sábado, 7 de diciembre de 2019

La encarnación y las promesas antiguas del Señor, A.I. Ricardo Ruiz Ocampo


8 de diciembre de 2019

El apóstol Pedro nos enseña que para una correcta interpretación de cualquier texto bíblico siempre se debe tener en cuenta el contexto, pero también necesitamos observar otras escrituras proféticas dijo: "Ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada". (2 Pedro 1:20). Es decir, que un mensaje profético, como este conjunto de visiones de Zacarías, no se pueden interpretar por sí solas, o independiente de las demás. Es indispensable observar todo el conjunto de profecías dadas por Dios para poder tener un punto de vista completo que se extiende de la eternidad, en el pasado, hasta la eternidad, en el futuro.
Una de las profecías mesiánicas más relevantes de Zacarías se encuentra en los versículos 6 al 9, la profecía sobre un siervo llamado el Retoño, nombre singular en Zacarías. Históricamente se refiere a Zorobabel (aunque el texto no lo menciona por nombre), es descendiente de David y heredero del trono real.   Juntamente con Josué, sumo sacerdote, le es encomendada la tarea de dirigir la reconstrucción del templo. Pero el pasaje tiene un mensaje escatológico: el Mesías que vendrá, el Retoño combinará la función sacerdotal con la función real.
El Mesías es nombrado de diferentes maneras por casi todos los profetas. Zacarías lo llama Retoño, haciendo memoria del rey David y de la promesa que Dios le hizo sobre su reinado que prevalecerá para siempre.    El retoño nos hace recordar al profeta Isaías, cuando habla del retoño que brotará del tronco de Isaí.   Esta profecía sobre el Retoño nos revela que el Mesías sería de la tribu de Judá, descendiente de David, y su ministerio sería de justicia y de derecho.
El mensaje sobre el Retoño es introducido con una advertencia a Josué y al grupo de líderes que estaban con él para gobernar la nación; es amonestado a andar conforme a las ordenanzas de Dios. Tanto él como sus amigos son solo figura del que ha de venir, pero, para representarlo, deben vivir un estilo de vida acorde al personaje que representan.
El ministerio de Zacarias comenzó en el año 520 a. de C. y su nombre significa “El Señor recuerda” y que es también el tema del libro en los mensajes que Dios le dio.   Zacarias fue contemporáneo de Hageo, pero continuo mucho después de que Hageo termino de profetizar.    Se considera que su ministerio fue de aliento y exhortación al pueblo para la reedificación del templo, sin embargo, existe una diferencia fundamental entre ellos.     Hageo se enfoca primordialmente en la presencia y las bendiciones inmediatas de Dios, mientras que Zacarias se centra en la gloria postrera de Israel mediante la venida del Mesías.   Trata tanto la primera como la segunda venida de Jesús, demostrando que la primera es una preparación necesaria para la segunda.     
Algunos ejemplos de esto son: El empleo del término “renuevo” en el versículo 8.      En el versículo 6 enfatiza la humanidad y el servicio de Jesús y a la vez les une indiscutiblemente a los usos previos que hacen Isaías y Jeremías donde se remarca su deidad y la realeza
(Is 4:2 y Jer 23: 5-8).  Los capítulos del 1 al 8 están repletos de imágenes apocalípticas.  Hoy el Señor nos habla sobre el capítulo 3 la cuarta visión de Zacarias que trata sobre el sumo sacerdote Josué al cual Dios utiliza como símbolo para mostrar lo que iría a realizar en su Siervo, “el retoño.  Y concluiremos con el portentoso milagro de la Encarnación.
Versículo:1 “Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel de Jehová, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle”
En este pasaje se hace referencia a satanás, al ángel caído, al enemigo de Dios y de toda la humanidad.  Recordemos que Josué fue el sumo sacerdote cuando el remanente del pueblo judío volvió a Jerusalén y comenzó a reconstruir el muro, La frase “estaba delante del ángel de Jehová” nos da la idea de un servicio sacerdotal, no está en la presencia de Dios solamente como un espectador, sino como un sacerdote que ministra.  Él mismo Jehová, le muestra a Zacarías esta visión. Ello hace de la cuarta visión algo único. La esencia de su mensaje apunta hacia la limpieza y el decoro con que debe ejercerse el sacerdocio. Había impureza religiosa y moral entre los exiliados que recientemente habían regresado.
