8 de diciembre de 2019
El apóstol Pedro nos enseña que para
una correcta interpretación de cualquier texto bíblico siempre se debe tener en
cuenta el contexto, pero también necesitamos observar otras escrituras
proféticas dijo: "Ninguna
profecía de la Escritura es de interpretación privada". (2 Pedro 1:20). Es decir,
que un mensaje profético, como este conjunto de visiones de Zacarías, no se
pueden interpretar por sí solas, o independiente de las demás. Es indispensable
observar todo el conjunto de profecías dadas por Dios para poder tener un punto
de vista completo que se extiende de la eternidad, en el pasado, hasta la
eternidad, en el futuro.
Una de las profecías mesiánicas más relevantes
de Zacarías se encuentra en los versículos 6 al 9, la profecía sobre un siervo
llamado el Retoño, nombre singular en Zacarías. Históricamente se refiere a
Zorobabel (aunque el texto no lo menciona por nombre), es descendiente de David
y heredero del trono real. Juntamente
con Josué, sumo sacerdote, le es encomendada la tarea de dirigir la
reconstrucción del templo. Pero el pasaje tiene un mensaje escatológico: el
Mesías que vendrá, el Retoño combinará la función sacerdotal con
la función real.
El Mesías es nombrado de diferentes maneras por
casi todos los profetas. Zacarías lo llama Retoño, haciendo
memoria del rey David y de la promesa que Dios le hizo sobre su reinado que
prevalecerá para siempre. El
retoño nos hace recordar al profeta Isaías, cuando habla del retoño
que brotará del tronco de Isaí. Esta profecía sobre el Retoño
nos revela que el Mesías sería de la tribu de Judá, descendiente de David, y su
ministerio sería de justicia y de derecho.
El mensaje sobre el Retoño es
introducido con una advertencia a Josué y al grupo de líderes que estaban con
él para gobernar la nación; es amonestado a andar conforme a las ordenanzas de
Dios. Tanto él como sus amigos son solo figura del que ha de venir, pero, para
representarlo, deben vivir un estilo de vida acorde al personaje que
representan.
El ministerio de Zacarias comenzó en el año 520
a. de C. y su nombre significa “El Señor recuerda” y que es también el
tema del libro en los mensajes que Dios le dio. Zacarias fue contemporáneo de Hageo, pero
continuo mucho después de que Hageo termino de profetizar. Se considera que su ministerio fue de
aliento y exhortación al pueblo para la reedificación del templo, sin embargo,
existe una diferencia fundamental entre ellos. Hageo se enfoca primordialmente en la
presencia y las bendiciones inmediatas de Dios, mientras que Zacarias se centra
en la gloria postrera de Israel mediante la venida del Mesías. Trata tanto la primera como la segunda venida
de Jesús, demostrando que la primera es una preparación necesaria para la
segunda.
Algunos ejemplos de esto son:
El empleo del término “renuevo” en el versículo 8. En el versículo 6 enfatiza la humanidad y
el servicio de Jesús y a la vez les une indiscutiblemente a los usos previos que
hacen Isaías y Jeremías donde se remarca su deidad y la realeza
(Is 4:2 y Jer 23: 5-8).
Los capítulos del 1 al 8 están repletos
de imágenes apocalípticas. Hoy el Señor
nos habla sobre el capítulo 3 la cuarta visión de Zacarias que trata sobre el
sumo sacerdote Josué al cual Dios utiliza como símbolo para mostrar lo que iría
a realizar en su Siervo, “el retoño.
Y concluiremos con el portentoso milagro de la Encarnación.
Versículo:1 “Me mostró al sumo
sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel de Jehová, y Satanás estaba a
su mano derecha para acusarle”
En este pasaje se hace referencia a satanás,
al ángel caído, al enemigo de Dios y de toda la humanidad. Recordemos que Josué fue el sumo sacerdote
cuando el remanente del pueblo judío volvió a Jerusalén y comenzó a reconstruir
el muro, La frase “estaba
delante del ángel de Jehová” nos da la idea de un servicio
sacerdotal, no está en la presencia de Dios solamente como un espectador, sino
como un sacerdote que ministra. Él mismo Jehová, le muestra a Zacarías esta
visión. Ello hace de la cuarta visión algo único. La esencia de su mensaje apunta
hacia la limpieza y el decoro con que debe ejercerse el sacerdocio. Había
impureza religiosa y moral entre los exiliados que recientemente habían
regresado.
