sábado, 7 de julio de 2012

Lucas 17.20-30, 33, 37


La Biblia de Nuestro Pueblo

Los fariseos le preguntaron cuándo iba a llegar el reino de Dios y él les respondió: —La llegada del reino de Dios no está sujeta a cálculos; ni dirán: míralo aquí, míralo allí. Pues está entre ustedes.
Después dijo a los discípulos: —Llegarán días en que ustedes desearán ver uno de los días del Hijo del Hombre y no lo verán. Si les dicen: Míralo aquí, míralo allá, no vayan ni les sigan. Porque así como el relámpago brilla desde un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del Hombre. Pero primero tiene que padecer mucho y ser rechazado por esta generación. Lo que sucedió en tiempo de Noé sucederá en tiempo del Hijo del Hombre: comían, bebían, se casaban, hasta que Noé entró en el arca, vino el diluvio y acabó con todos.
O como sucedió en tiempo de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban. Pero, cuando Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y acabó con todos. Así será el día en que se revele el Hijo del Hombre. […]
Quien trate de conservar la vida la perderá, pero quien la pierda la conservará. […] Le preguntaron: —¿Dónde, Señor? Jesús les contestó: —Donde está el cadáver se reúnen los buitres.

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