domingo, 27 de octubre de 2019

Letra 642, 27 de octubre de 2019


LA RECONSTRUCCIÓN INTEGRAL DEL PUEBLO DE DIOS
EL PROFETA ZACARÍAS (VI)
Samuel Amsler
Los últimos profetas. Ageo, Zacarías, Malaquías y algunos otros
Estella, Verbo Divino, 1996 (Cuadernos bíblicos, 90).

Última visión (6.1-8)
Resultado de imagen para visiones de zacaríasEl profeta asiste a la salida de cuatro carros tirados por caballos de diversos colores. Salen de entre dos montañas, algo así como la luz del día al amanecer. Se acaba la noche, viene la aurora, con su cielo de múltiples colores. Encargados de una misión por el “Señor de toda la tierra”, los carros parten cada uno en una dirección. Tienen que recorrer todo el mundo. No se indica el objetivo de su misión, pero se deduce del poder universal de Aquel que los envía: como mensajeros, van a llevar la nueva de la salvación hasta los extremos del orbe.
Sin embargo, la atención del profeta se dirige más bien a uno de los carros, el que va hacia el norte, es decir, hacia Mesopotamia (v. 6). Todavía quedan allí muchos desterrados. La buena nueva es también para ellos: por medio de su Espíritu, el Señor viene a morar en medio de los suyos, estén donde estén. Desde los colores del crepúsculo hasta los de la aurora, ¡qué noche tan inspirada! ¡Y qué promesa para toda la comunidad! El reinado universal del Señor está ya a las puertas. El profeta ha asistido ya en visión a su venida, aunque nada de ello perciban todavía
los ojos de los demás mortales.

La acción profética de la corona (6.9-15)
Inmediatamente después del relato de sus visiones, Zacarías narra la acción profética que ha recibido la orden de cumplir. Se trata de un modo de comunicación por el gesto, al que los profetas se ven obligados a recurrir cuando los oyentes hacen oídos sordos a su mensaje. Zacarías tiene que dirigirse a una casa en donde se alojan varios desterrados que han regresado recientemente a Jerusalén y que han traído aportaciones destinadas a la reconstrucción del templo. Se retirará una parte de ese dinero y del oro que han traído, para hacer una corona. ¿Para qué servirá esta corona? El relato indica que está destinada a coronar al sacerdote Josué (v. 11).
Desgraciadamente, la continuación del texto no le va bien a un sacerdote: el profeta le atribuye el título de “Germen”, que es el de un príncipe de sangre real (v. 12). Su misión consiste en construir el templo (v. 13a); pero ésta es la misión que se le atribuye en otro lugar a Zorobabel (4.8ss). Y, sobre todo, se sentará en un trono, como un rey, en perfecta armonía con un sacerdote que se sentará también en otro trono (v. 13b).
Toda esta descripción mueve a suponer que, en el relato original de Zacarías, la corona iba destinada a Zorobabel, el descendiente de la dinastía davídica, en quien ya el profeta Hageo había reconocido al futuro mesías (Hag 2.23). La coexistencia armoniosa de los dos jefes, sentado cada uno en su trono, guarda analogía con los dos olivos de la visión central (4.14). Esta perspectiva profética chocó, como sabemos, con el desmentido de la historia, lo mismo que la visión de los dos olivos que enmarcaban el candelabro: Zorobabel desapareció prematuramente y sólo quedó en funciones el sacerdote Josué. Con toda probabilidad se hizo más tarde una corrección en el relato primitivo, para hacer de Josué el destinatario de la corona de Zorobabel.
Una vez realizado el gesto profético, la corona habría de tomar otro significado: depositada en el templo, recuerda la aportación traída por los repatriados y anuncia la llegada de nuevos desterrados dispersos por el mundo.
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TEODORO DE BEZA: RELIGIÓN Y POLÍTICA EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVI

A menudo se nos pregunta si está permitido levantarse contra aquellos que son enemigos no sólo de la religión sino también del reino.
Teodoro de Beza, carta a H. Bullinger, septiembre de 1559