Hay un aspecto muy importante que mencionar, esta es una visión que va
más allá; tiene un significado mucho más profundo que el haber visto al Sumo
Sacerdote, y a Satanás. En realidad, en esta visión de Zacarías tenemos la
respuesta a un grave problema. A causa
de su rebeldía, por alejarse de Dios y de sus mandamientos, por tolerar,
aceptar y hacer concesiones a las religiones de otros pueblos, y por su olvido
de aquel que les había dado muchas pruebas de su amor, Dios se había alejado de
su pueblo. Pero lo sigue amando y perdonará toda transgresión e infidelidad por
el sacrificio y el amor a su renuevo.
Versículo:2 “Y dijo Jehová a Satanás: Jehová te reprenda, oh,
Satanás; Jehová que ha escogido a Jerusalén te reprenda. ¿No es éste un tizón
arrebatado del incendio?”
Ante esta
situación, fue el propio Juez, es decir, Jehová, el mismo Dios, quien le
reprendió y quien le mandó callar. Zacarías
nos narra lo que vio con sus propios ojos:
vio a Satanás como una persona, real, formando parte del tribunal celestial,
hablando directamente a Dios como si fuera un fiscal; acusando y vituperando al
sacerdote escogido para guiar al remanente de su pueblo refiriéndose a Jerusalén
un tizón arrebatado del incendio. Josué
que significa "Jehová, el Señor salva". En el Nuevo Testamento
encontramos que se usa la misma palabra griega para el nombre
"Jesús". Y llamarás su nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de
sus pecados. " Así es que, este nombre, Josué, tenía un gran significado.
Es importante mencionar que el nombre de satanás
casi ha desaparecido del vocabulario de la mayoría de la gente, desde la última
mitad del siglo pasado. Es como si hubiese un olvido colectivo, porque quizá la
gente cree que así puede haberse librado de él; o se piensa que sin mencionarlo
no hace acto de presencia. Pero, el maligno, no se ha ido ni se ira, hasta que
Dios lo juzgue y condene, como lo ha prometido hacer.
Su obra es muy activa y destructora, sobre todo
en medio de nuestra sociedad y dentro de nuestra comunidad cristiana, no es la
excepción. Nos puede llenar de soberbia, de odio, rencor, de envidia, de celos,
de avaricia, de deseos perversos que, si no estamos en firme comunión con Dios,
hace que nos rebelemos a Él arrastrándonos en la inmundicia de nuestros pecados
y avergonzándonos delante del Señor para tener que pedirle perdón o incluso
incitarnos a alejarnos de Él. En la actualidad hay una tendencia de volverse
hacia lo sobrenatural, y desafortunadamente, la gente busca emociones
distintas, cada vez más exóticas y hasta peligrosas. Se sabe que existen
sociedades secretas que incluyen en sus ritos la adoración a Satanás y a los
demonios. ¡Qué tristeza para Aquél que dio su vida para que nosotros pudiéramos
disfrutar la vida eterna!
Versículo :3 Y Josué estaba vestido de vestiduras viles, y estaba
delante del ángel.
Las
acusaciones de satanás fueron precisas: acusa a la nación de Israel mediante su
representante sacerdotal de llevar vestiduras viles, llenas de pecado por su
desobediencia. Y satanás
en su engaño está a su mano derecha simulando ser de apoyo o de ayuda, pero conociendo
como opera el maligno, por supuesto sabemos que está allí para acusarle. Al
igual que está allí para acusar a los pueblos de sus pecados con los que simula
primero en apariencia ser de ayuda o consuelo y después de que reaccionamos
darnos cuenta de que fuimos seducidos por la tentación y el daño y la ofensa a
Dios esta hecho.
El
tentador está allí también y él será quien acuse a la nación de Israel. Eso lo revela
el libro de Apocalipsis. él es en realidad antisemita. Y si queremos saber en
realidad quien es el líder del antisemitismo, pues es satanás mismo. Y ese es
el cuadro que se nos presenta en este versículo.
Versículos: 4-5 “Y habló el ángel, y mandó a los que estaban
delante de él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él le dijo: Mira
que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala”
“Después dijo: Pongan mitra limpia sobre su cabeza. Y pusieron una
mitra limpia sobre su cabeza, y le vistieron las ropas. Y el ángel de Jehová
estaba en pie”
La
visión de Zacarías ilustra la forma en que obtenemos la misericordia de Dios.
No tenemos que hacer nada. Dios toma la iniciativa para quitarnos las
vestiduras inmundas y viles, para vestirnos de gala con las vestiduras
del sumo sacerdote que incluían una mitra o turbante que, en la parte frontal, tenía una placa de
oro que tenía grabada en hebreo las palabras: "Santo para el Señor"
(Éxodo 28:36-38) hoy el Señor nos declara sacerdotes a todos
aquellos que confiesan que su renuevo ha venido en carne y nos ofrece ropas nuevas y limpias llenas de
justicia y santidad delante de Dios por el sacrificio del retoño.
