HOY TENDREMOS CAPACITACIÓN Y
ACTUALIZACIÓN DE OFICIALES
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CULTO
DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 19 de mayo, 19 hrs.
Modera: Hna. Eunice Palomino L.
Llamamiento: Sofonías 2.1-3
Himno: “¡Gloria, gloria,
aleluya!” (5)
Oración de ofrecimiento
Himno: “Santo Espíritu, dirige” (272)
Momentos de oración
Lectura bíblica: Oseas 13
Tema: Juicio y esperanza
Himno:
“Cuando lo anhelo más” (351)
Ofertorio
Bendición pastoral
OSEAS, EL
PROFETA
Jesús M.
Asurmendi
Al final de este rápido recorrido del libro de Oseas, vale la pena
subrayar algunos elementos importantes. En primer lugar, el hecho de que Oseas
es un profeta del reino del norte. Esto quiere decir que está situado, que pertenece
a un ambiente cultural y religioso que no es por ejemplo el de Jerusalén. Las
tradiciones teológicas que le resultan familiares no son las de Isaías ni las
de Miqueas. Profundamente arraigado en la tradición de su pueblo, su mensaje y
su teología están condicionadas y limitadas por este mismo hecho. Pero la
riqueza de su mensaje adquiere allí, a su vez, una densidad mucho mayor
todavía.
Oseas no es un profeta de laboratorio. No solamente está arraigado en su
tradición, sino que está también comprometido en cuerpo y alma con su mensaje.
Porque su vida, su experiencia y las vivencias de su amor forman parte de su
ministerio y de su mensaje. Si la historia de su matrimonio produce cierto
malestar entre los lectores de su libro, si este acto choca sin duda alguna a
sus contemporáneos, no es difícil imaginar cuánto le debió costar al profeta
mismo. No es posible ser profeta sin asumir unos riesgos y, en su caso, el
riesgo llegó verdaderamente muy lejos.
Mediante este compromiso total en su ministerio, Oseas es un verdadero
profeta que denunció con rigor el pecado de su pueblo y ofreció a Israel con
una fuerza similar el camino de la esperanza. Estas dos características del
profetismo se revelan plenamente en su ministerio. Oseas fue un verdadero
teólogo, y también en este punto interpela al creyente de hoy. Porque no se
trata de “conocer” intelectualmente a Oseas. Se trata de discernir cómo su
palabra de fe, realmente fundadora, puede seguir produciendo hoy una
experiencia de fe que pueda ser cualificada de cristiana. El texto de Oseas
interesa no tanto por lo que dice, porque no se trata de repetirlo, como por el
hecho de ser un testimonio de la experiencia de fe de Israel, que representa
para el creyente de hoy la matriz de otras experiencias de fe, en la corriente de
las cuales el creyente quiere insertar la suya. El texto de Oseas constituye
esta matriz en la medida en que la comunidad creyente le reconoce esa
potencialidad de provocar una experiencia de fe para hoy.
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
24 – Domingo de Pentecostés
31 – Reunión extraordinaria
de Consistorio
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