Resultado de imagen para teodoro de bezaLa editorial española Trotta ha anunciado la inminente aparición del volumen Del derecho de los magistrados sobre sus súbditos, del teólogo reformado francés Teodoro de Beza (1519-1605), en traducción de Manuela Águeda García-Garrido, con introducción y notas de Rocío G. Sumillera, profesora de la Universidad de Granada. […]  La publicación de Trotta coincide con los 500 años del nacimiento de Beza, el 24 de junio de 1519, en Vézelay, provincia de Borgoña. Poeta, filólogo, pedagogo, teólogo y dirigente eclesiástico, su estatua forma parte del Monumento Internacional de la Reforma Protestante en Ginebra, ciudad en la que colaboró con Juan Calvino, y a quien sucedió al frente de la iglesia local (fue, además, su primer  biógrafo, en 1564, el año de su muerte, y primer rector de la Academia de Ginebra), además de hacerse cargo de la conducción moral y espiritual de las iglesias reformadas europeas, casi de la misma manera que su antecesor. Su figura siempre ha sido vista desde una perspectiva bastante discreta, a pesar de que, durante los años que ejerció esas responsabilidades (poco más de 30, pues falleció el 13 de octubre de 1605), encabezó los desarrollos eclesiales, doctrinales y socio-políticos de esa vertiente de las reformas protestantes y debió tratar con la inmensa mayoría de líderes evangélicos de esa época mediante una amplia correspondencia.
Diversas instituciones han realizado eventos conmemorativos del 500º aniversario del nacimiento de Beza. En la Asamblea del Desierto, retiro anual de los protestantes franceses, se le rindió homenaje bajo el lema: “Al soplo de Teodoro de Beza”. Una nota sobre esta actividad señaló: “El poeta humanista, convertido a la fe reformada alrededor de 1548, exegeta del Nuevo Testamento y teólogo, jurista y político, de hecho, y en muchas ocasiones, ‘ha dado aliento a los protestantes en peligro en el reino, constituyendo por escrito un stock de imágenes e historia”. […]
El Museo Internacional de la Reforma, de Ginebra, por su parte, anunció la exposición temporal hasta el 27 de octubre, denominada “Rostros de T. de Beza”, que presenta 36 obras representativas de las varias facetas de la personalidad del sucesor de Calvino (www.musee-reforme.ch). La nota de Benjamin Chaix en La Tribune de Geneve al respecto, afirma: “La renombrada especialista ginebrina Béatrice Nicollier es la curadora de la exposición que acaba de abrir en el Museo Internacional de la Reforma (MIR). […]
En 1528, a los 10 años, Beza llegó a la casa del humanista Melchior Volmar (1497-1561, maestro de Calvino en otra época), en Orleans, quien lo educó y lo llevó a Bourges en 1530. En su infancia se convirtió a la fe evangélica, aunque sólo después de una grave enfermedad se inclinó totalmente a la Reforma. Tras la emigración de Vollmar, Beza estudió derecho en Orleans (1535-1539) y cursó después estudios humanísticos en París. Fue profesor de griego durante 10 años en la academia de Lausana en Suiza, donde escribió tratados humanísticos y polémicos, además de una pieza teatral, Abraham sacrifiant (1550). Viajó a Ginebra en 1558 y un año después comenzó a dirigir la Academia (fundada por Calvino) de esa ciudad, además de ser clérigo. Dio clases de teología alternando con Calvino y, en sus primeros años en esa ciudad, fue consultor teológico de la iglesia francesa y dialogó con las autoridades políticas de los hugonotes en el contexto de las guerras por la religión. En 1561 representó a los evangélicos en el Coloquio de Poissy, defendiendo con elocuencia los principios de la fe evangélica.
Después de la muerte de Calvino, fue elegido su sucesor (aunque sería mucho más que eso) y moderador de los pastores de Ginebra. Siguió en estrecho contacto con las comunidades francesas e incluso fue elegido presidente del sínodo de La Rochelle, interviniendo en numerosas controversias. A diferencia de Calvino, sus raíces están en la filosofía aristotélica. Trabajó intensamente el Nuevo Testamento y la ciencia bíblica. Su edición del Nuevo Testamento fue reimpresa más de 150 veces hasta 1965. Sus escritos en su mayoría tratan cuestiones controvertidas de teología.
Sólo sus obras humanísticas y sus sermones tardíos se sitúan más allá de la disputa confesional. Escribió el prólogo para la Biblia de Ginebra (1588). La Confessio fidei christianae (1559) es el mejor resumen de su teología. Reunió sus obras en tres tomos. En De haeretecis a civili magistratu puniendis (1554) defendió la actuación de Calvino en la condena de Bolsec y de Servet. Otras obras importantes son: la famosa Historia eclesiástica de las Iglesias Reformadas del Reino de Francia (1580), su biografía de Calvino, con la que debe citarse su edición de la Epistolæ et responsa (1575) del reformador de Noyon.
El contenido del libro mencionado (cuyo original, Du droit des magistrats sur leurs subjets, apareció en Ginebra en 1574) es por demás interesante, pues los seis documentos y los cuatro apéndices incluidos son una buena muestra de la reflexión bíblico-teológica de Beza, no suficientemente conocida, ni siquiera en los espacios reformados o calvinistas.
Se trata, como se aprecia desde el título de la obra, de un acercamiento a sus trabajos sobre el poder político, materia que lo ocupó bastante en su labor religiosa, y que lo llevó a discutir seriamente la posibilidad de resistir, incluso por la vía violenta, a un gobernante tiránico. Los textos que lo integran son: “Del magistrado injusto al súbdito infiel”, “Tiranos consentidos”, “El magistrado frente al pueblo: los límites del poder”, “Razones para deslegitimar el poder de los magistrados”, “La supremacía de la ley” y “El recurso a la acción violenta”. […]
Una recopilación así viene a romper el relativo desconocimiento de la vida y obra de Beza en el contexto del avance y consolidación de las reformas teológicas y eclesiales del siglo XVI. Su nombre está ligado estrechamente a la discusión sobre la eventual resistencia a las autoridades civiles por parte de las comunidades reformadas, algo sobre lo que han escrito autores como Quentin Skinner, profesor de la Universidad de Cambridge (Los fundamentos del pensamiento político moderno. II. La Reforma, 1986; original en inglés: 1978), quien mostró la evolución de las doctrinas teológicas que abrieron la puerta a la “revolución hugonota” en Francia, cerca del final del siglo XVI. (LCO)