Debemos arrepentirnos y pedir perdón a
Dios y cuando Satanás trate de que nos ensuciemos en la vileza del pecado, recordemos
que las ropas limpias de la justicia de Cristo nos hacen dignos de acercarnos a
Dios.
Pero la
promesa como significado último y sentido primordial de toda existencia,
misterio insondable donde se esconde el ser y la razón de que persista la vida,
el renuevo aparece completo en sí mismo, independiente, soberano,
autónomo y trascendente para prestar socorro, para mostrar su piedad y amor a
su creación. Por eso la Escritura nos
enseña a los que creemos en Él, que abogado tenemos que intercede por nosotros
para limpiarnos de esas vestiduras inmundas y viles de nuestros pecados y nos viste con
vestiduras blancas del bien, para estar en paz con Dios y con toda la gente que
nos rodea, en el lugar donde sea que nos encontremos, ahí está el Señor.
Versículos: 6-8 “Y el ángel
de Jehová amonestó a Josué, diciendo” “Así dice Jehová de los ejércitos: Si
anduvieres por mis caminos, y si guardares mi ordenanza, también tú gobernarás
mi casa, también guardarás mis atrios, y entre éstos que aquí están te daré
lugar”
“Escucha pues, ahora, Josué sumo
sacerdote, tú y tus amigos que se sientan delante de ti, porque son varones
simbólicos. He aquí, yo traigo a mi siervo el Renuevo.
Recordemos que durante el cautiverio no hubo
sacerdocio y, por lo tanto, tuvo que restaurarse cuando regresaron a la tierra
natal. En esta visión, Josué es ordenado
como sumo sacerdote. Uno de los deberes
de un sumo sacerdote era el de ofrecer sacrificio en el Día de Expiación para
limpiar todos los pecados del pueblo. El sacerdote era el mediador entre Dios y
la nación. Por lo tanto, representaba al Mesías que habría de venir, quien
cambiaría por completo el orden del trato de Dios con el pecado de su pueblo.
Jesús, el Mesías, era el Sumo Sacerdote que ofreció, de una vez y por todas, su
vida como sacrificio para borrar los pecados.
En este nuevo orden, cada cristiano es un
sacerdote que ofrece una vida limpia y pura a Dios. Hoy
hermanos el Espíritu nos llama a fortalecer nuestra fe y a restaurar
primeramente nuestra relación con Dios, un fuerte viento sopla sobre nuestra
Iglesia provocando un avivamiento renovador en una era de disolución y caos
universal con la finalidad de restaurar la espiritualidad evangélica para
ponerla al servicio de la transformación de la iglesia y de aquellas vidas que
han de injertarse al cuerpo de Jesucristo para la honra y gloria de su nombre.
Por eso, el apóstol Juan aconsejó, en una de
sus cartas, a sus amigos y hermanos: "Hijitos míos, estas cosas os escribo
para que no pequéis". Y aunque la palabra "pecado" puede
sonarnos extraña y ajena a este siglo XXI, para nosotros, los cristianos, sólo significa
una cosa: "El pecado es fallar y no
dar en el blanco". Fallar en tus compromisos, en tu vida, en tu familia,
fallar como amigo de tus amigos, fallar como padre, o como esposa. Fallar en tu
matrimonio. Pero, sobre todo, fallarle
a Dios. Darle la espalda, para vivir una vida totalmente independiente de Él.
Y como resultado, así le va al mundo, ¿no lo
creen? Fue el escritor, actor y comediante
estadounidense Groucho Marx quien dijo: "Por favor, que paren el mundo,
que yo me bajo". ¿Quién de nosotros no ha deseado, alguna vez, apearse de
este mundo? Guerras, crisis económicas, narcotráfico, hambre, corrupción e
ineficiencia política y millones de hogares destrozados por la pobreza,
matrimonios rotos, el maltrato, el abuso infantil, el alcohol y otras drogas,
los genocidios, lo desastres naturales y un largo etcétera. Y aun así, el hombre y la mujer del siglo XXI
siguen viviendo una vida ajena a Dios y, por ende, culpabilizándole de todos
los males habidos y por haber.
