16 de febrero de 2020
Me
serviría por lo menos de consuelo, aun torturado sin piedad me alegraría pues nunca he rechazado las
palabras del Santo. Job 6.10 BTI
La vida de Job ha sido capaz de
darnos a conocer particularmente una verdadera relación con el Creador.
En este sentido el sufrimiento
seguirá siendo un enigma para el ser humano, quien, tarde o temprano, tiene que
enfrentarse con el mal, con el tener que dar sentido a la vida, debiendo
incluir con muerte.
Con gran elocuencia poética, Job contesta
amargamente a sus amigos en especial a Elifaz, pues lo que pide es justicia,
que se pesen en balanza su queja con sus tormentos, que pesarían más que la
arena del mar. Señala que ellos no comprenden de su lamentación, que sus
calamidades son más grandes que sus quejas (8:1-4). Tanta es su aflicción que
desea morir (6:8-10). Es tanta la desesperación de Job que le agradaría que
Dios acabara con él (6:9). El alega que no ha escondido las palabras del Santo
(6:10).
Pone en
tela de juicio la sinceridad y su conocimiento de sus amigos, dice: “Pero mis
hermanos me traicionaron como un torrente; Pasan como corrientes impetuosas”
(6:15). Les desafía a encontrar
iniquidad en su persona “ahora, pues, si queréis,
miradme, y ved si digo mentira
delante de vosotros.” Él había esperado que ellos se compadecieran de él y le
consolasen, pero son como arroyos secos que desilusionan a los viajeros
sedientos en caravanas que los buscan para poder beber de sus aguas (6:15-20).
Dice Ved
ahora, y no haya iniquidad; Volved aún a considerar mi justicia en esto.
¿Hay iniquidad en mi lengua? ¿Acaso no
puede mi paladar discernir las cosas inicuas?
(6:24-30). Job reflexiona sobre el destino del hombre y se queja contra
la injusticia de Dios. Quiere morir desea escapar del escrutinio del Omnipotente
prefiere la muerte antes de seguir soportando la enemista y el encono del
Señor. En la tribulación necesitamos conocer a Dios y no la razón de la
tribulación.
Me
pregunto ¿es Elifaz y los otros dos, amigos de Job? Y la respuesta que
encuentro en todo el relato es que sí.
Aun con
sus opiniones diferentes y su visión de la vida ellos revelan, hablan y señalan
lo que saben de Dios su conocimiento de Dios está limitado a blanco o negro,
bueno o malo, bien o pecado, riqueza o pobreza, prosperidad o desgracia, este punto
de vista esta contrastada con la rectitud, justicia, bondad, conocimiento e
integridad. Son las cualidades que Dios
usa para señalar al hombre que podemos decir que en ese tiempo era el más apto
y conocedor de Dios, tanto que el mismo Dios dice: “…No hay otro como él en la
tierra”
No nos
hemos detenido a analizar cómo o de qué forma Dios se revelaba a la humanidad
en aquellos tiempos, no tenían teólogos, libros, expertos, comentaristas,
exegetas, bueno ni la biblia.
La forma
del conocimiento de Dios estaba basada para los hombres en un espíritu y vida
en ser perfecto, recto, temeroso de Dios e íntegro. Y desde esa perspectiva o razón la fe Job
buscaba la explicación de su sufrimiento y calamidad, por momentos la encontraba
de allí la exclamación de esa frases célebres “¿recibiremos de Dios el bien y
el mal no lo recibiéremos?
Job y
sus amigos y aun Eliú empiezan a desarrollar una espiral entre los valores de
la vida y conocimientos que en aquellos tiempos se comprendía de Dios.
Veamos cómo
se desarrolla la reacción acusadora y burlona de sus amigos, que, basándose en
el principio de retribución divina, lo denigran hasta deshonrarlo, y lo acusan
de pecador: Dios castiga a pecadores. Por eso Job buscará entrar en litigio con
Dios, su (supuesto) verdugo. El esquema de la retribución ayuda a resolver el
problema, pero tampoco al hombre de nuestro tiempo le es suficiente, como no lo
fue para el justo de Uz. También ahora hay justos que sufren sin saber por qué
y buscan el encuentro salvador con su Dios.
En el
libro de Job se intuye un debate entre un hombre que busca desde su visión y discernimiento
de un Dios que le ha colmado de bendiciones y ahora también de calamidades
agudizadas cada vez más a tal grado que pide defender su derecho ante Dios, y
saben por qué; porque en su conocimiento
o elucidación sebe que no ha pecado contra Dios. Job tuvo una comprensión y una
confianza en Dios aun cuando él estaba siendo remecido hasta los mismos
cimientos de su ser. En tanto sus amigos ponen a relucir recomendaciones de
moral y ética llenos con tintes religiosos generales, (y tal vez no estaba
haciendo algo malo), ellos hablaban lo que sabían y conocían de Dios bien dice
el refrán; de la abundancia del corazón habla la boca, pero lo que necesitaba Job es que le hablen o
exhorten con un enfoque más amplio de lo que él conocía de Dios, esa sed para
mitigar su descontento y su incomprensión de lo que estaba experimentando. Pero
recordemos las razones que Dios tenia y consideraba de Job, que por decir era
la base de la relación del hombre con Dios, y Job las había desarrollado en su
vida; ser varón perfecto, ser recto, ser
temeroso de Dios, apartado del mal y ser integro.
El dolor
de Job es "del alma". El desgarrador lamento es: "Carezco de paz
y tranquilidad" (3,13.26; cfr. 7,4; 9,28); se siente oprimido (3,18ss.),
vive angustiado, lleno de amargura (3,20; cfr. 7,11; 9,18.23b; 10,1.15), triste
(3,24); sufre de "meses baldíos, noches de agobio" (7,3), vive
pesadillas (7,4.14); no encuentra sentido a una vida "carente de
futuro" (3,20-23; cfr. 6,11b; 7,6b; 17,15s; 19,10), dice "me sucede
lo que más temía, me encuentro con lo que más me aterraba" (3,25; cfr.
