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Queridos hermanos, no les crean a todos los que dicen que tienen el Espíritu de
Dios. Pónganlos a prueba, para ver si son lo que dicen ser. Porque el mundo
está lleno de falsos profetas.
2 Ustedes pueden saber que una persona tiene el
Espíritu de Dios, si reconoce que Jesucristo vino al mundo como verdadero
hombre. 3 Pero si dice que esto no es cierto, es porque no tiene
el Espíritu de Dios; al contrario, tiene el espíritu del Enemigo de Cristo.
Ustedes ya sabían que este espíritu tenía que venir, y yo quiero decirles que
ya ha llegado al mundo.
4 Hijos míos, ustedes son de Dios, y ya han
vencido a esos falsos profetas, pues él permanece unido a ustedes y es más
poderoso que su Enemigo. 5 Ellos son unos pecadores, y los demás pecadores de este
mundo les hacen caso, porque hablan de las mismas cosas. 6 Pero nosotros pertenecemos a Dios, y podemos saber quién
tiene el Espíritu que dice la verdad y quién tiene el espíritu del engaño. El
que es de Dios nos hace caso, pero el que no es de Dios nos ignora.
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