Culto de Navidad, 24 de diciembre, 19 hrs.

Introito                                    Isaías 9.2

El pueblo que andaba en la oscuridad
ha visto una gran luz;
sobre los que vivían en densas tinieblas
la luz ha resplandecido.

Preludio al piano           Jacobo Núñez C.

Adoramos al Señor

Ministro: El fiel servidor dijo:

Dios me enseñó a consolar
a los que están afligidos y cansados.
Me despierta todas las mañanas,
para que reciba sus enseñanzas
como todo buen discípulo.

Comunidad: Dios me enseñó a obedecer,
y no he sido rebelde ni desobediente.

No quité mi espalda
a los que me golpeaban,
ni escondí mis mejillas
de los que me arrancaban la barba.

Todos/as: Por eso, no seré humillado,

pues es Dios quien me ayuda.
Por eso me mantengo firme
como si fuera una roca,
y sé que no seré avergonzado. Amén.

* Oración de ofrecimiento

* Himno: “Redentor de gentes, ven” (109)

Proclamamos su venida

* Lectura del Antiguo Testamento: Isaías 51.1-11 (En pantalla)

* Lectura del Nuevo Testamento: Juan 1.1-15 (Impresa)

Vela de Navidad

Esta vela representa la acción permanente de Dios a favor de la humanidad encarnada en la figura de un niño que nació para mostrar cómo el amor divino es capaz de restablecer la esperanza. Además, la luz que brota del pesebre de Belén seguirá iluminando las vidas y a fe del pueblo que espera con fe la salvación del Señor. Amén.

*Himno “Ven, Jesús muy esperado” (111)

Reflexión

LA ENCARNACIÓN DIVINA: CRISIS, ABAJAMIENTO Y ESPERANZA

El Señor habita con su pueblo

* Himno: “Al Cristo que ya nació en Belén” (115)

Una respuesta de amor

D: Todos los bienes materiales son parte de la bendición divina. Por ello, con gratitud, venimos a ofrendar.

C: Si el Señor Dios es dueño de todo, lo más importante que podemos ofrendar es nuestra vida. Recíbela, oh Dios, porque tú la has redimido a través de tu Hijo.

Presentación de ofrendas

Su luz ilumina al mundo

* Bendición comunitaria, unidos/as

D: Cristo es la luz verdadera, que brilla cada vez más fuerte, y que hace que la oscuridad vaya disminuyendo.

C: Allí [en el reino de Dios] nunca será de noche, y nunca nadie necesitará la luz de una lámpara ni la luz del sol, porque Dios el Señor será su luz, y ellos reinarán para siempre. Amén.

* Bendición congregacional

   Himno “Noche de paz” (133)

Postludio