Hay un aspecto muy importante que mencionar, esta es una visión que va más allá; tiene un significado mucho más profundo que el haber visto al Sumo Sacerdote, y a Satanás. En realidad, en esta visión de Zacarías tenemos la respuesta a un grave problema.  A causa de su rebeldía, por alejarse de Dios y de sus mandamientos, por tolerar, aceptar y hacer concesiones a las religiones de otros pueblos, y por su olvido de aquel que les había dado muchas pruebas de su amor, Dios se había alejado de su pueblo. Pero lo sigue amando y perdonará toda transgresión e infidelidad por el sacrificio y el amor a su renuevo.
Versículo:2 “Y dijo Jehová a Satanás: Jehová te reprenda, oh, Satanás; Jehová que ha escogido a Jerusalén te reprenda. ¿No es éste un tizón arrebatado del incendio?”
Ante esta situación, fue el propio Juez, es decir, Jehová, el mismo Dios, quien le reprendió y quien le mandó callar.  Zacarías nos narra lo que vio con sus propios ojos: vio a Satanás como una persona, real, formando parte del tribunal celestial, hablando directamente a Dios como si fuera un fiscal; acusando y vituperando al sacerdote escogido para guiar al remanente de su pueblo refiriéndose a Jerusalén un tizón arrebatado del incendio.  Josué que significa "Jehová, el Señor salva". En el Nuevo Testamento encontramos que se usa la misma palabra griega para el nombre "Jesús". Y llamarás su nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados. " Así es que, este nombre, Josué, tenía un gran significado.
Es importante mencionar que el nombre de satanás casi ha desaparecido del vocabulario de la mayoría de la gente, desde la última mitad del siglo pasado. Es como si hubiese un olvido colectivo, porque quizá la gente cree que así puede haberse librado de él; o se piensa que sin mencionarlo no hace acto de presencia. Pero, el maligno, no se ha ido ni se ira, hasta que Dios lo juzgue y condene, como lo ha prometido hacer.
Su obra es muy activa y destructora, sobre todo en medio de nuestra sociedad y dentro de nuestra comunidad cristiana, no es la excepción. Nos puede llenar de soberbia, de odio, rencor, de envidia, de celos, de avaricia, de deseos perversos que, si no estamos en firme comunión con Dios, hace que nos rebelemos a Él arrastrándonos en la inmundicia de nuestros pecados y avergonzándonos delante del Señor para tener que pedirle perdón o incluso incitarnos a alejarnos de Él.     En la actualidad hay una tendencia de volverse hacia lo sobrenatural, y desafortunadamente, la gente busca emociones distintas, cada vez más exóticas y hasta peligrosas. Se sabe que existen sociedades secretas que incluyen en sus ritos la adoración a Satanás y a los demonios. ¡Qué tristeza para Aquél que dio su vida para que nosotros pudiéramos disfrutar la vida eterna!
Versículo :3 Y Josué estaba vestido de vestiduras viles, y estaba delante del ángel.
Las acusaciones de satanás fueron precisas: acusa a la nación de Israel mediante su representante sacerdotal de llevar vestiduras viles, llenas de pecado por su desobediencia. Y satanás en su engaño está a su mano derecha simulando ser de apoyo o de ayuda, pero conociendo como opera el maligno, por supuesto sabemos que está allí para acusarle. Al igual que está allí para acusar a los pueblos de sus pecados con los que simula primero en apariencia ser de ayuda o consuelo y después de que reaccionamos darnos cuenta de que fuimos seducidos por la tentación y el daño y la ofensa a Dios esta hecho.
El tentador está allí también y él será quien acuse a la nación de Israel. Eso lo revela el libro de Apocalipsis. él es en realidad antisemita. Y si queremos saber en realidad quien es el líder del antisemitismo, pues es satanás mismo. Y ese es el cuadro que se nos presenta en este versículo.
Versículos: 4-5 “Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él le dijo: Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala”
“Después dijo: Pongan mitra limpia sobre su cabeza. Y pusieron una mitra limpia sobre su cabeza, y le vistieron las ropas. Y el ángel de Jehová estaba en pie”
La visión de Zacarías ilustra la forma en que obtenemos la misericordia de Dios. No tenemos que hacer nada. Dios toma la iniciativa para quitarnos las vestiduras inmundas y viles, para vestirnos de gala con las vestiduras del sumo sacerdote que incluían una mitra o turbante  que, en la parte frontal, tenía una placa de oro que tenía grabada en hebreo las palabras: "Santo para el Señor" (Éxodo 28:36-38) hoy el Señor nos declara sacerdotes a todos aquellos que confiesan que su renuevo ha venido en carne  y nos ofrece ropas nuevas y limpias llenas de justicia y santidad delante de Dios por el sacrificio del retoño.   Debemos arrepentirnos y pedir perdón a Dios y cuando Satanás trate de que nos ensuciemos en la vileza del pecado, recordemos que las ropas limpias de la justicia de Cristo nos hacen dignos de acercarnos a Dios.
