LA PASTORAL DE MUJERES DEL CLAI DENUNCIA, PIDE Y ASUME COMPROMISOS PARA UN ECUMENISMO DE GESTOS CONCRETOS
ALC Noticias, 5 de junio de 2013
La
Pastoral de Mujeres y Justicia de Género (PMJG) del CLAI, difundió la Carta de
las Mujeres y la Declaración de la Pastoral de Mujeres y Justicia de Género,
presentadas a la VI Asamblea, las que fueron protocolizadas por la Junta
Directiva saliente y constará dentro del acta de la VI Asamblea realizada en La
Habana, Cuba. En ellas piden, denuncian y asumen compromisos.
“El
tema de un ecumenismo de gestos concretos, aún nos queda como una deuda
pendiente con las hermanas y hermanos de Cuba y con las realidades de las
iglesias en América Latina y Caribe. Las asumimos como lecciones, de las que
necesitamos seguir aprendiendo intensamente, y como tareas urgentes que debemos
priorizar desde las diversas instancias en que estamos insertas”, dice la Revda.
Cecilia Castillo Nanjarí, Coordinadora Continental de la Pastoral de Mujeres y
Justicia de Género Consejo Latinoamericano de Iglesias.
En la Declaración de la Pastoral de Mujeres y Justicia de Género, piden:
1.
Propiciar y promover en las iglesias encuentros, talleres y demás actividades
de PMJG, garantizando paridad de género para construir agendas inclusivas.
2.
Que se elabore un presupuesto de la PMJG de forma participativa y consensuada.
3.
Que sea visibilizado el trabajo de la PMJG y demás pastorales en los informes a
la Asamblea.
4.
Que sean establecidas agendas de actividades de la Pastoral desde las
necesidades de cada país y región, permitiendo una agenda representativa de
ámbito nacional y continental.
5.
Que se fortalezca y profundice la articulación y compromiso con las Agencias
Cooperantes para financiamiento de proyectos y actividades con enfoque para los
temas de la PMJG.
6.
Comprometer a todas las instancias del CLAI (Junta directiva, Secretaría general,
secretarías regionales, Programas pastorales) al trabajo con y desde las
mujeres.
7. Que haya
acompañamiento y comunicación, en sinergia, entre las secretarías regionales y
las Pastorales.
8. Que se planee
una evaluación de las Mesas Nacionales en cada uno de los países visando
conocer las demandas de las mujeres y de las iglesias pertenecientes al CLAI.
9. Que se garantice
la paridad de idiomas oficiales portugués y español en todas las publicaciones,
documentos y actividades del CLAI.
Las mujeres se
comprometen a:
1. Fortalecer y
compartir la comunicación, información, experiencias y recursos.
2. Asumir desde la
PMJG y juventud el desarrollo de la aplicación e implementación de las
cartillas de Salud sexual y reproductiva en todas las regiones, desde una
perspectiva de género.
3. Gestionar
recursos mediante alianzas locales estratégicas.
4. Apoyar y
multiplicar las experiencias ya existentes en temas de las masculinidades.
5. Fortalecer el
diálogo y la articulación con los movimientos feministas y otras organizaciones
afines al quehacer de la PMJG.
6. Realizar una
Consulta Continental para proveer insumos para el diseño del plan estratégico
de la PMJG y su monitoreo.
7. Sumarnos y
enriquecernos con las reflexiones de las espiritualidades indígenas y afro-descendientes
incorporándolas, desde la perspectiva de género en todas las acciones y
proyectos de la PMJG.
8. Mantener un rol
activo de incidencia respecto a los temas medulares para el buen vivir de las
mujeres en todas las etapas de su ciclo vital.
Mientras que en la Carta de las Mujeres participantes en la Asamblea, afirman,
“comprometidas con la teología feminista, la hermenéutica de la sospecha que
contribuye para cuestionar las estructuras de dominación y recuperar la
práctica libertadora de Jesús”.
Subrayan la
separación entre religión y Estado. “Esta separación no significa que ambas no
puedan cooperar en favor del “bien común”. Ella garantiza que las dinámicas y
funciones de cada una de las esferas sean respetadas en sus especificidades,
pero trabajamos en la transformación de estructuras socio-económicas, políticas
y religiosas por la dignidad plena de las mujeres”, dicen.
Denuncian la
instrumentalización de la política por grupos fundamentalistas religiosos que
actúan para impedir la ampliación de políticas públicas direccionadas a los
derechos sexuales y reproductivos, al mismo tiempo, en que articularse con los
grupos que defienden los intereses de los grupos financieros que explotan a
América Latina y el Caribe. Así como, denuncian la criminalización de
movimientos de mujeres y organizaciones feministas que actúan por los derechos
sexuales y reproductivos.
DECLARACIÓN PASTORAL DEL
CLAI DESDE LA HABANA (II)
Hemos sido testigos
del acompañamiento fraterno y sororal a las familias de los 5 héroes detenidos
en cárceles estadounidenses y solidarizarnos con su causa. Esto nos ha
permitido mirarnos como continente latinoamericano y caribeño desde su proceso
revolucionario y la profundización de gestos concretos de justicia en áreas
tales como la salud, la educación, la cultura y la solidaridad que ha
demostrado con nuestros propios países. Es por eso que, frente a las fuerzas
que oprimen y separan a los pueblos, las iglesias latinoamericanas y caribeñas,
reunidas en el CLAI, han demostrado que “ni la muerte, ni la vida, ni ángeles,
ni principados, ni potestades, ni lo presente ni lo por venir, ni lo alto ni lo
profundo ni ninguna cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en
Cristo Jesús, Señor nuestro.” (Romanos 8: 38).