9,28a.34b; 13,21b.25a; 23,15s; 30,15a.27).
Pero su fortaleza
de Job fue su incipiente conocimiento de Dios, que son tan increíbles que
desafían la comprensión humana que al final de tan fuertes experiencias puede gritar
una más de sus exclamaciones más significativas “De oídas te había oído más ahora mis ojo te
ve” -en la tribulación necesitamos conocer a Dios y no la razón de nuestra
tribulación- en cambio ante la insipiente intervención de sus amigos que no
pudieron comprender que aun en la desolación Dios mostraba amarlo y respetarlo.
Con todo
esto entonces podemos decir: Job sufrió para la gloria de Dios, ¿cómo? Para la gloria
de Dios, sí, claro creo que no lo hemos visto desde ese enfoque, véamelo así,
si Job no sufrió debido a sus pecados, entonces, Dios lo permitió porque esa
era una vocación a la que estaba preparado sin saberlo.
Bueno para ampliar y adentrarnos en el término de vocación me voy a permitir
transcribir la traducción del Dr. R. C. Sproul que dice: “Cuando entendemos que
Dios llama a las personas a diversas tareas y ocupaciones, no solo llama a las
personas al ministerio ordenado, al pastorado, ancianato y demás; Sino que Él
llama a las personas a ser médicos, las que llama para involucrarse en la jurisprudencia, llama a las
personas a labores productivas de negocios y otros".
Esta idea de vocación tiene que ver con el hecho de que
confiamos en que, como Señor de la historia y Señor de toda vida, nos llama
para realizar sus designios sobre las personas para que realicen ciertas
tareas, pero por lo general no pensamos en el sufrimiento o la muerte como una
vocación. No he visto ninguna escuela vocacional que otorgue un diploma al sufrimiento
o un lugar donde podamos ir a estudiar cómo morir.
Y, sin embargo, si entendemos lo que las Escrituras
enseñan sobre la naturaleza del sufrimiento y sobre la naturaleza de la muerte,
creo que está bien que nosotros veamos que hay momentos en la vida de una
persona donde el llamado de Dios para ella puede que no sea el ser un banquero
o ser un doctor o ser un ministro o lo que sea, sino que el llamado de Dios
para la vida de esa persona en ese momento de su vida sea el sufrimiento y tal
vez incluso la muerte".
Así que, me gustaría mostrarles algo de la historia de la actividad de Dios con la gente, viendo a personajes de los cuales sabemos que Dios los llamó a una vocación como Job. En el nuevo testamento hay un caso, el de Juan 9 ¿si recuerdan cuál es? El ciego de nacimiento, si vemos el encuentro de Jesús con este personaje la pregunta de los discípulos fue la misma de los amigos de Job, quiero subrayar esto habían pasado ya hace muchos años digo siglo y sin embargo esa forma de pensar también estaba arraigada aun en los discípulos, cito los versículos 1 y 2: “Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿Quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?".
Podemos preguntarnos cómo pueden cuestionar eso, ¿que no habían aprendido y a discernir si estaban con Jesús?, pero creo que aun en estos tiempo hay muchos que reaccionamos así cuando sabemos y vemos que nuestro hermano o prójimo experimenta alguna pena o prueba, y no tenemos el mínimo recato ni discernimiento para considerar la voluntad de Dios al llamado del que padece algún calamidad o sufrimiento.
Pero veamos la respuesta del Señor a sus discípulos, v. 3: “….No es que pecó este, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se
manifiesten en él.” La vocación de este
hombre siego por muchos años fue sufrir su ceguera. El v. 4 concluye: “Me es
necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que día dura y la noche
viene, cuando nadie puede trabajar.”
Otro personaje que viene a mi mente es Esteban un joven
dice la biblia lleno del Espíritu Santo, así lo señala la iglesia del primer
siglo, fue llamado a la vocación del diaconado,
Hechos 7 muestra su elocuencia en la predicación pues era un hombre lleno
del conocimiento de Dios, su muerte es incomprensible pero los versículos 55 y 56 son palabras similares
a la que Job exclamo “Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puesto los ojos
en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y
dijo He Aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre a la diestra de
Dios”
Y qué podemos decir de Pablo un hombre instruido y lleno
de las palabras y conocimiento del Señor desde siendo Saulo el de Tarso el
perseguidor de los cristianos hasta su llamado a ser Pablo que por llevar el
evangelio padeció infinidad de dolores, persecución, cárcel y la muerte, para
muestra dejo en sus mentes el pasaje de Efesios 4.1 “Yo pues, preso en el Señor,
os ruego que andéis como es digno de la vocación con la fuisteis llamados…”.
Quiero concluir, el libro de Job no es para los tiempos malos únicamente ni para consolarnos con su experiencia de sufrimiento y calamidad o de fomentar que hay una recompensa de restituir al doble lo perdido. Si nos acercamos a este libro es para encontrarnos con Dios y crecer en su conocimiento en todo momento y circunstancia a la vocación a la que hemos sido llamado, hemos hablado acerca de Job y hemos hablado acerca del hombre nacido ciego, también de Pablo, pero hay un hombre que nació, quien tuvo un solo propósito para toda su vida, una vocación. Toda la razón principal del por qué nació no fue para que fuera ciego, no fue para que sufra llagas, o la pérdida de su familia, o la pérdida de sus bienes, como le pasó a Job. Todo el propósito del sufrimiento y vocación de este hombre, era hacer una cosa, era morir, su nombre fue Jesús.
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