Pero la promesa como significado último y sentido primordial de toda existencia, misterio insondable donde se esconde el ser y la razón de que persista la vida, el renuevo aparece completo en sí mismo, independiente, soberano, autónomo y trascendente para prestar socorro, para mostrar su piedad y amor a su creación.   Por eso la Escritura nos enseña a los que creemos en Él, que abogado tenemos que intercede por nosotros para limpiarnos de esas vestiduras inmundas y viles de nuestros pecados y nos viste con vestiduras blancas del bien, para estar en paz con Dios y con toda la gente que nos rodea, en el lugar donde sea que nos encontremos, ahí está el Señor.

 Versículos: 6-8 “Y el ángel de Jehová amonestó a Josué, diciendo” “Así dice Jehová de los ejércitos: Si anduvieres por mis caminos, y si guardares mi ordenanza, también tú gobernarás mi casa, también guardarás mis atrios, y entre éstos que aquí están te daré lugar”
“Escucha pues, ahora, Josué sumo sacerdote, tú y tus amigos que se sientan delante de ti, porque son varones simbólicos. He aquí, yo traigo a mi siervo el Renuevo.
Recordemos que durante el cautiverio no hubo sacerdocio y, por lo tanto, tuvo que restaurarse cuando regresaron a la tierra natal.   En esta visión, Josué es ordenado como sumo sacerdote.   Uno de los deberes de un sumo sacerdote era el de ofrecer sacrificio en el Día de Expiación para limpiar todos los pecados del pueblo. El sacerdote era el mediador entre Dios y la nación. Por lo tanto, representaba al Mesías que habría de venir, quien cambiaría por completo el orden del trato de Dios con el pecado de su pueblo. Jesús, el Mesías, era el Sumo Sacerdote que ofreció, de una vez y por todas, su vida como sacrificio para borrar los pecados.      
En este nuevo orden, cada cristiano es un sacerdote que ofrece una vida limpia y pura a Dios.    Hoy hermanos el Espíritu nos llama a fortalecer nuestra fe y a restaurar primeramente nuestra relación con Dios, un fuerte viento sopla sobre nuestra Iglesia provocando un avivamiento renovador en una era de disolución y caos universal con la finalidad de restaurar la espiritualidad evangélica para ponerla al servicio de la transformación de la iglesia y de aquellas vidas que han de injertarse al cuerpo de Jesucristo para la honra y gloria de su nombre.
Por eso, el apóstol Juan aconsejó, en una de sus cartas, a sus amigos y hermanos: "Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis". Y aunque la palabra "pecado" puede sonarnos extraña y ajena a este siglo XXI, para nosotros, los cristianos, sólo significa una cosa:  "El pecado es fallar y no dar en el blanco". Fallar en tus compromisos, en tu vida, en tu familia, fallar como amigo de tus amigos, fallar como padre, o como esposa. Fallar en tu matrimonio.    Pero, sobre todo, fallarle a Dios. Darle la espalda, para vivir una vida totalmente independiente de Él.
Y como resultado, así le va al mundo, ¿no lo creen?    Fue el escritor, actor y comediante estadounidense Groucho Marx quien dijo: "Por favor, que paren el mundo, que yo me bajo". ¿Quién de nosotros no ha deseado, alguna vez, apearse de este mundo? Guerras, crisis económicas, narcotráfico, hambre, corrupción e ineficiencia política y millones de hogares destrozados por la pobreza, matrimonios rotos, el maltrato, el abuso infantil, el alcohol y otras drogas, los genocidios, lo desastres naturales y un largo etcétera.  Y aun así, el hombre y la mujer del siglo XXI siguen viviendo una vida ajena a Dios y, por ende, culpabilizándole de todos los males habidos y por haber.
