OREMOS
POR EL NUEVO PROYECTO DE LA IGLESIA
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CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 21 de noviembre, 19 hrs.
Modera: A.I. Vicente
Orozco G.
Llamamiento: Salmo 43
Oración de ofrecimiento
Himno: “Hay momentos” (394)
Círculo de oración y testimonios
Lectura bíblica: Ezequiel
11
Tema: Castigo
de los gobernantes
Himno: “Me guía Él” (346)
Ofertorio
Bendición pastoral
ANUNCIO DE DEPORTACIÓN Y PROMESA
Julio Lamelas Míguez
E
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z 11.1-21 contiene dos oráculos que
tratan un tema semejante: el de la relación entre los desterrados y los
habitantes de Jerusalén. El primero (Ez 11.1-13) con la imagen de la olla y la
carne, símbolo de la destrucción de Jerusalén (véase Jr 1.13), tiene la forma
típica de un oráculo de condenación con fórmula de reconocimiento al final (Ez
11.10-12). Denuncia el optimismo de los israelitas que no han sido deportados y
de sus jefes, y profetiza la ruina de la ciudad. Palatías, uno de los más
optimistas jefes políticos sobre la suerte de Jerusalén, pues había sobrevivido
al primer ataque y deportación, acaba de morir; esto constituye un signo muy
elocuente de la verdad de la profecía de Ezequiel. El profeta, asustado por la
ruina total que amenaza a su patria, no es capaz de ver ninguna esperanza de salvación
y de su boca sale un fuerte grito de lamento que es al mismo tiempo pregunta a
Dios, una pregunta exactamente igual a la hecha en Ez 9.8: “¡Ah, Señor! ¿Vas a
exterminar al resto de Israel?”. La respuesta se da en el segundo oráculo, que
ahora es de salvación (Ez 11,14-21). Es una respuesta divina personal al
lamento del profeta: “Os recogeré de entre las naciones... os reuniré... y os
daré la tierra de Israel. Les daré un corazón de carne para que observen mis
preceptos... Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios (Ez 11.17, 19-20; véase Ez
36).
Como en el Éxodo, Dios quiere
repetir su salvación original en un plano más profundo y personal: el del
corazón. El único "Goel" quiere la salvación para los oprimidos, los
abandonados, los sin patria... pero exige un corazón nuevo, indiviso (véase Ez
36,26-27; Jr 24.7), con una lealtad total, opuesto a los corazones de piedra
entregados al culto abominable, tan extendido en Israel, de ídolos de piedra y
de madera. Carne-piedra, unidad-división, cercanía-lejanía, humano-material...,
son hermosos contrastes utilizados por el profeta para indicar esa presencia de
un Dios cercano, amigo, que busca el bien del hombre, que le acompaña y le
mueve desde el interior a cambiar de actitud y a abandonar el absurdo, el vacío
que produce la idolatría que hace al ser humano más frío y más duro incluso que
una piedra.
El templo material pasa ahora
a un segundo plano. Dios ha abandonado Jerusalén, pero los deportados seguirán
adorándole. Se necesita un sustitutivo: el culto sinagogal de los deportados o
exiliados. Al final en Ez 40-48 Ezequiel incidirá de nuevo en la importancia
del culto en el templo.
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PRÓXIMAS
ACTIVIDADES
26 – Planeación de actividades para 2018
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