DÍA DE LA MADRE TIERRA
Isabel Pavón
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l Día de la Tierra (oficialmente Día Internacional de la
Madre Tierra) es un día
celebrado en muchos países
el 11 de abril y en
algunos otros el 22. Su promotor, el senador estadounidense Gaylord Nelson, instauró este día para crear
una conciencia común a los problemas de la sobrepoblación, la producción de
contaminación, la conservación de la biodiversidad y otras preocupaciones
ambientales para proteger la Tierra. Es un día para rendir homenaje a nuestro
planeta y reconocer a la Tierra como nuestro hogar y nuestra madre, así como lo
han expresado distintas culturas a lo largo de la historia, demostrando la
interdependencia entre sus muchos ecosistemas y los seres vivos que la
habitamos.
Para esta gran celebración podemos deleitarnos y
compartir el hermoso salmo 19, escrito con gran ternura. Démosle un repaso:
El cielo proclama la gloria de Dios;
de su creación nos habla la bóveda celeste.
Los días se lo cuentan entre sí;
las noches hacen correr la voz.
Aunque no se escuchan palabras
ni se oye voz alguna,
el mensaje llega a toda la tierra
y hasta el último rincón del mundo,
hasta donde el sol tiene su hogar.
Y el sol sale como un novio de la habitación nupcial,
alegre como un atleta al emprender su camino.
Nace el sol por un lado del cielo
y da la vuelta hasta llegar al otro,
sin que nada pueda huir de su calor.
La enseñanza del Señor es perfecta,
porque da nueva vida.
El mandato del Señor es fiel,
porque hace sabio al hombre sencillo.
Los preceptos del Señor son justos,
porque traen alegría al corazón.
El mandamiento del Señor es puro
y llena los ojos de luz.
El temor del Señor es limpio
y permanece para siempre.
Los decretos del Señor son verdaderos,
todos ellos son justos,
¡son de más valor que el oro fino,
más dulces que la miel del panal!
Son también advertencias a este siervo tuyo,
y le es provechoso obedecerlas.
¿Quién se da cuenta de sus propios errores?
¡Perdona, Señor, mis faltas ocultas!
Quítale el orgullo a tu siervo;
no permitas que el orgullo me domine.
Así seré un hombre sin tacha
y estaré libre de gran pecado.
Sean aceptables a tus ojos
mis palabras y mis pensamientos,
oh, Señor, refugio y libertador mío.
Vemos que el texto comienza recordándonos que la obra de
Dios proclama su grandeza. Todos debemos cuidarla. Termina el salmo rogándole
por el ser humano que forma parte indispensable de dicha creación y, por tanto,
también recibe los cuidados que necesita del Señor.
Mejoremos nuestro planeta en todo lo que podamos, dejemos
un mundo mejor a los que nos siguen. Somos los responsables del legado. Pidamos
perdón al Señor por todo lo que hacemos mal, ya sea en nuestros asuntos
personales, de trabajo, del poco cuidado que tenemos con la gran misión que se
nos ha encomendado. Todos nuestros actos, buenos o malos, repercuten en la
Tierra. En nuestras manos está hacer todo lo bueno que podamos.
Protestante Digital, 23 de abril de 2021
RESTAURAR NUESTRA TIERRA
La Madre Tierra claramente nos pide que actuemos. Los océanos se llenan de plásticos y se vuelven más ácidos. El calor extremo, los incendios forestales y las inundaciones, así como una temporada de huracanes en el Atlántico que ha batido récords, han afectado a millones de personas. Ahora nos enfrentamos al COVID -19, una pandemia sanitaria mundial con una fuerte relación con la salud de nuestro ecosistema.
El cambio climático, los cambios provocados por el hombre
en la naturaleza, así como los crímenes que perturban la biodiversidad, como la
deforestación, el cambio de uso del suelo, la producción agrícola y ganadera
intensiva o el creciente comercio ilegal de vida silvestre, pueden aumentar el
contacto y la transmisión de enfermedades infecciosas de animales a humanos
(enfermedades zoonóticas).
De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), una nueva enfermedad infecciosa emerge en los humanos
cada 4 meses. De estas enfermedades, 75% provienen de animales. Esto muestra
las estrechas relaciones entre la salud humana, animal y ambiental.
Los ecosistemas sustentan todas las formas de vida de la
Tierra. De la salud de nuestros ecosistemas depende directamente la salud de
nuestro planeta y sus habitantes. Restaurar nuestros ecosistemas dañados
ayudará a acabar con la pobreza, a combatir el cambio climático y prevenir una
extinción masiva. El Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los
Ecosistemas, que se lanzará oficialmente el Día Mundial del Medio Ambiente (5
de junio), nos ayudará a prevenir, detener e invertir la degradación de los
ecosistemas en todos los continentes y en todos los océanos. Pero sólo lo
conseguiremos si todo el mundo pone de su parte.
Recordemos hoy más que nunca en este Día Internacional de
la Madre Tierra que necesitamos un cambio hacia una economía más sostenible que
funcione tanto para las personas como para el planeta. Promovamos la armonía
con la naturaleza y la Tierra. ¡Únete al movimiento mundial para restaurar la
madre Tierra!
LA
IMPORTANCIA DE LA BIODIVERSIDAD PARA LOS HUMANOS
El brote de coronavirus representa un riesgo enorme para la salud pública y la economía mundial, pero también para la diversidad biológica. Sin embargo, la biodiversidad puede ser parte de la solución, ya que una diversidad de especies dificulta la propagación rápida de los patógenos.
Igualmente, cada vez es más evidente su impacto en la
salud humana. Los cambios en la biodiversidad afectan al funcionamiento de los
ecosistemas y pueden ocasionar alteraciones importantes de los bienes y
servicios que estos proporcionan. Los vínculos específicos entre la salud y la
biodiversidad incluyen posibles impactos en la nutrición, la investigación
sanitaria y la medicina tradicional, la generación de nuevas enfermedades
infecciosas y cambios significativos en la distribución de plantas, patógenos,
animales e incluso asentamientos humanos, algo que puede ser alentado debido al
cambio climático.
A pesar de los esfuerzos actuales, la biodiversidad se
está deteriorando en todo el mundo a un ritmo sin precedentes en la historia
humana. Se estima que alrededor de un millón de especies animales y vegetales
se encuentran actualmente en peligro de extinción.
Con este panorama general y el escenario del coronavirus,
nuestra prioridad inmediata es evitar la propagación de COVID-19, pero a largo
plazo, es importante abordar la pérdida de hábitat y biodiversidad.
Estamos en esta lucha juntos con nuestra Madre Tierra.
Organización de las Naciones Unidas, www.un.org/es/observances/earth-day