA (1499-1552)
(I)
Era 15 años
más joven que él, no siendo notoria por su belleza ni por su cultura, pero
saludable, fuerte, sincera, inteligente y de elevada disposición. Katharina
había quedado atraída por un antiguo estudiante de Wittenberg, pero éste cambió
de opinión y se casó con una mujer rica (1523). Finalmente, Lutero escribió el
4 de mayo de 1525 al Dr. Rühel (consejero del conde Alberto de Mansfeld y del cardenal Alberto de Maguncia) de que tomaría a Katie como esposa. No dijo nada a sus
amigos sobre sus planes, considerando imprudente hablar demasiado sobre asuntos
delicados. 'Un hombre', dijo 'debe pedir a Dios consejo, orar y actuar en
consecuencia'. La tarde del 13 de junio, martes después del domingo de Trinidad, invitó a Bugenhagen, Jonas,
Lucas Cranach y esposa y a un profesor de jurisprudencia, Apel (ex-deán de
la catedral de Maberg, quien se había casado con una monja) a su casa y en su presencia tomó
como esposa a Katharina von Bora en el nombre de la Santa Trinidad. Bugenhagen
ofició la ceremonia en la manera acostumbrada. A la mañana siguiente invitó a
sus amigos al desayuno. Justo Jonás informó del matrimonio a Spalatin por un mensajero especial, quien se emocionó y vio en ello la mano de Dios.
El 27 de
junio Lutero celebró su matrimonio en una forma más pública, aunque modesta,
mediante una fiesta nupcial. Invitó a su padre y a su madre y amigos distantes
para 'sellar y ratificar' la unión y para “pronunciar la bendición”.
Mencionó con especial satisfacción que ahora había cumplido un antiguo deber a su padre, quien deseaba casarle. La universidad le regaló una copa de plata que llevaba la inscripción: “La honorable
universidad de la ciudad electoral de Wittenberg presenta este regalo de boda
al doctor Martín Lutero y a su esposa Katharina von Bora”. El magistrado proporcionó a la
pareja un barril de cerveza, una pequeña cantidad de buen vino y vente guilders
en plata. Es muy destacado que el arzobispo Alberto envió a Katie, por Rühel,
un regalo de boda de veinte guilders en oro; Lutero lo declinó para sí, pero
dejó que Katie lo tuviera. Vivieron juntos en el antiguo monasterio agustino,
que ahora estaba vacío. Lutero no interrumpió demasiado sus estudios y a
finales de ese año publicó su violento libro contra Erasmo, quien se maravilló
de que el matrimonio no hubiera suavizado su temperamento.
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¿QUÉ TIPO DE ACCIÓN SOCIAL
QUEREMOS HACER?
La
evangelización y la acción social de la Iglesia
La acción
social de la Iglesia es una consecuencia de su tarea evangelizadora. Cuando la
Iglesia mira hacia afuera y evangeliza estratégicamente la ciudad, también
tendrá una mejor visión de sus necesidades. Por otro lado, la evangelización es
el medio que Dios usa para llevar a la gente al nuevo nacimiento y a la nueva
vida que se manifiesta en el servicio a los demás. Pablo escribió que “la fe
obra por el amor” (Gál 5:6), Santiago dice, por su parte, “yo te mostraré mi fe
por mis obras” (Stg 2:18), y Juan que el amor de Dios en nosotros se expresa en
el servicio a los necesitados (1 Jn 3:16-18).
Debemos
decir que, si bien la acción social de la iglesia no tiene una intención
evangelizadora, tiene, sin embargo, una dimensión evangelizadora. De hecho, si
hacemos vista gorda al sufrimiento, la opresión social, la alienación, la
exclusión social, la soledad de la gente, no nos sorprendamos si la gente hace
oídos sordos a nuestro mensaje de salvación eterna. Así, pues, la
evangelización y la acción social de la Iglesia, aunque diferentes, están
relacionadas integralmente en nuestra proclamación del evangelio y nuestra
obediencia a él.
La
experiencia de Juan Calvino
Juan
Calvino entendía que la iglesia debe ejercer un triple ministerio en relación con
su compromiso social: didáctico, político y social. El primer aspecto apunta a
la Necesidad necesidad de una continua instrucción pública y particular con
respecto de la temática social (la providencia de Dios, trabajo y descanso, la
mayordomía de los bienes y los deberes de los cristianos para con el prójimo).
La
ética social calvinista se fundamenta en la solidaridad y generosidad que
repudia la ganancia y la insensibilidad. Incluso, la beneficencia cristiana no
debe ser practicada por mera obligación o legalismo, sino como un acto de compasión,
espontaneidad y liberalidad.
El
segundo aspecto del ministerio de la iglesia en el área social es la actuación
política. La relación entre la Iglesia y el Estado debía ser de apoyo mutuo,
pero sin interferencia. No obstante, él creía que, además de interceder por las
autoridades, la iglesia tenía la misión de advertir a los gobernantes sobre sus
responsabilidades, defender a los pobres y oprimidos, y denunciar las
injusticias sociales (el monopolio, la cobranza de intereses excesivos y la especulación
en torno de los precios de los alimentos).
