PASAJE DEL AÑO
Carlos Drummond de Andrade (Brasil, 1902-1987)
El último
día del año
no es el último día del tiempo.
Otros días vendrán
y nuevos muslos y vientres te comunicarán el calor de la vida.
Besarás bocas, rasgarás papeles,
harás viajes y tantas celebraciones
de aniversario, graduación, promoción, gloria,
dulce muerte con sinfonía y coral,
que el tiempo quedará repleto y no oirás el clamor,
los irreparables aullidos
del lobo, en la soledad.
no es el último día del tiempo.
Otros días vendrán
y nuevos muslos y vientres te comunicarán el calor de la vida.
Besarás bocas, rasgarás papeles,
harás viajes y tantas celebraciones
de aniversario, graduación, promoción, gloria,
dulce muerte con sinfonía y coral,
que el tiempo quedará repleto y no oirás el clamor,
los irreparables aullidos
del lobo, en la soledad.
El último día del tiempo
no es el último día de todo.
Queda siempre una franja de vida
donde se sientan dos hombres.
Un hombre y su contrario,
una mujer y su pie,
un cuerpo y su memoria,
un ojo y su brillo,
una voz y su eco,
y quien sabe si hasta Dios…
no es el último día de todo.
Queda siempre una franja de vida
donde se sientan dos hombres.
Un hombre y su contrario,
una mujer y su pie,
un cuerpo y su memoria,
un ojo y su brillo,
una voz y su eco,
y quien sabe si hasta Dios…
Recibe con simplicidad este presente del acaso.
Mereciste vivir un año más.
Desearías vivir siempre y agotar la borra de los siglos.
Tu padre murió, tu abuelo también.
En ti mismo mucha cosa ya expiró, otras acechan la muerte,
pero estás vivo. Una vez más estás vivo.
Y con la copa en la mano
esperas amanecer.
Mereciste vivir un año más.
Desearías vivir siempre y agotar la borra de los siglos.
Tu padre murió, tu abuelo también.
En ti mismo mucha cosa ya expiró, otras acechan la muerte,
pero estás vivo. Una vez más estás vivo.
Y con la copa en la mano
esperas amanecer.
El recurso de embriagarse.
El recurso de la danza y del grito,
El recurso de la danza y del grito,
el recurso de la pelota de colores,
el recurso de Kant y de la poesía,
todos ellos… y ninguno resuelve nada.
Surge la mañana de un nuevo año.
Las cosas están limpias, ordenadas.
El cuerpo gastado se renueva en espuma.
Todos los sentidos alerta funcionan.
La boca está comiendo vida.
La boca está atascada de vida.
La vida escurre de la boca,
mancha las manos, la vereda.
La vida es gorda, oleosa, mortal, subrepticia.
Versión:
Rodolfo Alonso
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LA
TEOLOGÍA DE LA CRUZ EN LA DISPUTA DE HEIDELBERG (1518)
Roberto
Hoeferkamp
En abril de 1518, pocos meses
después de la diseminación de las Tesis
sobre las Indulgencias, Lutero asistió al capítulo trienal de su orden agustina
en la ciudad de Heidelberg. Allí expuso y defendió unas Tesis sobre el Pecado y
la Gracia, que son de mucho más peso teológico que las 95 Tesis del octubre
anterior. En estas Tesis de Heidelberg acuñó la frase Teología de la Cruz,
contrapuesta a la Teología de la Gloria, que habría de ser una constante en su
mensaje hasta el fin de su vida.
Las Tesis de Heidelberg contienen un ataque contra cierta
teología especulativa de la Edad Media, según la cual se intentaba sacar
conclusiones acerca de la naturaleza de Dios a partir de las cosas visibles del
mundo creado. Según Lutero, este esfuerzo especulativo entraña una presunción
vanidosa del teólogo e implica el intento del hombre de salvarse por sus obras,
sean éstas ostentosas obras visibles o sean esfuerzos intelectuales de llegar a
Dios y apoderarse del cielo. Lutero llama a este intento Teología de la Gloria,
que presume captar la gloria de Dios mediante el ascenso del hombre al cielo en
la escalera de las propias obras.
Es a tal Teología de la Gloria a la que Lutero contrapone
su Teología de la Cruz, que no busca a Dios en la especulación embriagadora
sobre la majestad deslumbrante de Dios, sino que lo busca en la locura y en la
estulticia de los sufrimientos y la crucifixión de Cristo; quien lo busca allí
lo encontrará revelado. En realidad, lo que hace Lutero en estas Tesis es
recurrir al Apóstol Pablo, quien anuncia así a los corintios el mensaje de la
cruz en I Corintios 1.18-25, 2.1-2.
“Por tanto, es en Cristo crucificado donde está la
verdadera teología y el conocimiento verdadero de Dios” (Tesis 20). Por lo
demás, el teólogo de la gloria prefiere “Las obras (activas) a los sufrimientos
(pasivos); la gloria a la cruz; la sabiduría a la locura, y en general, el bien
al mal" (Tesis 21).
