lunes, 7 de octubre de 2019

Letra 639, 6 de octubre de 2019


LA RECONSTRUCCIÓN INTEGRAL DEL PUEBLO DE DIOS
EL PROFETA ZACARÍAS (III)
Samuel Amsler
Los últimos profetas. Ageo, Zacarías, Malaquías y algunos otros
Estella, Verbo Divino, 1996 (Cuadernos bíblicos, 90)

Segunda visión (2.1-4)
Resultado de imagen para zacarías profeta paintingSe le aparecen cuatro cuernos al profeta. La imagen del cuerno es corriente para evocar el poder, como el cuerno del carnero. En cuanto al número cuatro, caracteriza al universo con sus cuatro puntos cardinales. Así pues, estos cuatro cuernos representan el poder de los que vencieron y dispersaron a Judá y a Jerusalén (v. 2). de expresión que desborda por completo la experiencia vivida.
Después de la escena estática, la escena móvil: el profeta asiste a la llegada de cuatro herreros. Vienen a romper los cuatro cuernos. Se trata de la buena nueva de la próxima inversión de la situación actual del mundo. El profeta-vidente recibe su revelación: ¡a pesar de las apariencias, la salvación ya está en marcha!

Tercera visión (2.5-9)
Aparecen sucesivamente tres personajes, cuya función no es fácil de averiguar. Primero aparece un agrimensor, provisto de un cordel para medir el terreno. Esta vez es el profeta el que le hace directamente la pregunta habitual, averiguando de este modo cuál es el proyecto de ese hombre: acaba de recorrer Jerusalén tomando medidas a lo largo y a lo ancho. No se indica la finalidad de este estudio catastral, pero el proyecto alude a una realidad del momento: desde la catástrofe del 587, la ciudad carece de murallas que la protejan. La venida de este agrimensor responde a la sorda inquietud de los habitantes de la ciudad, que ha quedado desamparada; alguien está preparando ya los trabajos de construcción de las murallas de la ciudad, como lo hará algún día Nehemías (Neh 2.12ss).
Viene luego un segundo personaje. El relato lo llama “ángel” (literalmente, «enviado»), para dar a entender que viene de parte del Señor. Pero inmediatamente antes de este ángel, el relato menciona curiosamente la aparición del “ángel-intérprete”, un ángel que en las otras visiones no es costumbre que aparezca en el campo de la visión. ¿Se trata de una confusión debida a un copista distraído? Es lo que supone el traductor griego de los Setenta, que deja fuera de la visión al ángel-intérprete, como un espectador al lado del profeta. Pero este rasgo poco habitual podría ser también una manera de variar el relato, para evitar la monotonía.
El ángel-intérprete habla directamente al enviado de Dios para ordenarle que se una al agrimensor y lo detenga en su tarea. Porque ésta es a la vez insensata e inútil: insensata, porque la ciudad necesitará mucho más espacio que antes para acoger a todos los que vengan a instalarse en ella, con todos sus ganados.
Pero sobre todo será una empresa inútil, ya que el mismo Señor asegurará la protección de la ciudad. Las palabras escogidas para decirlo están sacadas del libro del Éxodo: “Yo estaré allí”; hacen eco por consiguiente a la revelación del nombre divino a Moisés en Ex 3,14; y la “muralla de fuego” recuerda la columna de fuego que acompañaba al pueblo en su marcha por el desierto (Ex 13.21s). De este modo, el veto a la iniciativa del agrimensor enseña a la comunidad de los creyentes que, mientras esperan la salvación, no tienen que andar buscando su seguridad en unos muros protectores. Jerusalén puede vivir abierta a los demás confiando en su Señor, que es su “gloria”, es decir, su único poder en el mundo.
A esta visión se une una vibrante llamada a los desterrados de Babilonia, para que vuelvan a Jerusalén, en donde el mismo Señor viene a residir (2.10-17).
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MIGUEL LEÓN PORTILLA: EL PASADO Y EL PRESENTE INDÍGENA DE MÉXICO

No acabarán mis flores,
no cesarán mis cantos.
Yo cantor los elevo,
se reparten, se esparcen.
Aun cuando las flores
se marchitan y amarillecen,
serán llevadas allá,
al interior de la casa
del ave de plumas de oro.
Nezahualcóyotl (1402-1472), rey de Texcoco, versión de Miguel León-Portilla

