sábado, 15 de agosto de 2020

"No he escondido las palabras del Santo", A.I. Rubén D. Núñez Castro

16 de febrero de 2020

Me serviría por lo menos de consuelo, aun torturado sin piedad  me alegraría pues nunca he rechazado las palabras del Santo. Job 6.10 BTI

La vida de Job ha sido capaz de darnos a conocer particularmente una verdadera relación con el Creador.

En este sentido el sufrimiento seguirá siendo un enigma para el ser humano, quien, tarde o temprano, tiene que enfrentarse con el mal, con el tener que dar sentido a la vida, debiendo incluir con muerte.

Con  gran elocuencia poética, Job contesta amargamente a sus amigos en especial a Elifaz, pues lo que pide es justicia, que se pesen en balanza su queja con sus tormentos, que pesarían más que la arena del mar. Señala que ellos no comprenden de su lamentación, que sus calamidades son más grandes que sus quejas (8:1-4). Tanta es su aflicción que desea morir (6:8-10). Es tanta la desesperación de Job que le agradaría que Dios acabara con él (6:9). El alega que no ha escondido las palabras del Santo (6:10).

Pone en tela de juicio la sinceridad y su conocimiento de sus amigos, dice: “Pero mis hermanos me traicionaron como un torrente; Pasan como corrientes impetuosas” (6:15).  Les desafía a encontrar iniquidad en su persona “ahora,  pues,  si queréis,  miradme,  y ved si digo mentira delante de vosotros.” Él había esperado que ellos se compadecieran de él y le consolasen, pero son como arroyos secos que desilusionan a los viajeros sedientos en caravanas que los buscan para poder beber de sus aguas (6:15-20).

Dice Ved ahora,  y no haya iniquidad;  Volved aún a considerar mi justicia en esto. ¿Hay iniquidad en mi lengua?  ¿Acaso no puede mi paladar discernir las cosas inicuas?  (6:24-30). Job reflexiona sobre el destino del hombre y se queja contra la injusticia de Dios. Quiere morir desea escapar del escrutinio del Omnipotente prefiere la muerte antes de seguir soportando la enemista y el encono del Señor. En la tribulación necesitamos conocer a Dios y no la razón de la tribulación.

Me pregunto ¿es Elifaz y los otros dos, amigos de Job? Y la respuesta que encuentro en todo el relato es que sí.

Aun con sus opiniones diferentes y su visión de la vida ellos revelan, hablan y señalan lo que saben de Dios su conocimiento de Dios está limitado a blanco o negro, bueno o malo, bien o pecado, riqueza o pobreza, prosperidad o desgracia, este punto de vista esta contrastada con la rectitud, justicia, bondad, conocimiento e integridad.  Son las cualidades que Dios usa para señalar al hombre que podemos decir que en ese tiempo era el más apto y conocedor de Dios, tanto que el mismo Dios dice: “…No hay otro como él en la tierra”

No nos hemos detenido a analizar cómo o de qué forma Dios se revelaba a la humanidad en aquellos tiempos, no tenían teólogos, libros, expertos, comentaristas, exegetas,  bueno ni la biblia.

La forma del conocimiento de Dios estaba basada para los hombres en un espíritu y vida en ser perfecto, recto, temeroso de Dios e íntegro.  Y desde esa perspectiva o razón la fe Job buscaba la explicación de su sufrimiento y calamidad, por momentos la encontraba de allí la exclamación de esa frases célebres “¿recibiremos de Dios el bien y el mal no lo recibiéremos?

Job y sus amigos y aun Eliú empiezan a desarrollar una espiral entre los valores de la vida y conocimientos que en aquellos tiempos se comprendía de Dios.

Veamos cómo se desarrolla la reacción acusadora y burlona de sus amigos, que, basándose en el principio de retribución divina, lo denigran hasta deshonrarlo, y lo acusan de pecador: Dios castiga a pecadores. Por eso Job buscará entrar en litigio con Dios, su (supuesto) verdugo. El esquema de la retribución ayuda a resolver el problema, pero tampoco al hombre de nuestro tiempo le es suficiente, como no lo fue para el justo de Uz. También ahora hay justos que sufren sin saber por qué y buscan el encuentro salvador con su Dios.

En el libro de Job se intuye un debate entre un hombre que busca desde su visión y discernimiento de un Dios que le ha colmado de bendiciones y ahora también de calamidades agudizadas cada vez más a tal grado que pide defender su derecho ante Dios, y saben por qué;  porque en su conocimiento o elucidación sebe que no ha pecado contra Dios. Job tuvo una comprensión y una confianza en Dios aun cuando él estaba siendo remecido hasta los mismos cimientos de su ser. En tanto sus amigos ponen a relucir recomendaciones de moral y ética llenos con tintes religiosos generales, (y tal vez no estaba haciendo algo malo), ellos hablaban lo que sabían y conocían de Dios bien dice el refrán; de la abundancia del corazón habla la boca,  pero lo que necesitaba Job es que le hablen o exhorten con un enfoque más amplio de lo que él conocía de Dios, esa sed para mitigar su descontento y su incomprensión de lo que estaba experimentando. Pero recordemos las razones que Dios tenia y consideraba de Job, que por decir era la base de la relación del hombre con Dios, y Job las había desarrollado en su vida;  ser varón perfecto, ser recto, ser temeroso de Dios, apartado del mal y ser integro.

El dolor de Job es "del alma". El desgarrador lamento es: "Carezco de paz y tranquilidad" (3,13.26; cfr. 7,4; 9,28); se siente oprimido (3,18ss.), vive angustiado, lleno de amargura (3,20; cfr. 7,11; 9,18.23b; 10,1.15), triste (3,24); sufre de "meses baldíos, noches de agobio" (7,3), vive pesadillas (7,4.14); no encuentra sentido a una vida "carente de futuro" (3,20-23; cfr. 6,11b; 7,6b; 17,15s; 19,10), dice "me sucede lo que más temía, me encuentro con lo que más me aterraba" (3,25; cfr. 9,28a.34b; 13,21b.25a; 23,15s; 30,15a.27).