Versículo: 9 “Porque he aquí
aquella piedra que puse delante de Josué; sobre esta única piedra hay siete
ojos; he aquí yo grabaré su escultura, dice Jehová de los ejércitos, y quitaré
el pecado de la tierra en un día”
La piedra puesta delante de Josué, como única
piedra, es símbolo del Mesías divino. Los siete ojos es una manera de indicar
que la visión de Dios es completa los ojos representaban el conocimiento, porque aprendemos más
a través de nuestros ojos que de alguna otra manera. Los siete ojos hablan
de la perfección y plenitud del conocimiento y sabiduría del Mesías. Los siete ojos
orientan a la providencia de Dios y su perfecta visión. Solo alguien que tenga
siete ojos podrá actuar con justicia y según el derecho, porque verá de
cualquier ángulo.; necesariamente el Retoño será divino para tener este
atributo de omnisciencia. ¿Cuál será el grabado? ¿No serán las siguientes
palabras?: “quitaré la iniquidad de la tierra en un día” que es una metáfora para indicar que nos limpiara y perdonara. ¿Y no aconteció esto
cuando Jesucristo expiró en la cruz?”.
La venida del Retoño divino
marcará un cambio en el curso de la historia. Jehová de los Ejércitos anuncia
un día en que erradicará la iniquidad de una vez por todas. Por supuesto, esto
es una profecía escatológica que tendrá su cumplimiento en la segunda venida de
Cristo sobre esta tierra.
A medida que las promesas hechas a David y al pueblo judío
pasan a hacerse realidad las promesas del Mesías hoy nos llenan de fortaleza y
esperanza. Y esperamos pacientemente, aunque sintamos que el mundo está a punto
de estallar, porque sea cual sea nuestra aflicción ahí está el Señor
acompañándonos y cualquiera que sea el servicio que realizamos en el mundo o
dentro de la comunidad de la Iglesia toda nuestra dependencia debe descansar en
Cristo, el Renuevo de justicia. Porque es servidor de Dios, obediente a su
voluntad, dedicado a su honor y gloria y nosotros como súbditos de Él seguir su
ejemplo.
A su retorno Cristo aparecerá para ser visto por todos,
como el sumo sacerdote delante del Señor, pero cuando solo aparezcan escritos los
nombres de todos sus elegidos y gravados los de Israel en las piedras preciosas
de su coraza. Habrá angustia y gran llanto en aquellos que no lo reconocieron.
Por Él el pecado será quitado, tanto la culpa y el
dominio de esta; lo hizo en un día, ese día en el que sufrió y murió. ¿Qué debe
atemorizarnos si el pecado ya fue quitado? Entonces nada puede hacernos daño, si
nos sentamos a la sombra de Cristo con alegría, y estamos protegidos por Él
mismo, entonces la gracia del evangelio viene con poder impulsándonos hacia
adelante para atraer a otros a la presencia misma de su Salvador.
Versículo: 10 "En
aquel día, dice el Señor de los ejércitos, cada uno de vosotros convidará a su
compañero, debajo de su vid y debajo de su higuera."
Dios promete que cada persona tendrá su propio
lugar seguro durante el reinado de Cristo. Este es un símbolo de paz y
prosperidad ilustra el tipo de vida que vivirán los redimidos en aquel día. Ese
día será un día de paz, de reposo y de tranquilidad. La figura que menciona
Zacarías aquí, sentarse debajo de su vid y debajo de su higuera, es la figura
típica de los tiempos de paz, desconocidos para esta generación que había
vivido en cautiverio y que ahora regresa temerosa a su tierra luego de haber
pasado 70 años fuera de ella. Sin muros, sin templo, pero con la promesa de la
presencia de Jehová que restaurará a su pueblo y el culto, restituyendo al sumo
sacerdote. La restauración completa se vislumbra con la
venida del Retoño trayendo paz completa, que será precedida por
el perdón de los pecados; y es que no hay paz si no hay perdón de pecados. Mediante esta promesa aparecen representadas
las bendiciones mesiánicas de paz, seguridad y gozo, tal y como ya sucedió en
tiempos de Salomón.
En el cristianismo, la palabra
"encarnación" se utiliza para expresar la idea de que Jesucristo ha
venido a la tierra en forma humana. Esta palabra es un término en latín que
significa literalmente "el acto de ser encarnado." Se utilizó este
término en latín en Juan 1: 14 que habla de que Jesús “se hizo carne y habitó
entre nosotros.” Teológicamente, la humanidad de Jesús es un aspecto importante
de su vida terrenal. Jesús es divino (Juan1:1; Colosenses 1:16), pero
también asumió un cuerpo humano naciendo de una mujer para identificarse con
la humanidad.