Versículo: 9 “Porque he aquí aquella piedra que puse delante de Josué; sobre esta única piedra hay siete ojos; he aquí yo grabaré su escultura, dice Jehová de los ejércitos, y quitaré el pecado de la tierra en un día”
La piedra puesta delante de Josué, como única piedra, es símbolo del Mesías divino. Los siete ojos es una manera de indicar que la visión de Dios es completa los ojos representaban el conocimiento, porque aprendemos más a través de nuestros ojos que de alguna otra manera. Los siete ojos hablan de la perfección y plenitud del conocimiento y sabiduría del Mesías. Los siete ojos orientan a la providencia de Dios y su perfecta visión. Solo alguien que tenga siete ojos podrá actuar con justicia y según el derecho, porque verá de cualquier ángulo.; necesariamente el Retoño será divino para tener este atributo de omnisciencia. ¿Cuál será el grabado? ¿No serán las siguientes palabras?: “quitaré la iniquidad de la tierra en un día” que es una metáfora para indicar que nos limpiara y perdonara. ¿Y no aconteció esto cuando Jesucristo expiró en la cruz?”.
La venida del Retoño divino marcará un cambio en el curso de la historia. Jehová de los Ejércitos anuncia un día en que erradicará la iniquidad de una vez por todas. Por supuesto, esto es una profecía escatológica que tendrá su cumplimiento en la segunda venida de Cristo sobre esta tierra.
A medida que las promesas hechas a David y al pueblo judío pasan a hacerse realidad las promesas del Mesías hoy nos llenan de fortaleza y esperanza. Y esperamos pacientemente, aunque sintamos que el mundo está a punto de estallar, porque sea cual sea nuestra aflicción ahí está el Señor acompañándonos y cualquiera que sea el servicio que realizamos en el mundo o dentro de la comunidad de la Iglesia toda nuestra dependencia debe descansar en Cristo, el Renuevo de justicia.     Porque es servidor de Dios, obediente a su voluntad, dedicado a su honor y gloria y nosotros como súbditos de Él seguir su ejemplo.
A su retorno Cristo aparecerá para ser visto por todos, como el sumo sacerdote delante del Señor, pero cuando solo aparezcan escritos los nombres de todos sus elegidos y gravados los de Israel en las piedras preciosas de su coraza. Habrá angustia y gran llanto en aquellos que no lo reconocieron.
Por Él el pecado será quitado, tanto la culpa y el dominio de esta; lo hizo en un día, ese día en el que sufrió y murió. ¿Qué debe atemorizarnos si el pecado ya fue quitado? Entonces nada puede hacernos daño, si nos sentamos a la sombra de Cristo con alegría, y estamos protegidos por Él mismo, entonces la gracia del evangelio viene con poder impulsándonos hacia adelante para atraer a otros a la presencia misma de su Salvador.
Versículo: 10 "En aquel día, dice el Señor de los ejércitos, cada uno de vosotros convidará a su compañero, debajo de su vid y debajo de su higuera."
Dios promete que cada persona tendrá su propio lugar seguro durante el reinado de Cristo. Este es un símbolo de paz y prosperidad ilustra el tipo de vida que vivirán los redimidos en aquel día.    Ese día será un día de paz, de reposo y de tranquilidad. La figura que menciona Zacarías aquí, sentarse debajo de su vid y debajo de su higuera, es la figura típica de los tiempos de paz, desconocidos para esta generación que había vivido en cautiverio y que ahora regresa temerosa a su tierra luego de haber pasado 70 años fuera de ella. Sin muros, sin templo, pero con la promesa de la presencia de Jehová que restaurará a su pueblo y el culto, restituyendo al sumo sacerdote.     La restauración completa se vislumbra con la venida del Retoño trayendo paz completa, que será precedida por el perdón de los pecados; y es que no hay paz si no hay perdón de pecados.  Mediante esta promesa aparecen representadas las bendiciones mesiánicas de paz, seguridad y gozo, tal y como ya sucedió en tiempos de Salomón.
En el cristianismo, la palabra "encarnación" se utiliza para expresar la idea de que Jesucristo ha venido a la tierra en forma humana. Esta palabra es un término en latín que significa literalmente "el acto de ser encarnado." Se utilizó este término en latín en Juan 1: 14 que habla de que Jesús “se hizo carne y habitó entre nosotros.” Teológicamente, la humanidad de Jesús es un aspecto importante de su vida terrenal. Jesús es divino (Juan1:1Colosenses 1:16), pero también asumió un cuerpo humano naciendo de una mujer para identificarse con la  humanidad.
No se puede entender humanamente el significado de la encarnación sin considerar lo que describe Juan 1:1 “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios” nos habla de la preexistencia del verbo, el cual no era carne y existía ocupando un sitio con la deidad del Padre y el Espíritu Santo desde antes de la creación ya existía el verbo demostrándonos la deidad de Cristo.  Nos dice que tenía existencia personal consciente distinta del Padre y del Espíritu Santo, pero que era en sustancia y esencia Dios; que poseía divinidad esencial y propia.