Protestante Digital, 11 de octubre de 2019

sábado, 26 de octubre de 2019

Actividades y avisos


QUE SE HAGA LA VOLUNTAD DEL SEÑOR EN LA REUNIÓN CONGREGACIONAL DE HOY

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CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 29 de octubre, 19 hrs.
Modera: Hno. Facundo Pérez Valle

Llamamiento: Salmo 120
Oración de ofrecimiento
Himno: “En mi vida” (8)
Círculo de oración y testimonios
Lectura bíblica: Nehemías 13.1-7
Tema: Acciones de Tobías
Himno: “Jesús es mi Rey soberano” (303)
Ofertorio
Bendición pastoral

REFORMAS DE NEHEMÍAS
Samuel Pagán

E
l capítulo 13 de Nehemías puede dividirse en cuatro unidades básicas: vv. 1-3; la exclusión y la separación para evitar influencias extranjeras; vv. 4-14: las reformas religiosas auspiciadas por Nehemías; vv. 15-22: las leyes relacionadas con el día de reposo; y vv. 23-31: los matrimonios mixtos.
Estos versículos están relacionados con 12.44-47 y, a su vez, introducen el tema de todo el capítulo 13. El autor-cronista continuó la narración de eventos que sucedieron después de la dedicación de los muros.
Según esta narración, el asunto de la separación de los extranjeros surgió en un acto de lectura del libro de Moisés (v. 1). El texto al cual se alude es Deuteronomio 23.4-7, que se fundamenta en un incidente descrito en Números 22-24. De acuerdo con la ley, los amonitas y los moabitas debían ser excluidos de la congregación de Dios”. En su sentido original esa separación posiblemente afectaba sólo las actividades culticas. Sin embargo, a la luz de la preocupación existencial de la comunidad postexílica, la exclusión se extendió a otras áreas de la vida del pueblo.
En las reformas que se presentan en este capítulo se incluyen las siguientes decisiones: Tobías el amonita fue arrojado de los atrios de la casa de Dios” (v. 7); y se denunciaron los matrimonios con amonitas, moabitas y otros extranjeros (vv. 23-27). Estos versículos destacan nuevamente la reacción del pueblo ante la lectura de la ley (véase Neh 8.1-18; 9.3-37). Según el v. 3, el pueblo separó de Israel, “a todos los mezclados con extranjeros. Aunque se afirma que la reacción del pueblo fue inmediata y firme, el texto no es claro en indicar si hubo divorcios o separaciones en los matrimonios.
En estos versículos el autor-cronista regresa al uso de las Memorias de Nehemías”. Según el relato, el primer periodo de Nehemías como gobernador de Jerusalén finalizó en el año 433 a.C, el año treinta y dos de Artajerjes” (v. 6). Su administración se extendió por doce años. Al cabo de ese periodo, posiblemente comprendió que el objetivo de su viaje a Jerusalén se había cumplido, y regresó a Persia.
Al transcurrir un lapso corto de tiempo (v. 6) se percató de que la situación en Jerusalén se había deteriorado, y solicitó permiso al rey para regresar (v. 7) nuevamente a la ciudad, y proseguir con las reformas.
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
LA REINGENIERÍA DE DIOS EN ACCIÓN EN MEDIO DE SU PUEBLO

3 – Santa Cena / Reunión de Consistorio
24 – Reunión de planeación para 2020

Repoblación y reforma de la vida comunitaria, L. Cervantes-O.

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27 de octubre, 2019

El resto de los israelitas y los demás sacerdotes y ayudantes se quedaron a vivir en sus propiedades, que estaban en otras poblaciones de Judá.
Nehemías 11.20, TLA

En Nehemías 11.15-36, el registro y relato minucioso del gran proyecto divino de reconstrucción avanza hacia su final al incluir otro de los aspectos más complejos de la labor de Nehemías como dirigente del pueblo. Se trataba de repoblar una ciudad, la más importante de la provincia persa de Yehud, a fin de restablecer el orden sociopolítico y las actividades religiosas de la comunidad judía. No fue una labor sencilla, pues debió contar con el beneplácito de todos los sectores que se fueron convenciendo de la necesidad urgente de articularse alrededor de la Ley antigua de Moisés, así como de los liderazgos del momento. El templo y las instituciones deberían funcionar de modo efectivo. Para ello,

se necesitaban personas que vivieran en Jerusalén y trabajaran en el Templo para responder a las necesidades cúlticas, litúrgicas, educativas y espirituales del pueblo. El Templo de Jerusalén sin el programa continuo de sacrificios, holocaustos; ofrendas, diezmos y liturgias no cumple su propósito. Ese templo, que era visto por el pueblo como la morada de Dios y como un símbolo de seguridad (Sal 125.1), era, además, un centro de oración y educación (2 Cr 6.1-7.10). Sin oración y educación el Templo de Jerusalén no es más que un gran edificio sin relevancia para el pueblo.[1]

Repoblar Jerusalén tuvo, como objetivo principal, contribuir a que las instituciones religiosas cumplieran los propósitos para los cuales fueron creadas. Son los seres humanos los que son la razón de ser de las estructuras religiosas. Estas estructuras, ya sean Templos o programas congregacionales, existen para contribuir al bienestar de los hombres y mujeres que las crean, y para responder a las necesidades reales de la comunidad. Esta labor formó parte del proceso mayor de reconstrucción y tuvo características propias, entre las cuales la negociación de las partes en conflicto y la aceptación del azar como recurso para llevarlo a cabo cumplieron una función muy importante.