No se puede entender humanamente el
significado de la encarnación sin considerar lo que describe Juan 1:1 “En
el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”
nos habla de la preexistencia del verbo, el cual no era carne y existía
ocupando un sitio con la deidad del Padre y el Espíritu Santo desde antes de la
creación ya existía el verbo demostrándonos la deidad de Cristo. Nos dice que tenía existencia personal
consciente distinta del Padre y del Espíritu Santo, pero que era en sustancia y
esencia Dios; que poseía divinidad esencial y propia.
Por lo tanto, el nacimiento
no es sino un incidente propio de todo lo relacionado
con la encarnación. Que es un hecho sublime, portentoso de Dios
en el que está claro un encuentro entre lo divino y lo humano tiene el carácter
de una revelación que muestra el cumplimiento de una promesa y, por tanto, de
un acontecimiento extraordinario que evade todo conocimiento, manipulación y
control humano; por el hecho singular en el que lo eterno irrumpe en el tiempo,
lo infinito en lo limitado; la gracia pura desciende del cielo e invade a la
humanidad para limpiarla de toda su inmundicia y precariedad, así mismo
comprende el advenimiento de la segunda Persona de la Divinidad para
entrar en la familia humana, con el propósito de una eterna participación con
ella.
Este advenimiento es una de
las siete empresas más grandes en la historia del universo: la creación de los
ángeles; la creación de las cosas materiales, incluyendo la vida
sobre la tierra; la encarnación; la muerte del Encarnado; la resurrección
del Encarnado; su retorno en gloria; y la creación de los nuevos cielos y de la
nueva tierra. La enormidad del significado de la encarnación no pudiera
comprenderla ningún entendimiento humano. Esa
comprensión le corresponde al cielo, aunque el propósito
redentor de la gracia provee cierta luz con respecto a ella.
De otro modo sería inexplicable.
Jesús estaba predestinado para
el plan divino de salvación, se hizo humano para morir en nuestro lugar como
sacrificio. (hebreos 9: 22) Además, con el fin de resucitar,
primero tenía que morir físicamente, y para ello requirió tomar un cuerpo
físico. La encarnación es valiosa para nosotros de muchas maneras. En ella
descubrimos a un Dios que nos ama tanto que vino a la tierra y tomó forma
humana para nuestro beneficio, en última instancia, a renunciar a su vida para
pagar por nuestros pecados y ofrecernos la vida eterna con Él al
considerar la encarnación deben de admitirse dos
verdades importantes: 1) Cristo
fue al mismo tiempo, y en un sentido absoluto, verdadero Dios y verdadero
hombre; y; 2) al
hacerse Él carne, aunque dejó a un lado su Gloria, en ningún sentido dejó a un
lado su deidad.
En
su encarnación Él retuvo cada atributo esencial de su deidad. Su total deidad y
completa humanidad son esenciales para su obra en la cruz. Si Él no hubiera
sido hombre, no podría haber muerto; si Él no hubiera sido Dios, su muerte no
hubiera tenido tan infinito valor.
Amados
hermanos el Señor nos ha llamado a ser sacerdotes, al igual que Josué y nos ha
limpiado de nuestras ropas inmundas y viles vistiéndonos con ropa de gala por
el sacrificio de la promesa inmerecida de su renuevo para que seamos
dignos representantes de Él ante el mundo y debemos sentirnos privilegiados de
ser sus elegidos para servirle en su Reino y formar parte de ese linaje escogido,
relación que continuara por y hasta la eternidad.
Pero
mientras estemos en el mundo la responsabilidad más grande que tenemos para con
Él como sacerdotes es mantener activamente la renovación y el avivamiento de su
obra en la Iglesia en que le servimos, lo cual nunca ha sido ni será obra del
ingenio o la acción humana: estrategias de mercadotecnia aplicadas a la
religión, ni por la personalidad dinámica de un líder religioso, no existe
ningún truco mágico, ni programa religioso o retiro espiritual o sermón conmovedor,
ni ningún atajo fácil que pueda por si solo producir el avivamiento verdadero,
porque este privilegio pertenece exclusivamente a la acción soberana del
Espíritu de Dios Creador y Recreador de la vida, que obra donde, cuando y como
Él quiere. Si entendemos esto y lo creemos dejémonos llevar por Él a donde
quiera guiarnos.
BIBLIOGRAFIA:
BIBLIA DE ESTUDIO
“PALABRA CLAVE” Versión 1960 Reina Valera 2017 Editorial Patmos
COMPENDIO MANUAL DE LA
BIBLIA HENRY H. HALLEY Editorial Moody.
ESTUDIO BIBLICO ZACARIAS
3 Escuela Bíblica siguiendo al maestro
ESTUDIO BIBLICO SOBRE LA
ENCARNACION “EL PUNTO CRISTIANO.ORG.ESTUDIOS”
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