Pero su fortaleza de Job fue su incipiente conocimiento de Dios, que son tan increíbles que desafían la comprensión humana que al final de tan fuertes experiencias puede gritar una más de sus exclamaciones más significativas  “De oídas te había oído más ahora mis ojo te ve” -en la tribulación necesitamos conocer a Dios y no la razón de nuestra tribulación- en cambio ante la insipiente intervención de sus amigos que no pudieron comprender que aun en la desolación Dios mostraba amarlo y respetarlo.

Con todo esto entonces podemos decir: Job sufrió para la gloria de Dios, ¿cómo? Para la gloria de Dios, sí, claro creo que no lo hemos visto desde ese enfoque, véamelo así, si Job no sufrió debido a sus pecados, entonces, Dios lo permitió porque esa era una vocación a la que estaba preparado sin saberlo.

Bueno para ampliar y adentrarnos  en el término de vocación me voy a permitir transcribir la traducción del Dr. R. C. Sproul que dice: “Cuando entendemos que Dios llama a las personas a diversas tareas y ocupaciones, no solo llama a las personas al ministerio ordenado, al pastorado, ancianato y demás; Sino que Él llama a las personas a ser médicos, las que llama para  involucrarse en la jurisprudencia, llama a las personas a labores productivas de negocios y otros".

Esta idea de vocación tiene que ver con el hecho de que confiamos en que, como Señor de la historia y Señor de toda vida, nos llama para realizar sus designios sobre las personas para que realicen ciertas tareas, pero por lo general no pensamos en el sufrimiento o la muerte como una vocación. No he visto ninguna escuela vocacional que otorgue un diploma al sufrimiento o un lugar donde podamos ir a estudiar cómo morir.

Y, sin embargo, si entendemos lo que las Escrituras enseñan sobre la naturaleza del sufrimiento y sobre la naturaleza de la muerte, creo que está bien que nosotros veamos que hay momentos en la vida de una persona donde el llamado de Dios para ella puede que no sea el ser un banquero o ser un doctor o ser un ministro o lo que sea, sino que el llamado de Dios para la vida de esa persona en ese momento de su vida sea el sufrimiento y tal vez incluso la muerte".

Así que, me gustaría mostrarles algo de la historia de la actividad de Dios con la gente, viendo a personajes de los cuales sabemos que Dios los llamó a una vocación como Job. En el nuevo testamento hay un caso, el de Juan 9 ¿si recuerdan cuál es? El ciego de nacimiento, si vemos el encuentro de Jesús con este personaje la pregunta de los discípulos fue la misma de los amigos de Job, quiero subrayar esto habían pasado ya hace muchos años digo siglo y sin embargo esa forma de pensar también estaba arraigada aun en los discípulos, cito los versículos 1 y 2: “Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿Quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?".

Podemos preguntarnos cómo pueden cuestionar eso, ¿que no habían aprendido y a discernir si estaban con Jesús?, pero creo que aun en estos tiempo hay muchos que reaccionamos así cuando sabemos y vemos que nuestro hermano o prójimo experimenta alguna pena o prueba, y no tenemos el mínimo recato ni discernimiento para considerar la voluntad de Dios al llamado del que padece algún calamidad o sufrimiento.

Pero veamos la respuesta del Señor a sus discípulos, v. 3: “….No es que pecó este, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.”  La vocación de este hombre siego por muchos años fue sufrir su ceguera. El v. 4 concluye: “Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que día dura y la noche viene, cuando nadie puede trabajar.”

Otro personaje que viene a mi mente es Esteban un joven dice la biblia lleno del Espíritu Santo, así lo señala la iglesia del primer siglo, fue llamado a la vocación del diaconado,  Hechos 7 muestra su elocuencia en la predicación pues era un hombre lleno del conocimiento de Dios, su muerte es incomprensible  pero los versículos 55 y 56 son palabras similares a la que Job exclamo “Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puesto los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo He Aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre a la diestra de Dios”

Y qué podemos decir de Pablo un hombre instruido y lleno de las palabras y conocimiento del Señor desde siendo Saulo el de Tarso el perseguidor de los cristianos hasta su llamado a ser Pablo que por llevar el evangelio padeció infinidad de dolores, persecución, cárcel y la muerte, para muestra dejo en sus mentes el pasaje de Efesios 4.1 “Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con la fuisteis llamados…”.

Quiero concluir, el libro de Job no es para los tiempos malos únicamente ni para consolarnos con su experiencia de sufrimiento y calamidad o de fomentar que hay una recompensa de restituir al doble lo perdido. Si nos acercamos a este libro es para encontrarnos con Dios y crecer en su conocimiento en todo momento y circunstancia a la vocación a la que hemos sido llamado, hemos hablado acerca de Job y hemos hablado acerca del hombre nacido ciego, también de Pablo, pero hay un hombre que nació, quien tuvo un solo propósito para toda su vida, una vocación. Toda la razón principal del por qué nació no fue para que fuera ciego, no fue para que sufra llagas, o la pérdida de su familia, o la pérdida de sus bienes, como le pasó a Job. Todo el propósito del sufrimiento y vocación  de este hombre, era hacer una cosa, era morir, su nombre fue Jesús. 

No hay comentarios:

Apocalipsis 1.9, L. Cervantes-O.

29 de agosto, 2021   Yo, Juan, soy su hermano en Cristo, pues ustedes y yo confiamos en él. Y por confiar en él, pertenezco al reino de Di...