Si en la primera parte de Nehemías 11 se describe la distribución de las personas principales (dirigentes y jefes de provincia), además de dejar a la suerte quiénes vendrían de otras provincias a Jerusalén, en la segunda continúa la enumeración de familias y grupos comunitarios (sacerdotes colaboradores, cantores, vigilantes: vv. 15, 18, 19-20) en su nueva distribución geográfica que muestra el avance en los acuerdos para la repoblación (vv. 25-30). El énfasis está puesto en la actitud participativa y de colaboración de las familias, clanes y comunidades que subordinaron sus intereses particulares a los propósitos más grandes del pueblo en su reconstrucción y reedificación. Era muy loable y reconocible el esfuerzo de las familias para mudarse y vivir voluntariamente en Jerusalén. Como agrega Samuel Pagán: “Ese gesto heroico no solo acepto la voluntad de Dios, sino que estuvo dispuesto al sacrificio”.[2] Porque de ahí brota una lección sumamente importante en el contexto que se vivía: “Las estructuras religiosas, físicas o programáticas, que no responden a las vivencias y a las necesidades concretas de la gente, deben ser desmanteladas, rediseñadas y transformadas, para que cumplan ese propósito básico”.[3] El desmantelamiento puede ser algo doloroso y traumático al momento de echar abajo y abandonar lo que se había practicado durante años, décadas o incluso siglos, para el caso del antiguo Israel.

Por otra parte, el advenimiento de lo nuevo, el rediseño y transformación, sería una auténtica reingeniería profunda de realidades sociales, culturales y espirituales, lo que llevaría tiempo y debía obedecer a una clara comprensión de lo que se deseaba hacer de ahí en adelante, aun cuando el horizonte político no era suficientemente claro. Las etapas de la historia que había vivido ese pueblo lo encaminaron hacia una nueva transformación de costumbres, hábitos, prácticas y proyectos. Se trató de una auténtica reforma comunitaria de la existencia en todos los planos, tal como varios siglos más tarde sucedería en extensas ciudades y regiones y europeas durante el siglo XVI. Con ella se intentó renovar y reconducir el pensamiento y las acciones de sociedades que se consideraban a sí mismas como cristianas, pero que habían perdido buena parte de su identidad bíblica, centrada en Cristo, y habían sucumbido a los dictados de tradiciones no siempre sanas o respetuosas de la fe individual auténtica de las personas, la cual se había instalado en el ámbito meramente sacramental y hasta mágico.

Renovar las estructuras mentales y espirituales es una tarea inmensamente superior a la de reconstruir muros o edificios. Tal como dice la frase casi aforística del historiador de la Reforma Émile Leonard: “Despues de la liberación de las almas, la fundación de una civilización”.[4] A los inicios de fines de la Edad Media (albigenses, cátaros, lolardos y otros movimientos) les siguió el empuje de Lutero en el sacro imperio germánico y otras oleadas que se fueron consolidando progresivamente. Tal como sugiere la frase de Leonard: ya se había avanzado en la destrucción de las reliquias inoperantes y obsoletas del pasado y ahora había que entrar, de lleno, e incluso sinplena conciencia, pero con gran determinación en lo que Dios en su soberanía estaba colocando por delante, es decir, el gran desafío de la modernidad, esa realidad exigente y orgullosa que colocaría a la religión en un segundo plano y que obligaría a las iglesias a abandonar su orgullo sociopolítico y los vergonzosos maridajes y acuerdos con los poderes temporales. Porque en Wittenberg, Francia, Zúrich, Ginebra, Basilea, Inglaterra, Escocia, Holanda o en el Palatinado alemán, sin olvidar a los valdenses franceses e italianos, ni a los anabautistas de toda Europa, se iniciaron complejos procesos de deconstrucción, reconstrucción y rediseño de la mentalidad, el culto y la teología cristianos.

Todos estos procesos demandaron, por ejemplo, volver a formular, completamente, la doctrina cristiana bíblica y sus postulados, la liturgia y, también, la relación de la iglesia con los gobiernos y Estados. Una tarea así debió desempeñar el poeta, exegeta, traductor, teólogo, pastor y educador francés Teodoro de Beza (1519-1605) cuando quedó al frente de la iglesia de Ginebra (“la Roma protestante”) y de la representación casi completa de las iglesias reformadas cuando las acciones de los monarcas fueron abiertamente contrarias a la expansión de la fe de éstas. Entonces debió replantearse la gran enseñanza bíblica del apóstol Pedro (“Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres”, Hch 4.19-20; 5.29) y profundizar la práctica de la resistencia espiritual tal como la enseña Apocalipsis. Así surgió lo que se conoce como “revolución hugonota”, esto es, la decisión de oponerse (incluso con la fuerza de las armas) con base en la enseñanza bíblica y teológica que coloca a los gobernantes impíos en entredicho delante de Dios, de la fe y de la ciudadanía. La teoría de la resistencia surgió luego de profundas reflexiones espirituales y de amargas experiencias históricas, en las que la soberbia, los intereses y la mezquindad de las clases nobles, deseosas de mantener sus privilegios, vulneró duramente los derechos de los creyentes hugonotes. La reforma de la conciencia fue la razón profunda de esa decisión, que hoy nos sigue interpelando como muestra de obediencia a los proyectos renovadores de Dios.




