La
evangelización es una tarea que Cristo dejó a sus discípulos y de la cual
muchos tienen temor de hablar, inseguridad o lo ven como una tarea compleja o
difícil de realizar. A veces se prefiere llamarle al Pastor o a un maestro de
escuela dominical o algún hermano o hermana que se considera que está preparado
para realizar tan importante misión.
Sin
embargo, hoy recordaremos lo bello y
especial que es este mandato de Cristo y lo “sencillo” que puede ser.
1. Selección de sus discípulos, los 12 apóstoles:
Mateo 4:18-22; Mateo 10: 2-4
La diversidad de costumbres,
mentalidades y entornos diferentes que tenían los 12 apóstoles muestran que
todas las personas podemos servir a nuestro Señor.
2.
¿Pará qué los eligió? ¿Para qué los
envía?
Mateo 4:23; Mateo 10: 1
Para enseñar, predicar, sanar toda
enfermedad y toda dolencia de los afligidos.
Dios siempre sana a los pobres, abandonados, necesitados y
marginados.
Todo aquel que ha tenido un
encuentro personal con Cristo no está ajeno a los problemas, a las enfermedades
o a las situaciones adversas de la vida pero aún en esas situaciones contamos
siempre con el favor de Dios, nuestra
esperanza es renovada día con día y la guía perfecta de nuestro Dios siempre
nos acompaña.
Nosotros no tenemos desesperanza
porque Dios siempre nos sorprende con sus resultados.
A nuestro alrededor hay personas con
amargura, enojadas, tristes, deprimidas, frustradas, insatisfechas, rechazadas,
inseguras, ansiosas y solas pero la
causa principal de todos estos sentimientos es la ausencia de amor que tienen.
Dios es amor, y al vivir Cristo en
nuestras vidas podemos dar amor y llevar salud a esas vidas necesitadas y
dolidas porque esos sentimientos sanan cuando hay amor, cuando ellos se
sienten amados y tomados en cuenta.
Mateo 10:8 dice “Sanad enfermos,
limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia”
Todo el amor que recibimos a diario
de nuestro Salvador es necesario compartirlo con los demás, es la perfecta
medicina para los corazones dolidos y abandonados.
Y es aquí donde vemos “lo sencillo”
de la evangelización, pues es el compartir con los demás lo que Dios ha hecho
en nuestras vidas, es compartir una forma de vida que tenemos con nuestro
Salvador, es dar testimonio de lo que vivimos a diario con nuestro Padre
Celestial, con nuestro Amigo, con nuestro Guía, con nuestro Doctor, con nuestro
Maestro, con nuestro Consolador, con nuestro Creador, etc.
Muchas veces, sin necesidad de emitir palabra, ya estamos evangelizando con nuestras
acciones, de ahí la importancia de vivir bajo la dirección de Cristo y dando
muestra del amor que recibimos del Padre.
Dios siempre nos ha sostenido, aun cuando
hemos tenido limitantes o nos ha sido quitado algo importante ahí ha estado
Dios sosteniéndonos todo el tiempo. Nunca nos deja.
Los hijos de Dios podemos compartir
amor, esperanza, paz, tranquilidad y alegría porque Cristo está permanentemente
con nosotros.
3.
¿Qué es lo que Dios bendice
grandemente?
Dios bendice grandemente cuando el hombre tiene fe en Él, confianza en
Él y cuando su convicción en el Creador es total.
Algunos de esos ejemplos son:
-
La
mujer sirofenicia: Mateo 15: 23-28
“Oh mujer, grande es tu fe, hágase contigo como quieres”
-
La
mujer con flujo de sangre Mateo 9: 20-22
“Ten ánimo, tu fe te h salvado”
-
El
Centurión cuyo siervo estaba enfermo:
Lucas 7:1-10
“Ni aun en Israel he hallado tanta fe”
Nuestro Creador nos sustenta todo el tiempo, aun cuando hayamos perdido
el trabajo, hayamos tenido carencias,
nunca nos ha dejado desamparados ni tampoco sin comer, pues no hay justo
desamparado ni que mendigue pan. Salmo 37: 25
Si vamos a evangelizar tengamos fe que Dios nos estará acompañando en
tan valiosa e importante misión, pues Dios no sólo quiere guiarnos a nosotros
para compartir su amor sino también quiere que la otra persona conozca su amor.
4.
¿A quiénes hay que compartir la fe
de Jesucristo?
Mateo 10: 5-6; Mateo 15: 23-28;
Hechos 13:46-49; Juan 3:16
A todos en general, porque aunque haya quienes desechen el amor
de Dios hay otros que lo desean, quienes lo necesitan y quienes pueden mostrar
más fe de la que imaginamos.
Dios es el único que conoce quién creerá en Él
y será salvo pero nosotros no lo sabemos, por lo tanto compartamos con todos la
fe y el amor de Jesucristo pues Dios se
encargará de dar la prosperidad.
5.
¿Cómo debemos ser?
Mateo 10: 16 “Sed, pues, prudentes
como serpientes, y sencillos como palomas.
La serpiente no actúa con
inseguridad, ni con miedos, ni con indecisiones; por el contrario, la serpiente
es firme, aguda, incisiva, penetrante.
La paloma es amigable, sensible,
tierna.
No seamos de corazón duro porque pueden venir
circunstancias que nos hagan sensibilizarnos para ver a nuestro prójimo como un
ser vivo y valioso con sentimientos y no como objetos o números, sino como
personas valiosas por las cuales Cristo derramó su sangre por ellas y por nosotros.
Vivamos como Cristo, buscando dar
salud, compartiendo amor y dependiendo del Padre Celestial continuamente.
A veces perdemos la abundancia
porque depositamos ahí nuestra confianza y nuestra fe olvidando que Cristo es
nuestro sostén. Aprendamos a depender de Dios como Cristo lo hacía, aprendamos
a ser sensibles con nuestro prójimo como Cristo lo hacía pero aprendamos
también a ser defensores de la justicia como Cristo también lo hacía.
Conclusión:
La Palabra de Dios nos hace recordar que:
· Dependiendo de Dios somos sostenidos
en todo tiempo, haya abundancia o carencia.
· Dios nos guiará para saber decir lo
que tenemos que compartir con nuestro prójimo.
· La evangelización es una tarea
permanente de nosotros sus discípulos y es predicar la fe en Jesucristo y su
amor.
· Si tengo a Cristo en mi corazón
entonces tengo amor, paz y salud para compartir a los necesitados y dolientes.
· Todos sus discípulos podemos hablar
en cualquier momento y a cualquier persona porque Dios nos guiará.
· Recordar constantemente que de
gracia recibimos entonces demos de gracia, y todos hemos recibido en
abundancia las bendiciones de Dios.
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