sábado, 17 de agosto de 2019

Actividades y avisos


OREMOS POR LA ORDENACIÓN E INSTALACIÓN DE OFICIALES Y POR LA RECEPCIÓN DE NUEVOS MIEMBROS

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CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 20 de agosto, 19 hrs.
Modera: D.I. Laura Cabrera Berrocal

Llamamiento: Salmo 110
Oración de ofrecimiento
Himno: “Majestuoso, poderoso” (228)
Círculo de oración y testimonios
Lectura bíblica: Nehemías 10.14-27
Tema: Una tradición activa
Himno: “Dios cuidará de ti” (366)
Ofertorio
Bendición pastoral

LAS DIFICULTADES ESPIRITUALES DE LA COMUNIDAD
John Bright

Q
ue la moral de la comunidad había decaído peligrosamente se transparenta con claridad en Hageo, Zacarías e Isaías 56-66. Existía en realidad el peligro de que, excepto en el nombre, la restauración fracasase en todo lo demás. Se habían concebido esperanzas demasiado elevadas. El espléndido cuadro del “nuevo éxodo” triunfal y del establecimiento del gobierno universal de Yahvé en Sión no guardaba ningún parecido con la realidad.

A buen seguro, el Déutero Isaías y sus discípulos continuaron su predicación, prometiendo una gran afluencia del pueblo de Yahvé, lo mismo judíos que gentiles, a una Sión restaurada y transformada (Is 56.1-8; cap. 60), proclamando las buenas nuevas de redención (cap. 61), incitando a los hombres a un trabajo ininterrumpido y a súplicas en favor de Sión (cap. 62) y anunciando que una nueva creación de Dios estaba a punto de aparecer (65.17-25). Pero la mayoría, ciertamente, no sentía así.

La mayor parte del pueblo deseaba saber por qué se había diferido la esperanza. Los piadosos suplicaban la intervención de Dios (Zac 1.12; Sal 44.85), mientras que otros comenzaban a dudar de la eficacia del poder de Yahvé (Is 59.1, 9-11; 66.5). De hecho, la nueva comunidad no era, en modo alguno, el Israel reavivado y purificado del ideal profético. Había tensiones económicas, posible secuela de la inevitable lucha por el suelo de una repatriación tan masiva, agravada acaso cuando las malas estaciones llevaron a la bancarrota a los menos afortunados. Algunos supieron cómo convertir en ganancia propia el infortunio ajeno, al tiempo que cubrían su dureza de corazón tras la fachada de piedad (Is 58.1-12; 59.1-8). […]

La comunidad, además, estaba dividida, según parece en dos fracciones irreconciliables: aquellos –en su mayor parte vueltos del exilio– que estaban movidos por los altos ideales proféticos y la devoción a la fe y tradiciones de sus padres y aquellos –probablemente la masa de la población nativa– que habían asimilado tanto el medio ambiente pagano, que su religión no era ya el yahvismo en su forma pura.
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES

25 – Día de la Biblia / Ordenación e instalación de oficiales / Recepción de miembros / 3ª Conferencia sobre la Biblia del Oso 

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