HAZME JUSTICIA, SEÑOR
(SALMO 25)
Ernesto Cardenal
Salmos. México-Buenos Aires, Carlos Lohlé, 1969.
He Qi, Huida a Egipto
H
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azme justicia Señor
porque soy inocente
Porque he confiado en ti
y no en los líderes
Defiéndeme en el Consejo de Guerra
defiéndeme en el Proceso con testigos falsos
y falsas pruebas
No me siento con ellos en sus mesas redondas
ni brindo en sus banquetes
No pertenezco a sus organizaciones
ni estoy en sus partidos
ni tengo acciones en sus compañías
ni son mis socios
Lavaré mis manos entre los inocentes
y estaré alrededor de tu altar Señor
No me pierdas con los políticos sanguinarios
en cuyos cartapacios no hay más que el crimen
y cuyas cuentas bancarias están hechas de
sobornos
No me entregues al Partido de los hombres
inicuos
¡Libértame Señor!
Y bendeciré en nuestra comunidad al Señor
en nuestras asambleas
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¿POR QUÉ LOS EVANGÉLICOS NECESITAMOS
CATECISMOS? (II)
Will Graham
Protestante Digital, 29 de noviembre de 2015
2. Los catecismos nos arraigan en
nuestra identidad protestante. ¿Qué hacemos cuando nos hallamos
envueltos de falsos profetas, apostatas y hermanos nuestros que vuelven al catolicismo?
Respuesta: ¡volver a las confesiones de fe y los catecismos protestantes! Los
catecismos nos conectan con el legado de la fe evangélica y nos ayudan a
entender que el movimiento protestante es cien mil veces más grande que
nosotros. Los catecismos nos arraigan en la verdad de la Palabra y fortalecen
nuestros músculos doctrinales. Te pregunto: ¿qué le contestarías a alguien que
te preguntase: “Por qué eres protestante”?
3. Los catecismos promueven una
adoración más profunda. En vez de juzgar el éxito de la
adoración en base al volumen de la música y la cantidad de luces brillantes que
haya, nuestros antepasados protestantes quisieron adorar conforme a la verdad.
Quieren adorarle al Padre en espíritu y “en verdad”. Sabían que no adorar
conforme a la verdad no es adoración sino pecado. En términos generales, las
canciones de adoración contemporáneas se han hecho románticas y
sentimentaloides. Jesús se ha convertido en nuestro novio cósmico. No me
sorprende cuando leo reportajes diciendo que cada vez más varones evangélicos
se quejan porque sienten como si su masculinidad esté siendo puesta en peligro
en algunas reuniones de adoración.
La adoración se tiene que basar en
la verdad de la Palabra. Los catecismos hacen un gran trabajo en este sentido
porque dirigen nuestra mente hacia aquello que realmente importa, esto es, Dios
mismo tal cual está revelado en la Escritura. Nos llevan al centro de la
adoración: a meditar en las maravillosas hazañas de Dios y a responder con gran
gozo y gratitud.
4. Los catecismos resumen las
Escrituras. No conozco ningún otro tipo de literatura que sea tan capaz a
la hora de resumir las gloriosas enseñanzas de la fe cristiana en tan pocas
palabras y frases. Los catecismos y las confesiones de fe son únicos. Antes de
casarnos, mi mujer y yo estudiamos juntos El Catecismo de Heidelberg (1563) y me quedé atónito ante la cantidad
de verdades bíblicas que los autores transmitían en cuestión de un par de
frases cortas (todas documentadas extensamente). Hace poco acabamos La Confesión belga (1561) y ahora estamos
con Los Cánones de Dort (1619). En
nuestro tiempo devocional, solemos leer dos capítulos de la Biblia además de un
salmo o un capítulo de Proverbios y luego acabamos con la lectura de alguna
confesión de fe o catecismo protestante.
Este método conlleva grandes
beneficios. Produce una vida de oración mucho más afín al meollo de la Palabra.
No hay ningún otro tipo de libro en el mercado cristiano que sea tan útil para
aprender la belleza de la teología cristiana en tan pocas palabras. ¡Ojalá
hubiera descubierto los catecismos como recién convertido!
5. Es fácil aprender los catecismos
de memoria. En un mundo ideal, todos estaríamos estudiando la Doctrina
bíblica de Wayne Grudem o redactando nuestras propias confesiones de fe; pero
dada la intensidad de la vida del siglo XXI, los catecismos sirven para que
conozcamos mejor nuestra fe evangélica. En la época puritana, muchas familias
sabían recitar el Catecismo menor de
Westminster o El catecismo de Heidelberg
(por nombrar dos ejemplos). Los catecismos engendraron una generación de doctos
en la Palabra. Todos los grandes pensadores y predicadores protestantes del
pasado creían en la necesidad de los catecismos.
Uno de los más amenos es el llamado Catecismo de Spurgeon (1855), escrito
por el príncipe de los predicadores, Charles Spurgeon. Resume la doctrina de la
fe cristiana en cuestión de 82 preguntas y respuestas. Escribió Spurgeon:
Estoy persuadido de que el uso de un
buen catecismo en nuestros hogares servirá para protegernos ante los errores de
nuestro tiempo […] Aquéllos que usan mi catecismo con sus familias o en clase
tendrán que esforzarse por explicar bien el significado; pero hay que aprender
las palabras de memoria, porque mientras van pasando los años, serán cada vez
mejor entendidas. Qué el Señor bendiga a mis queridos amigos y a sus familias
para siempre. Ésta es la oración de vuestro pastor que os ama.