Resultado de imagen para leon portillaA los 93 años, en la Ciudad de México, lugar donde nació el 22 de febrero de 1926, falleció el 1 de octubre pasado el Dr. Miguel León-Portilla, insigne estudioso y promotor del pasado indígena mexicano, especialmente del área náhuatl, que conocía como pocos. Auténtico sabio, tlamatini, como se calificaba en ese idioma a los pensadores o “filósofos” (aunque este término es occidental), ha dejado un enorme vacío en la cultura de su país, pero, al mismo tiempo, un inmenso legado, el cual es enormemente apreciado. […] Discípulo directo del P. Ángel María Garibay K. (1892-1967), el mentor que lo introdujo al mundo prehispánico y cuya línea de estudio e investigación desarrolló fiel y brillantemente, alcanzó el doctorado en Filosofía, en la UNAM (la institución que lo acogió durante toda su vida académica), con La filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes (1956), un estudio que se convirtió en referencia obligada (dentro y fuera de México) para la comprensión del pensamiento náhuatl (traducido al ruso, inglés, alemán, francés y checo).
Con ese trabajo dio inicio una de las trayectorias más dilatadas en la intelectualidad mexicana que continuó, de manera ininterrumpida con otras obras igualmente valiosas: Siete ensayos sobre cultura náhuatl (1957); Visión de los vencidos. Relaciones indígenas de la Conquista (1959); Los antiguos mexicanos a través de sus crónicas y cantares (1961); El reverso de la conquista (1974); México-Tenochtitlan, su espacio y tiempos sagrados (1979); Toltecáyotl: aspectos de la cultura náhuatl (1980); Literaturas de Mesoamérica (1984); Quince poetas del mundo náhuatl (1993, una obra en creciente expansión); Literaturas indígenas de México (1992); Arte de la lengua mexicana, de fray Andrés de Olmos (edición facsimilar, con su esposa, Ascensión Hernández, 1993, España); La flecha en el blanco. Francisco Tenamaztle y Bartolomé de las Casas en lucha por los derechos de los indígenas, 1541-1556 (1995); El destino de la palabra. De la oralidad y los glifos mesoamericanos a la escritura alfabética (1996); Humanistas de Mesoamérica (1997); Tonantzin Guadalupe. Pensamiento náhuatl y mensaje cristiano en el “Nican mopohua” (2000); Códices: los antiguos libros del Nuevo Mundo (2003); La huida de Quetzalcóatl (2004); Poesía náhuatl: la de ellos y la mía (2006); Baja California: historia breve (con David Piñera R., 2010); Literaturas de Anáhuac y del Incario (2015); El México antiguo en la historia universal (2015, volumen que quien esto escribe y su hijo tuvieron la dicha de revisar), entre muchos más.
La UNAM y El Colegio Nacional han publicado 13 tomos de sus Obras. Además, obtuvo innumerables premios, entre los que destacan el Menéndez Pelayo, de la Universidad de Santander (2001) y la Medalla Nezahualcóyotl de la Secretaría de Educación Pública de México, en septiembre de este año. Hace pocos meses, dio a conocer Erótica náhuatl, un volumen que obtuvo el premio Antonio García Cubas al arte editorial. […]
Asimismo, se anuncia para las próximas semanas la aparición de los siguientes: La historia y los historiadores del México antiguo, La música en la literatura náhuatl y Teatro náhuatl. Prehispánico, colonial y moderno.
En el sitio oficial del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, se lee:

Miguel León-Portilla fue un investigador de amplio espectro; prueba de ello son las diversas áreas del conocimiento que cultivó, así como los numerosos asuntos que fueron objeto de su mirada inquisitiva. Trabajó temas de historiografía, traducción, paleografía, codicología, historia de la educación, concepto del arte, biografías, historia de Baja California, algunas rebeliones indígenas coloniales, las autonomías indígenas contemporáneas, la edición crítica de textos o el estudio del pensamiento maya sobre el tiempo, sólo por mencionar algunos de los campos en los cuales su aportación es notable.

León-Portilla forma parte de una pléyade de investigadores que han profundizado y divulgado ampliamente el pasado prehis-pánico mesoamericano: Manuel Gamio (1883-1960), Eulalia Guzmán (1890-1985), Alfonso Caso (1896-1970), Alberto Ruz Lhuillier (1906-1979), Laurette Séjourné (1911-2003), Román Piña Chan (1920-2001), Xólotl González Torres (1932), Alfredo López Austin (1936), Mercedes de la Garza (1939), Eduardo Matos Moctezuma (1940) y Leonardo López Luján (1964), entre otros. (LC-O)

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