Por lo tanto, el nacimiento no es sino un incidente propio de todo lo relacionado con la encarnación. Que es un hecho sublime, portentoso de Dios en el que está claro un encuentro entre lo divino y lo humano tiene el carácter de una revelación que muestra el cumplimiento de una promesa y, por tanto, de un acontecimiento extraordinario que evade todo conocimiento, manipulación y control humano; por el hecho singular en el que lo eterno irrumpe en el tiempo, lo infinito en lo limitado; la gracia pura desciende del cielo e invade a la humanidad para limpiarla de toda su inmundicia y precariedad, así mismo comprende el advenimiento de la segunda Persona de la Divinidad para entrar en la familia humana, con el propósito de una eterna participación con ella.
Este advenimiento es una de las siete empresas más grandes en la historia del universo: la creación de los ángeles; la creación de las cosas materiales, incluyendo la vida sobre la tierra; la encarnación; la muerte del Encarnado; la resurrección del Encarnado; su retorno en gloria; y la creación de los nuevos cielos y de la nueva tierra. La enormidad del significado de la encarnación no pudiera comprenderla ningún entendimiento humano. Esa comprensión le corresponde al cielo, aunque el propósito redentor de la gracia provee cierta luz con respecto a ella.  De otro modo sería inexplicable.
Jesús estaba predestinado para el plan divino de salvación, se hizo humano para morir en nuestro lugar como sacrificio. (hebreos 9: 22) Además, con el fin de resucitar, primero tenía que morir físicamente, y para ello requirió tomar un cuerpo físico. La encarnación es valiosa para nosotros de muchas maneras. En ella descubrimos a un Dios que nos ama tanto que vino a la tierra y tomó forma humana para nuestro beneficio, en última instancia, a renunciar a su vida para pagar por nuestros pecados y ofrecernos la vida eterna con Él al considerar la encarnación deben de admitirse dos verdades importantes: 1) Cristo fue al mismo tiempo, y en un sentido absoluto, verdadero Dios y verdadero hombre; y; 2) al hacerse Él carne, aunque dejó a un lado su Gloria, en ningún sentido dejó a un lado su deidad.
En su encarnación Él retuvo cada atributo esencial de su deidad. Su total deidad y completa humanidad son esenciales para su obra en la cruz. Si Él no hubiera sido hombre, no podría haber muerto; si Él no hubiera sido Dios, su muerte no hubiera tenido tan infinito valor.
Amados hermanos el Señor nos ha llamado a ser sacerdotes, al igual que Josué y nos ha limpiado de nuestras ropas inmundas y viles vistiéndonos con ropa de gala por el sacrificio de la promesa inmerecida de su renuevo para que seamos dignos representantes de Él ante el mundo y debemos sentirnos privilegiados de ser sus elegidos para servirle en su Reino y formar parte de ese linaje escogido, relación que continuara por y hasta la eternidad.
Pero mientras estemos en el mundo la responsabilidad más grande que tenemos para con Él como sacerdotes es mantener activamente la renovación y el avivamiento de su obra en la Iglesia en que le servimos, lo cual nunca ha sido ni será obra del ingenio o la acción humana: estrategias de mercadotecnia aplicadas a la religión, ni por la personalidad dinámica de un líder religioso, no existe ningún truco mágico, ni programa religioso o retiro espiritual o sermón conmovedor, ni ningún atajo fácil que pueda por si solo producir el avivamiento verdadero, porque este privilegio pertenece exclusivamente a la acción soberana del Espíritu de Dios Creador y Recreador de la vida, que obra donde, cuando y como Él quiere. Si entendemos esto y lo creemos dejémonos llevar por Él a donde quiera guiarnos.

BIBLIOGRAFIA:
BIBLIA DE ESTUDIO “PALABRA CLAVE” Versión 1960 Reina Valera 2017 Editorial Patmos
COMPENDIO MANUAL DE LA BIBLIA HENRY H. HALLEY Editorial Moody.
ESTUDIO BIBLICO ZACARIAS 3 Escuela Bíblica siguiendo al maestro
ESTUDIO BIBLICO SOBRE LA ENCARNACION “EL PUNTO CRISTIANO.ORG.ESTUDIOS”

No hay comentarios:

Apocalipsis 1.9, L. Cervantes-O.

29 de agosto, 2021   Yo, Juan, soy su hermano en Cristo, pues ustedes y yo confiamos en él. Y por confiar en él, pertenezco al reino de Di...