En su afán por la especulación deslumbrante, el teólogo
de la gloria muestra que tiene fe optimista en la capacidad del intelecto
humano —¡las obras!— para llegar a Dios. Desprecia los sufrimientos, tanto los
divinos como los humanos, pues según él, Dios no se halla en lo bajo sino en lo
alto. Dios no se encuentra en lo que el teólogo de la gloria considera ser
"mal", es decir, lo vil, lo ruin, lo despreciado; sino en lo que él
considera ser "bien", es decir, lo alto, la gloria, la especulación.
De esta manera: “El teólogo de la gloria llama al mal
bien y al bien mal" (Tesis 21). En cambio: “El teólogo de la cruz llama a
las cosas como son en realidad" (Tesis 21). En su búsqueda de Dios,
desespera de sí y de sus obras tanto prácticas como especulativas y busca a
Dios en las obras de Dios. Estas son las que el teólogo de la gloria llama
"mal", que son lo vil y menospreciado del mundo, es decir,
precisamente los sufrimientos y la cruz de Cristo: "Los amigos de la cruz
afirman que la cruz es buena y las obras (humanas) malas, porque por medio de
la cruz se destruyen las obras y es crucificado Adán que se erige sobre sus
propias obras” (Tesis 21). […]
Dios obra en sentido contrario a lo que el hombre espera. La razón
humana es hermoso y magnífico don de Dios, pero cuando el hombre trata de relacionarse
con Dios, la pervierte y la tuerce. Cree que Dios es como él imagina que es;
cree que Dios se encuentra donde él piensa que está y supone que Dios debe ser
buscado en la forma que le es más natural al hombre. Pero en vista de este
empleo de la razón humana en asuntos religiosos -podríamos decir que se trata
del sentido común religioso- Dios trastorna los valores religiosos humanos y se
revela en un acontecimiento que resulta sumamente ofensivo para el sentido
común religioso del hombre; Dios se revela y sale al encuentro del hombre en el
lugar menos sospechado: en la cruz de Cristo, lugar de escarnio, de dolor, de
vergüenza, de desesperanza.
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DESTELLOS DE PAZ PARA
LA PENÍNSULA DE COREA Y POR UN MUNDO LIBRE DE ARMAS NUCLEARES
www.oikoumene.org
En una campaña mundial, el Consejo Mundial de
Iglesias invita a las personas del mundo entero a hacer brillar “una luz de la
paz” para la península de Corea y por un mundo libre de armas nucleares.
El primer domingo de Adviento, el 3
de diciembre, el CMI invita a la comunidad cristiana mundial a expresar su
solidaridad con el pueblo coreano y a apoyar los esfuerzos para mitigar las
tensiones y fomentar la esperanza.
El segundo domingo de Adviento, el
10 de diciembre, uno de los asociados del CMI, la Campaña Internacional para
Abolir las Armas Nucleares, recibirá el Premio Nobel de la Paz en una
ceremonia de entrega de galardones que tendrá lugar en Oslo (Noruega).
Mediante el gesto de encender velas
durante las oraciones y los cultos dos domingos seguidos, personas de
diferentes naciones y tradiciones religiosas pueden unirse y amplificar las
voces de la paz.
En el marco de esta campaña, el CMI
publicará oraciones especiales, fotografías en las redes sociales, comunicados
de prensa y reportajes en vídeo.
Oraciones
¡Dios de
vida, condúcenos a la justicia y la paz! Esta fue nuestra plegaria en Busan (Corea) hace 4
años, y sigue siendo nuestra plegaria hoy, cuando nos llegan las noticias de
amenazas de guerra en la península de Corea.
¡Dios de luz, condúcenos a la
justicia y la paz! Esta es nuestra oración al dar comienzo este tiempo de
Adviento, expresándole nuestra esperanza a la luz del mundo que ha venido a
nosotros en Jesucristo, el Príncipe de la paz.
¡Dios de esperanza, condúcenos a la
justicia y la paz! Esta es nuestra oración ante la realidad de las injusticias
y de los conflictos sin resolver que se extienden y se intensifican, llegando a
adquirir dimensiones descomunales; cuando vemos cómo el horizonte se llena de
preocupaciones para el futuro de la población de Corea.
Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
dador de vida, salvador y consolador, concédele la paz al pueblo de Corea y a
todos los pueblos del mundo.
Señor, permite que nuestra luz
brille dondequiera que estemos, para que podamos compartir la vida y la
esperanza que nos has dado.
Señor, en tu misericordia, escucha
nuestras oraciones. Amén.
Dios de
gloria y misericordia, volvemos nuestros rostros y nuestros corazones hacia ti con
gratitud por tu profundo amor por tu Creación. Te damos gracias por tu
generosidad en los momentos de luz y por tu fidelidad en los momentos de
oscuridad.
Elevamos nuestras plegarias en
nombre de nuestros hermanos y hermanas de la península de Corea. Seguimos
orando por que llegue el día en el que las personas vuelvan a encontrarse y
puedan vivir en paz, desde la montaña más recóndita en el norte hasta la
montaña más recóndita en el sur.
Fluyen las amenazas, y se cierne la
amenaza nuclear, pero confiamos en tu entrega inquebrantable a todos nosotros.
Tú eres nuestro refugio y nuestra fuerza. Oramos por que reinen el amor y la
paz, y la vida en abundancia para todos tus hijos. Amén.