Conclusión
En suma, necesitamos resucitar el uso de los catecismos en el
campo protestante porque son maravillosos para el discipulado, nos arraigan en
nuestra fe, nos impulsan a adorar más profundamente, resumen las Escrituras y
son fáciles de memorizar. Creo que nos ha quedado claro que el protestantismo
tendría que volver a convocar otra reunión de oración como aquélla de los amigos
de Baxter hace 360 años. ¿Oramos?
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LOS LÍDERES
RELIGIOSOS INSTAN A QUE SE ADOPTEN MEDIDAS EN LA CUMBRE DEL CLIMA DE LAS
NACIONES UNIDAS
Sean Hawkey, CMI
2 de diciembre de 2015
www.oikoumene.org/es/press-centre/news/faith-leaders-urge-action-at-un-climate-talks
Más de 20 líderes religiosos —junto a
representantes de la juventud, de la política y de la sociedad civil— se sentaron
para tomar un almuerzo excepcional durante la Conferencia de las Partes en la
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21) en
una mesa con su servicio de cubertería completo, pero sin comida, para
manifestar públicamente su hambre de justicia climática. Este acto formó parte
de las iniciativas de la campaña Ayuno por el clima que se llevaron a cabo el 1
de diciembre en París.
Yeb Saño,
antiguo negociador principal de Filipinas para cuestiones climáticas; el
Reverendísimo Dr. Thabo Makgoba, arzobispo de Ciudad del Cabo; y el imán
Ibrahim Saidy, de Noruega, fueron algunos de los 'comensales' que participaron
en este Ayuno por el clima en la cumbre del clima de París.
El evento brindó
a los activistas la oportunidad de explicar a los periodistas y delegados de la
COP21 por qué habían elegido abstenerse de consumir alimentos: para mostrar su
solidaridad con las comunidades más afectadas por el aumento de la temperatura
mundial y hacer un llamamiento urgente en pro de la justicia climática.
Otros de los
líderes religiosos que se sentaron en la mesa sin comida fueron la arzobispa
Antje Jackelen, primada de la Iglesia de Suecia, iglesia miembro del Consejo
Mundial de Iglesias (CMI); el obispo de Salisbury, el Reverendísimo Nick Holtam;
y el Rev. Dr. Martin Junge, secretario general de la Federación Luterana
Mundial (FLM).
Otras 10 000
personas en todo el mundo participaron en la iniciativa internacional, que se
repite el primer día de cada mes. Además de la manifestación, el día de ayuno
por el clima en la COP21 incluyó también un evento paralelo oficial en la
conferencia sobre el clima y la celebración del final del ayuno.
Junge destacó la
dimensión espiritual del ayuno al hablar de la iniciativa interreligiosa:
“Desde tiempos inmemoriales hemos ayunado para dar espacio a la renovación en
nuestras mentes y corazones. Por lo que cuando ayuno por el clima, lo hago en
primer lugar para lograr ese espacio mental y esa profunda concentración para
pensar en las personas vulnerables que más padecen los efectos del cambio
climático”, dijo el principal dirigente de la FLM.
“El cambio
climático es una cuestión de justicia intergeneracional. Por eso estoy ayunando
por el clima prestando especial atención a la juventud, quienes ya están
cargando —y cargarán— con el peso de lo que sucederá si seguimos sin hacer nada
al respecto”, añadió Junge.
Para la arzobispa Dra. Antje Jackelén ayunar siempre es un poderoso recordatorio de la interdependencia entre los pueblos, y entre estos y el planeta. “El ayuno por el clima es una expresión del compromiso mundial de la iglesia en todo el mundo”, dijo Jackelén. “Para todas nuestras iglesias que participan en la iniciativa, esta es una cuestión de liderazgo, valores, estilo de vida y justicia”, añadió la dirigente de la iglesia sueca.
El secretario general de ACT Alianza, el Dr. John Nduna, ayunó en solidaridad con quienes no tienen comida en la mesa debido al cambio climático. “Como comunidad internacional es nuestra responsabilidad velar por que se tomen medidas para frenar el cambio climático y resolver los problemas que afectan a las comunidades, por el bien de quienes no tienen nada que comer, cuyos hijos se van a la cama con hambre”, declaró.
Más tarde ese mismo día los que siguieron el ayuno se reunieron en una pequeña iglesia del centro de París para romper el ayuno de 24 horas y celebrar con una cena la unidad y las soluciones para un futuro mejor. Los organizadores calculan que unas 10 000 personas en el mundo ayunaron para reclamar acción por el clima.
Al dirigirse a los participantes en la celebración, Yeb Saño, quien inspiró la campaña de Ayuno por el clima, recordó que la iniciativa es también un mecanismo para presionar a los negociadores reunidos en la COP21. “Queremos pedir a los líderes del mundo reunidos aquí en París, que, por favor, no defrauden al mundo; el mundo entero les está observando”, dijo.
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