[1] S. Pagán, op. cit., p. 186.
[2] Ídem.
[3] Ídem.
[4] É. Leonard, Historia general del protestantismo. I. Barcelona, Península, 1967.

Nehemías 11.15-36 / Hebreos 12.14-24

15-18 De los ayudantes de los sacerdotes se quedaron en la ciudad de Jerusalén doscientos ochenta y cuatro en total. Entre ellos estaba Semaías, cuyos antepasados fueron Hasub, Azricam, Hasabías y Binuy.
Abdá, cuyos antepasados fueron Samúa, Galal y Jedutún, también se quedó. Con él se quedaron Sabtai y Jozabad, dos de los jefes de los ayudantes de los sacerdotes. Ellos dirigían el trabajo de la parte exterior del templo. Otro ayudante que se quedó fue Matanías, que era el director del coro y cantaba alabanzas a Dios a la hora de la oración. Los antepasados de Matanías fueron Micaías, Zabdí y Asaf. También se quedó Bacbuquías, ayudante de Matanías.
19 De los vigilantes de las entradas se quedaron Acub y Talmón, junto con sus parientes. En total eran ciento setenta y dos vigilantes. 20 El resto de los israelitas y los demás sacerdotes y ayudantes se quedaron a vivir en sus propiedades, que estaban en otras poblaciones de Judá. 21 Pero los servidores del templo de Dios, cuyos jefes eran Sihá y Guispá, se quedaron en Ófel.
22 El jefe de los ayudantes de los sacerdotes que vivían en Jerusalén era Uzí, cuyos antepasados fueron Baní, Hasabías, Matanías, Micaías y Asaf. Este grupo estaba a cargo del canto en los cultos del templo. 23 El rey les había dado a los cantores instrucciones de cómo debían cumplir sus tareas diarias.
24 Petahías, descendiente de Mesezabel, Zérah y Judá, era el representante del pueblo delante del rey.

25 Algunos de la tribu de Judá se quedaron a vivir en los siguientes pueblos y aldeas de alrededor: Quiriat-arbá, Dibón, Jecabseel, 26 Josué, Moladá, Bet-pélet, 27 Hasar-sual, Beerseba, 28 Siclag, Meconá, 29 En-rimón, Sorá, Jarmut, 30 Zanóah, Adulam, Laquis, Azecá. Todos ellos se establecieron desde Beerseba, al sur, hasta el valle de Hinom, al norte. 31 Los de la tribu de Benjamín se quedaron a vivir en los siguientes pueblos: Gueba, Micmás, Aías, Betel y sus aldeas.

32 También se quedaron algunos en los siguientes pueblos: Anatot, Nob, Ananías, 33 Hasor, Ramá, Guitaim, 34 Hadid, Seboím, Nebalat, 35 LodOnó y el Valle de los Artesanos.
36 Algunos ayudantes de los sacerdotes, que vivían en Judá, se fueron a vivir en el territorio de la tribu de Benjamín.
*
14 Traten de vivir en paz con todos, y de obedecer a Dios; porque si no lo hacen, jamás lo verán cara a cara. 15 No dejen que nadie se aleje del amor de Dios. Tampoco permitan que nadie cause problemas en el grupo, porque eso les haría daño; ¡sería como una planta amarga, que los envenenaría! 16 Ninguno debe tener relaciones sexuales prohibidas ni despreciar a Dios. Eso fue lo que hizo Esaú, pues cambió sus derechos de hijo mayor[a] por un plato de comida, 17 y cuando quiso que su padre le reconociera esos derechos, él no se los reconoció. Esaú lloró mucho, pero ya no había nada que hacer.
18 Ustedes no se acercaron al monte Sinaí, el cual se podía ver y tocar, y en el que había fuego, oscuridad, tinieblas y tormenta. 19 Tampoco oyeron el sonido de una trompeta, ni la voz de Dios dándoles mandamientos. Los que oyeron esa voz en el monte Sinaí pedían que se callara, 20 pues no podían obedecer el mandamiento que les ordenaba: "Deberán matar a pedradas, o con una lanza, a cualquier persona o animal que ponga un pie en este monte". 21 Tan terrible fue lo que ellos vieron en ese monte, que Moisés mismo dijo: "Estoy temblando de miedo".
22 Ustedes, por el contrario, se han acercado al monte Sión y a la ciudad de Dios, quien vive para siempre. Ésa es la ciudad de Jerusalén, que está en el cielo. Allí hay miles de ángeles que alaban a Dios, 23 y allí están todos aquellos a quienes Dios trató como a hijos, y a quienes les dio el derecho de vivir en el cielo. Ustedes se han acercado a Dios, quien juzgará a todo el mundo. También se han acercado a los espíritus de las personas buenas que Dios hizo perfectas. 24 Se han acercado a Jesús, y recuerden que, por medio de él, Dios hizo un nuevo pacto con ustedes. Gracias a la sangre que Jesús derramó al morir, hemos sido perdonados de nuestros pecados. Por eso Jesús es mejor que Abel, pues la sangre de Abel no ofrece perdón, sino que pide venganza.

"Los días de nuestra edad...": en las manos del eterno Dios, L. Cervantes-O.


Culto de acción de gracias por el 80º aniversario del A.I. Lauro Benjamín Adame Brito
26 de octubre, 2019

Los días de nuestra edad son setenta años;
Y si en los más robustos son ochenta años,
Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo,
Porque pronto pasan, y volamos.
Salmo 90.10, TLA

Cuando a la grandeza y profundidad espirituales las acompaña la belleza en la expresión, estamos delante de un portento religioso, estético y afectivo. Es el caso del Salmo 90 que, en esta ocasión tan significativa viene hasta nosotros rodeado de un halo de gratitud y reconocimiento porque pocas veces en las Escrituras somos capaces de percibir cómo el golpe mortal de la inspiración sagrada coincide con el de la inspiración poética de grandes dimensiones. El recientemente fallecido crítico literario judío estadunidense Harold Bloom se encargó de subrayar durante toda su labor la enormidad de las intuiciones religiosas y humanas de la Biblia Hebrea. Para ello, interrogó hondamente las intenciones de los escritores y encontró que su efectividad literaria, aunada a la intensidad de su reflexión teológica, es la causa de la sobrevivencia de estos monumentos a la fe y a la poesía.

Este salmo indaga luminosamente en los abismos del tiempo guiado por el faro de la eternidad divina que, a duras penas, podemos concebir como una realidad medianamente comprensible. Desde sus primeras palabras somos llevados por el oleaje de la poesía sagrada que observa a Dios desde la transitoriedad y no puede más que quedar extasiada: 

Señor, tú nos has sido refugio 
De generación en generación. 
Antes que naciesen los montes 
Y formases la tierra y el mundo,
Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios (1-2).

Estamos, dice el poeta creyente, ante las puertas de la eternidad (ese misterio al que decía Borges, “no estaba acostumbrado”, porque los seres humanos no podemos acostumbrarnos tan fácilmente a ella…), ante la distancia inconmensurable y prácticamente insalvable de la eternidad divina. Nuestra proverbial finitud marca un sendero solamente superable gracias a la encarnación del Hijo de Dios en el mundo.

La labor redentora de Dios, como encuentro histórico con la humanidad, es incansable: “Vuelves al hombre hasta ser quebrantado, / Y dices: ‘Convertíos, hijos de los hombres’” (3). La desproporción entre nuestro lugar en el mundo y en la historia con ese Ser inabarcable es inmensa: “Porque mil años delante de tus ojos / Son como el día de ayer, que pasó, / Y como una de las vigilias de la noche” (4). Es el misterio del tiempo que tanto desveló a Borges (“El tiempo es la sustancia de que estoy hecho. El tiempo es un río que me arrebata, pero yo soy el río; es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre; es un fuego que me consume, pero yo soy el fuego.”). La ligereza con que los seres humanos pasamos por el mundo es como una serie de metáforas que el salmo desarrolla limpiamente y que muestran cómo Dios nos ve transcurrir desde su lenta e imperceptible eternidad:

Los arrebatas como con torrente de aguas; son como sueño,
Como la hierba que crece en la mañana.
En la mañana florece y crece;
A la tarde es cortada, y se seca” (6).

Si la ira de Dios no nos consume, agrega el salmista, sí nos entristece, nos atormenta, nos constriñe: “Porque con tu furor somos consumidos, / Y con tu ira somos turbados. / Pusiste nuestras maldades delante de ti, / Nuestros yerros a la luz de tu rostro” (8). Nuestras acciones ponen en riesgo siempre nuestra vida ante esa justicia inmarcesible. En aquellos tiempos, el enojo divino era causa de un ostentoso y santo terror: “Porque todos nuestros días declinan a causa de tu ira; / Acabamos nuestros años como un pensamiento” (9). La finitud se multiplicaba en la conciencia de los creyentes. Pero es allí asonde aparece, precisamente la paradoja de la duración, en una época en que se vivía tan poco: “Los días de nuestra edad son setenta años; / Y si en los más robustos son ochenta años, / Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, / Porque pronto pasan, y volamos” (10). Justo aquí, en el lugar bíblico que también conmovió a alguien como Carlos Monsiváis, podemos decir con él: "Se vuelven proteicos la furia y la desesperación, la esperanza y el júbilo comunitarios, el deseo y el placer de asir como se pueda las experiencias. Detente, oh momento, eres tan bello por tan imposible de evocar con justeza. ¿Y qué es lo determinante entonces? Aquello donde –por así decirlo– uno ya no distingue entre sentimientos y razonamientos” (La Jornada, 4 de mayo de 2008).

70 u 80 años, como ahora estamos celebrando aquí, son poco o son mucho, son los que Dios mismo quiere que sean: espacio de gracia, de amor derramado a manos llenas, de la experiencia decantada y asimilada progresivamente en el devenir que cada persona debe experimentar cotidianamente. Allí está Dios presente todo el tiempo, con su ¡No! contenido por la obra de Jesucristo, pero con el ¡Sí! Alentado siempre por la obra del Redentor de por medio.

“¿Quién conoce el poder de tu ira, / Y tu indignación según que debes ser temido?” (11): situados ante la omnipresencia del furor divino, esa ira que amenaza con disolvernos en la nada, brota del corazón humano, tan limitado y precario, la única posibilidad para situarnos ante esa eternidad incomprensible: tratar de aprender a valorar nuestros días en su justa medianía, sí, pero también en su eventual grandeza dirigida por nuestro Creador, Sustentador y Salvador: ““Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, / Que traigamos al corazón sabiduría” (12). Porque el único asidero para capear el temporal de la vida y sus vicisitudes es la sabiduría que viene del Eterno, del Absoluto, de Aquel que nos hace vivir siempre a su lado con la esperanza de que la vida es eso, no un valle de lágrimas para condolerse, sino un sendero de luz en el que más vale que cerremos los ojos y mantengamos la fe en las promesas para no perdernos.

Por todo ello, Walter Brueggemann, en su magistral acercamiento al poema, ha escrito:

Sugiero que el “corazón de sabiduría” en el verso 12 no es simplemente el de alguien que es realista acerca de la transitoriedad humana y de la culpa sino el de alguien que sabe que existe “sentimiento de hogar” en el gobierno de Dios. Ese es el carácter esencial y la señal definicional de la situación humana. Una tal lectura de la realidad va contra la evidencia, aun contra la evidencia ofrecida en el salmo mismo. Un "corazón de sabiduría" que no es capturado por la evidencia, que no se impresiona excesivamente por los datos al alcance sino aquel que presta atención a la persistente realidad del señorío de Yahvéh (El mensaje de los salmos. México, Universidad Iberoamericana, p. 169).

sábado, 19 de octubre de 2019

Letra 641, 20 de octubre de 2019


LA RECONSTRUCCIÓN INTEGRAL DEL PUEBLO DE DIOS
EL PROFETA ZACARÍAS (V)
Samuel Amsler
Los últimos profetas. Ageo, Zacarías, Malaquías y algunos otros.
Estella, Verbo Divino, 1996 (Cuadernos bíblicos, 90).

Quinta visión (5.1-4)

Resultado de imagen para zacarías profetaSe le aparece al profeta un rollo manuscrito de enormes dimensiones: veinte codos de largo y diez de ancho (diez metros por cinco). ¡Y este rollo vuela por los aires! Ya Ezequiel había tenido la visión de un rollo, símbolo de la palabra de Dios, y había tenido que alimentarse de él (Ez 2.9-3,3). El fenómeno es aquí más extraño todavía.
Para comprender algo de todo esto, el profeta necesita la explicación del ángel-intérprete: es una palabra que viene de Dios; sobrevuela todo el país para buscar en él a aquellos sobre los cuales va a arrojar la maldición: los ladrones y los perjuros (v. 3). Cuando los encuentre, los eliminará y entrará incluso en sus casas para consumirlas (v. 4).
¿Quiénes son los culpables a los que se refiere esta visión? Están en el país; por tanto, no se trata de unos enemigos extranjeros, sino de algunos miembros de la comunidad. La destrucción que caerá sobre sus casas permite pensar en un asunto de derechos de propiedad: son “ladrones”, porque se han apropiado de las casas de los desterrados; y son “perjuros” porque incluso ponen al cielo como testigo de sus derechos de propiedad. Después de cincuenta años de ausencia, no es extraño que a los repatriados del destierro les costase trabajo recuperar sus bienes familiares. Intervendrá el mismo Dios para desenmascarar a los acaparadores y para eliminarlos de la comunidad fiel.

Sexta visión (5.5-11)
Es el relato de visión con la forma más desarrollada de toda la serie: cada una de las dos escenas se presenta efectivamente como una visión completa, con su fórmula de introducción, su descripción y su explicación. Pero se trata de una misma y única visión. La primera escena comprende dos cuadros: el asombro de Zacarías es tal que es el ángel-intérprete el que tiene que decirle lo que ve: se trata de un efá, una cuba grande que sirve habitualmente para recoger el trigo, de unos 40 litros de capacidad.
La cuba que ve el profeta no contiene grano, sino “la maldad del país” (v. 6). Esta declaración interpretativa se produce en el relato antes de lo habitual. Sorprendió a los copistas que prefieren leer aquí, gracias a otra vocalización de la palabra hebrea y en analogía con 4,10b: “es su ojo en todo el país”. No está claro el sentido. Habrá que esperar a lo que sigue de la visión para intentar comprenderla...
En esa cuba está encerrada una mujer: el profeta la percibe rápidamente en el mismo momento en que se levanta la tapa redonda de plomo por unos instantes, para cerrarse enseguida (w. 7-8). ¡Una mujer bien encerrada!
Segunda escena: la cuba es llevada por los aires por dos mujeres aladas, cuyo vuelo se parece al de las cigüeñas, muy conocidas por sus emigraciones lejanas. Se llevan la cuba muy lejos, “al país de Senaar", es decir, a Babilonia (cf. Gn 10.10; 11.2; Dn 1.2). Recordemos que los utensilios litúrgicos del templo, llevados como botín a Babilonia, habían sido ya devueltos a Jerusalén. La mujer encerrada en la cuba sigue un camino inverso; le toca a ella ser deportada y hasta verse instalada en otro templo, levantada como una estatua sobre el pedestal.
¿Hace alusión esta visión al culto de una divinidad femenina, que se practicaría en Jerusalén y de la que se vería así libre la ciudad? Esta visión se relaciona con la del profeta Ezequiel, que denunciaba los cultos extranjeros practicados en secreto en el templo (Ez 8). La figura de una mujer podría simbolizar también el pecado en general; la visión anunciaría entonces la purificación definitiva de todo el país. A la luz de los ritos de perdón, en donde la culpabilidad del pueblo se transfiere a un pájaro que vuela (Lv 14.7) o a un macho cabrío que se echa al desierto (Lv 16.20ss), esta visión evoca más bien la desaparición de la reprobación que pesaba hasta entonces sobre el pueblo y la venida de un tiempo nuevo, inaugurado por el perdón de Dios.