Además
de su ministerio didáctico y político, la iglesia tiene también un ministerio
social de ayuda directa a los necesitados. Eso lo hace a través de la
institución del diaconado. Él previó cuatro clases de oficiales para la iglesia:
pastores, maestros, presbíteros y diáconos. La Escritura fue la que atribuyó a
los diáconos funciones de ayuda social. Si, por un lado, todo cristiano tiene
el deber de ayudar a los carentes y desvalidos, la iglesia como un todo también
tiene una responsabilidad en esa área, debiendo ejercerla a través del
diaconado. En nuestra Iglesia, nuestro anhelo es que los diáconos creen
estructuras de apoyo que permitan a toda la iglesia tomar conciencia de su responsabilidad
social.
Estudio
bíblico: Filipenses 2.5-11
¿Qué
debe ocurrir espiritualmente en nuestra vida para que podamos “sentir” como
Jesús? (v. 5)
¿A
qué nos aferramos como un valor mayor que servir a los que más necesitan? (v.
6)
Al
dejar su trascendencia, Jesús se involucró integralmente con nuestra salvación.
¿Cómo podemos imitar su ejemplo?
¿Qué
lugar ocupa la obediencia en la acción redentora de Cristo?
Confesión de Fe de Westminster
Capítulo
XVI. Arts. II y III. Las buenas obras, hechas en obediencia a los mandamientos
de Dios, son los frutos y evidencias de una fe viva y verdadera; y por ellas manifiestan
los creyentes su gratitud, fortalecen su seguridad, edifican a sus hermanos,
adoran la profesión del evangelio, tapan la boca de los adversarios, y
glorifican a Dios; pues los creyentes son hechura de él, creados en Cristo
Jesús para buenas obras, para que teniendo por fruto la santificación, tengan
como fin la vida eterna.
La
capacidad que tienen los creyentes para hacer buenas obras, no es de ellos en
ninguna manera, sino completamente del Espíritu de Cristo. Y para que ellos puedan
tener esta capacidad, además de las gracias que han recibido se necesita la influencia
efectiva del mismo Espíritu Santo para obrar en ellos tanto el querer como el hacer
por su buena voluntad; sin embargo, ellos no deben degenerar en negligentes,
como si no estuviesen obligados a obrar aparte de un impulso especial del
Espíritu, sino que deben ser diligentes en avivar la gracia de Dios que está en
ellos.
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IRA ACUMULADA
Gloria Muñoz Ramírez
La Jornada, 7 de
enero de 2017
La
ciudadanía mexicana no se divide entre saqueadores y no saqueadores; ni entre
pagados por el gobierno y manifestantes legítimos y pacíficos. México es más
que eso. En estos días de indignación por el incremento a los combustibles,
queda más que demostrado que el enojo de la gran mayoría que descalifica no
sólo al presidente Peña Nieto, sino a toda la clase política que los ha
sumergido en la incertidumbre, puede transformarse en organización y en
resistencia. Bloqueos carreteros, tomas de gasolineras, mítines frente a
palacios de gobierno, casetas de cobro liberadas y cientos de marchas con
decenas de miles de personas se dispersan por todo el país.
El gasolinazo pega de manera directa e inmediata, y los llamados
presidenciales a la comprensión sólo incrementan la ira acumulada.
Ante
la intensificación de las movilizaciones, el gobierno optó por infundir miedo y
por sacar al Ejército y a la Armada a las calles. Desde arriba se envió la orden
en el estado de México (el bastión priísta más importante del país) de anunciar
con altavoces toques de queda; mientras de manera orquestada grupos arremetían
contra establecimientos comerciales; y en las redes sociales y vía Whatsapp se
recibían mensajes que alertaban sobre un supuesto golpe de Estado. Los
comercios cerraron y la gente se guardó en sus casas. Las avenidas estuvieron
vacías el miércoles 4 de enero. Después se descubrirían más de mil cuentas de
las que salieron los mensajes apócrifos que evidenciaron que todo fue
orquestado. Cientos de personas de a pie remplazaron cámaras y grabadoras de
los reporteros y dieron cuenta en vivo de lo que estaba ocurriendo. La misma
gente que organizó y registró el movimiento también denunció y en no pocos casos
detuvo la rapiña organizada desde el poder.
A
los disparos del gobierno estatal y federal en Ixmiquilpan, Hidalgo, la
población resistió y logró dispersar la embestida. El aparatoso dispositivo
policiaco dispuesto para la represión se encontró con una multitud enardecida
ahí y en muchos lados. Sí, es el alza a la gasolina, pero también el
autoritarismo, los asesinatos, las desapariciones, el saqueo de los recursos
naturales y, también, la gran burla. El cinismo de diputados y senadores de
todos los colores (incluyendo los que con descaro se dicen inconformes), de los
magistrados y los jueces, que a sus desorbitados salarios agregan para ellos
hoy vales mensuales de gasolina hasta por 10 mil pesos.
Los
saqueadores son unos y no se roban pantallas planas, sino bosques, montañas,
subsuelo, aguas y hasta del viento quieren hacer negocio. No hay que
confundirse, son de todos los colores y están en todos lados. Toca organizarse
contra ellos.
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