En
esta Asamblea se nos ha planteado una serie de temas que entendemos merecen
toda la atención en este ministerio de construcción de la unidad del Cuerpo de
Cristo. Como máxima instancia del CLAI, hacemos un llamado a la defensa de la
vida plena y abundante, en todas sus manifestaciones, a través de los
siguientes reclamos:
Deploramos
el inhumano bloqueo económico que por más de cincuenta años mantiene el
gobierno de los Estados Unidos y sus políticas contra el pueblo de Cuba. En
segundo lugar, Cuba es señalada nuevamente como un país terrorista, agravando
las tensiones ya existentes entre Cuba y Estados Unidos, lo cual constituye un
atropello y una flagrante violación a los Derechos Humanos de nuestros hermanos
y hermanas cubanos.
Condenamos
la detención y tortura de los prisioneros encarcelados en la Base Naval de
Guantánamo. Pedimos que cesen las detenciones injustificadas en este complejo
carcelario, el cumplimiento de todas las garantías de ley a los detenidos y la
devolución de las tierras al pueblo cubano.
Afirmamos
procesos de unidad en el plano político continental. Celebramos, la concreción
de expresiones políticas regionales como el ALBA, CELAC y UNASUR y abogamos por
la profundización de la institucionalidad de los sistemas democráticos jóvenes
y su intención de renovar el carácter social y equitativo en la implementación
de políticas públicas.
Exhortamos
al gobierno de Cuba a fortalecer la protección de los sectores más vulnerables
por razón de la actualización del modelo económico cubano.
Instamos
a los gobiernos del Reino Unido y la República Argentina a retomar
conversaciones en el marco de las resoluciones de las Naciones Unidas afín de
lograr la soberanía de las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur en el
Atlántico Sur en el marco del derecho y la justicia internacional.
Demandamos
la defensa de la tierra/territorio y la promoción de políticas estatales que
prioricen la gestión integral y sostenida de los recursos naturales así como la
preservación y cuidado del medioambiente (“Pachamama”), la identidad, la
justicia y la dignidad de los pueblos originarios en nuestro continente (Abya Yala)
para el Buen Vivir del ser humano y el entorno natural que le abriga.
Rechazamos
la mercantilización de la naturaleza que las transnacionales promueven en
nuestros países, con el aval de nuestros gobiernos, en detrimento de las
grandes mayorías de nuestro continente.
Insistimos
en la necesidad de seguir acompañando a los 150 millones de afro-descendientes
latinoamericanos y caribeños en sus luchas de afirmación de identidad,
espiritualidad y su lucha en contra del discrimen y el racismo imperante en
nuestras sociedades.
Exhortamos
a la oración y al acompañamiento del proceso de pacificación conocido como “tregua”
entre las “maras” juveniles en El Salvador, para que el gobierno y la sociedad
civil colaboren en poner fin a la violencia en este hermano país.
Denunciamos
las 70 mil muertes violentas y las 20 mil desapariciones en México. Oramos por
la paz con justicia, dignidad y atención tanto para sus ciudadanos y ciudadanas
como para los migrantes de esa tierra.
Postulamos
la imperiosa necesidad que el tema de la discapacidad constituya una
preocupación y ocupación de las iglesias en América Latina que logre promover
la participación activa de las personas con discapacidad en instancias de toma
de decisiones.
Manifestamos
la necesidad del desarrollo del Estado laico en América Latina y el Caribe, más
allá de la libertad de culto. Resulta urgente asegurar el desarrollo de la
igualdad religiosa y la Separación entre los Estados y las religiones en un
marco de autonomía, cooperación y diálogo.
Nos
comprometemos a desarrollar procesos participativos y resolutivos en los cuales
la juventud latinoamericana y caribeña de nuestras iglesias pueda canalizar sus
sueños e ideales en el compromiso serio y decidido por trabajar en la causa de
la unidad del Reino de Dios.
Celebramos
los diálogos de paz facilitados por el Gobierno de la República de Cuba entre
el gobierno colombiano y las FARC. En ese sentido, exhortamos a que se mantenga
esta Mesa de negociación y se incluya en dicho proceso al ELN.
Oramos
por la profundización del proceso democrático del pueblo venezolano y
condenamos cualquier interferencia de la misma por parte de los medios de
comunicación y el capital internacional.
Apoyamos
la libre autodeterminación del pueblo de Puerto Rico en su definición de su
relación con los Estados Unidos. Esto implica demandar la inmediata liberación
de Óscar López Rivera de su encarcelamiento por más de 30 años en cárceles
norteamericanas así como la descontaminación, la desmilitarización, la
devolución de las tierras y un Plan de Desarrollo para la isla municipio de
Vieques.
Hermanos
y hermanas: al concluir esta Sexta Asamblea les compartimos nuestra alegría con
el deseo ferviente de que no desmayen en las luchas cotidianas a favor de la
paz con justicia. No cabe duda de que, en este instante latinoamericano y
caribeño, al decir de un cantautor cubano, la era está pariendo un corazón y
hay que acudir corriendo pues se cae el porvenir. “Es pues, la fe, la certeza
de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1). Eso que
todavía no vemos, pero estamos seguros que viene, por la fe lo declaramos y en
el nombre del Señor lo construimos, a través del ministerio que Dios nos ha
puesto por delante. Reiteramos nuestra fe, que brota como gesto solidario,
tierno y amoroso, haciéndonos eco del coro de un himno que tanto hemos entonado
en nuestras liturgias.
Por eso es que
tenemos esperanza/ Por eso es que luchamos con porfía,/ por eso es que miramos
con confianza/ el porvenir en esta tierra mía. (“Tenemos esperanza”, Federico
Pagura y Homero Perera).
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