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MIGUEL SERVET: LA SANGRE Y LA CENIZA
Dir. José María Forqué, Televisión Española, 1989
Adaptación del drama de Alfonso Sastre, siete episodios
www.rtve.es/alacarta/videos/miguel-servet-la-sangre-y-la-ceniza/

Resultado de imagen para servet sangre y ceniza tveESTA SERIE SE TRANSMITIÓ EN MÉXICO EN LA TELEVISIÓN pública (Canal 11) y ahora es posible apreciarla en el sitio de la TVE. Reconstruye la vida, el pensamiento, los conflictos y las persecuciones que enfrentó el personaje hasta su trágica muerte en Ginebra. Con todo y el predecible sesgo de simpatía hacia su persona, la serie retrata muy bien la evolución de las ideas heterodoxas de Servet, médico y teólogo que debió enfrentar el rechazo y la condenación de católicos y protestantes por igual. Su muerte se ha vuelto símbolo de la intolerancia y de la defensa de la libertad de conciencia, a pesar de que en su época estas realidades no eran completamente respetadas ni promovidas.

·      En 1511 nace Servet, posiblemente el 29 de septiembre, día de San Miguel, en Villanueva de Sijena. La localidad pertenece al Reino de Aragón, donde es monarca, hasta 1516, Fernando el Católico. Isabel la Católica, reina de Castilla, había muerto en 1504.
·      En 1525, Servet entra a trabajar como paje y secretario de Juan de Quintana, conocido erasmista. A su servicio aprende, entre otras muchas cosas, latín. […] Servet asiste, junto a Quintana, a la controversia en Granada sobre los moriscos (1526) y en Valladolid a la conferencia teológica organizada con el fin de discutir la ortodoxia de Erasmo (1527).
·      1528-1530: Viaja a Toulouse para estudiar derecho por empeño de su padre, aunque allí se dedica a aprender teología y a participar en vivas discusiones doctrinales que se celebraban en la ciudad. En 1530, va a Bolonia, donde asiste a  la coronación de Carlos V por el papa Clemente VII […]: el boato que contempla le influye en su opinión acerca de la iglesia terrenal para toda su vida. En 1531 visita Basilea, intenta contactar con Erasmo y se separa de Quintana. Además, se relaciona con el reformador Ecolampadio.
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·      En 1531, en Estrasburgo, tiene relación con anabautistas. Ese año, publica De Trinitatis erroribus en Haguenau y es condenado por los protestantes alemanes y suizos. La obra es criticada por Erasmo, Felipe Melanchton y Ecolampadio, y prohibida en Basilea y Estrasburgo. […] También lo persiguen la inquisición francesa y la española, que envía a su hermano Juan para atraerlo a España. En 1532, en Basilea, publica De Justitia Regni Christi et de charitate. Por esta obra huye de Alemania a Lyon.
·      1533-1535: Conoce a Calvino y también a Champier, quien le orienta hacia la medicina y a quien defiende en su obra In Leonardum Fuchsium Apología defenssio apologética pro Symphoriam Campeggio. En 1535, analiza, revisa y corrige la Geografía de Ptolomeo y sus comentarios lo convierten en padre de la etnografía y geografía comparada.
·      En 1536, Servet comienza sus estudios de medicina en París y publica Apologética disceptatio pro astrología. Discute violentamente con Juan Calvino sobre asuntos religiosos y predice el eclipse del 12 de febrero de 1538. En Montpellier, Servet se titula en medicina y de 1538 a 1540 trabaja en Charlieu, cerca de Lyon, como médico. En 1541, Calvino alcanza el poder en Ginebra. Mientras, Servet reside en Viena, en el Delfinado, y corrige las pruebas de una Biblia en latín traducida directamente del griego por Santos Pagan —Biblia Sacra cum Glossis—.
·      1546-1547: Manda a Calvino su obra Christianismi Restitutio, utilizada por éste para delatarlo. Empieza a celebrarse el Concilio de Trento.
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·      1552-1553: Comienza a imprimirse Christianismi Restitutio. Servet es prior de la Cofradía de San Lucas y ejerce con éxito la medicina. Es apoyado por el obispo Palmier y reedita la Geografía, la Biblia y el Tratado de los Jarabes. […] El 6 de abril de 1553, es encarcelado en la cárcel de Viena del Delfinado (Francia), de la que se escapa. En agosto es reconocido y arrestado en Ginebra, donde Calvino ejerce como líder religioso. El 27 de octubre, es quemado vivo con ejemplares de su obra en Champel, cerca de la ciudad de Ginebra.

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Miguel Servet: los valores de un hereje. El Heraldo de Aragón, 2013.

Apocalipsis 1.9, L. Cervantes-O.

29 de agosto, 2021   Yo, Juan, soy su hermano en Cristo, pues ustedes y yo confiamos en él. Y por confiar en él, pertenezco al reino de Di...