11 Dios los bendecirá a
ustedes cuando, por causa mía, la gente los maltrate y diga mentiras
contra ustedes. 12 ¡Alégrense!
¡Pónganse contentos! Porque van a recibir un gran premio en el cielo. Así
maltrataron también a los profetas que vivieron antes que ustedes.
13 Ustedes son como la sal que se pone en el horno de barro para
aumentar su calor. Si la sal pierde esa capacidad, ya no sirve para
nada, sino para que la tiren a la calle y la gente la pisotee.
14 Ustedes son como una luz que
ilumina a todos. Son como una ciudad construida en la parte más alta de un
cerro y que todos pueden ver. 15
Nadie enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón. Todo lo contrario:
la pone en un lugar alto para que alumbre a todos los que están en la casa. 16 De la misma manera, la conducta
de ustedes debe ser como una luz que ilumine y muestre cómo se obedece a Dios.
Hagan buenas acciones. Así los demás las verán y alabarán a Dios, el Padre de
ustedes que está en el cielo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario